1. Lectura Opcional Introductoria:
La angustia matemática, la angustia estadística y el alumno: un mensaje para
aquellos que están realmente preocupados por este curso
“Afrontémoslo: muchos alumnos le temen a este curso, incluso hasta el punto de
convertirse en un caso de “angustia estadística”” (Ziedner, 1991). Por lo tanto, si
hay quienes se pondrán tensos a medida que comiencen a aparecer los números,
será mejor tratar el tema ahora mismo.
Angustia matemática: si el problema es la angustia matemática, existe un buen
libro sobre el tema: ¿Cómo tener éxito con las matemáticas?: guía para que cada
alumno pueda superar la angustia matemática (1987).
Tobías, una alumna que solía evitar la matemática, sugiere que el objetivo debe ser
la “salud mental matemática”, a la que ella misma define como “la voluntad de
aprender las matemáticas que necesitas, cuando las necesitas” (p. 12).
Angustia por los exámenes: si el problema es la angustia causada por los
exámenes, también podemos brindar nuestra ayuda. Creemos que sería útil para el
alumno saber que existen tres modos de reducir la angustia causada por los
exámenes, de tal forma que pueda elegir la combinación de los tres que más se
2. adecue a cada uno.
El primer método parte del supuesto de que dominar un tema cualquiera pesa más
que la angustia que pueda sentirse. El mejor momento para comenzar a aplicar esta
táctica es el primer examen del curso: no habrá material antiguo para repasar, el
éxito no dependerá de haber comprendido temas previos y será útil para un mejor
desempeño a lo largo de todo el curso.
El segundo método para disminuir la angustia provocada por los exámenes supone
que el problema es provocado por la ansiedad física y por un estado emocional
general de angustia.
Cuando la raíz del problema es la ansiedad, es útil para el alumno saber que no
existe nada malo en el “hardware”, nada malo ocurre con su cerebro, su inteligencia
o su forma de estudiar el material. El alumno debe confiar en que realmente conoce
el tema.
Existen muchas técnicas, tales como aprender a respirar de forma adecuada y
tomar un breve descanso para relajarse profundamente.
Un truco muy útil para reducir la ansiedad es crear una práctica de examen, tan
parecida a una prueba real como sea posible, de tal manera de familiarizarse con la
mayor cantidad de aspectos de un examen (de modo que causen menos ansiedad).
Es importante que el alumno se esfuerce por reproducir los aspectos que más lo
inquieten. Si el problema es la falta de tiempo, una vez que se considere bien
preparado debe establecer un límite de tiempo para resolver algunos de los
ejercicios que tenga como tarea. Las respuestas deben ser completas y legibles, ya
que estos dos requisitos pueden ser los que lo hagan sentir lento durante un
examen. Si lo que al alumno le molesta es la presencia de otras personas o el
sonido de los lápices avanzando rápidamente mientras el suyo se encuentra
suspendido en el aire, entonces debe realizar la práctica de examen con otros
alumnos de su curso. Incluso es recomendable proponer explícitamente una
competencia para comprobar quién termina primero.
El tercer método parte del supuesto de que se necesita reemplazar cualquier
pensamiento negativo irracional, que surja al estudiar o dar un examen, por
3. pensamientos positivos y racionales.
Poca confianza en uno mismo: si el alumno sospecha que su problema es una
falta general de confianza, o si existe alguna otra cosa en su vida que lo está
preocupando, nuevamente sugerimos que es momento de intentar obtener ayudar
del cordial centro de asesoramiento universitario.
(Fuente: Aron, A. (2001). Estadística para psicología. Buenos Aires: Pearson Education)