2. “LOS TRES CERDITOS FLAUTISTAS”
Había una vez, tres cerditos que vivían en una casa y tocaban la
flauta.
Un día un cerdito tocó la flauta y era una canción de miedo,
entonces el lobo atraído por esa música tan terrorífica llegó a la
casa y el cerdito se asustó mucho, para no tener miedo se metió
debajo de la cama con una linterna ya que estaba solo, porque su
hermano el cerdito Glotón se fue a esquiar a la cima de la montaña
y el otro hermano el cerdito Tontorrón se fue a echar de comer a
sus mascotas.
Mientras el lobo preguntó al cerdito:
- ¿ Qué te pasa cerdito?. No tengas miedo, porque yo no soy un
lobo malo soy bueno.
He venido a pedirte que si querías ser mi amigo.
- Vale. - Respondió el cerdito.
3. Entonces el lobo y el cerdito se fueron a la piscina a darse un chapuzón.
Más tarde llegaron los otros dos cerditos y vieron que su hermano no
estaba y le llamaron, y este les respondió:
- Estoy en la piscina con mi colega el lobo.
Y los cerditos se asustaron mucho pensando que el lobo se lo iba a comer,
así que salieron corriendo hacia la piscina para detener al lobo antes de
comerse a su hermano el cerdito Bailón, y cuál fue su sorpresa al ver al
Bailón y el lobo jugando al waterpolo en la piscina.
Luego los 4 se fueron a casa y jugaron en el garaje al fútbol y el cerdito
Glotón era con el lobo, mientras que Tontorrón y Bailón iban juntos.
Más tarde Glotón marco gol y el lobo emocionado le dio un bocado. Del
otro equipo marcó Bailón y para celebrarlo tocaron la flauta mientras
bailaban.
Después, para celebrar que había jugado un partido y que los dos equipos
habían marcado se fueron al bar y se tomaron unos refrescos con patatas
fritas.
Y colorín colorado este cuento ha cambiado.
ALEJANDRO CIRIERO
4. “CERDITOS ASTUTOS”
… El cerdito más pequeño se construyó una casita de barro, el mediano una de piedra y
barro y, el más mayor, de ladrillo y cemento. En hacer las casitas, tardaron más de una
semana, incluso de un mes, pero al fin, todos tenían su casita finalizada.
Al tanto de poco tiempo, el lobo vio las tres casitas en mitad del bosque y estuvo
pensando en cómo destruirla, pero no se le ocurría nada ni preguntando a sus amigos. Al
fin, un día de lluvia, se le ocurrió que con la lluvia, el barro de la casita del menor cerdito
se iba a derretir, entonces salió echando humo a comerse al menor cerdito, pero el
cerdito había sido más listo y se había ido a la casa de su hermano el mediano y, el
lobo, corrió hacia allí lo más rápido que pudo, y una vez allí, vio que estaban los
hermanos dirigiéndose a las casita del mayor de los hermanos porque el barro que unía
las piedras se había derretido. Cuando el lobo los encontró, tras una larga búsqueda, vio
que había llegado después que los cerditos y que ya no tenía escapatoria; todas las
ventanas estaban cerradas, no podía cavar por debajo de la pared porque había cemento
en el suelo alrededor de la casa, tampoco pudo entrar por la chimenea por cosas que le
pasaron al intentar entrar por una chimenea en otro cuento muy parecido… vamos, que
se quedaba sin cena. Pero al cabo de un rato, se le ocurrió romper la puerta dando
patadas; pero se hizo daño en un pié, romper la puerta pero esta vez con un cuchillo;
pero iba a estar rompiendo la puerta toda la noche, y… halló la solución, la solución era
simplemente; hacha, ni nada más, ni nada menos, H-A-C-H-A, cinco letras y no se le
había ocurrido, lo que tenía que hacer era romper la puerta con un HACHA.
5. Cuando encontró un hacha entre la basura que había en su casa, fue corriendo hacia
la casa del cerdito mayor y se cayó por el camino al tropezarse con una piedra y
casi se clava el hacha, pero solo se raspó con una piedra, entonces siguió su
camino. Cuando por fin llegó a su destino, cogió el hacha con fuerza y rompió la
puerta, pero, cuando entró, ya no había nadie, ninguno de los tres cerditos, se
habían escapado. Cuando el lobo estaba llegando a su vieja y solitaria casa, escucho
un ruido y fue corriendo hacia él, pensando que iba a ser su cena. Pero cuando
estaba a punto de llegar al lugar de donde provenía el ruido, ¡ZAS! …cayó en la
trampa de los cerditos y se quedó colgado boca abajo de una cuerda atada a un
árbol y se quedó allí atado para siempre. Desde ese día el bosque se volvió más
tranquilo y todo el mundo quiso irse a vivir allí, y COLORÍN COLORADO, ESTE
CUENTO HA CAMBIADO.
ARTURO ALONSO.
6. “EL LOBO Y LOS TRES CERDITOS
TRABAJADORES”
Había una vez tres hermanos que vivían en el corazón de
un bosque. El lobo siempre andaba persiguiéndolos para
comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron
hacerse una casa. A todos les pareció una buena idea, y se
pusieron manos a la obra, cada uno construyendo su casita.
Estaba haciendo el pequeño una casa de madera. El
mediano una casa de metal. Y el mayor una de madera y de
metal. Los hermanos del pequeño decidieron ayudar al
pequeño y así acabar antes. Así lo hicieron.
Ya habían terminado cuando de repente llegó el
lobo, entonces se asustaron mucho y se metieron todos en
la casa de madera y el lobo les decía: “no os escondáis que
os he visto que os voy a comer a todos
¡ja, ja, ja!, esconderos todo lo que queráis que os voy a
comer igual”.
7. Entonces los cerditos no salieron y el lobo se fue. Los tres
hermanos se pusieron a construir la casa de metal y la
terminaron. Después, se pusieron a hacer la casa del hermano
mayor, cuando llegó de nuevo el lobo. Estaban en la calle y se
tuvieron que meter en la casa del mediano rápidamente. El
lobo se escondió detrás de la casa de madera y metal que no
habían terminado y salieron pero el lobo no les comió. Después
el lobo se fue y los 3 cerditos terminaron la casa del hermano
mayor.
Más tarde, se quedaron todos en la casa del mayor porque
tenían miedo. Luego decidieron relajarse jugando a un juego
que trataba de tranquilizarse. Y así se tranquilizaron. Después
se fueron cada uno a su casa. Más tarde el cerdito mayor fue a
llamar al cerdito mediano y al pequeño para hacer un plan y se
fueron todos a casa del mayor. Pusieron a la lumbre una olla
hirviendo, el lobo se tiró por la chimenea y se quemó.
Los cerditos se quedaron felices y comieron perdices.
MARTA OBREGÓN PORRINAS.
8. “Los cerditos y el lobo”
Erase una vez tres cerditos que eran hermanos y vivían en el corazón del
bosque. El lobo siempre andaba persiguiéndolos para comérselos. Para escapar
del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa. A todos le pareció una buena
idea, y se pusieron manos a la obra, cada uno construyendo su casita fue
tardando más o menos. El cerdito menor hizo la casa de chapas que le pidió
prestadas al granjero Felipe. El cerdito mediano la hizo de alambres, que luego
tapó con una vieja sábana que le pidió al granjero Bob para refugiarse de la
lluvia, y el cerdito mayor hizo una casa de ladrillos que le pidió al granjero Fausto
porque estaba construyendo una pequeña casita para su perro Hermenegildo. A
todos les costó llegar a la granja más próxima al bosque en el que vivían los tres
granjeros porque tenían que ir casi hasta el pueblo, que estaba muy lejos.
Cada uno, inventó su propia táctica: el cerdito mayor puso en la puerta
un cubo de agua hirviendo atado a una cuerda, entonces cuando el lobo
entrara se quemaría y saldría corriendo. El cerdito mediano puso las
puntas de los alambres hacia afuera, entonces cuando el lobo abriera la
puerta se pincharía, y el hermano menor encendió la chimenea y se
calentaron las chapas, entonces cuando las tocara para entrar se
quemaría.
9. Los cerditos tardaron mucho en hacer las tres casas, el menor tardó tres semanas, el
mediano tardó seis semanas y el mayor tardó diez semanas. Mientras que trabajaban
oyeron un ruido, se acercaron para ver que era, era una niña muy guapa de cabellos
dorados y labios rojos como una preciosa manzana que estaba llorando. Los tres
cerditos le preguntaron que le pasaba y si podían hacer algo para arreglarlo, ella les
dijo que se había perdido y que no sabía a donde ir, los cerditos la dijeron que podía
quedarse en sus casas, la chica les dijo que si, pero que no quería causar
molestias, los cerditos dijeron que no pasaba nada y la preguntaron como se
llamaba, ella dijo que se llamaba Celia. Al día siguiente, Celia se despertó y dijo que
iba a buscar algo para comer, los cerditos la dijeron que tuviera cuidado con el lobo, la
chica de los cabellos dorados se adentró en el bosque, al rato los cerditos terminaron
de construir sus casas y vieron llegar a Celia a lo lejos, se metieron en casa y
descansaron. Pasó un rato y el cerdito pequeño oyó un ruido, se acercó a la ventana y
vió una sombra, miró un poco más y pudo ver una cola negra, siguió mirando a
escondidas y vió al lobo Fausto que salía de un arbusto. El cerdito se asustó y miró si
su táctica para ver estaba bien preparada, todo perfecto, esperó escondido, el lobo
toco la chapa y ¡Paf! Se quemó y salió corriendo. Pasó un rato, el cerdito menor
también oyó un ruido y presintió que podía ser el lobo, ideó todo el pan y ¡Chac! El
lobo se pincho con los alambres de la casa.
10. Después de más o menos quince minutos en la casa del tercer cerdito también se oyó
un ruido y también era el lobo, el cerdito mayor, ya sabía que era el lobo, el lobo
abrió la puerta para comerse al cerdito, el lobo dio un paso y ¡Chas! Un gran cubo de
agua hirviendo calló encima del lobo que salió corriendo. Todos los cerditos se
reunieron en la casa del cerdito mayor y contaron lo ocurrido, volvió a sonar la
puerta, los cerditos se asustaron, pero cuando se abrió la puerta, vieron a Celia que
había vuelto de su paseo diario, los cerditos suspiraron y contaron a Celia lo
ocurrido, Celia se alegró de que no hubiera pasado nada malo.
Pasaron unos días y vieron llegar a unas personas. ¡Mamá, Papá! Exclamó Celia, los
cerditos se dieron cuenta de que su gran amiga Celia ya se iba a marchar, se
despidieron de ella y se marchó. El lobo no volvió a aparecer por aquel lugar y lo tres
cerditos se quedaron muy felices
PAULA GARCÍA.
11. Colorín Colorado…
Este cuento ha cambiado.
CEIP RODRIGO DÁVILA MARTÍN
CASTAÑAR DE IBOR (CÁCERES)
23 DE ABRIL DE 2014