1. Los Seis Sombreros Para Pensar de Edward de Bono
Autor: Webmaster under: Creatividad .
Este concepto y a la vez, metodología, es obra de Edward de Bono quien es
probablemente, el autor que más ha contribuido en el campo de la creatividad en el
mundo; nació en la isla de Malta, estudió medicina y se especializó en psicología y
fisiología.
¿Por qué no somos creativos?
El doctor De Bono, cita las siguientes premisas que de alguna manera u otra impiden a
las personas ejercer integralmente sus capacidades: la dificultad para pensar
ordenadamente, defender excesivamente el ego, no atender adecuadamente las
emociones y no tener un lenguaje común a la hora en que se elaboran soluciones a los
retos que requieren nuestra creatividad.
1. Pensar ordenadamente. A la hora en que necesitamos ser creativos, generalmente
queremos abarcar muchas cosas al mismo tiempo. En nuestra mente constantemente
coexisten pensamientos que se refieren a diferentes cosas como, por ejemplo:
emociones, datos y cifras, soluciones, deseos, planes de acción, preocupaciones,
análisis, síntesis, juicios y muchas otras formas de pensamiento.
2. Excesiva preocupación por defender el ego. Al pensar y dialogar con otras personas,
constantemente actuamos con cierto temor a fallar, ya que al hacerlo podríamos afectar
nuestro prestigio personal. La metodología de “los seis sombreros” recomienda usar
dichos sombreros como si fueran máscaras o papeles de actores que trabajan en una
obra, quienes, al usarlos, pueden proteger su “fachada” y pueden asumir el papel
específico que determina el color del sombrero usado. Cuando nos ponemos un
sombrero, se nos permite pensar y hablar de acuerdo al color, con lo cual en realidad no
es cada uno de nosotros quien habla, sino que es otra persona la que piensa y habla
según las reglas que protegen al color.
3. Atender las emociones. Éstas juegan un papel determinante cuando pensamos y si no
les ponemos atención pueden hacernos fracasar a la hora de intentar resolver problemas
o retos personales. La metodología nos recomienda estar conscientes de los
sentimientos y emociones y administrarlos adecuadamente para no dejar que interfieran
a cada paso del proceso creativo sino que se les dé un lugar y modo adecuado en su
tratamiento con lo cual no perderemos la efectividad intelectual.
4. Tener un lenguaje común. Cuando una persona o grupo de personas conocen la
simbología o el código de comunicación de esta metodología, es más fácil ponerse de
acuerdo sobre cualquier discrepancia, y eso facilita y mejora la productividad individual
y colectiva. Cuando se usa este lenguaje común, la gente acepta, respeta y a la vez es
respetada porque todos cumplen las reglas del juego.
Descripción y significado de los seis colores de los sombreros:
Sombrero blanco. El color blanco es neutro y objetivo; por lo tanto este sombrero se
encarga de los hechos, las cifras, los números, la información y lo que podamos
describir de manera objetiva. Cuando se usa este sombrero, pudiéramos decir que es
como si imitáramos a una computadora o a una videocámara las cuales no emiten
juicios; por lo tanto, cuando usemos este sombrero no podemos emitir suposiciones
personales y sólo debemos referirnos a cosas o hechos reales ocurridos, a cifras y datos
2. que se pueden comprobar. Dentro de la metodología, este sombrero nos ayuda a evitar
el tipo de pensamiento adversativo y controversial que es característico de nuestra
cultura ya que al presentar sólo la información utilizable y comprobable nos evitamos la
pérdida de tiempo en la discusión. El propósito del pensamiento de sombrero blanco es
ser prácticos y racionales; por lo tanto, debemos ser capaces de presentar la información
de una manera convincente y lógica, lo cual requiere una habilidad que casi no
practicamos ya que por lo general somos más “emocionales” que “cerebrales”.
Sombrero rojo. El color rojo sugiere ira, furia, sentimientos y emociones. El sombrero
rojo enfoca la situación desde un punto de vista más emocional que cerebral; también
puede expresar presentimientos, intuiciones, sensaciones y preferencias. Al usar este
sombrero nos permitimos expresar a nuestro auditorio la forma en que nos sentimos con
respecto al asunto que se está discutiendo o analizando; con este sombrero estamos
dando importancia a los valores personales de los individuos que participan en el
diálogo. Podemos decir que el pensamiento de sombrero rojo es exactamente lo opuesto
al pensamiento objetivo y neutral descrito en el sombrero blanco. Cuando ocupemos el
sombrero rojo no es necesario que justifiquemos lo que estamos expresando.
La utilidad del uso de este sombrero radica en el hecho de que a los sentimientos y
emociones se les debe dar el trato que les corresponde y no evitarlos o rehuirlos. En
toda convivencia humana se presentan las ofensas y los agravios, los cuales tardan en
desaparecer, por lo cual es necesario que se afronten, se expresen y se escuchen dando
el tiempo necesario para este proceso. Los sentimientos y emociones siempre estarán
presentes en nuestras formas y etapas de pensamiento, por lo cual es mejor canalizarlos
adecuadamente para después dejar libre la mente y poder pensar “más limpiamente” con
respecto a las impurezas que desgastan la energía cerebral necesaria para un adecuado
análisis y para una mayor creatividad personal.
Sombrero negro. El color negro es triste y negativo. Este sombrero nos ayudará a
expresar el por qué pudieran salir mal las cosas; es el sombrero de la “precaución”.
El pensamiento de sombrero negro es una parte muy importante y necesaria dentro de la
habilidad para pensar. Este sombrero siempre es lógico, negativo, “cerebral”, pero no es
“emocional”. Al usar este sombrero es como si se actuara de “abogado del diablo”, que
era un abogado designado por los tribunales de la Iglesia para defender a las personas
que eran acusadas de brujería o de herejía; sin embargo, la función que desempeña es
considerada vital para el éxito del análisis; por otro lado, el uso exagerado del sombrero
negro puede entorpecer la obtención del objetivo de la creatividad ya que si se critica o
se expresa primero lo que pudiera salir mal en cada idea será difícil que las ideas
florezcan; por lo tanto, el uso del sombrero negro es muy importante siempre y cuando
se haga después del sombrero amarillo.
El pensamiento de sombrero negro se ocupa específicamente del juicio y la crítica
lógica. Con este sombrero podemos señalar lo que está mal, lo incorrecto o lo que no
encaja dentro de la experiencia lógica o dentro del sentido común, también lo que no
pudiera funcionar bien en el futuro, indicando los riesgos y peligros involucrados. Estos
problemas potenciales que se señalen deberán estar fundamentados en la lógica y el
sentido común racional.
Sombrero amarillo. El color amarillo representa la luz y la energía generadora del sol;
también representa la alegría y el optimismo con los que podemos impulsar cualquier
idea.
El sombrero amarillo es el encargado, con curiosidad, de generar, con gran esperanza y
perseverancia, oportunidades positivas a las ideas y conceptos por implantar. El tomar
la actitud necesaria de sombrero amarillo no es fácil ya que por lo general las personas
somos más propensas a ver las cosas negativas que las positivas. La actitud optimista
3. requiere que deliberadamente busquemos todos los aspectos positivos que puedan tener
las ideas expresadas, por lo cual hay que basarnos mucho en la experiencia, la
información disponible y el conocimiento; también podemos apoyarnos en deducciones
lógicas, en tendencias y en general en todo aquello que se considere necesario para
hacer que las ideas se realicen. El sombrero amarillo, además de aportar juicios y
propuestas positivas para las ideas, también debe prever sus posibles beneficios; por
esto se dice que es el encargado de la visión de lo que se desea realizar; la visión incluye
los beneficios a lograr y todas las consideraciones que apoyen la factibilidad del
proyecto en el que se trabaje. Cualquier visión de cualquier proyecto a realizar señala la
dirección en que se debe caminar para lograrlo. Este sombrero es el que se encarga de
que los hechos sucedan, por lo cual no debe importarnos mucho si la solución es
novedosa; lo que debe importarnos es si la idea que se va a poner a funcionar nos
beneficia realmente.
Sombrero azul. El cielo tiene un color azul y está encima de todo, simboliza el control
panorámico de los hechos. Se le puede también comparar con el director de una
orquesta o con una persona que actúa como moderadora de una reunión.
El pensamiento de sombrero azul ayuda a organizar los demás sombreros en secuencias
específicas con las cuales se puedan conseguir los objetivos que se estén buscando en
determinado momento. Podemos resumir las más importantes tareas que se deben
alcanzar cuando se usa un pensamiento de color azul: definir el objetivo a lograr durante
el ejercicio de pensar; identificar en cada momento cualquier desviación que ocurra
respecto al objetivo propuesto; realizar preguntas para seguir enfocando el ejercicio el
dirección correcta; diseñar la secuencia de uso de los demás sombreros; negociar las
reglas que se van a seguir durante el ejercicio si éste se realiza en grupo; mantener el
orden y asegurar que se cumpla la agenda planeada; sintetizar y resumir los acuerdos
alcanzados y coordinar la elaboración y seguimiento a los planes de acción específico
con el que se aterrizarán todas las ideas propuestas.
Sombrero verde. El color verde representa la vegetación nueva que brota a partir de
pequeñas semillas que solo requieren algunos cuidados al inicio de la vida. El verde es
crecimiento fértil y abundante y ayuda a dar vida a otros organismos.
El pensamiento de color verde representa las nuevas formas de ver las cosas, las ideas y
conceptos nuevos que deben sustituir a las viejas ideas. Se ocupa del cambio deliberado
de los paradigmas y de los canales de pensamiento arraigados. Este sombrero también
se ocupa de las nuevas percepciones, las nuevas conexiones y relaciones entre las ideas
y conceptos generados para producir más alternativas y opciones de creatividad. El
pensamiento creador siempre necesita protegerse del pensamiento crítico del sombrero
negro, por lo cual al utilizar este sombrero se está protegiendo la infinidad de ideas que
deben brotar del ejercicio de pensamiento creativo. La creatividad lleva implícita una
actitud de exploración y riesgo, por eso al ponernos el sombrero verde debemos
atrevernos al cambio, debemos provocar nuevos caminos; ir más allá de lo conocido, de
lo obvio y lo satisfactorio, para lo cual se necesita que experimentemos con nuevos
pensamientos. El uso de este sombrero es motivante ya que nos permite actuar como
personas “locas”, que dicen cosas que antes no se han escuchado pero que al usar la
protección que permite el color verde facilita su expresión.
Ejemplo de una secuencia de uso de los sombreros para un análisis de problemas en un
grupo:
1. Sombrero azul: se escoge al moderador de la reunión.
2. Sombrero azul: se define el problema a resolver.
3. Sombrero rojo: se mencionan todos los “sentimientos” y emociones que provoca a los
4. participantes el problema bajo análisis.
4. Sombrero blanco: se anotan todos los hechos, cifras y datos acerca del problema.
5. Sombrero verde: se proponen todas las posibles soluciones al problema.
6. Sombrero amarillo: se expresan todos los aspectos positivos de cada una de las
soluciones propuestas.
7. Sombrero negro: se expresan todos los juicios y argumentos lógicos en contra de cada
una de las soluciones propuestas.
8. Sombrero azul: se seleccionan aquellas soluciones que tengan más aspectos positivos
y menos argumentos en contra.
9. Sombrero azul: se elabora un plan de acción para implantar las soluciones
prioritarias.