3. Mi nombre es Juana de Lestonnac.
Y quiero contaros la historia de mi vida.
4. Nací en el año 1556 en Burdeos.
Mi madre se llamaba Juana de Montaigne
y mi padre Ricardo de Lestonnac.
5. Eran tiempos difíciles.
La Reforma protestante estaba dividiendo a las
familias
Y también en la mía tuvimos que vivir esta
difícil situación.
Fueron momentos muy duros para mí.
6. A pesar de los
esfuerzos que hizo
mi madre para que
fuese Calvinista no
lo pudo conseguir
porque yo quería
vivir la fe católica
como mi padre.
7. Mi madre pasó del
cariño a la dureza
en el trato.
Comenzó a hacerme
la vida imposible.
Menos mal que ahí estaba ella, la Virgen.
En ella encontré descanso, consuelo y todo el
amor que mi madre me negaba.
8. Señor ¿qué quieres de mí?
“Hija mía:
No dejes
apagar el
fuego que
Yo he
encendido en
tu corazón
ni tus deseos
de servirme”.
9. Dios puso en mi camino a un buen hombre
Gastón de Montferrand, barón de
Landirás con el cual me casé.
Una nueva vida se presentaba ante mí.
10. Dios bendijo nuestra
unión con unos hijos
encantadores.
No tenía tiempo de
aburrirme.
Pero la felicidad no es
patrimonio de la tierra.
11. La perdida de mis seres más
queridos:
Mi padre, mi tío Miguel,mi
esposo y el mayor de mis hijos
me llenaron de dolor.
El Señor me dio fortaleza para
aceptarlo con entereza.
Me volqué en mis hijos y en las
personas más necesitadas.
12. Pero la llamada de Dios era
demasiado fuerte en mí,
Y decidí entrar de religiosa en
un monasterio de religiosas
Bernardas, en Tolosa.
Mis hijos no lo comprendieron.
La más pequeña pensó que yo la
abandonaba.
¡SEÑOR SUFRIR SI, PERO
HACER SUFRIR...!
13. A los tres meses de ingresar en el monasterio
caí gravemente enferma.
Los médicos me aconsejaron cambiar de vida.
“ Cuando Dios os
quita la salud es
porque no os quiere
entre nosotras”
14. Dios me pone una vez más a prueba
Aquella iba a ser
mi última
noche en Tolosa.
Una gran pena
me llenaba el
corazón,
me refugié en la
oración
para encontrar
un poco de
consuelo.
15. En un momento de mi oración apareció
ante mí un infierno abierto y multitud
de jóvenes y niñas me tendían la mano.
Aquella visión me horrorizó y al mirar hacia
arriba vi a la Santísima Virgen que me
señalaba con la mano hacia aquellas almas
en peligro.
16. Aquella noche en el CisterAquella noche en el Cister
pude comprender que Jesúspude comprender que Jesús
tenía otro camino marcadotenía otro camino marcado
para mí y eso me tranquilizó.para mí y eso me tranquilizó.
Yo tenía la certeza de queYo tenía la certeza de que
poco a poco me lo iríapoco a poco me lo iría
descubriendo.descubriendo.
17. Por medio de dos Jesuitas Dios me abrió
un nuevo camino,
Me encomendó una importante misión la
de educar a jóvenes.
Así comenzó a caminar
la Compañía de María.
18. La verdad es que dificultades no nos faltaron a
mí y a mis primeras compañeras pero la oración
y la protección de María
nos ayudaron a no decaer y seguir caminando con
la mirada puesta en nuestra misión.
19. Con la fiesta de la Niña María
quisimos agradecer a la Virgen
toda la ayuda que nos había
prestado.
Las alumnas se consagraron a
ella y llevaron una imagen de
la Niña María en procesión.
20. La Compañía de María
se extendió por todo el mundo.
Hasta treinta colegios
fundamos.
21. . No tengáis miedo, la Virgen
cuidará de su obra
Pero mi vida estaba tocando ya a su fin.
Ahora os toca a vosotras continuar con la
misión.
La compañía de María tiene que crecer y
extenderse por todos los confines
del mundo.
Su tarea: evangelizar y responder con
creatividad a los retos que la sociedad le
ponga.