1. Danza de la Muerte
La Danza de la muerte o Danza macabra es un género artístico tardomedieval cuya tema era la
universalidad de la muerte, sin importar la edad o la situación social. Se trata de un texto en verso
dialogado y por tanto representable en que una personificación alegórica de la Muerte, como un
esqueleto humano, llama a personas de distinta posición social o en diferentes etapas en la vida
para bailar alrededor de una tumba. Típicamente estas figuras son el Papa, el Obispo, el
Emperador, el Sacristán, el Labrador, etc. La muerte les recuerda que los goces mundanos tienen
su fin y que todos han de morir. Se cree que las danzas macabras fueron de hecho bailadas
representadas teatralmente en el siglo XIV.
Este macabro espectáculo se desarrolló en toda la literatura europea, procedente de Francia. El
tema de la muerte dominó la Baja Edad Media, y frente a ella no había resignación cristiana, sino
terror ante la pérdida de los placeres terrenales. Presenta, por un lado, una intención religiosa:
recordar que los goces del mundo son perecederos y que hay que estar preparado para morir
cristianamente; por otro lado, una intención satírica al hacer que todos caigan muertos, con
independencia de su edad o su posición social, dado el poder
FRANCISCO.
EZEQUIEL
PARDO ROMERO
2. de la muerte. También tuvo expresión artística, mereciendo destacarse los grabados que hicieron
Hans Holbein el Viejo (publicados en 1538) y Heinrich Aldegrever (1541). Ya en el siglo XIX, el
caricaturista Thomas Rowlandson lanzó otra versión grabada de tono más humorístico.
La Danza general de la Muerte compuesta en castellano que se conserva fue compuesta a
principios del siglo XV. Se conserva en un manuscrito de la Biblioteca de El Escorial. Consta de
más de seiscientos versos dodecasílabos en coplas de arte mayor en que van desfilando y
lamentándose todas las figuras representativas de los tres estamentos sociales medievales
(nobleza, clero y plebe) sucesivamente invitados por la Muerte a unirse a su danza.
El propósito de estos dramas era enseñar la verdad que todos los hombres deben morir y por
consiguiente deben prepararse para comparecer ante su juez. La escena de la obra era por lo
general el cementerio o el patio de la iglesia, aunque a veces pudo haber sido la iglesia misma. El
espectáculo era abierto por un sermón acerca de la certeza de la muerte predicado por un monje.
Al final del sermón salían del osario, normalmente situado en el cementerio, una serie de figuras
engalanadas con la tradicional máscara de la muerte, un traje de lino ajustado, pintado con líneas
amarillentas para parecer un esqueleto.
Uno de ellos se dirige a la supuesta víctima, que es invitada a acompañarlo más allá de la tumba.
La primera víctima era por lo general el Papa o el emperador. La invitación no es vista con agrado
y se dan varias razones para
rechazarla, pero éstas se
encuentran insuficientes y
finalmente la muerte se lleva
a su víctima. Un segundo
mensajero ase la mano de
una nueva víctima, un
príncipe o un cardenal, el
cual es seguido por otros
representantes de las
diversas clases sociales, y el
número usual era
veinticuatro. La obra era
seguida por un segundo
sermón que reforzaba la lección de la representación.
Los restos más antiguos de estas obras se encuentran en Alemania, pero
tenemos el texto en español para una actuación dramática similar que se
remonta al año 1360, "La Danza General de la Muerte". Leemos sobre
representaciones dramáticas en otros lugares: en Brujas ante el Duque Felipe
el Bueno de Borgoña en 1449; en 1453 en Besançon, y en Francia en los
Cometiere des Inocents cerca de París en 1424. A partir de “La Danza de la
Muerte” de John Lydgate, escrita en la primera mitad del siglo XV, inferimos que
en Inglaterra se conocían espectáculos similares. En Italia, además de la
tradicional danza de la muerte, encontramos espectaculares representaciones
de la muerte como la que todo lo conquista en la llamada "Trionfo della Morte".
La Danza de la Muerte de Michael Wolgemut
Su influencia se deja notar en autores españoles posteriores, como la Barca de
la Gloria, de Gil Vicente, Diálogo de Mercurio y Carón de Alfonso de Valdés,
Farsa llamada Danza de la Muerte de Juan de Pedraza, La farsa de la Muerte
de Diego Sánchez de Badajoz, Las Cortes de la Muerte de Luis Hurtado de
Mendoza y Coloquio de la Muerte con todas las edades y estados, de
3. Sebastián de Horozco En el capítulo XI de la segunda parte de El Quijote, Don Quijote y Sancho
encuentran a una compañía de cómicos que representan Las Cortes de la Muerte, un auto
sacramental de Lope de Vega. Finalmente, en el Barroco se encuentran las últimas referencias en
los autos de Calderón de la Barca y en los Sueños (1627) de Quevedo.
Así mismo varias piezas musicales (sobre todo del siglo XIX) se vieron influenciadas por la
temática de la Danza de la Muerte. Una de las más destacadas es la Danse macabre de Camille
Saint-Saëns que toma su nombre del francés. En el poema sinfónico un violín solista tocado
alegóricamente por la muerte lleva la voz cantante imponiéndose sobre el resto de instrumentos,
representación de los mortales. Otra versión de Franz Liszt traducida del alemán (Totentanz) al
francés como Danse macabre no comparte con la temática nada más que el nombre, pues la obra
son unas variaciones del tema medieval del Dies Irae para orquesta y piano concertante.
El hombre medieval estaba familiarizado con la idea de la muerte y la convirtió en motivo artístico.
Las danzas de la muerte se representaban en semana santa. Son alegorías de este tema en el
que aparecen personas de todas clases sociales y económicas bailando con esqueletos,
personificando el tópico literario de La muerte igualadora.
La danza de la muerte moderna Hecha por Francisco Ezequiel Pardo Romero
Quieras o no, la muerte va hablar,.
hay que reflexionar sobre nuestra sociedad
La muerte no permitirá, que aunque robes
o te llenes los bolsillos, de ella no escaparas
bailando lentamente al final la encontrarás
Al señor presidente del gobierno y sus secuaces
también les llegará y no escaparán
4. Y en la puertas del infierno explicaciones pedirán
tanto daño ajeno alguien les devolverá
Al igual que su santidad,lleno de tesoros está
al igual con el también bailara
Bailar con esos banqueros,que sólo viven por dinero
y con aquellos que lo permitieron
familias enteras sin sueños
en reflexión de la danza con la muerte
no se escapa ni Dios.
Trabajo realizado por: Francisco Ezequiel Pardo Romero