El documento describe las 10 dimensiones principales que deben considerarse en un proyecto de vida integral: física, afectiva, profesional, histórica, mental, espiritual, entorno material, financiera, ética y espiritual. Cada dimensión incluye varios aspectos como la salud, las relaciones, el desarrollo personal y profesional, la participación social, la trascendencia y las finanzas personales. Un buen proyecto de vida requiere atender a todas estas áreas de manera equilibrada.