El documento discute el proceso natural del envejecimiento y cómo las personas pueden envejecer de manera saludable y significativa. Explica que el envejecimiento biológico es inevitable, pero la percepción subjetiva de la vejez depende de factores individuales y sociales. También destaca la importancia del trabajo psicológico para aceptar los cambios asociados con la edad y mantener una actitud positiva hacia la vida a pesar de las limitaciones físicas.
3. Es el programa biológico
Quienes menos soportan la idea del
envejecer y la muerte son aquellos
que, no están viviendo en el presente
una vida plena.
No ha encontrado aún el sentido de
su vida.
No alcanzan a vislumbrar su legado.
5. ¿A quiénes llamamos “viejos”?
Las ‘vejeces’ se diversifican.
Cada cultura tiene su propio tipo de
envejecimiento.
Senescente, para vejez normal,
Senilidad para vejez patológica.
Gente mayor; adultos mayores;
viejos-jóvenes; viejos-viejos.
6. Viejos – viejos Viejos -Jóvenes
“Viejos-viejos son los que sufren las
consecuencias de las mayores
pérdidas físicas, mentales o sociales y
que requieren servicios sociales y de
salud.
“Viejos-jóvenes”, en su gran mayoría,
“... son los hombres y las mujeres
competentes y vigorosos...”.
7. Es un ser humano, más allá de la
edad que tenga.
Desde el psiquismo inconsciente, la
vejez no existe, representa lo
atemporal.
Los aspectos biológicos y los
aspectos sociales, representan lo
temporal.
8. El trabajo psíquico del envejecer
El interjuego entre el núcleo
atemporal y el registro de la
temporalidad, o sea un camino fácil
de recorrer de ida y vuelta.
Poder aceptar que uno se siente
joven, pero que el cuerpo envejece.
9. Sentirse joven
Poder sobrellevar la discordancia
entre lo que se es y lo que se parece.
Está hablando “desde adentro de sí”,
desde su percepción interior.
11. Sentirse viejo.
La vivencia de sentirse viejo, de estar
viejo, es absolutamente relativa a
cada uno y sus circunstancias.
Se refiere a “estar entregado”, “sin
ánimo”, “sin ilusiones
12. Se refiere a “estar entregado”, “sin
ánimo”, “sin ilusiones
14. Vejez normal
Concluimos entonces que un viejo
normal no es necesariamente un
viejo sano. Es un viejo que está en
condiciones de hacerse cargo de su
salud y de su enfermedad.
A pesar de su patología, sus
funciones no están impedidas, aún
así, funciona.
15. La percepción de muerte
No se trata de vivir hacia la muerte,
sino hasta la muerte.
Se trata de que la vida, en la vejez,
siga siendo sinónimo de primavera:
calidez, alegría, productividad.
16. En el trabajo preventivo
Se deberá permitir anticipar desde
edades más jóvenes la elaboración
que posibilite un envejecimiento
gradual.
Y Superar la herida en la autoestima
que plantea el envejecer.
La convicción de la muerte propia, la
incompletud y aun así desea vivir.
17. Esto implica un trabajo de compensar
pérdidas con ganancias, lo cual
supone que la aceptación de faltas y
ausencia.
Un trabajo de enlazar pasado,
presente y futuro, de reescribir la
propia historia, resignificándola a
partir de un presente.
18. La tarea preventiva, está asentada
en un modelo de pensamiento
El deterioro, cualquiera que sea, así
como los duelos, la viudez, la
jubilación, la sexualidad, la muerte,
son temáticas que requieren un
espacio de escucha.
Nuestra tarea, que consiste en
acompañar y detectar los factores de
riesgo psíquico.
19. Se manifiestan a través de
puntos clave, como ser:
La posición de total dependencia.
La posición frente al bastón y a todo
tipo de prótesis.
El funcionamiento al modo del “todo o
nada” de viejo siento que ya no soy
nada.
Los quiebres intergeneracionales, si
la relación se construye en términos
de poder, cuando debe ser compartir.
20. La posibilidad de diferenciar el ejercicio de una
abuelidad normal o bien un modo patológico de
asumir esta función.
Detectar posiciones nostálgicas: el “todo tiempo
pasado fue mejor”.
La falta de maleabilidad, la rigidez, la falta de
flexibilidad frente al cambio.
El aferrarse a una identidad unívoca: el “yo soy
así”.
La falta de proyectos.
La elaboración patológica de los duelos, de las
pérdidas en general.
21. La dificultad para realizar el trabajo
psíquico de poder compensar
pérdidas con ganancias: poder
reconocer todo lo que se va
aquilatando en el envejecer.
La dificultad para asumir el
autocuidado.
No aceptar las limitaciones.
22. Detectar el modo narcisista de
ejercer la sexualidad: el maternaje
eterno en la mujer que cuida o el
hombre que siempre puede, como
ilusiones que en la vejez muestran su
fracaso.
Mecanismos de desmentida que
llevan a ocultarse frente a sí mismo
los grandes temas -“de eso no se
habla.
23. *La posición frente al ‘gran límite’, la
muerte, si no se pueden desplegar
actitudes de generatividad, en la
creación de herederos biológicos y /o
culturales. No poder aceptar la
transitoriedad de la vida si no está
desarrollado el sentido de la
trascendencia que ayuda a soportar
la propia muerte.
24. La Abuelidad.
“La estructuración psíquica del ser
humano ubicado en el orden de las
filiaciones en situación
trigeneracional personal, familiar y
social”.
Y que tendrá un efecto estructurante,
de acuerdo con la modalidad que
adopte.
25. Las patologías de la abuelidad se
corresponden con la patología general del
envejecer, es decir, los aspectos
narcisistas no atravesados por la
castración, siendo la abuelidad una de las
facetas en que este modo de envejecer se
expresa.
Los padres son los que ejercen la
generación activa en el presente, el abuelo
en el pasado, el nieto como promesa de
futuro.
26. El lugar que ocupan nuestros
abuelos en nuestra historia
27. El lugar que ocupan nuestros abuelos
en nuestra historia, y
específicamente en nuestra historia
edípica, está dado justamente por su
función de abuelos -y, por lo tanto,
padre/ madre de nuestro
padre/madre-, y es a través del modo
en que la cumplen que dejan en
nosotros su impronta.