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Los diálogos académicos como práctica en trayectos formativos
1. Línea temática 10.
Formación de formadores, investigación docente
y redes de colaboración en educación normal
LOS DIÁLOGOS ACADÉMICOS COMO PRÁCTICA SOCIAL EN EL
TRAYECTO FORMATIVO DE LOS FORMADORES
•
Eusebio Olvera Reyes
Escuela Normal de Especialización Dr. Roberto Solís Quiroga
eusebio.olverar@aefcm.gob.mx
A 100 años del nacimiento de Paulo Freire.
Nadie nace hecho. Nos vamos haciendo poco a poco,
en la práctica social en la que formamos parte.
Freire, (1996. p. 88)
Resumen:
El presente artículo expone una cartografía de los territorios académicos que un
sector del Estado ha configurado para que la Nueva Escuela Mexicana (NEM)
concrete una de su acciones políticas fundamentales: La actualización del trayecto
formativo de las comunidades docentes que colaboran en las escuelas normales
del país. En concreto se exponen algunos elementos focalizados en la ciudad de
México. Se describe la legitimidad, presencia y alcance del territorio creado, las
lógicas institucionales de acceso y operación. Por último, se cuestiona el impacto
numérico en el trayecto formativo, así como el alcance que tiene para llegar a las
aulas. Se propone el diálogo como práctica política y social, acción que visibiliza un
terreno subjetivo de interlocución no reconocido por las vías formales, sin embargo,
supone un mayor impacto directo en los resultados, que los que ofrece la propuesta
formal. La narrativa muestra dos tenores, el primero bajo al lógica de la formalidad
descriptiva que se espera de un discurso institucional, el segundo, recupera lo que
aquí se propone: el diálogo investido de un lenguaje subjetivo, ajeno a la norma
discursiva oficial, pero otorga vida a los sujetos.
Palabras clave: Diálogo, práctica social, formación profesional, apertura
La NEM y el trayecto formativo: un territorio legitimo configurado
•
Documento presentado de manera virtual en el Primer Congreso Nacional a Distancia.
Formación Docente para la Nueva Escuela Mexicana: Horizontes de transformación en
construcción colectiva. Efectuado del 2 al 4 de junio del 2021. Organizado por la Autoridad
Educativa Federal de la Ciudad de México
2. De acuerdo a los planteamientos de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), un territorio
a construir, para poner en marcha los planes y alcances de esta propuesta
educativa, refiere a la actualización y capacitación docente de los formadores de
formadores, para ello configura acciones y criterios que le permitirán demarcar esa
meta. Bajo esta lógica, se contemplan procedimientos para que los docentes
transformen la formación profesional a través de los estudios de posgrado, la
investigación y la conformación de redes de colaboración; asimismo, orienta sus
esfuerzos a la creación de actividades académicas que den respuesta a las
necesidades de operación de los planes de estudio vigentes para que contribuyan
en la formación de los nuevos normalistas. Validar esta mirada, exige reconocer
que el Estado ha apostado para constituir escenarios y prácticas sociales que han
de marcar las rutas, actividades, acciones, experiencias, modos de hacer, pensar
y estar ante las lógicas institucionales que han de organizar una vida de comunidad
normalista para dar cumplimiento a las metas de la NEM.
Ante esta realidad, una parte de sus esfuerzos se aprestan hacia la constitución
de ofertas dirigidas por múltiples organismos que forman, gestionan y promueven,
tanto cursos, como talleres a nivel local y/o nacional para los docentes y
estudiantes implicados en el normalismo; esta decisión capital se orienta hacia la
metamorfosis de la práctica profesional docente, en su discurso se lee entre líneas
que buscan un impacto lineal, inmediato y automático, pues afirman que estas
acciones lograrán “repercusiones en la transformación social, en el aula, la escuela
y el sistema educativo” (SEP, 2019a, p.5)
Con relación a las ofertas nacionales de actualización para el normalismo, la
Dirección General de Educación Superior para el Magisterio (DGESuM), a través
del Centro Virtual de Innovación Educativa (2020), ofrece actividades de formación
continua en la modalidad de cursos en línea, abiertos o con fechas reservadas para
su desarrollo, todas ellas investidas del discurso oficial de la NEM y que atiende
necesidades propias del Estado para poner en marcha la concreción de habilidades
y estrategias que orienten a los formadores para la consecución de los propósitos y
metas de los planes de estudio vigentes, aunque no necesariamente a las
necesidades profesionales de cada localidad.
Dicho organismo ofrece desde su plataforma URL activos (enlaces electrónicos) con
opciones para reforzar la estrategia de modalidad a distancia en las Escuelas
Normales; herramientas educativas para el trabajo en línea; acceso a una biblioteca
virtual, boletines, Infografías, la gaceta “somos normalistas”, una colección de libros
denominada “Normalismo extraordinario”, “Gacetas bibliográficas para maestras y
maestros”, una red de bibliotecas y un repositorio digital. Asimismo, junto con la
Subsecretaria de Educación Superior (SES), gobiernos de los Estados y otros
organismos, organiza y coordina el Congreso Nacional de Investigación sobre
Educación Normal (CONISEN). Todas estas ofertas están basadas en una
3. necesidad de proyectar la autonomía y responsabilidad profesional del educador,
para que decida navegar, explorar o hacer uso de los recursos para enriquecer su
trayecto formativo e integrarlo a sus prácticas sociales (DGESuM, 2021).
Por su parte, la Dirección General de Actualización del Magisterio (DGENAM),
junto con las Escuelas Normales Públicas (ENP) y el Centro de Actualización del
Magisterio de la Ciudad de México (CAMCDMX), a través de la página de la
Autoridad Educativa Federal de la Ciudad de México (AEFCM) asumen el propósito
de “Vincular acciones (…) de formación, capacitación y desarrollo profesional de los
docentes (para que) respondan a los requerimientos de los servicios educativos a
cargo del órgano desconcentrado” (AEFCM, 2020). Para lograrlo, responde a las
necesidades de actualización a través de su portal; desde ahí ofrece espacios tales
como repositorios académicos (nacionales y latinoamericanos); la Normateca,
donde pone al alcance ligas de interés para el magisterio normalista; asimismo
tiene una sección de infografías que orientan el aprendizaje y exploración de
recursos tecnológicos para hacer frente a la formación inicial desde casa; También
crea diversos comités para que los profesores de las escuelas normales publiquen
los resultados de sus investigaciones y escritos académicos y ponerlos al alcance
de la comunidad normalista a través de la gaceta Norma-lista!, la revista de
investigación educativa “Práctica docente” o bajo el formato de libro digital.
Estos recursos están planeados, sistematizados, organizados, encaminados a
atender algunas inquietudes que pueda tener la comunidad normalista, buscan
poner al alcance del magisterio “practicas exitosas”, también ofrece
acompañamiento a través de los distintos programas de actualización que ofrece a
todas las ENP y CAMCDMX. Es necesario señalar, que en los últimos años la
DGENAM ha ofertado especializaciones y maestrías para el magisterio, además ha
incursionado en el desarrollo de eventos académicos locales y nacionales en
diversos formatos (Congresos, simposios, talleres, etcétera), en los que apuesta a
generar territorios y tiempos para crear condiciones de vida académica
encaminados a la actualización profesional, intercambios magisteriales y de
divulgación de la investigación gestada en el normalismo.
Finalmente, la Secretaría de Educación Pública en sus propuestas de articulación
y actualización para fortalecer la práctica docente desde las ideas que promueve la
NEM, abre espacios en internet a través de la plataforma de la Nueva escuela
Mexicana para comprender, gestionar los encuentros y avances inmediatos con las
comunidades educadoras de la infancia, pues:
Reconoce que todo modelo educativo debe reconocer el trabajo y
esfuerzo de las maestras y de los maestros frente a grupo. También sabe
que los temas relacionados con Contenidos y Materiales Educativos así
como la Gestión Escolar, ocupan por parte de los docentes el mayor
4. tiempo de su ejercicio profesional; por lo que en este espacio se ofrece
a los maestros herramientas que les permitan preparar sus clases, así
como compartir estrategias con otros docentes. (SEP, 2021a)
Para complementar los esfuerzos de este organismo, en ese mismo espacio virtual
“se reúnen más de 5, 600 recursos educativos digitales, alineados a los planes y
programas de estudio oficiales y a los libros de texto gratuitos (SEP, 2019b), sin
embargo, aunque promete interlocución en sus espacios (SEP, 2021b), el docente
que navega entre sus propuestas está solo, sin diálogo con sus iguales, el
intercambio se reduce a la lectura de la experiencia de otros.
Se puede apreciar que el Estado y el normalismo han invertido esfuerzos para
fortalecer y contribuir a la profesionalización, actualización y capacitación de los
profesores, actúa para ampliar las trayectorias formativas. Recursos e información
al alcance no faltan, pero es notable que la interacción con las plataformas esta
limitada al consumo o la generosidad profesional; pero no al encuentro humano o
de diálogo que permita establecer la creación de redes y nodos que promuevan la
cooperación y colaboración en proyectos conjuntos. La lógica estructural imperante
es constante: la verticalidad, el orden, la planeación, la sistematización, el control,
la organización en tiempo y forma prevalecen, es cuidada metódicamente, se
aprecia que ocasionalmente dan lugar a lo emergente.
Si bien las acciones son loables, el que suscribe, reconoce que se ha logrado
constituir un territorio formal, convencional, que impulsan el crecimiento para que
los docentes transformen sus maneras de hacer docencia e investigación, así como
para reordenar sus sistemas de pensamientos a través de las ofertas que se han
descrito; dichas actuaciones institucionales están colaborando para que como
colectivo normalista se inscriban este tipo de prácticas sociales en el trayecto
formativo.
Sin embargo, el trayecto no sigue solamente una lógica, de acuerdo a Nicastro y
Greco (2012), la trayectoria se puede comprender como un camino que forma, se
recorre, se construye, implica a sujetos en situación de acompañamiento, se asocia
con una historia, con puntos de partida, de pausas, apertura-cierres en la movilidad
de las actuaciones, exigen sentidos, la recuperación de huellas que se han
generado en el camino andado; esta es la noción que se asume en este artículo
para comprender el trayecto formativo de los profesionales de la educación
normalista; asimismo se recuperan los planteamientos de Ferry (1997) que
contemplan la formación del educador como el transito por territorios más abiertos,
con menos estructura institucional, pero con más recursos de interlocución e
introspección ante las varias experiencias con las personas y el conocimiento que
ofrecen, estos autores arguyen:
5. La formación es una dinámica de desarrollo personal que consiste en tener
aprendizajes, hacer descubrimientos, encontrar gente, desarrollar a la vez
sus capacidades de razonamiento y también la riqueza de las imágenes que
uno tiene del mundo. Es también descubrir sus propias capacidades, sus
recursos (p.96)
El territorio que actualmente ha construido el normalismo refleja planteamientos
orientados desde la racionalidad, el control de la oferta que ofrece desde lo
institucional, los caminos a recorrer están cimentados desde la lógica del
pensamiento científico y académico, sobre todo, ha de estar apegado a las
tradiciones más formales de participación comunitaria desde las vías de la
regulación institucional de la NEM. Bajo esta condición el impacto se circunscribe a
una medición de resultados a partir del reporte de número de profesores con
estudio de posgrado, cantidad de investigaciones publicadas, la suma de
profesores que asisten a encuentros académicos, así como al calculo de acciones
académicas que legitiman su participación en cursos - talleres de actualización o
capacitación a través de la sumatoria de constancias. Un camino plagado de
certezas que enceguece la oportunidad de mirar otras prácticas sociales que
enriquecen a los formadores.
Sin embargo ¿cuánto o qué de lo explorado en estos territorios llega a las aulas?
¿solamente bajo este pensamiento de medición de resultados basado en los
números, es que se puede asumir el trayecto formativo y la formación de los
docentes? ¿únicamente son válidas las practicas sociales legitimas que genera el
Estado? ¿qué otras prácticas sociales participan en la actualización y capacitación
profesional y que provoquen cambios reflejados directamente en un trayecto
formativo-profesional o las aulas? Se buscará dar espacios de disertación para
estas preguntas en el siguiente apartado.
El diálogo como práctica político-social en el trayecto formativo
La cartografía que demarca el territorio civilizado, de dominio y conquista de
conocimientos legítimos, se constituye en el terreno de la política orientada a la
organización formativa, actos académicos o de investigación; por tanto, las
instituciones organizan, diseñan y estructuran prácticas formativas, creación de
repositorios virtuales, así como encuentros sociales (presenciales o en línea) para
dar un clima y vida a los organismos formadores de docentes; cada acción persigue
ser validadas desde la formalidad de las normativa propositiva y acuerdos legales,
o los que respaldan la función pública.
La lucha política de las instituciones por legitimar las estructuras y organizaciones
formales lleva un rumbo fijo que se premia al alinearse a dichas empresas, esto se
traduce con la asignación de constancias, oficios, nombramientos, regulación de
6. actuaciones que permiten participar en los procesos de estímulos y en concursos
de plazas, todo parece indicar que la verticalidad es la forma legitima de
transformación para los docentes en la NEM; pero, ¿será tiempo de construir y
reconocer otros referentes formativos? ¿por qué no atreverse a pensar en la
transformación de la colectividad desde las perspectivas de la horizontalidad? Sobre
todo para:
Un mundo que cambia y se agita vertiginosamente, nos impele a ir más allá
de lo conocido, de los discursos comunes, de las palabras reiteradas y
gastadas, de la audacia de lo mismo; este mundo que sentimos que se
desangra y se deshace, nos obliga a buscar alternativas y respuestas en
otros lugares, quizá en aquellos que han sido nombrados como la frontera, el
límite entre lo supuestamente civilizado o salvaje (Delgadillo, 2020 p. 78)
Las acciones que están fuera de las fronteras legitimas del territorio, se mueven
como parte de los trayectos formativos que se instalan en la vida de los académicos,
no todo atraviesa por las vías del control o la formalidad, es necesario reconocer
los caminos y prácticas sociales que bajo la mirada del control institucional son
invisibles, ausentes de legitimidad corporativa (no la necesita), pero que son
practicados de manera continua por los colectivos.
El territorio formal menosprecia terrenos o prácticas sociales que se circunscriben
en la periferia y se expresan como encuentros de pasillo o casuales, cafés virtuales,
pues se puede suponer que ahí solamente se movilizan saberes cotidianos,
opiniones personales, sabiduría particular, pero se omite que, quienes hablan son
intelectuales con una mente formada, un lenguaje que representa cualidades
académicas para interpretar y referir la realidad, en estos espacios también se
construyen diálogos científicos (no legitimados) llenos de energía emocional,
pasión y amor por lo que se cree o indaga, tal fragor abre nuevas rutas para explorar
el conocimiento o reconocer el dialogo como práctica sociales.
De acuerdo a Morin (1999), la operación del territorio ideológico, esta acompañada
de ceguera y errores del conocimiento que continuamente pugnan por proteger sus
sistema de creencias y desecha lo que no responde a su lógica o ilusión sobre el
cómo deben ser las cosas. Desde la racionalidad académica la formación sólida
desecha el saber/conocimiento que no tiene matices de cientificidad o academia.
Los diálogos espontáneos, como práctica de conocimiento, quedan fuera de
escenarios controlados por la política pública o la academia, se perciben como
descontextualizados de una discusión formal legitimada; pues el diálogo informal,
no atiende algunos aspectos de rigor que exige la investigación científica o la
formalidad académica; por ejemplo, que lo comunicado sea regulado, supervisado
o validado por una comunidad y se apegue a la sistematicidad metodológica, la
delimitación de marcos teóricos interpretativos con los que entreteje el abordaje de
7. una realidad específica. Pese a ser ajenos a esta lógica, se movilizan como práctica
en la vida de los colectivos docentes.
El dialogo difícilmente se mantiene en el margen del control, apuesta a la
emergencia organizativa, de acuerdo con Delgado (2012), el diálogo:
se requiere para reorganizar los conocimientos, producirlos mediante el
cambio de perspectivas, comportamientos, modos de pensar y colaborar.(…)
En términos prácticos, esto significa un reto vital pues debemos enfrentar
nuestros propios horizontes de comprensión y actuación. El diálogo se
propone abrirlos, y la revisión previa y detallada de los presupuestos de
partida, es una condición ineludible (p.160)
El diálogo es una práctica politico-social, formal e informal de apertura. Hay que
comprender que la informalidad está llena de limitaciones, pero también ofrece
posibilidades de reinventar y reconsiderar el pensamiento, sin que por el momento
se este coartando la posibilidad de someter lo dialogado bajo los cedazos del rigor
académico; la charla al ser polifónica y polimorfa crea aperturas y emergencias para
modificar las rutas y senderos a transitar, algunas veces nos invita a conocer nuevos
paisajes intelectuales que hasta el momento son desconocidos, pues no se han
instalado en la mente de los que acceden al conocimiento desde estas opciones.
En los encuentros casuales emerge lo furtivo, lo inmediato; no son regulados,
planeados, ordenados o sistematizados bajo un horario instituido, sin embargo, da
vida y lugar al azar, la incertidumbre; los diálogos dan muestra de un despliegue
múltiple de ideas que pueden parecer ambiguas, volátiles, complejas,
indeterminadas, emergentes, contradictorias, por ello el saber legitimo las rechaza,
no cumplen la norma ni los códigos; empero, por su naturaleza rebasan y desafían
los limites de lo alcanzable por lo legal. Desde el diálogo espontáneo se puede llegar
a trasgredir los umbrales de la forma y el convencionalismo académico; el contenido
y la esencia del encuentro hacen vibrar la vida de los interlocutores, pues llegan a
despertar las ideas más lucidas que se imbrican con el acontecer diario de las aulas.
Estas prácticas sociales de encuentro son territorios vitales. También forman parte
del trayecto formativo.
Es necesario aceptar que este tipo de encuentros intelectuales son una riqueza de
hallazgos, alternativas, opciones para hacer frente a la vida académica o lo que
acontece en las aulas; pues ofrece la oportunidad de situarse en la negociación e
intercambios de saberes, opiniones, conocimientos, ideas, preguntas, provoca retos
que descolocan lo planeado, da lugar a ideas para ligarse, desligarse o religarse
ante el conocimiento que se sabe o lo que se desconoce (González, 2018).
8. De acuerdo a los postulados de Freire, el diálogo es una participación social que
empodera sigilosamente a los círculos donde sucede, confiere sentido al interior de
la vida de los actores pues abre otros horizontes para los sujetos y los grupos
(Freire, 1987, 1996). Por ello, la dialogicidad educativa está excluida de las
relaciones políticas de legitimidad, empero, ofrece la oportunidad de revelar los
secretos del otro y los propios, estos pueden emerger en forma de preguntas
esenciales y profundas, actitudes de interrogación para la distancia y/o cercanía con
la realidad; en el encuentro se asoman marcos teóricos, modelos epistemológicos,
dudas, textos desconocidos, investigaciones publicadas o probables pesquisas que
despiertan la inquietud de ser atrapadas por la escritura y la formalidad, se muestra
la forma de ser, se exponen las convicciones político-filosóficas.
Si la NEM busca alcanzar metas e impactar la realidad, se requieren cambiar las
prácticas y políticas que solo legitiman lo instalado como válido. La vida publica de
las instituciones se gesta de múltiples de actos privados que suceden en los
escritorios, en las reuniones colegiadas, los proyectos institucionales creados a
través de reuniones, juntas directivas y muchos diálogos no formales.
Estos actos son una transformación no silenciosa, pues se configura con palabras,
que invitan a comprender el mundo, cuestionarlo, criticarlo, permiten manifestar las
dudas e inconformidades, exponer las emociones que impulsan los pensamientos.
No requiere el poder o legitimidad de las instancias reguladoras de lo que “debe
suceder o no”, expone el amor a las causa que les dan sentido, la confianza, se
muestra la forma de ser , se da testimonio sin supervisión de un publico al que se le
debe responder desde lo políticamente correcto o la complacencia en temas álgidos
o controversiales. Decir esto en el terreno de la formalidad, es exponerse a la
expulsión del gueto académico, de los círculos de poder y la toma de decisiones.
Es arriesgarse al destierro.
En los diálogos también se construyen historias personales, la propia existencia, los
trayectos formativos que impulsan las actuaciones para el presente y la reinvención
de lo que hasta este momento somos. En las conversaciones se exige humildad,
ser hospitalario para acoger al que piensa diferente, se incluye a un ser humano; el
encuentro crea filias, sentimientos de identidad y pertenencia; las palabras e ideas
implicadas atrapan, seducen, activan las ideas de la cabeza, desbalancean nuestra
verdades más certeras y también las afianzan. El diálogo se vincula con la
curiosidad epistemológica que despierta un comentario disruptivo que trastoca
nuestras verdades asumidas; en lo narrado no se trazan los rigores de las verdades
objetivas o subjetivas, se entretejen sueños, aportes, inquietudes, que pueden
proyectar hacia nuevos movimiento en la academia y las aulas.
Dialogar es una opción política que conviene asumirse en la NEM, pues no atenta
contra las lógicas formales creadas para difundir el conocimiento; exige instalarse
9. para entablar puntos de referencia transformativos en el sujeto, como un recurso
del trayecto formativo que ha quedado fuera de las legitimidades teóricas,
metodológicas, validadas por las metas institucionales; sin embargo, es innegable
que esta práctica social, altamente subjetiva tiene un impacto en las aulas que aún
no se puede medir.
El diálogo crea aulas vivas en torno a las comunidades, estas experimentan la
autoorganización y autoaprendizaje, al interior se reconoce la capacidad para
analizar los trayectos vividos, reordenar lógicas de vida, permite retroalimentar
prácticas, adaptarse, transformarse. El diálogo es un:
Elemento movilizador, generador de procesos de reflexión, les permite
reestructurar procesos y sentidos, logrando que las familias y las
comunidades se auto- organicen en una dinámica que busca el bienestar
común, a través del acompañamiento a la elaboración de sus propios planes
de vida comunitarios (Delgadillo, 2020, p. 88).
A modo de cierre-apertura final
Es innegable que la NEM da respuesta a las políticas públicas que propone,
establece escenarios convencionales que regulen a los colectivos y los resultados
de las metas, con ello garantiza el crecimiento colectivo, la presencia de una ética
investigativa y pedagógica y participa en los trayectos formativos docentes.
Sin embargo, no es el único camino a recorrer para llegar, el diálogo es una práctica
política que moviliza trayectos impulsados por la curiosidad, el querer saber, aunque
no exista una vigilancia epistemológica o científica que valide lo dicho. Como
práctica busca comprender objetos, algunas dimensiones de la realidad
pedagógica, capacita para hacer frente a los pensamientos que dictan las lógicas
de la academia y la vida en las aulas, contribuye al trayecto formativo y la
constitución de redes de colaboración no formales. Da sentido a la urgente
sensibilidad humana, lejana de la numeralia de los resultados.
El diálogo exige enfrentarse a lo conocido-desconocido, saber escuchar, atender la
voz del otro, recuperar sus expresiones, meditar, guardar silencio y respeto ante las
formas que el otro ha logrado para concretar reflexiones e ideas, permite distinguir
los saltos cualitativos y cuantitativos que los acercan-alejan del encuentro con el
conocimiento que los convoca. Se abre la oportunidad de acceder a ideologías,
filosofías personales o académicas, creencias, mitos, vacíos o solidez en la
formación teórica, así como identificar los trayectos formativos por los que ha
incursionado el profesional dela educación. ¿La NEM tendrá apertura para
escuchar- dialogar esta propuesta? ¿Podrá consentirla como parte de sus políticas
e integrarla en su plataformas web o bajo otros formatos más horizontales?
10. Referencias
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DGENAM. [página web]. Recuperado de:
https://www2.aefcm.gob.mx/quienes_somos/dgenam/funciones.html
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Recuperado de: https://www.cevie-dgespe.com/index.php/formacion-continua
Delgadillo, I. (2020). “El aula viva: una pedagogía ancestral”. Universidad Distrital
de la ciudad de Bogotá: Noria investigación Educativa Recuperado de:
https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/NoriaIE/article/download/16482/15
709
Delgado, C. (2012a). Conocimiento, conocimientos, diálogo de saberes. en
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