Este cuento trata sobre un pequeño abeto que no estaba contento con sus hojas agujas y deseaba tener otras hojas más bonitas como de oro o cristal. Sin embargo, un ladrón se llevó sus hojas de oro y el viento se llevó sus hojas de cristal. Finalmente, unos cabritos comieron sus hojas verdes y el pequeño abeto aprendió a estar contento con lo que tenía.