2. I N D I C E
El sentido de la existencia humana. El dolor y la
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muerte.
Valoración personal. Pág. 7
Bibliografía
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3. EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA
HUMANA.
EL DOLOR Y LA MUERTE.
El árbol de la ciencia es una de las novelas más representativas del género
existencial, en tanto que narra la trayectoria vital de un héroe o un antihéroe, en
conflicto con las fuerzas irracionales. Éstas determinan la psicología y la vida de
los personajes los cuales se mueven en tres ejes que posibilitan el desarrollo de
los acontecimientos y el desenlace final: la familia, la sociedad (con todas sus
variantes) y la muerte. Estos tres elementos son los que configuran la vida de
una persona y, por lo tanto, indispensables en cualquier planteamiento de la
novela existencial. Los ingredientes ideológicos de los que se sirve Baroja son
circunstanciales en la génesis misma de la novela, tal como la concibe el autor.
Por lo tanto, la fórmula de la novela existencial se nutre de la vida misma, si se
quiere en sus aspectos negativos, pero de ahí deriva el impacto que puede
ejercer en el lector. De esta manera el lector ingenuo puede sentirse fascinado
ante un modelo de hombre con el que tiene muchos puntos en común
produciéndose, de este modo, una corriente de simpatía. La intemporalidad de
los problemas que se plantean son los que atraen la atención de un lector más
interesado en la vigencia literaria de un modelo narrativo.
La ideología de Baroja hay que considerarla de forma inseparable de su
temperamento. Las ideas sobre el hombre y el mundo que se desprenden de sus
obras y se inscriben a la perfección en la línea del pesimismo existencial.
Es característico de Baroja su radical escepticismo religioso, social,
económico; y llegaría a decir:
“No existe verdad política y social. La misma verdad científica,
matemática, está en entredicho, y si la Geometría puede
tambalearse sobre las bases sólidas de Euclides, ¿qué no les podrá
pasar a los dogmas éticos de la sociedad?”.
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4. Son palabras reveladoras del desamparo espiritual de la crisis de principios
del siglo XX.
Para Baroja el mundo carece de sentido, la vida parece absurda y no
alberga ninguna confianza en el hombre. Esta concepción hunde sus raíces en
Schopenhauer, el filósofo más leído y admirado por Baroja, y se refleja en sus
obras y personajes. Debido a esto y partiendo de la filosofía vitalista de
Schopenhauer, el tema fundamental de la novela es el sentido de la existencia
humana, el dolor y la muerte. Otro tema que está muy estrechamente ligado al
mencionado es el de la denuncia social con todas sus variantes. Lo individual y
lo social le interesan a Baroja y cuando trata de lo primera vuelca sus
conocimientos librescos con los que pretende justificar todo el proceso interno
de Andrés Hurtado, nuestro protagonista. Su ideología política está marcada
por el mismo escepticismo. Pese a sus contactos juveniles con el anarquismo, lo
que realmente le atraía del mismo era la rebeldía, el impulso demoledor de la
sociedad establecida. Rechazaba el comunismo, el socialismo y la democracia y
pronto se encerró en un radical escepticismo. De ahí que sus personajes
preferidos sean los inconformistas y se caracterizan por su hastío vital.
“Ella no podía comprender que Hurtado afirmase que era mayor
delito robar a al comunidad, al Ayuntamiento, al Estado, que
robar a un particular… En Alcolea, casi todos los ricos
defraudaban a la Hacienda y no se les tenía por ladrones”. (Quinta
parte: La experiencia en el pueblo; Capítulo V: Alcolea del Campo).
Así, Andrés Hurtado encuentra en la filosofía su piedra de salvación ante la
frustración sentida en la facultad.
“Yo busco una filosofía que sea primeramente una cosmogonía,
una hipótesis racional de la formación del mundo, después una
explicación biológica del origen de la vida y del hombre”. (Cuarta
parte: Inquisiciones; capítulo I: Plan filosófico).
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5. La duda existencial y la necesidad de ampliar horizontes da lugar en el
cuarto capítulo a un diálogo entre Andrés y su tío Iturrioz donde queda
perfectamente enmarcadas esas agonías:
“Uno tiene la angustia, la desesperación de no saber qué hacer con
la vida, de no tener un plan, de encontrarse perdido, sin brújula,
sin luz adonde dirigirse ¿qué se hace con la vida?” (Cuarta parte:
Inquisiciones; capítulo I: Plan filosófico).
Este pesimismo vital total que Andrés aplica a su persona y a la de los
demás:
“Hurtado imitaba a los héroes de las novelas leídas por él, y
reflexionaba acerca de la vida y de la muerte; pensaba que si las
madres de aquellos desgraciados que iban al spoliarium, hubiesen
vislumbrado el final miserable de sus hijos, hubieran deseado
seguramente parirlos muertos”. (Primera parte: La vida de un
estudiante en Madrid; capítulo VI: La sala de disección).
Del tema de la muerte derivan los siguientes aspectos ideológicos. Primero,
la dicotomía que se establece entre la libertad-determinismo:
“Kant prueba que son indemostrables los dos postulados más
trascendentales de las religiones y los sistemas filosóficos: Dios y
la libertad. Y lo terrible es que la prueba que son indemostrables a
pesar suyo… Ya no puede haber ni libertad ni justicia, sino fuerzas
que obran por un principio de causalidad en los dominios del
espacio y el tiempo.” (Cuarta parte: Inquisiciones; capítulo I: Plan
filosófico).
Del otro, la escisión entre individuo y sociedad, es decir, el problema de la
incomunicación, la soledad, la angustia vital que formulado en otros términos,
podría ser: individuo-sistema.
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6. “Ese instinto antisocial se iba aumentando”. “Andrés no
quería salir a la calle; sentía una insociabilidad
intensa”. (Sexta parte: La experiencia en Madrid; capítulo
V: Médico de higiene).
La negación de la libertad desde postulados filosóficos justifica la ausencia
de alternativa al suicidio. El rompimiento de esa armonía entre individuo y
sociedad genera una neurosis progresiva que precipita el desenlace final. Así
queda justificada su muerte desde un punto de vista intelectual y vital. Por lo
que se refiere a la negación de la libertad, se puede demostrar su tesis por
reducción al absurdo: en el peor de los casos, Andrés se suicida porque quiere.
El aislamiento en el que vive el protagonista, se traduce en el momento de su
muerte en cobardía, como afirma Iturrioz.
“- Ha muerto sin dolor – murmuró Iturrioz-. Este muchacho no
tenía fuerza para vivir. Era un epicúreo, un aristócrata, aunque él
no lo creía”. (Séptima parte: La experiencia del hijo; capítulo IV:
Tenía algo de precursor).
Baroja sólo concedía la muerte a sus personajes más queridos, pero habría
que añadir que les concedía la muerte porque tenía por fuerza que concederles
ese don, ya que en ese momento el personaje completaba su ciclo de acción y
pensamiento. Hay además muertes filosóficas, que acaban, que llegan, con
personajes que han completado su ciclo y que no pueden seguir viviendo, como
esta de Andrés Hurtado. En esta muerte el mismo fracaso de sus ilusiones, de
sus ideas, la impotencia ante situaciones exteriores más fuertes hacen acabar
con el personaje. Con la muerte de Andrés Hurtado muere la ilusión de vivir de
un joven, agobiado por la inquietud científica y la busca de la verdad filosófica.
“- Pero había en él algo de precursor – murmuró el otro médico”.
(Séptima parte: La experiencia del hijo; capítulo IV: Tenía algo de
precursor).
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7. VAORACIÓN PERSONAL
El árbol de la ciencia, a mi parecer, es uno libro que se merece ser leído, no
ya por su contenido filosófico y cultural, sino porque es una obra que nos acerca
al autor ya que contiene tantos rasgos autobiográficos de éste.
Algo que me sorprende mucho es que conforme se iba desarrollando la
historia yo era capaz de percibir la evolución de Andrés Hurtado hasta tal punto,
que parecía que ese personaje era real.
Por otra parte, resalta como Baroja era un gran observador de la vida
pública española del siglo pasado y un cronista en vivo de la época que le tocó
vivir. A demás destaca una de las características diferenciadoras del autor, su
estilo narrativo. El estilo narrativo de Baroja es un estilo mucha más rápido y
vivaz que acostumbrado hasta entonces y, a su vez, mucho más preciso.
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8. Bibliografía
El árbol de la ciencia. Pío Baroja. Edición de Pío Caro Baroja con notas
nuevas de Inman Fox
http://lenguayliteratura.org/ltr/index.php?
option=com_content&view=article&id=1557:pio-baroja-y-qel-arbol-de-la-
cienciaq&catid=102&Itemid=100005
http://www.opuslibros.org/Index_libros/Recensiones_1/baroja_arb.htm
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