El documento resume la circular 955 dirigida a las Hermanas de Don Bosco. En ella, la Madre General agradece la acogida de familias deportadas y jóvenes necesitados, y comparte eventos significativos como el bicentenario de la liberación de Pío VII. También habla de caminar juntos con los jóvenes y laicos, y de la necesidad de escucharlos para adaptar el carisma a los tiempos actuales.
2. Os agradezco el
haber acogido
con
generosidad el
llamado del
Papa para abrir
las puertas a
una familia de
deportados o a
jóvenes que se
encuentran en
esta situación
en cualquier
parte del
mundo.
Circular 955
3. “Los pobres no
pueden esperar”
Hacer esperar a un
pobre quiere decir
hacer esperar al
mismo Jesús. Es Él
quien nos dice: “Todo
aquello que habéis
hecho a uno de estos
hermanos más
pequeños, a Mí me lo
habéis hecho”
Circular 955
4. Comparto con vosotras algunos
acontecimientos significativos para
nosotras: el 15 de septiembre del
2015 hemos recordado el
Bicentenario del decreto con el cual
Pio VII liberado de la prisión
Napoleónica, instituía la fiesta de
María Auxiliadora con el título de
“Ayuda de los Cristianos”.
Para nosotras FMA, está el
compromiso de orar con mayor
intensidad por los cristianos
perseguidos en tantas partes del
mundo por el solo hecho de
testimoniar su fe en Jesús.
Circular 955
5. Este año celebramos también el V
centenario del nacimiento de
Santa Teresa que D. Bosco nos ha
dado como “Patrona” juntamente
con San Francisco de Sales. La
experiencia de Dios en Teresa de
Ávila es central. Estos gigantes de
la santidad nos enseñan que el
cotidiano, con su pobreza y sus
límites, es el espacio donde
podemos encontrar a Dios y ser
signos luminosos de su Amor.
Circular 955
6. Las opciones del CG XXIII
refuerzan estas
orientaciones. El Espíritu
Santo es incansable en
guiarnos día tras día, por el
camino de la santidad,
ampliando nuestra mirada
para descubrir nuevos
horizontes y abrazar con
valor y alegría, pero no solas,
sino junto, con los jóvenes
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8. Juntos, es la opción que desde los orígenes del Instituto ha dado un
rostro característico al Carisma Salesiano.
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9. En Valdocco y en Mornés se obraba siempre
en sinergia para dar impulso y vitalidad al
compromiso educativo.
Mornés
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10. La Historia Salesiana documenta la frescura del Espíritu
de Familia y el pleno entendimiento entre SDB y las FMA,
jóvenes y adultos, todos orientados hacia un único
objetivo: anunciar a Jesús a través de la educación.
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11. Él es el gran Educador y
nosotras que amamos los
jóvenes de hoy anunciamos la
buena noticia del Evangelio
mirándolo a Él y abriendo
caminos de encuentro con Él.
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12. En mis numerosos
encuentros con jóvenes
y laicos he podido ver
con alegría y esperanza,
cómo estas personas de
diversa edad y cultura
son mediaciones de los
llamados de Dios para
todas nosotras.
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13. Ellos nos ayudan en la lectura de la
realidad en rápida evolución, nos
presentan las actuales exigencias
que, a veces, nosotras dejamos
escapar o leemos con criterios
inadecuados. Tales exigencias son
otras tantas llamadas, indicadores
de un recorrido que debemos hacer
como Iglesia, Pueblo de Dios, en
camino.
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14. La experiencia del límite y de la
pobreza nos abre a la búsqueda y
nos ayuda a ampliar la mirada y a
enriquecernos recíprocamente.
“Os he pedido saber escuchar con
disponibilidad y comprensión a
cuantos recurren a vosotras para
una ayuda moral y humana, para
saber interpretar las situaciones,
a fin de inculturar el mensaje
evangélico”.
(Del Papa Francisco a las
Capitulares)
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15. El fundamento lo encontramos en
Jesús a quien seguían los
apóstoles y discípulos –hombres y
mujeres–de edad, proveniencia y
clase social diversa. Una presencia
diversificada que aporta riqueza a
todo el grupo y testimonia la
alegría y la fatiga de compartir la
belleza del mensaje de Jesús.
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16. El Señor nos pide ser “Comunidad
misionera”, “Comunidad en salida”,
por tanto no obreros solitarios, sino
un pueblo en camino, sobre todo con
los jóvenes como nos pide el CG XXIII.
Solas, corremos el riesgo de
permanecer encerradas por miedo a
lo nuevo, por el riesgo que implica la
cultura de la época.
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17. El “juntos” de que hablamos, tiene sus raíces en el rico Magisterio del
Concilio Vaticano II que propuso la espiritualidad de comunión a una Iglesia
concebida como Pueblo de Dios en camino. Una visión que han tenido los
Papas después del Concilio, quienes han vuelto a proponer el significado
teológico de la Constitución LUMEN GENTIUM en la que el Pueblo de Dios
es el protagonista principal de la Historia de la Salvación junto con sus
Pastores y en el contexto social de hoy.
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18. En la exhortación apostólica
EVANGELII GAUDIUM del Papa
Francisco, retoma con acentos
nuevos la experiencia de ser
junto con la Iglesia en camino.
Recuerdo con emoción las
palabras pronunciadas por el
Santo Padre el día de su
elección: “… y ahora
empezamos este camino de
hermandad, de amor y de
confianza entre nosotros”.
Después, con los gestos que le
son propios, antes de dar la
bendición al mundo entero, se
inclinó y pidió a la gente
presente que lo bendijera.Circular 955
19. En este período se está
desarrollando en Roma el
Sínodo ordinario de los
Obispos con el tema: La
Vocación y la Misión de la
la Familia en la Iglesia y en el
y en el Mundo
contemporáneo. El Papa
Papa Francisco en la
inauguración dijo: “El
Sínodo es una expresión
eclesial, es decir, la Iglesia
que camina junta, para leer
la realidad con los ojos de
la fe y con el corazón de
Dios”
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20. En el CG XIII hemos vivido una
experiencia de este tipo
caminando juntas entre
nosotras, pero con toda la
Iglesia, con los jóvenes, los
laicos que participan de
nuestra misión, aprendiendo
juntos a leer la realidad con
los ojos de la fe y con el
Corazón de Dios.
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21. Estamos invitadas a continuar esta
experiencia en nuestra vida
cotidiana. ¿En el vivir y hacer en
Comunidad, nos sentimos “Pueblo
de Dios” llamado a ser profecía de
los tiempos nuevos, en escucha de
las nuevas generaciones
especialmente de los jóvenes más
pobres, los privilegiados de Jesús?
¿O quizás inconscientemente,
tenemos formas de
autorreferencialidad tal vez
anacrónicas, lejanas del estilo
carismático vivido por nuestros
Fundadores?Circular 955
23. El compromiso de fidelidad a
nuestros Fundadores reavivado en
las celebraciones del Bicentenario
del nacimiento de Don Bosco y en
la entrega de las Constituciones
renovadas, exige un cambio de
perspectiva que nos permite
aprender a desaprender, colocando
los colores de hoy al Carisma que es
dinámico y por su naturaleza se
adapta a los tiempos, a los lugares
y a las diversas exigencias. Se trata
de ampliar la mirada , los
horizontes para escuchar lo que el
Espíritu Santo nos está diciendo
hoy.
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24. Para cambiar no basta escuchar, es
necesario penetrar en profundidad la
propia humanidad y la de los otros y
leer la vida con esperanza.
Os invito a estar atentas todos los
días a los cambios que se dan en
nuestra vida para que la Gracia del
Señor obre continuamente y nos
transforme.
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25. Un primer cambio es la mirada
positiva sobre todo lo que
funciona bien en nuestra
Comunidad. Hoy la gente está
cansada de detenerse en el
análisis de las situaciones aunque
la crítica es necesaria para
situarnos de un modo consciente
en la realidad. Es necesario
infundir valor y pasar al gesto
positivo, para ver o intuir lo nuevo
que está germinando.
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26. Os invito a crear en nuestras
Comunidades “un ángulo de
esperanza”, donde sea
posible reconocer la belleza
presente en una vida que se
entrega, la belleza espiritual
que irradian rostros
luminosos. Sabemos que en
las Comunidades no todo es
positivo, pero sabemos que la
Gracia no nos abandona.
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27. Y ¿si empezáramos al terminar el día mirando en el propio corazón la obra de la
Gracia y, antes de pedirle perdón a Dios le dijéramos GRACIAS?
El discernimiento es una actitud para cultivar como FMA, también como
Comunidad Educativa, como lo indican nuestras Constituciones.
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28. Los desafíos educativos son tan empeñativos que no podemos afrontarlos solas.
Es necesario crear alianzas con otras Instituciones, a partir de la familia e
incluyendo todas las personas de buena voluntad. Los laicos, los jóvenes tienen
mucho qué decirnos, lo hemos constatado en el CG XXIII
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29. Los laicos han optado por
la óptica justa del
“nosotros” para hablar de
las exigencias de la Misión
Salesiana hoy. En pocas
palabras nos han dicho
cómo afrontar juntos la
realidad, han demostrado
sentirse verdaderamente
aquel Pueblo de Dios al
que continuamente se
refiere el Papa Francisco
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30. Este “nosotros” FMA–laicos tiene
necesidad de renovar la mirada
sobre el mundo para verlo con
los mismos ojos de Dios, cultivar
la propia interioridad,
experimentar sed de Dios para
poder reconocer la de los jóvenes.
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31. Los laicos revelan la necesidad de
conocer a los jóvenes y el mundo en
el que vivimos para poder
evangelizar, pero, para hacerlo
necesitamos ser felices sin tantas
carreras.
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32. Se trata de cuidar la calidad de
las relaciones, para configurar
nuestros ambientes como
“Casas” en las cuales se ama
realmente, profundamente,
salesianamente con sencillez y
alegría. Nuestra cercanía a los
jóvenes se traduce en el
acompañamiento paciente y
amable, propio de quien confía
en el otro; en el asumir el
“corazón oratoriano” como
criterio de renovación de
nuestras presencias y de
nuestras Comunidades.
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33. El “corazón oratoriano”
vibra en todas las FMA aún
en aquellas que por motivo
de salud o por edad no
pueden estar directamente
en contacto con los
jóvenes, pero continúan
dejándose habitar por el
“Da mihi animas cetera
tolle”
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34. Juntos, FMA y laicos podemos
promover una nueva cultura: la cultura
de la vida, de la paz, de la solidaridad,
de la atención a quien es pobre, al
desplazado, herido, marginado. En un
mundo intercultural interconectado,
globalizado e interdependiente, educar
es la clave. Debemos hacerlo con
urgencia, con valor entrando en el
mundo de la comunicación para
conocer los lenguajes juveniles, para
entender a los jóvenes y
acompañarlos. Circular 955
36. La fuerza para cambiar como Comunidad FMA,
nos vendrá de este “juntos” de la Comunidad
Educativa en la que creemos y que queremos
construir “con los jóvenes”. La provocación
por un cambio de mentalidad se nos ofreció de
un modo sencillo y directo en el CG XXIII
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37. Los jóvenes nos han pedido
testimoniar la alegría de
nuestra vocación, el
escucharlos con sinceridad y
profundidad. Nos han pedido
participar en nuestra vida, en
nuestra oración. Nos han
sugerido de cuestionarlos sin
miedo.
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38. Vivir “con y para los jóvenes”, como recomienda el Rector Mayor en su magisterio
ordinario es una llamada a revitalizar el Carisma. El ser discípulos misioneros exige este
camino como Familia Carismática, como Iglesia en red con el territorio. Requiere la
consciencia de caminar no solas, sino con Jesús que es la Palabra última y definitiva, que
se hace nuestro compañero de viaje. Los discípulos de Emaús eran incapaces de mirar el
futuro con esperanza. El encuentro con el “Peregrino” que hacía camino con ellos, los
abrió a la escucha, a la comprensión, a la conversión, al testimonio y al anuncio gozoso.
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39. Somos acompañantes de los
jóvenes, pero la verdadera
conversión pastoral se da en el
estar de su parte, en la óptica de la
periferia porque es desde allí
donde nos viene un mensaje de
conversión, una provocación a
situarnos en el punto de vista de
los pequeños y de los pobres.
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40. Los jóvenes de todo el mundo
están cambiando y es importante
darnos cuenta de la evolución;
muchos se presentan buscando el
sentido de la vida. Algunas veces
pueden estar desmoralizados por
las situaciones que están viviendo
y por la falta de perspectivas de
futuro. Ellos tienen mucho para
decirnos y para enseñarnos si
tenemos la humildad de aprender,
si buscamos descubrir en ellos un
mundo posible y bello.
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41. El mundo del futuro no será
sin ellos. Estamos llamados a
promover la vida, a escuchar
sus preguntas no expresadas,
también a suscitarlas, como
adultos significativos.
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42. El Papa nos confía a los
Consagrados y Consagradas la
tarea de despertar al mundo. En
el corazón de los jóvenes hay una
nostalgia de bien, de verdad, de
solidaridad y de relaciones que
tiene la necesidad de ser
despertadas. Tenemos que dejar
que ellos despierten nuestra vida
para que sea fecunda.
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43. De fecundidad, ha hablado el
Papa Francisco en el
encuentro mundial con miles
de jóvenes Consagrados y
Consagradas convocados por
el año de la Vida Consagrada:
“La Vida Consagrada -ha
dicho- puede ser estéril,
cuando no es profética,
cuando no se permite soñar y
refiriéndose en particular a las
Religiosas ha dicho que son
“ícono” de la maternidad de
María y de la ternura de la
Iglesia”.
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44. No tengamos miedo de
soñar en grande, de
abrazar con confianza y
alegría la oportunidad
que tenemos de
caminar con y por los
jóvenes, aunque este
recorrido requiere un
continuo cambio de
mentalidad y mucha
fatiga.
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45. ¿Cómo potenciar en la vida personal
y en la de las Comunidades
Educativas la consciencia que somos
realizadoras de sueños concretos,
escuchando la voz de los jóvenes que
poseen una fuerte carga profética?
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46. ¿Cómo despertar en los jóvenes el sentido humano auténtico?.
¿Cómo educarlos teniendo como referencia una visión de persona
abierta al trascendente?
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47. Nuestros Fundadores nos
han dejado un ejemplo
actual para “iluminar el
futuro”, para “despertar al
mundo”. ¿Cómo? Siendo
fieles, con tenacidad
evangélica al gran sueño de
Dios: ver los jóvenes de
todos los tiempos felices en
el tiempo y en la eternidad.
Circular 955
48. Los jóvenes nos
escucharán si sabemos
ofrecerles una
espiritualidad genuina, si
si alcanzamos a preparar el
terreno donde puedan
surgir preguntas como:
¿quién es la persona; cuál
es su vocación; cómo se
relaciona con los otros
seres humanos, en un
mundo globalizado,
intercultural e
interreligioso con una
fuerte movilidad? Circular 955
49. Nos ayude María a acercarnos
a los jóvenes como a nuestra
“tierra santa” en la punta de
los pies, custodiando como
tesoro precioso las
enseñanzas que ellos nos dan,
aún sin hablar. Y haciéndolo
fructificar en un cambio
auténtico de mentalidad para
ser, junto a ellos, misioneras
de esperanza y de alegría,
para caminar con ellos en la
vía de la santidad.
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