Las teorías fijistas sostienen que las especies no han cambiado desde su creación por Dios hace unos 6,000 años y se basan en una interpretación literal de la Biblia, aunque figuras como Linneo y Cuvier introdujeron algunas variaciones, proponiendo que hubo extinciones masivas seguidas de nuevas creaciones o que las especies podían clasificarse científicamente pero no cambiar. Estas teorías comenzaron a ser cuestionadas en el siglo XVIII con el descubrimiento de fósiles y datos geológicos que indicaban