En el país de los números, los números del 0 al 9 vivían contentos pero sin apellidos. El 1 propuso que cada uno tuviera como apellido el número de unidades que representaban, como "una unidad". Más tarde, el 1 y el 0 se unieron para formar el 10, descubriendo que era divertido unirse de a pares, y el 10 propuso llamarse "decena". Finalmente, todos acordaron que cuando estén unidos usarían "decena" como apellido, y agregarían el número de unidades restantes.
2. En el país de los números,
vivían los números que
todos conocemos: el 0, 1,
2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9.
Ellos caminaban solos y
estaban contentos porque
todos tenían su nombre.
3. Un día el número 1 se puso a llorar:
-¿Por qué lloras? - Le preguntaron el resto de
los números.
-Porque tenemos nombre, pero no tenemos
apellido.
-Es verdad- dijeron todos a la vez.-¡ Nos falta
el apellido!, ¡nos falta el apellido!.
4. Los números caminaban solos
pensando y pensando ¿cómo
solucionarlo. Hasta que de pronto, el
número uno dijo:
-Eh, eh, ya se cual será mi apellido,
me llamaré “una unidad”.
5. Entonces el 0 dijo:
-Pues yo me llamaré ”cero unidades”
Entonces saltó el 2 y dijo yo “ dos
unidades” y así siguió el tres
unidades, cuatro unidades, cinco
unidades, seis unidades, siete
unidades, ocho unidades y nueve
unidades.
Se dieron cuenta que todos eran de
la misma familia y que todos tenían
que tener el mismo apellido.
6. Pasó un tiempo y aquellos números que
eran unidades se sentían muy felices en su
país.
Un día a la una unidad ( que era el número 1)
se le ocurrió que si se juntaba con el “cero
unidades” para jugar y caminar juntos podía
ser muy divertido, así formaron otro número
que ya sabéis se llamó 10.
7. Como le gustó mucho, paso el tiempo y:
se unió con otro 1 que estaba solo, para
formar el 11,
después lo hizo con el 2 y formó el 12
y más tarde formaron el 13, el 14, el 15, el 16,
el 17, el 18, el 19.
y descubrieron que era muy divertido hacer
las cosas de dos en dos.
Pero como siempre le pasaba al número
1, un día se puso triste y dijo que el 10 no
tenía apellido.
8. Así que todos los números se
pusieron a pensar y pensar,
hasta que al mismo 10 se dio
cuenta y llamó a los otros:
- Ya lo tengo. Si yo me llamo diez
y soy diez cosas, me llamaré
“decena”
9. Bien-dijeron los otros, pero
entonces ¿Nos quitamos el
apellido unidades cuando
estemos juntos?
-
Noooooooooooooooooooooooo
oo
El 10 dijo:-No. Yo por ejemplo,
seré una decena y 0 unidades
10. Y yo? -dijo el número 11
- ¿Cómo me llamaré yo entonces?
-Muy fácil- explicó el número 10- tu serás
una decena y una unidad
- Y ¿Yo?- dijo el 12 que sabía que siempre
iba detrás del 11
- Tú serás una decena y dos unidades
11. Ya sé -dijo el 13- entonces
yo seré una decena y tres
unidades.
-Es muy fácil- dijo el 14-
yo una decena y cuatro
unidades
12. -Sí, sí,-dijo el quince- siempre
que esté el uno va a ser una
decena, porque hay diez cosas
juntas y luego, cinco, seis,
siete, ocho o nueve unidades.
13. -¡Bien! ¡bien! gritaron
todos, porque lo habían
entendido
Y desde entonces en el país de los
números son felices con sus nombres
y apellidos