5. A las puertas del siglo XXI el nivel de desarrollo nunca antes alcanzado por la ciencia y la tecnología está marcando transformaciones tan significativas en la sociedad actual como lo hicieron en su momento las dos revoluciones industriales, de ahí la denominación de tercera revolución industrial al cambio cualitativo y la interrelación ciencia-técnica-tecnología-producción y el papel protagónico de la ciencia y su conversión en fuerza productiva directa, proceso que identificamos como Revolución Científica Técnica.
6.
7. EL DESARROLLO: EL DESARROLLO ACTUAL Y EL MEDIO AMBIENTE Sin lugar a equívocos, las formaciones socioeconómicas prevalecientes durante la evolución del desarrollo de la Humanidad, incluidos el capitalismo y el socialismo, no han logrado ofrecer una solución al deterioro ecológico ancestral y a la creciente crisis ambiental de nuestros tiempos. De una parte las posiciones afiliadas al capitalismo mantienen supeditadas las acciones de beneficio ambiental a la maximización de las ganancias económicas y a los resortes del mercado, con una extrema desigualdad e injusticia social, mientras que las percepciones de corte socialista están dominadas por un marcado humanismo, pero con limitaciones en cuanto a las concepciones ecológicas y al crecimiento económico.
8. El resultado histórico que ha devenido del desarrollo conocido hasta el presente no ha conducido sino, a un marcado deterioro del medio ambiente, a consecuencias de una insensata y despiadada intervención humana sobre los sistemas ambientales de nuestro entorno planetario, poniendo en peligro la existencia de los sistemas sustentadores de vida en La Tierra, que a su vez colocan en riesgo de desaparición a la propia especie humana.
9. Hemos creado un mundo artificial del que dependemos inevitablemente para vivir. Un mundo al que se ha llegado con el concurso de tres habilidades o cualidades específicas del hombre, sin las cuales no sería tal: la habilidad ya mencionada, de crear artefactos multiplicadores de sus capacidades físicas; la habilidad de fijarse objetivos externos a él mismo y alcanzarlos; y la habilidad de multiplicarse, expandirse y colonizar todos los espacios posibles, incluidos los más lejanos y adversos. El único problema es que la tecnología, una vez fuera de la mente del hombre, es decir, una vez hecha realidad física, y una vez puesta al servicio de los intereses de unos y de otros, adquiere autonomía, se rebela y causa, o puede causar, estragos sin límite en la vida del hombre.