1. DEL RESENTIMIENTO AL PERDON
DEL RESENTIMIENTO AL PERDON
I. RESENTIMENTO
A. Causas del resentimiento
1. Formas de relacionarme conmi pareja
Muchas veces, la forma en que nos comunicamos nacen de la mezcla de la necesidad de:
manifestar mis emociones, hacer entender a mi cónyuge las cosas que me afectan o simplemente
desatender las necesidades de mi pareja.
Usted no logra olvidar las cosas que su esposo le ha dicho o le ha hecho. * Las palabras hirientes y las
acciones desconsideradas se han grabado en su mente. El cariño que antes sentía por él se ha
convertido en resentimiento. Parece que no queda más remedio que vivir en un matrimonio sin amor...
y eso hace que le guarde aún más resentimiento.
2. Hacercosas que hieren a mi pareja
El hacer cosas que van en detrimento del respeto que le debo a mi pareja, en muchas
ocasiones van creando una barrera de odio y/o resentimiento; tales como:Tomar
decisiones de tipo económico sin previa consulta (y más aun cuando dichas decisiones
2. DEL RESENTIMIENTO AL PERDON
llevan a la familia al bordedel descalabro económico), la infidelidad, desvalorar a mi
pareja (sobre todo en público)
3. Invalidar las necesidades de mi pareja
Cuando deliberadamente no propicio tiempo o no le doy importancia a temas como:
conversar con mi pareja (escuchar lo que le aqueja o simplemente lo que quiere
comentar), sexualidad, apoyar los logros profesionales, entre otros.
4. Mi cónyuge no iguala o supera mis expectativas de pareja ideal.
B. Lo que debo saberdel resentimiento
El resentimiento es como un ancla que no deja avanzar al matrimonio
El resentimiento puede destruir su matrimonio. ¿Por qué? Porque desgasta el amor, la
confianza y la lealtad, cualidades fundamentales en el matrimonio. En cierto sentido, el
resentimiento no es el síntoma de un problema de pareja, es la enfermedad. Por eso dice
la Biblia que nos deshagamos de los sentimientos de amargura (Efesios 4:31).
El que guarda resentimiento es el que sufre. Guardar resentimiento es como darse una
bofetada y esperar que la otra persona sienta el dolor. En su libro Healing from Family
Rifts (Cómo sanar las heridas familiares), Mark Sichel explica: “Puede ser que el familiar al
que le tiene resentimiento esté de lo más tranquilo y ni siquiera se imagine que hay un
problema”. De modo que “el más lastimado de los dos termina siendo usted”.
El resentimiento se puede evitar. Hay quienes opinan lo contrario. “Si me siento así es
por culpa de mi esposo —quizás diga una esposa—. No lo puedo evitar.” El problema con
ese razonamiento es que se concentra en algo que no es posible controlar: la conducta de
3. DEL RESENTIMIENTO AL PERDON
los demás. La Biblia sugiere una opción mejor: “Cada uno debe examinar su propia
conducta” (Gálatas 6:4, Biblia en Lenguaje Sencillo). No podemos controlar las acciones de
los demás, pero sí podemos decidir cómo vamos a reaccionar, y el resentimiento no es la
única opción.
II. Perdón
A. Decida Perdonar, pasos que me guían al perdón
1. Trate de comprender qué implica el perdón. El término bíblico que se traduce
por “perdonar” también puede significar “abandonar”. Así que perdonar no siempre exige
olvidar lo que pasó o minimizar las faltas. En ocasiones simplemente implica “abandonar”
el tema, por el bien de uno y el de la relación.
Perdonar significa disculpar a alguien que nos ha ofendido o no tener en cuenta su falta.
Perdonamos a otros cuando dejamos de guardar resentimiento y no insistimos en pedir
una compensación por el daño que nos hayan hecho o por la pérdida que hayamos podido
sufrir. La Biblia enseña que el perdón se basa en el amor sincero, ya que el amor “no lleva
cuenta del daño” (1 Corintios 13:4, 5).
2. Decida amar incondicionalmente. La Biblia nos enseña que el diablo no vino
sino a matar, hurtar y destruir y que en efecto el resentimiento es capaz de destruir mi vida
y la de mi familia, por lo que viene a ser el resentimiento un instrumento del diablo.
No obstante dice su palabra que el amor cubrirá multitud de pecados (1Pedro 4:8)
3. Piense en las consecuencias de no perdonar. Algunos expertos opinan que
quien guarda rencor corre un riesgo mayor de sufrir problemas físicos y emocionales, como
la depresión o la hipertensión, y eso sin mencionar el daño que sufre el matrimonio mismo.
No en balde dice la Biblia: “Háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos,
y perdónense liberalmente unos a otros” (Efesios 4:32).
4. Luche contra el resentimiento. Claro está, es más fácil echarle la culpa a su
esposo. Pero recuerde que hay varias opciones, y una de ellas es el perdón. Puede seguir
este consejo bíblico: “No se ponga el sol estando ustedes [enojados]” (Efesios 4:26).
Si sabe perdonar, podrá hacerle frente a sus problemas de pareja con una mejor
actitud.(Principio bíblico: Colosenses 3:13.)
5. Piense en los beneficios de perdonar. Quien acostumbra perdonar no lleva la
cuenta de los errores de su pareja, sino que le otorga el beneficio de la duda. Ese espíritu
4. DEL RESENTIMIENTO AL PERDON
crea un ambiente propicio para el amor, no para el resentimiento. (Principio
bíblico: Colosenses 3:13.)
a. Sea realista. Le será más fácil perdonar si acepta a su cónyuge tal como
es, con sus defectos y virtudes. El libro Fighting for Your Marriage (Luche por su
matrimonio) explica: “Si hace una lista de lo que no ha recibido, será más difícil hacer una
lista de lo que sí ha recibido. ¿En cuál de las dos le gustaría concentrarse?”. Recuerde:
ninguno de los dos es perfecto. (Principio bíblico: Santiago 3:2.)
b. Sea razonable. La próxima vez que se sienta ofendido por algo que el otro
dijo o hizo, pregúntese: “¿Realmente es tan grave lo que pasó? ¿Es necesario exigir una
disculpa, o se puede pasar por alto?”.(Principio bíblico: 1 Pedro 4:8.)
c. Si lo cree necesario, hable del asunto. Explique con calma qué fue lo
que le ofendió y por qué se siente así. No le impute malos motivos a su cónyuge ni haga
declaraciones tajantes, pues solo conseguirá que se ponga a la defensiva. Simplemente
dígale cómo se sintió por lo sucedido.
d. Pregúntese si merece la pena discutir. La Biblia dice que hay un “tiempo
de callar y [un] tiempo de hablar” (Eclesiastés 3:7). No es bueno reclamar por todas las
ofensas. En ocasiones lo mejor es seguir este consejo: “Digan lo que quieran en su
corazón, sobre su cama, y callen” (Salmo 4:4). Si cree que hay algo de lo que tiene que
hablar, espere hasta que se le haya pasado el enojo. Una mujer llamada Beatriz dice:
“Cuando me siento herida, trato de calmarme primero. A veces me doy cuenta de que el
problema no es tan grave y eso me ayuda a hablar con respeto”. (Principio
bíblico: Proverbios 19:11.)
INTENTE ESTO
Durante los próximos siete días fíjese en tres cualidades de su esposo. Entonces póngalas por escrito y
dígale por qué le gustan esas cualidades. Fijarse en lo positivo la ayudará a combatir el resentimiento.
B. Cosas que me impiden perdonar
1. Manipulación. Hay quienes se niegan a perdonar a su cónyuge a fin de poder
manipularlo más adelante. Entonces, en la siguiente discusión, sacan a relucir el problema
no resuelto para salirse con la suya.
2. Resentimiento. Las heridas de una ofensa pasada pueden tardar mucho en
sanar. Uno podría decir que ha perdonado, pero quizás guarde resentimiento e incluso
tenga deseos de desquitarse.
5. DEL RESENTIMIENTO AL PERDON
3. Desilusión. Muchos comienzan su matrimonio creyéndose que su vida será un
cuento de hadas. De modo que cuando surgen peleas, se preguntan cómo es posible que
su alma gemela piense tan distinto a ellos, y se niegan a ceder. Las expectativas irreales lo
pueden hacer a uno más propenso a criticar y menos propenso a perdonar.
Conclusiones equivocadas. Muchas personas creen que si perdonan a su cónyuge,
saldrán perdiendo. Piensan, por ejemplo:
“Si lo perdono, es como restarle importancia a su falta.”
“Si lo perdono, tendré que olvidar lo que me hizo.”
“Si lo perdono, tendré que soportar que me lo siga haciendo.”
En realidad perdonar no implica nada de lo anterior. Pero aun así puede resultar difícil, sobre todo en
una relación tan íntima como la de pareja.
Pedir perdón no es signo de debilidad sino de madurez para asumir los errores cometidos.
Cada vez es más difícil escuchar un perdón verdadero. Lo rápido que se mueve el mundo
y la tecnología han reemplazado ese momento de contacto personal por un mensaje al
celular, donde es difícil entender las intenciones reales de la otra persona.
6. DEL RESENTIMIENTO AL PERDON
Muchos consideran que aceptar los errores y disculparse es un signo de debilidad. Sin
embargo, hacerlo con sinceridad podría ser uno de los gestos más valientes hacia la otra
persona.