1. La sociedad, información y el conocimiento ante la difusión de las TIC1
1. Las TIC, la información y el conocimiento.
La emergencia y el afianzamiento de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC)
han generado una abundante cantidad de estudios, comentarios y análisis que pretenden dar
cuenta de los efectos (posibles o comprobados) que la presencia de este tipo de dispositivos
genera dentro de la sociedad. Este amplísimo conjunto discursivo describe, interpreta o comenta
la transformación de diferentes prácticas sociales ligadas con los procesos comunicativos tanto
en el plano individual como en el de las experiencias colectivas. Dentro de estos textos las
referencias a los cambios que se producen en el ámbito cognitivo ocupan un lugar destacado.
Es por ello que los conceptos de información y conocimiento son permanentemente aludidos en
el marco de aquellos discursos que definen las consecuencias que la aparición, el uso y la
difusión de las TIC producen en nuestra sociedad.
La importancia de estos términos es tal que se los ha utilizado para describir y clasificar al
conjunto de cambios que las TIC han producido y, en algunos casos, se los emplea para
denominar al nuevo tipo de sociedad o la nueva era que estas nuevas tecnologías producen. Así,
por ejemplo, Manuel Castels define una era de la información para describir el nuevo tipo de
sociedad “redes informáticas interactivas” (CASTELS, 1997) que se extiende a lo largo del
planeta desde fines del siglo XX. Peter Drucker acuña la expresión sociedad del conocimiento
(DRUCKER, 1993) para describir un nuevo tipo de organización social que requiere una rápida
adaptación espacial y temporal a los cambios tecnológicos y organizativos - la llamada “nueva
economía” - que “estallan” en la década de 1990. Aunque ambos términos pertenecen al
mismo universo semántico, tanto desde el punto de vista del sentido común como desde una
perspectiva técnica, expresan dos conceptos claramente diferenciados. La noción de
conocimiento tiene su origen – al menos en el marco de la cultura occidental - dentro del
campo de la filosofía y da origen a una disciplina específica: la epistemología. Por su parte el
concepto de información comienza a ser desarrollado dentro del campo del derecho, se extiende
recién en la modernidad a la tecnología para finalmente ser recuperado por las ciencias sociales.
Por la amplia presencia de estos conceptos diversas disciplinas, entre otras: la psicología, la
sociología o los estudios en comunicación. Todas ellas definen a la información y el
conocimiento como conceptos diferentes pero con algún grado de relación entre sí. En ese
sentido las definiciones de ambos términos son abundantes y no resultan demasiado
contradictorias entre sí.
Pese a la abundancia de definiciones previa que distinguen y relacionan a la información y el
conocimiento en ciertos ámbitos estos conceptos diferentes son presentados como sinónimos.
En efecto, numerosos comentarios y análisis sobre la influencia que las TIC tienen sobre las
transformaciones sociales utilizan las palabras información y conocimiento de manera
indiferenciada.
Dentro de este grupo de discursos se encuentran aquellos que definen y regulan la política
educativa argentina que constituyen nuestro corpus de análisis. A partir de este conjunto
discursivo nos planteamos como objetivo la investigación de las causas y algunas de las
consecuencias que tiene la homologación de dos términos que, tanto del punto de vista del
sentido común como desde diversas perspectivas analíticas, son considerados como entidades
diferentes. Los discursos que realizan esta fusión de conceptos expresan las políticas generales
y las posiciones institucionales sobre el tema por lo que necesariamente influirán en los usos y
representaciones sobre las TIC. Por lo tanto influyen en las representaciones que dentro de la
comunidad educativa tiene de las TIC y condicionan sus usos actuales y futuros.
Para comprender algunos de los condicionamientos que posibilitan que en el marco de un
determinado universo discursivo los términos información y conocimiento tienden a fundirse
(o al menos solaparse) es necesario realizar una lectura crítica de algunos de los textos que
describen y analizan la relación existente entre las TIC y las transformaciones producidas en la
últimas décadas.
2. 1. 1. Una distinción entre información y conocimiento
Dentro del corpus discursivo que analizamos los conceptos de conocimiento e información
recuperan la interpretación que hacen de los mismos análisis sociológicos que estudian el
impacto de las tecnologías en la sociedad contemporánea y diversas perspectivas económicas
que buscan determinar el rol que cumplen el conocimiento y el manejo de la información como
factores que favorecen la competitividad en el marco de los procesos de globalización.
Dada la amplia difusión que ha tenido su obra y el hecho de que establece una relación explícita
entre ambos términos se puede citar las definiciones y las diferencias que establece Manuel
Castels en La era de la información2. Por un lado adopta la definición de conocimiento de
Daniel Bell (CASTELS, 1997: 43):
“una serie de afirmaciones organizadas de hechos e ideas que presentan un juicio
razonado o un resultado experimental, que se transmite a los demás mediante algún
medio de comunicación, en alguna forma sistemática”
Por otro, Castels considera – parafraseando a Porat - que se puede pensar a la información
como “los datos que se han organizado y comunicado el conocimiento” (CASTELS, 1997: 43).
En términos generales se puede considerar que la comparación que establece Castels expresa
con claridad la diferencia que otras definiciones también plantean. Mientras que el término
conocimiento se refiere a un conjunto articulado de elementos generado por un proceso de
producción relacionado con la construcción de determinados saberes y habilidades, el concepto
de información se relaciona con los productos perceptibles y comunicables de ese conocimiento.
Entonces, la diferencia básica que existe en entre el conocimiento y la información puede verse
cono una distinción entre un proceso y sus productos. La distinción entre un proceso y sus
productos ubica a ambos términos dentro de un mismo universo semántico que los engloba de
modo tal que se puedan establecer diferentes relaciones entre ellos. Las definiciones como las
que señala Castels presuponen la inclusión de la información dentro de un conjunto más amplio
y complejo que es el del conocimiento.
2. El conocimiento, la información y las transformaciones sociales
Como se ha expresado más arriba una serie de textos ha trabajado la relación entre las TIC, el
conocimiento y la información como un factor clave de las transformaciones que se están
produciendo en nuestra sociedad. Más allá de una filiación explícita las ideas expresadas en
estas obras conforman la visión con que trabajan los discursos de organismos internacionales,
declaraciones de funcionarios y comentarios sobre las TIC que son nuestro objeto de estudio.
Para comprender mejor los límites que generan estos condicionamientos es necesario hacer un
repaso general sobre sus orígenes y el modo que plantean la relación entre la dimensión
cognoscitiva implícita en toda tecnología y las transformaciones sociales que describen.
Un primer punto a establecer es que dentro de este campo existen dos perspectivas que
responden a tradiciones diferentes. Por un lado se encuentran aquellos autores que toman como
elemento determinante para el cambio señalan a la difusión de las tecnologías informáticas y su
relación con los sistemas y medios de comunicación. Estos son los analistas que hablan de una
sociedad de la información para describir una nueva organización social producto de la acción
de las tecnologías teleinformáticas. Del otro lado se ubican aquellos autores que consideran que
el conocimiento ha pasado de ser un epifenómeno de la riqueza a convertirse en el principal
productor de riqueza en el marco del nuevo tipo de capitalismo que preconizan.3 Dentro de este
grupo se incluyen los autores que publicitan la llamada sociedad del conocimiento.
Las dos posturas intentan la explicación de un nuevo cambio social que ven como un avance
dentro de la evolución social. Sin embargo sus puntos de partida y objetivos son diferentes. Los
que centran sus análisis en el concepto de información ponen el centro en el modo en que la
sociedad se adapta (o debe adaptarse) a una nueva revolución tecnológica que conjuga las
3. transformaciones que produjeron la imprenta en el plano del conocimiento y la industria
capitalista en el de la organización social. Los que plantean que para que una sociedad
produzca cada vez con mayor eficiencia y tenga la posibilidad de distribuir equitativamente la
riqueza generada es necesario que tenga como motor la construcción de un tipo de
conocimiento acorde con las nuevas necesidades.
Cada una de las perspectivas se basa en posiciones teóricas diferentes que vienen trabajando
sobre las causas de la transformación social desde antes de la emergencia del nuevo tipo de
sociedad que pretenden describir y analizar. Quienes hablan de una sociedad o una era de la
información se inscriben en el campo de los que problematizan la relación entre la tecnología y
la organización social e inscriben a las TIC dentro de los sistemas que generan un cambio
cuantitativo y cualitativo dentro de las estructuras cognoscitivas de la sociedad y los individuos
que la componen. Aquellos que hablan de una sociedad del conocimiento se basan en diferentes
concepciones económicas que definen el valor fundamental del conocimiento para sostener la
competitividad indispensable para operar en mercados globalizados.
Ambas posiciones tienen puntos de partida diferentes que recuperan y consolidan posiciones
teóricas previas. Para constituirse como corrientes de pensamiento más allá de los campos
disciplinarios que les dan origen y explicar de un modo coherente la emergencia del tipo de
fenómeno social que definen las dos posiciones marcan momentos fundacionales para la
constitución de una teoría que permita hablar de la era de la información o la sociedad de
conocimiento.4 Una recorrida sobre es estos momentos fundacionales y algunos de los textos
que se consideran tributarios de ellos permite comprender mejor la lógica general de estas
construcciones teóricas.
2.1. La sociedad informatizada
Los autores que hablan de una era de la información reconocen una amplia gama de
antecedentes que se remontan a los clásicos estudios de Harold Innis (INNIS, 1950) y las
nociones que puso en circulación su discípulo Marshall Mc Luhan (MC LUHAN, 1986) al
mismo tiempo que recuperan conceptos de tecnologías de la información, autopista de la
información y la posibilidad de una sociedad de la información definido por el Jacudi5
japonés durante la década de 1960. Simultáneamente se inscriben en el marco de los análisis
sociales que dan cuenta de los nuevos modos de desarrollo del sistema capitalista como los
trabajos de Alain Touraine (TOURAINE, 1972) quien define la existencia de una sociedad pre
industrial, una industrial y el advenimiento de una sociedad informacional.
En este marco que combina el análisis general de la sociedad con la presuposición de los
efectos de las tecnologías que combinan la informática con las telecomunicaciones se plantea6
como primer texto organizador de este conjunto de problemas al informe que Simon Nora y
Alain Minc elevaron al gobierno de Valery Giscard d´ Estaing en 1978: La informatización de
la sociedad (NORA y MINC, 1980) En este trabajo los autores plantean que ya se ha desatado
una revolución tecnológica producto de la teleinformática - Nora y Minc son los autores de
este término – cuyas consecuencias sociales deben ser reguladas por la acción estatal para evitar
que Francia pierda el control sobre los cambios que se están produciendo en el seno de su
sociedad. Nora y Minc plantean que la “informática se inscribe en un movimiento de
racionalización de la cual es la condición y la manifestación más acabada” (NORA y MIINC,
1980: 79). Plantean que aquello que los planificadores japoneses vieron como una posibilidad
inminente en los años sesenta en la década siguiente se convierte en una realidad que cambia
radicalmente la organización de la productividad en la industria y la administración al mismo
tiempo que plantea nuevas formas de competitividad en el terreno económico.
Por un lado Nora y Minc reconocen que “la informática puede ser el origen de una de esas
discontinuidades alrededor de las que se articula el saber” (NORA y MIINC, 1980: 182) y que
transformará la cultura individual que en el futuro la discriminación social “(NORA y MIINC,
1980: 183) no radicará tanto en almacenar conocimientos sino más bien en la habilidad de
buscar y utilizar (NORA y MIINC, 1980: 93). En este sentido presuponen una serie de efectos
en el futuro como producto de la difusión de una nueva tecnología. Sin embargo cuando tienen
que describir las consecuencias visibles de la difusión de la teleinformática en la sociedad
4. definen los cambios en un sentido cuantitativo: aumenta la productividad, disminuye el
empleo, se redimensiona la cantidad de información que es necesario manejar. La sociedad
informatizada es vista a través del incremento de un tipo de producto: la información que
redefine los términos de competitividad y reorganiza la producción. En ese sentido el concepto
de información se convierte en un objeto que tiene existencia física concreta y puede ser
medido, intercambiado y controlado. Un ejemplo interesante para este trabajo es el modo en
que Nora y Minc suponen que la difusión de la “máquina y la red” afectarán la educación: la
“inteligencia artificial” permitirá al alumno ”tratar problemas más complejos y por lo tanto más
cercanos a la realidad” (NORA y MINC, 1980: 93). Es decir que la informatización ampliará el
espectro pero no constituirá necesariamente cambios cualitativos.
De este modo en el texto de Nora y Minc se establece como eje de las transformaciones
presentes y futuras a una tecnología, la teleinformática, y su producto, la información. Los
autores que siguen esta tradición plantean la discusión en términos de las posibilidades de
disputa y control de este nuevo tipo de productividad basada en la información. Mientras los
autores que definen la existencia de una era o una sociedad de la información focalizan sus
planteos en la relación existente entre el desarrollo de las nuevas tecnologías teleinformáticas y
las transformaciones sociales, existen quienes desde otro punto de vista privilegian el papel que
juega el conocimiento en las transformaciones económicas producidas a fines del siglo XX.
2.2. La sociedad del conocimiento
Durante la década de 1990, cuando algunos difusores de nuevas formas de management
definen al conocimiento como principal generador de riqueza en el marco de la globalización
económica, surge la idea de una sociedad del conocimiento. Pese a la difusión y relevancia
que se le da a la noción de conocimiento en su relación con los procesos económicos durante
los últimos años, esta no es la primera vez que se establece una conexión entre ambos
conceptos.
En ese sentido Lucio Poma ( BOSCHERINI y POMA, 2001)7 plantea que prácticamente desde
sus orígenes la teoría económica considera la existencia de un componente invisible en los
procesos de producción. Es así como desarrolla una nueva lectura de la metáfora de Adam
Smith construida sobre la figura de la “mano invisible” que regula la relación entre los
individuos y la sociedad de modo tal que la búsqueda de la ganancia personal promueve sin
intención el interés público. Poma recupera otra dimensión del concepto de “mano invisible”
presente en Investigación sobre la riqueza de las naciones. La “mano invisible” al mismo
tiempo que transforma el interés privado en público promueve la producción. Es así como el
producto de la industria se convierte en la manifestación visible de la acción de la “mano
invisible”. Este producto es lo que se agrega al objeto y a los materiales a los que se aplica; o
sea que Adam Smith no considera la producto industrial únicamente en su dimensión física sino
como conocimiento que se incorpora en el proceso productivo. Para Adam Smith y los
economistas neo liberales esta “mano invisible” es un concepto que va más allá de la dimensión
económica y permite el funcionamiento de un sistema basado en el intercambio y la división
del trabajo.
Mientras las corrientes ligadas al liberalismo clásico y el neoliberalismo el componente
invisible de los procesos económicos posee un valor “filosófico”, en otros autores asume un
valor productivo. Siempre siguiendo el análisis de Lucio Poma se puede ver como una serie de
autores intentan dar cuenta de esta presencia invisible en los procesos productivos. Así, por
ejemplo, Alfred Marshall utiliza el concepto de industrial atmosphere para explicar las ventajas
que tienen las empresas localizadas en un distrito industrial. Joseph Schumpeter al investigar
los factores que estimulan el desarrollo económico define la figura del empresario como
portador del cambio que genera una innovación que se extiende indefectiblemente a toda la
sociedad. Para John Maynard Keynes la “mano invisible” puede convertir la ventaja individual
en bienestar colectivo sólo si existe un adecuado grado de conocimiento e información en el
conjunto de la sociedad. Basándose en esta idea de un “conocimiento incierto” define a las
expectativas como condicionantes fundamentales de la actividad económica.
5. La importancia de estos factores “invisibles” de la economía se convierte en un factor
determinante a partir de la apertura de mercados nacionales con el desarrollo de la economía
global. Dentro de este nuevo contexto se introduce una nueva complejidad en los ámbitos
económicos. Se crea una etapa de incertidumbre estructural en la que los ámbitos de la
producción y el intercambio tienden a divergir, la producción física de bienes incluye un
contexto institucional en el que se difunde un conocimiento que se ve potenciado por su
circulación a través de las TIC. En esta situación el conocimiento adquiere un doble valor:
como capacidad de interpretación en un marco de incertidumbre estructural y como factor de
competitividad al aumentar el valor agregado de la producción de bienes.
Los cambios producidos en el ámbito productivo son considerados por la teoría económica a
través de la revalorización del valor explícito que tiene el conocimiento en el nuevo tipo de
producción post fordista. Frente a esta nueva situación aparecen una serie de análisis que
consideran de un modo diferente el papel que juega el conocimiento en este nuevo contexto
económico.8
En el marco de la teoría económica neo liberal varios autores9 plantean como texto fundacional
para la comprensión del valor económico que tiene el conocimiento en la sociedad capitalista
un artículo de Friedrich Hayek publicado al término de la Segunda Guerra Mundial: The use of
kowledge in society (HAYEK, 1945) En este artículo recupera el valor del concepto de
conocimiento dentro del marco de la economía. Así, para Hayek el sistema económico más
eficiente es aquel que aprovecha plenamente conocimiento existente. En sentido defiende al
“sistema de precios” como el mecanismo más eficiente para comunicar una información
dispersa entre muchas personas y asegurar la subsistencia de una sociedad basada en la división
y especialización del trabajo. Pensando la economía en términos de un mercado que se regula a
sí mismo el conocimiento, ya sea organizado (científico) o anclado en un tiempo y lugar pero
sin articulación explícita, resulta un componente fundamental para sostener la racionalidad
sobre la que se basa el mercado. Para que en la sociedad se asignen racionalmente los recursos
disponibles es necesario tomar una serie de decisiones relacionadas entre sí. Dada la
complejidad de una sociedad basada en la división del trabajo el “sistema de precios” se
presenta como el indicador más eficiente para manejar el conocimiento disperso entre todos los
participantes del mercado.
En este texto de Hayek aparecen dos bases para la construcción del modelo de sociedad del
conocimiento Por un lado se define un proceso (el conocimiento) que se relaciona con un tipo
de racionalidad que puede organizar eficientemente la sociedad. En ese sentido recupera el
valor de la “mano invisible” de Adam Smith. En su crítica a las concepciones keynesianas
acepta la idea de un conocimiento imperfecto pero al mismo tiempo plantea que ante la
imposibilidad de un conocimiento total obliga necesariamente a considerar en un “orden
espontáneo” (una “mano invisible”) para la regulación de recursos en la sociedad Por otro,
aparece la necesidad parámetros para ponderar los resultados de dicho proceso y poder evaluar
su eficacia. Hasta el momento, dentro de ese marco teórico los economistas descartan la
posibilidad de medir el conocimiento Tal como establece Sergio Mariotti10 (MARIOTTI, 2001)
las teorías neo liberales consideran a la innovación tecnológica como un factor exógeno dentro
de un proceso de crecimiento económico lineal y continuo.
Frente a la visión neo liberal aparecen diferentes posiciones que ponderan el lugar que ocupa el
conocimiento en la nueva sociedad producto de la fusión a gran escala que se produce entre la
informática y las telecomunicaciones
Como consecuencia de las transformaciones producidas la durante la década de 1980 comienza
a registrarse como un hecho fundamental que influye en todos los sectores de la actividad
económica la transmisión generalizada, el almacenamiento y la utilización de una información.
que no reconoce límites físicos, espaciales o temporales. En la medida que comienza a
acelerarse el proceso de innovación tecnológica los economistas comprenden el valor central
que tiene la retroalimentación que existe entre las fases ligadas al mercado y las fases
relacionadas con el sistema de innovación tecnológica. Dentro de este marco el conocimiento
entendido como un proceso que posibilita y crea la difusión de las nuevas TIC se transforma en
una necesidad imperiosa para el sostenimiento y crecimiento del sistema productivo. Dentro de
los impulsores de nuevas formas de management le confieren tal importancia al nuevo rol que
6. cumple el conocimiento que definen la existencia de una nueva sociedad. La descripción de las
nuevas formas de organización institucional y trabajo hace que autores como Drucker
(DRUCKER, 1993) postulen la existencia de la sociedad del conocimiento como una instancia
superadora de una sociedad basada en el intercambio universal de información.
Coincidiendo con el valor fundamental del conocimiento en la sociedades contemporáneas a
principios de la década de 1990 aparecen autores para los que el mundo del trabajo se divide en
función del tipo de conocimiento que se maneja. Tales son los planteos que hace Robert Reich
(REICH, 1991)11 que define la existencia de tres categorías de trabajo: los servicios de
producción rutinaria (actividades con un bajo grado de especialización y rentabilidad con una
tendencia declinar), los servicios a personas (con un nivel más bajo de rentabilidad, un nivel
muy bajo de especialización y una tendencia a aumentar en número) y los servicios de los
analistas simbólicos (con una gran capacidad para resolver todo tipo de problemas y la
tendencia aumentar hasta convertirse en el eje sobre el cual se sostiene la “nueva economía”).
La idea de incentivar un conocimiento capaz de adaptarse permanentemente a los nuevos
insumos, productos y procesos organizacionales se convierte en el motor de la “nueva
economía”. Y sobre este presupuesto comienza a planificarse el futuro.
Dentro del ámbito de la teoría económica se generan críticas al modelo asignativo neoclásico
que define una racionalidad alrededor de la que se organizan la sociedad y la producción e
intercambio de bienes y servicios. Gabriel Yoguel (BOSCHERINI y POMA, 2001)12 sintetiza
las diferencia. El modelo neo clásico presupone unos agentes de racionalidad perfecta, un
acceso completo (o al menso no problemático) a la información y las nuevas tecnologías y una
capacidad universal para internalizar a partir de modelos de expectativas racionales. Esta
corriente generada por investigadores italianos y franceses funda sus críticas sobre la base del
argumento que los sistemas económicas tienen una complejidad mayor que la que plantean los
modelos neo liberales: los mercados son incompletos y existen fallas en la selección de las
conductas de los agentes; éstos toman decisiones en el marco de una racionalidad acotada; la
incertidumbre es decodificada de distinta forma y existen diversos grados en la elección de
tecnologías
Tanto las disciplinas gerenciales como los enfoques neo institucionalistas13 recuperan el valor
del conocimiento y la información en los procesos económicos14: Sin embargo en ambos casos
el conocimiento, aunque critican al carácter estático del modelo neo clásico, siguen
considerando al conocimiento como un factor exógeno, que circula entre individuos aislados
con una racionalidad universalmente compartida.
Frente a esta visión del conocimiento se recortan autores que proponen una visión dinámica y
relacional del mismo. Esto implica considerar que el conocimiento en la sociedad globalizada se
construye a través de un procesos que exceden la difusión de las tecnologías teleinformáticas.
La producción del conocimiento proviene de un trabajo de interpretación que ubica cada
fenómeno en una red conceptual de esquemas, expectativas y memorias por lo que los
contextos de acción adquieren un rol fundamental. Dentro de esta visión el conocimiento
adquiere valor cuando es comunicado y socializado. En ese sentido se recupera la diferencia de
un conocimiento explícito (separado de su contexto de producción original y transmisible a
través de códigos) y un conocimiento implícito (presente en cada contexto específico). Ambos
tipos de conocimiento son transferibles y se potencian articulando la acciones individuales con
los contextos específicos en que se producen
.
3. La política educativa argentina las TIC, la información y el conocimiento.
Estas concepciones teóricas sobre el impacto que las TIC tienen en el conjunto de la sociedad
condicionan el modo en que se piensa la incorporación de las tecnologías teleinformáticas
dentro de los procesos educativos ya sea utilizándolas como insumos, ya sea considerándolas un
contenido necesario para todos los niveles educativos formales o informales.
El discurso institucional educativo argentino puede ser visto como un complejo en el cual
participan los organismos internacionales que orientan y financian las innovaciones
15
educativas , las declaraciones institucionales de las instancias administrativas del gobierno y
7. las declaraciones oficiales de los funcionarios que diseñan las políticas educativas. Dentro de
este entramado de textos han dejado sus marcas tanto las concepciones basadas en el peso de la
información como producto como aquellas que sostienen la centralidad del conocimiento como
proceso generador y sostenedor del sistema productivo
Además vale la pena recordar que los conceptos de conocimiento e información remiten al
campo semántico de la epistemología que se encuentra dentro de los fundamentos de los
presupuestos pedagógicos sobre los que se basan las políticas educativas.
Por estas razones el modo en que el discurso institucional educativo procesa las diferencias y
semejanzas entre ambos conceptos tiene una serie de características que definen sus
particularidades. La más importante de ellas es que, pese a que se enuncian diferencias entre
ambas concepciones, en los razonamientos que se realizan la información y el conocimiento
aparecen como términos intercambiables. La revisión de algunos textos significativos permite
dar cuenta de la operatoria sobre la que se basa este proceso de homologación de significados.
En primera instancia puede observarse cómo en le discurso de los organismos internacionales
se genera esta fusión. Así por ejemplo en el Informe sobre Desarrollo Humano 1999 editado
por el PNUD (PNUD, 1999) en el capítulo “Las nuevas tecnologías y la carrera mundial por el
conocimiento” se hace un análisis sobre el modo en que las nuevas tecnologías – Internet en el
caso de las teleinformáticas - influyen sobre el proceso de “mundialización” y generan las
bases sobre las que se puede construir un tipo de desarrollo cualitativamente superior. Pese al
énfasis que se pone en el valor del conocimiento como generador de desarrollo, en el momento
de evaluar los avances obtenidos y los límites que plantean las nuevas tecnologías lo que se
problematiza son las posibilidades de acceso a la información que la nueva tecnología puede
brindar. Se indaga sobre quiénes son los usuarios, qué dificultades de acceso pueden tener y a
qué tipo de información pueden acceder. Por esto en este informe se privilegia el concepto de
conectividad (que resulta mensurable) por sobre las transformaciones culturales y
cognoscitivas16 que son necesarias para la construcción de un saber que permita integrarse
activamente al proceso de creación y difusión de conocimiento.
En conexión más directa con el diseño de políticas educativas puede citarse el documento
producido por la CEPAL y la UNESCO en 1992 que pretende definir los
“lineamientos para la acción en el ámbito de las políticas institucionales que
pueden favorecer las relaciones sintéticas entre educación, conocimiento y
desarrollo teniendo en cuenta las condiciones existentes en el decenio de
1990.”(CEPAL – UNESCO; 1992: 15)
Este busca generar políticas educativas y de capacitación que incorporen el progreso científico
tecnológico de tal modo que los países latinoamericanos puedan transformar sus estructuras
productivas en un marco de equidad con le objetivo de que las economías de la región se
vuelvan competitivas y se incorporen efectivamente a la “revolución científico tecnológica”
(CEPAL – UNESCO, 1992: 30) que se está produciendo. Entre las fuentes explícitas de este
documento figuran una serie de textos de autores – Reich, Toffler, Martin Porter - que resaltan
el valor del conocimiento como productor de “una riqueza inagotable” (CEPAL – UNESCO,
1992: 113) Sin embargo cuando se especifica el modo en que los países latinoamericanos se
deben relacionar con las nuevas tecnología se plantea que:
“La generalización de accesos de modernidad y eficiencia influye
positivamente sobre la aceptación social de las tecnologías. Los efectos del
cambio tecnológico en marcha se propagan en la medida que tal
generalización se produzca” (CEPAL – UNESCO, 1992: 31)
Es decir que la aceptación y difusión de las TIC en el ámbito de las sociedades latinoamericanas
se constituyen en las promotoras de un nuevo tipo de conocimiento. O sea que el aumento
cuantitativo de los accesos a las nuevas tecnologías se convierte en el motor de un cambio
cualitativo en los sistemas de producción de conocimiento.
8. Esta relación entre la posibilidad de conexión con las nuevas tecnologías y la promesa de la
concreción de cambios en los modos en que la sociedad y los individuos construyen el
conocimiento se expresa también a través de manifestaciones discursivas de diversos
funcionarios que orientaron la política educativa argentina. Así la ex ministra Decibe en un
artículo (DECIBE, 1998) aparecido en Zona educativa, la revista oficial del Ministerio de
Educación destaca la importancia que tiene la informática en la definición de los planes
educativos17. En este texto luego de definir la existencia de la sociedad de la información enfatiza
la necesidad de la capacitación docente para adaptarse a esta nueva circunstancia y concluye
profetizando la llegada inminente de un escenario educativo en el que la presencia de las TIC
redefine las formas de construcción del conocimiento: “La tecnología de las computadoras está
permitiendo pasar del lápiz y papel al teclado y la pantalla”(DECIBE, 1998: 15) Es así como el
discurso técnico – político de la Ministro visualiza están modificando (o modificarán) los modos
de producción de conocimiento que se dan en la escuela. Una vez más la enunciación de una
multiplicación de las posibilidades de conexión a las TIC genera una utopía de cambio en los
procesos de producción de conocimiento.
Durante el gobierno de De la Rúa la apuesta por la colectividad se multiplica. El único eje
sobre el cual se propone estructurar la inserción de las TIC en el ámbito de la educación es el
proyecto Educ.ar18. En sus estatutos propone: “la fijación de la política de contenidos de dicho
Portal Educativo, mediante la calificación y evaluación de contenidos propios y de terceros que
sean incluidos en el mismo” (EDUC. AR, 2002) y:
“establecer una red de comunicación (Intranet) a fin de otorgar conectividad a
los establecimientos educativos, los docentes y los alumnos con el "Portal
Educativo", (b) asesorar al Ministerio de Educación en todo lo relacionado al
equipamiento del conjunto de dichos establecimientos, incluyendo cuestiones
tales como su infraestructura y la correspondiente programación asegurando su
mantenimiento y permanente renovación tecnológica, a fin de permitir el mejor
uso posible del "Portal Educativo" en la educación argentina” (EDUC. AR,
2002)
En el momento de evaluar el desarrollo de Educ.ar (URIEN, 2002) Martín Varsavsky, el
impulsor de la idea plantea, ve como fracaso los problemas en la implementación del plan de
conectividad: - se había planeado conectar 52.000 escuelas - y como éxito que es el sitio punto
ar más consultado. La capacitación de los docentes (los principales usuarios) siempre fue
considerada como una instancia posterior y no llegó a implementarse Una vez más el acceso al
nuevo conocimiento sólo puede evaluarse en función de las posibilidades técnicas de acceso a la
información y no por el desarrollo de políticas que permitan el procesamiento y evaluación19 de
los datos obtenidos a través de las TIC.
4. Conclusiones
En los dos primeros parárgrafos hemos remarcado como los conceptos de información y
conocimiento se construyen sobre líneas teóricas que ven las transformaciones que se producen
alrededor de la aparición de las TIC. En la tercero se puede observar como en el discurso
institucional sobre la educación el concepto de información es utilizado tanto para designar a los
productos de las tecnologías teleinformáticas como para dar cuenta de los procesos
cognoscitivos involucrados en la creación, circulación y difusión de estas nuevas tecnologías.
Si se analiza la operatoria desde un punto de vista semántico sobre la que se basa esta fusión de
significados20 se puede observar un desplazamiento de tipo metonímico21. Desde esta perspectiva
el reemplazo del concepto de información por el de conocimiento implica el desplazamiento de
un significado por otro en función de su pertenencia a un mismo universo semántico, el
epistemológico. En este caso se reemplaza un proceso por su producto final. Tal como plantean
Lakoff y Johnson (LAKOFF y JOHNSON, 1998) este desplazamiento implica la selección de
9. ciertas cualidades del término reemplazado por el reemplazante. Al mismo tiempo significa
dejar de lado otras de las características del término que es reemplazado.
El reemplazo del producto por el proceso que le da origen implica la posibilidad de unir la
materialidad de las TIC con la materialidad de los productos que generan. Esto convierte el
proceso en algo mensurable y deja de lado la especificación de la serie de transformaciones
cualitativas que presupone – según todas las visiones del tema.- la aplicación de las “nuevas”
tecnologías. Simultáneamente esta operatoria implica ubicar en un mismo plano de verosimilitud
y dentro de un proceso continuo los datos obtenidos sobre el cambio y los datos presupuestos que
existen sobre las transformaciones que ese proceso de cambio generará.
En el marco del discurso educativo de carácter institucional esta homologación de conceptos
expresa la posibilidad de establecer un control administrativo que permita medir y hacer visible
el proceso de transformación que se produce. Al mismo tiempo la orientación del proceso de
cambio aparece como pre determinada por unos instrumentos ya probados, las TIC, que
producen automáticamente resultados previsibles y repetibles en cualquier circunstancia. Pese a la
enunciación de cambios indefectibles de prácticas en los procesos de apropiación de la tecnología
los impulsores de esas transformaciones son los mismos que las producen y difunden: las TIC.
Como sucede con la mayoría de los sistemas y dispositivos de comunicación los instrumentos
actúan como difusores de un conocimiento ya establecido y conocido.
La fusión entre los conceptos de información y conocimiento implica considerar únicamente las
formas de conocimiento explícito como elementos transmisibles. Desde la perspectiva adoptada
por el discurso institucional educativo el conocimiento se presenta como un factor exógeno,
universalmente aplicable, con resultados previsibles de antemano. Es así como para la
concepción que articula la política educativa los contextos en los que se difunden las TIC y las
diferencias culturales sobre las que se emplazan no son considerados como determinantes para la
construcción del conocimiento.
Políticamente este tipo de postura sobre la utilización de las TIC determina un tipo de relación
con las transformaciones sociales que se están `produciendo. En un momento en que la
tecnología permite encauzar el acceso a la información en múltiples direcciones se pueden
prever dos caminos. Por un lado existe la posibilidad del aprovechamiento de las posibilidades de
democratización del conocimiento que implica una difusión sin precedentes ni límites físicos de
la información22. Por otro lado las TIC tienen una lógica propia que lleva a la estratificación y
diferenciación creciente de los usuarios.23 En este marco los usuarios se pueden dividir en
interactuantes e interactuados. Los primeros son aquellos capaces de seleccionar sus circuitos
de comunicación e incorporarse activamente al proceso de construcción de conocimiento. Los
segundos son consumidores pasivos que acceden a un paquete limitado de opciones sin tener la
capacidad para procesarlas. Una política que se centra en la difusión de la tecnología y presupone
que ésta repetirá sus efectos universalmente prefigura un tipo de usuario que es interactuado
por las TIC. Por lo tanto se limitan claramente las posibilidades democratizadoras y generadoras
de equidad social que se le atribuyen a las tecnologías que difunden y crean información.
1
Este trabajo se enmarca en la investigación en curso Usos y representaciones sobre las TIC y sus
posibilidades en el ámbito educativo. Contribuciones para el diseño de planes de capacitación docente,
desarrollada en el Área de Comunicación de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
2
En el contexto de este trabajo adoptar para el análisis definiciones de autores que trabajan sobre la
relación entre TIC, conocimiento e información no implica necesariamente acordar con su visión del
problema. En éste y otros casos en que se recuperan definiciones o descripciones de situaciones el interés
está puesto en cómo estos conceptos son leídos y condicionan los discursos sobre educación y TIC que
son nuestro objeto de análisis.
3
Tal como lo expresa el slogan creado por el publicista Alvin Toffler (TOFFLER, 1997).
4
Para considerar la pertinencia de analizar el lugar de estos “textos fundacionales” nos basamos en los
planteos de Michel Foucault y Eliseo Verón. Foucault analiza en la conferencia “¿Qué es un
autor?”(FOUCAULT, 1989) el lugar que ciertos autores y textos tienen dentro de la constitución de
corpus teóricos como el psicoanálisis cuya influencia excede el campo disciplinar que le da origen.
Verón analiza en. La semiosis social (VERÓN, 1987) el modo en que ciertos textos aparecen como
10. fundacionales dentro de un campo discursivo al constituirse como lecturas que se distancian de los
discursos que aparecen como sus condiciones de producción.
5
Comisión oficial creada por el estado japonés para estudiar los efectos económicos y sociales de la
inversión orientada a la informatización.
6
Al menos así lo plantean autores como Manuel Castels en (CASTELS, MANUEL. 1997: 47).
7
En el artículo “La pro – ducción de conocimiento: nuevas dinámicas competitivas para el territorio” en
(BOSCHERINI y POMA, 2001)
8
En este punto también se sigue la descripción de Lucio Poma (POMA, 2001)
9
Entre ellos Francis Fukyama (FUKUYAMA, 2001) y Luisa Montuschi (MONTUSCHI, 2001)
10
En el artículo “Nuevos paradigmas tecnológicos” (BOSCHERINI y POMA, 2001).
11
Robert Reich se convertiría en poco tiempo en uno de los diseñadores de la política educativa del
presidente norteamericano Bill Clinton.
12
En el “Prefacio de (BOSCHERINI y POMA, 2001)
13
Según esta concepción relacionada con la teoría neo clásica, los contratos y las transacciones dependen
de las hipótesis que generan los agentes participantes sobre la base de una información distribuida en
forma desigual.
14
En este punto seguimos las proposiciones del artículo de Enzo Rullani “El valor del conocimiento” en
(BOSCHERINI y POMA, 2001)
15
Incluimos a los organismos internacionales (CEPAL, UNESCO, PNUD, BID, Banco Mundial) dentro
de los generadores de la política educativa argentina ya que en otros tramos de esta investigación hemos
llegado a la conclusión que la mayor parte de las iniciativas que se han generado en torno la aplicación
de TIC, la capacitación docente o su inclusión dentro de los estudios formales están relacionadas directa o
indirectamente con propuestas de dichos organismos.
16
Cuando en el informe del PNUD se aborda el problema de los usos de Internet y sus consecuencias se
presuponen efectos y previsible similares en todos los contextos en que aparece esta nueva tecnología.
17
En realidad el Ministerio de Educación inicia ese año una campaña que pretende aumentar el número
de escuelas equipadas con laboratorios en ciencias e informática gracias con vistas a facilitar el acceso a
Internet gracias al aporte de créditos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
18
Que está siendo sostenido por el actual gobierno pese a que se ha quedado prácticamente sin
financiación.
19
Por ejemplo así se define la accesibilidad: “Una página web es accesible si se han tenido en cuenta los
requisitos para que pueda ser usada por personas con discapacidades físicas y por usuarios que poseen
diversas configuraciones de hardware o software” en EDUC.AR: ¿Qué es accesibilidad? [en línea] en
Accesibilidad, EDUC.AR S.E, Buenos Aires [consultado 10 de setiembre de 2002] Disponible en
Internet: http://www.educ.ar/educar/home/accesibilidad/ jsp>
20
En este seguimos las posiciones de Lakoff y Johnson (LAKOFF y JOHNSON, 1998). Según estos
autores los tradicionales tropos de la retórica (metáfora, metonimia) son algo más que ornamentos del
lenguaje y forman parte del sistema del sistema conceptual que es de naturaleza figura: Las metáforas de
la lengua son posibles porque existen los conceptos metafóricos que permiten experimentar la realidad
cambiante del mundo entendiendo una cosa nueva en términos de otra ya conocida.
21
La descripción de la operatoria metonímica se basa en los postulados del Grupo Mu (GRUPO MU,
1987).
22
Tanto en el discurso institucional educativo como en aquellos que hablan de la era de la información
o la sociedad del conocimiento se pone énfasis en este potencial democratizador de las TIC.
23
En ese sentido puede considerarse el análisis que hace Manuel Castels (CASTELS, 1997:.404)
.
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