El documento discute los logros económicos de España desde las reformas estructurales de 2012, incluyendo una recuperación de la competitividad, aumento de exportaciones, y reducción del déficit. Sin embargo, advierte que la recuperación de la demanda interna debe complementar el impulso de las exportaciones para crear empleos y dinamizar el consumo, lo que requiere que las empresas contraten más trabajadores y los bancos otorguen más préstamos.
Es la hora del consumo interno, articulo del profesor de EAE Alexandre Muns. Cinco Días
1. Martes 15 de abril de 201416 Cinco DíasOpinión
L
as reformas estructurales
aplicadas desde enero de 2012
y los impopulares recortes y
aumentos de impuestos logra-
ron ya en 2013 sus objetivos a nivel
macroeconómico. La ciudadanía, los
autónomos, las pymes y las Adminis-
traciones públicas han demostrado
disciplina y estoicismo. España ha
protagonizado una devaluación inter-
na (disminución de salarios, costes y
precios de inmuebles) en plena rece-
sión interna y de muchos de sus so-
cios europeos. La reforma laboral, la
reestructuración y saneamiento del
sistema financiero, la simplificación
de los trámites para la creación de
empresas y apertura de negocios con
horarios ampliados, el pago de ocho
millones de facturas de las Adminis-
traciones públicas a 230.000 provee-
dores privados, la apuesta y financia-
ción de una formación profesional y
modelo educativo moderno y de la
I+D+i, la Ley del Mercado Único y los
incentivos fiscales destinados a desa-
rrollar un nuevo modelo económico
han cosechado ya frutos sustanciales.
España ha recuperado competitivi-
dad a una velocidad asombrosa, espe-
cialmente teniendo en cuenta la forta-
leza del euro. En 2013 superamos los
récords en aumento de exportaciones
de 2012 (tasas de crecimiento de más
del 10% a todos los continentes), re-
gistrando el mayor incremento de ex-
portaciones de la eurozona (5,2%), re-
cortando el déficit comercial en un
48% y alcanzando superávits en mu-
chos meses excluyendo la energía. El
número de empresas que exportan
creció un 10% en 2013. Nuestra pro-
porción de exportaciones sobre PIB
ha aumentado hasta el 34%, superada
únicamente por Alemania en la UE.
Para 2014, la OCDE prevé otro ascen-
so del 5,2% de las exportaciones.
El Tesoro está vendiendo deuda a
los intereses más bajos desde la crea-
ción de la eurozona y en 2014 regis-
traremos el segundo año consecutivo
con superávit en la balanza por cuen-
ta corriente después de 26 años segui-
dos de déficits. Los inversores extran-
jeros dirigen sus flujos hacia España.
En 2013, la inversión extranjera pro-
ductiva aumentó un 8,8%, empresas
automovilísticas extranjeras han in-
vertido 5.000 millones de euros en
sus fábricas españolas y capital ex-
tranjero protagonizó el 80% de la
compraventa de acciones en la Bolsa
española.
Cabe destacar asimismo el descenso
en 100.000 del paro registrado a fina-
les de 2013 y el segundo año consecu-
tivo de subidas sustanciales en el nú-
mero de autónomos. Desgraciada-
mente, dichos logros no palían el su-
frimiento del 25% de la población es-
pañola sin empleo. El sector exterior
es el motor de una economía española
cuyo PIB crece desde el tercer trimes-
tre de 2013. El Gobierno proseguirá
con las necesarias reformas. Pero
debe adaptarlas a la realidad de que
el tirón de las exportaciones y la
atracción de inversión extranjera se
desacelerará debido a la creciente de-
bilidad de las economías emergentes.
Nos estamos beneficiando de una
huida de capitales de los emergentes
cuya magnitud disminuirá. La crea-
ción de empleo exige una recupera-
ción de la demanda interna. El Go-
bierno tiene poco margen para aplicar
estímulos como el plan PIVE o una
posible reducción de impuestos debi-
do a la obligatoriedad de seguir recor-
tando un déficit público que hemos
reducido del 9% a finales de 2011
hasta el 6,6%.
Los bancos son, por consiguiente,
los únicos que pueden aportar finan-
ciación. Han empleado los fondos del
rescate europeo para sanear sus balan-
zas, reduciendo su deuda exterior en
68.000 millones de euros. El BCE rela-
jará los requisitos de reservas de capi-
tal que exige a los bancos, así como los
criterios para sus pruebas de estrés a
finales de 2014. Draghi también pare-
ce dispuesto a fomentar la titulación
de activos. Los bancos se han quedado
sin excusas para no prestar y el BCE
tiene que impedir que continúen abu-
sando de su barra libre. Hay que exi-
girles que aumenten sus créditos, y a
las empresas con plantillas reducidas
que contraten. Los consumidores no
deben consentir que ejecutivos con
ideas equivocadas sobre la productivi-
dad les sometan en supermercados,
bancos, restaurantes o cualquier esta-
blecimiento a un servicio lento y me-
diocre debido a la falta de personal.
El censo económico de EE UU refe-
rente al periodo 2007-2012 demuestra
que la tecnología está aumentando los
ingresos y ventas sin generar empleo
en sectores tan dispares como el petro-
lífero, minero, venta electrónica y la
venta al por menor. Entre 2007 y 2012,
las industrias manufactureras incre-
mentaron sus ventas un 8% pero des-
truyeron 2,1 millones de empleos. Los
empleos de cualificación media en el
sector industrial están desapareciendo
y se sustituyen por los de ingenieros o
técnicos de cualificación alta que su-
pervisan el funcionamiento de maqui-
naria avanzada.
Los trabajadores, ciudadanos, autó-
nomos, pymes y Administraciones pú-
blicas en España se han sacrificado de
manera ejemplar. Los inversores ex-
tranjeros, los mercados financieros y la
Comisión Europea han premiado
dicho esfuerzo. La recuperación de la
demanda interna debe complementar
el tirón exterior. El consumo se dina-
mizará únicamente si las empresas
contratan y las entidades financieras
prestan. Y será mucho más fácil sumi-
nistrar energía a nuestras empresas y
hogares si construimos más plantas de
regasificación para importar gas natu-
ral licuado.
Eslahoradel
consumointerno ALEXANDRE MUNS RUBIOL
Profesor de EAE Business School
La recupe-
ración de
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da interna
debe com-
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rior. El
consumo
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za solo si
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tan y las
entidades
financieras
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E
l trabajo a tiempo parcial
es una forma de empleo
que ocupa menos horas
por día que las estableci-
das oficialmente para el contrato
de trabajo a tiempo completo.
El liberalismo fue la época de las
jornadas agotadoras, denunciadas
por Villarmé en 1840 en Francia,
que fueron reduciéndose paulati-
namente. Implantar la jornada de
ocho horas era la gran aspiración
de los trabajadores, imposible de
alcanzar hasta el momento.
El Tratado de Versalles (1919)
presentó una serie de principios
de Derecho laboral y recomenda-
ciones a los miembros de la Socie-
dad de Naciones con la finalidad
de que se esforzasen en asegurar
condiciones de trabajo equitativas
y humanas para el hombre, la
mujer y el niño, eliminando las re-
laciones de trabajo que entrañaran
algún grado de injusticia y mise-
ria. Crearon para ello la Organiza-
ción Internacional del Trabajo
(OIT), una institución de gran
trascendencia que elaboró conve-
nios con extraordinarias mejoras
sociales que vinculaban a los paí-
ses firmantes, como la fijación de
la jornada máxima legal.
Precisamente, su artículo 427
instauró la jornada máxima de
ocho horas diarias y 48 semanales.
En nuestro ordenamiento se im-
plantó en el célebre real decreto de
3 de abril de 1919, llamado de las
ocho horas y ocho firmas, porque
lo refrendó el Gobierno en pleno.
Una nueva modalidad fue el tra-
bajo a tiempo parcial definido por
la OIT como “aquel trabajo efec-
tuado de manera regular y volun-
taria durante un periodo sensible-
mente más corto de lo normal”.
El número de trabajadores a
tiempo parcial ha aumentado en
los últimos años, según la citada
organización: una cuarta parte
aproximadamente en los países
desarrollados, con exclusión de
Estados Unidos. El Convenio 175
exige que estos trabajadores no
reciban trato menos favorable
que los que trabajan a tiempo
completo.
En España, el artículo 12 del Es-
tatuto de los Trabajadores estable-
ce que el trabajo a tiempo parcial
puede concertarse por tiempo in-
definido o por duración determi-
nada. La Ley General de la Seguri-
dad Social exigía la acreditación
de periodos de cotización equiva-
lentes a los de jornada completa.
Sin embargo, tanto nuestro Tribu-
nal Constitucional, como el Tribu-
nal de la Unión Europea, han dic-
tado sentencias contrarias al trato
desigual, que afecta –hay que seña-
larlo– a gran número de mujeres,
quienes solicitan este tipo de con-
trato para atender a los hijos me-
nores y a la familia en general. Por
ello, se ha entendido con frecuen-
cia que se trata de una discrimina-
ción indirecta, como reflejó la sen-
tencia de 22 de noviembre de 2012
del Tribunal de Luxemburgo.
Recientemente, el Congreso de
los Diputados ha aprobado una
protección especial que flexibiliza
el requisito de acreditar cotizacio-
nes equivalentes a las que se re-
quiere a los trabajadores a jornada
completa, lo que implicaba traba-
jar muchos más años para acceder
a las pensiones.
La Ley 1/2014, de 28 de marzo,
corrige el modelo existente, con-
forme a la doctrina jurispruden-
cial, que mejorará las prestaciones
a más de 2,5 millones de personas,
según las estadísticas presentadas,
sobre todo a mujeres, como ha
subrayado la ministra de Empleo y
Seguridad Social.
La nueva normativa modifica la
disposición adicional séptima de la
vigente Ley General de la Seguri-
dad Social. Establece que el perio-
do mínimo de cotización exigido
se ajustará al coeficiente de parcia-
lidad que acredite el trabajador a
lo largo de toda la vida laboral y
que figuran en los archivos de afi-
liación. Este coeficiente se corres-
ponde al porcentaje de parcialidad
de la jornada respecto a la de
tiempo completo. Así pues, si un
trabajador tuviera un coeficiente
de parcialidad del 50%, el periodo
mínimo de cotización necesario
para obtener la jubilación no se-
rían 15 años, sino 7,5 años. A esta
base reguladora se le aplica el
tanto por ciento en función de los
años cotizados, que dará como re-
sultado la cuantía de la pensión.
Es decir, se parte del periodo míni-
mo del trabajador al que se le apli-
ca un 50% sobre su base regulado-
ra. Todo el tiempo que lo supere
incrementará el porcentaje en fun-
ción de la escala ordinaria de jubi-
lación.
Se alcanza así la proporcionali-
dad necesaria para que exista
igualdad de trato. Varios son los
motivos por los que se elige volun-
tariamente el trabajo a tiempo
parcial si bien ello no puede justi-
ficar la falta de equivalencia para
obtener las diversas prestaciones
y esta ley realiza un equilibrio ne-
cesario y más ajustado a derecho.
Protegeralostrabajadores
atiempoparcial GUADALUPE MUÑOZ ÁLVAREZ
ACADÉMICA CORRESPONDIENTE
DE LA REAL ACADEMIA DE
JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN
ExceptoEE UU,los
trabajadoresatiempo
parcialrepresentanuna
cuartapartedeltotal
Elperiodomínimode
cotizaciónexigidose
ajustaráalcoeficientede
parcialidadacreditado