1. EL BAJO IMPERIO
Comienza en el año 284 con el emperador Diocleciano, quien dada la enorme extensión del
imperio romano, decidió instaurar una nueva forma de gobierno para estabilizar la situación
política. Esta nueva forma recibe el nombre de “tetrarquía”, es decir, que el imperio pasa a
ser gobernado por cuatro personas a la vez y cada uno se encarga de una parte del mismo.
Aunque el nuevo sistema comenzó funcionando bastante bien, las envidias y las rencillas de los
tetrarcas acabaron provocando una nueva serie de guerras civiles, que terminaron con el propio
sistema de la “tetrarquía” y volviendo al sistema del emperador único: Constantino el Grande.
Constantino favoreció a los cristianos, cada vez más numerosos en el Imperio, publicando el
“Edicto de Milán” en el año 313, que permitía la libertad de culto. Estableció una nueva capital
para el Imperio a la que puso su nombre: Constantinopla.
Muerto Constantino, sus sucesores se enzarzaron en nuevas guerras civiles, hasta que tomó el
poder el emperador Teodosio el Grande, que convirtió al cristianismo en la religión oficial del
Imperio. Al morir, en el año 395, dividió el Imperio en dos mitades, gobernada cada una por
uno de sus dos hijos, creándose desde entonces el “Imperio romano de Occidente” con capital
en Roma y el “Imperio romano de Oriente” con capital en Constantinopla.
El Imperio romano de Occidente fue gobernado por emperadores débiles que buscaron
la alianza de pueblos bárbaros, como los visigodos, para contener a otros pueblos bárbaros.
Finalmente el Imperio romano de Occidente terminó su historia en el año 476, cuando el último
emperador de Occidente, un muchacho de once años llamado Rómulo Augústulo fue depuesto
del trono de Roma por los bárbaros. Los visigodos, aliados de los romanos, establecieron un
reino propio en Hispania con capital en Toledo.
El Imperio romano de Oriente en cambio sobrevivió casi mil años más, aunque cambió su nombre
por el de “Imperio bizantino”. Su historia terminó en el año 1453, cuando el último emperador
de Oriente, Constantino XI, murió defendiendo la capital, Constantinopla, del ataque de los
turcos, que tomaron finalmente la ciudad y le dieron el nuevo nombre de Estambul.
Llamamos “Edad Media” al periodo histórico comprendido entre la caída del Imperio romano
de Occidente (476) y la caída del Imperio romano de Oriente (1453).