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(2017 06-01)desprescripción en el anciano(doc)

25 de May de 2017
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  1. DESPRESCRIPCIÓN EN EL ANCIANO AUTORES: Javier García Rodríguez Laura Tejada de los Santos CS LAS FUENTES NORTE FECHA:1 JUNIO 2017
  2. 2 ÍNDICE: 1) Introducción: anciano frágil y polimedicación.................................................3 2) ¿Qué es la desprescripción?............................................................................4 3) ¿Por qué es necesario desprescribir?..............................................................4 4) ¿Cómo hacerlo?..............................................................................................6 5) Fases de la desprescripción.............................................................................7 6) ¿Cuándo?........................................................................................................8 7) Barreras para la desprescripción.....................................................................9 8) Beneficios y riesgos.........................................................................................9 9) Herramientas de detección de la prescripción inadecuada..........................10 10) Criterios Stop-Start.......................................................................................13
  3. 3 1) INTRODUCCIÓN: ANCIANO FRÁGIL Y POLIMEDICACIÓN En la actualidad cada vez contamos con una población con un mayor índice de envejecimiento, debido al aumento de la esperanza de vida; lo que a su vez conlleva un mayor número de comorbilidades, con las consecuencias que esto provoca (anciano frágil polimedicado, más efectos adversos a fármacos, más interacciones entre ellos…) ¿Qué es un anciano frágil? Es aquel que tiene una disminución de las reservas fisiológicas y un mayor riesgo de declinar, lo que lo sitúa en una situación de mayor vulnerabilidad ante perturbaciones externas y resulta en una mayor probabilidad para presentar episodios adversos de salud (hospitalización, institucionalización, muerte, caídas) y pérdida de función, discapacidad o dependencia. Los factores de riesgo que nos pueden hacer sospechar que estamos antes un anciano frágil son: edad mayor a 80 años, haber presentado hospitalizaciones recientes, presentar caídas de repetición, condicionantes sociales adversos (pobreza, soledad, incomunicación, etc.), debilidad muscular y poco ejercicio, comorbilidad osteomuscular, cardiológica o mental, polifarmacia. La polimedicación se puede definir en términos cuantitativos, atendiendo al uso de más de un número determinado de fármacos (toma de cinco o más fármacos), o en términos cualitativos, teniendo en cuenta la utilización de fármacos inadecuados o simplemente el consumo de algún medicamento clínicamente no indicado. En los pacientes ancianos existen cambios tanto en farmacocinética como en farmacodinámica, que hacen que las reacciones a la medicación recibida en este grupo de pacientes, presente diferencias con respecto a los pacientes más jóvenes (mayor número de reacciones adversas, más interacciones entre distintos fármacos...
  4. 4 2) ¿QUÉ ES LA DESPRESCIPCIÓN? La desprescripción es el proceso de desmontaje de la prescripción de medicamentos por medio de su revisión o análisis, mostrando sus contradicciones y ambigüedades. El fin es reconsiderar la prescripción desde el principio, comenzando desde el conocimiento del estado y situación del paciente hasta el diagnóstico de sus problemas de salud, hasta el final, la indicación de los medicamentos y su seguimiento posterior. Se trata de un proceso singular, continuo (prescripción-deprescripción), que necesariamente debe adaptarse a cada persona y circunstancia, y que concluye con la modificación de dosis, sustitución o eliminación de unos fármacos y adición de otros. 3) ¿POR QUÉ ES NECESARIA LA DESPRESCRIPCIÓN? En primer lugar antes de dar los motivos por los que es necesario revisar y adecuar la medicación en los pacientes, sobre todo en pacientes ancianos, hablaremos de porque un medicamento es considerado inapropiado, y porque la polimedicación es perjudicial para el paciente. Se considera que la prescripción de un medicamento es inapropiada cuando: 1) El riesgo de sufrir efectos adversos es superior al beneficio clínico, especialmente cuando hay evidencia de la existencia de alternativas terapéuticas más seguras y/o eficaces. 2) El medicamente se utiliza con una frecuencia o duración mayor al tiempo recomendado. 3) Existe un riesgo incrementado de interacción nociva con otros medicamentos, enfermedades o condiciones clínicas. 4) Existe duplicación de principios activos dentro de la misma clase farmacológica. 5) Se omiten prescripciones de fármacos beneficiosos para tratar o prevenir un problema de salud. Se puede considerar que la polimedicación es inadecuada atendiendo a numerosos factores determinantes; éstos son los siguientes: 1) Factores dependientes del paciente: Factores biológicos: Edad por encima de 75 años, mujeres Consumo de fármacos específicos: Ansiolíticos, sedantes, antidepresivos, analgésicos, inhibidores de plaquetas o espasmolíticos
  5. 5 Morbilidad asociada: Tener 3 o más enfermedades crónicas, enfermedades respiratorias, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, diabetes y síntomas digestivos Factores psicológicos: Depresión, ansiedad, pobre autopercepción de la salud y deficiente adaptación a la enfermedad Factores sociales: Situación económica deficiente, nivel educativo bajo, soledad, situación de dependencia, vivir en zonas rurales 2) Factores dependientes del Sistema Sanitario y de los profesionales sanitarios: Contacto con los servicios sanitarios en los últimos 3 meses Ingresos hospitalarios previos Interconsultas entre especialistas Ser atendido por diferentes prescriptores Acudir a múltiples farmacias Discrepancias entre pacientes y facultativos en cuanto a la historia farmacoterapéutica Adopción acrítica de las guías clínicas basadas en la evidencia que obvian la multimorbilidad y la polimedicación Consecuencias de la polimedicación y del uso de medicamentos inapropiados: por todos ellos es imprescindible revisar de forma periódica la medicación que llevan nuestros pacientes, para tratar de eliminar los que no sean necesarios, o sean perjudiciales para ellos. Consecuencias clínicas: o Disminución adherencia terapéutica o Efectos adversos a los medicamentos o Interacciones fármaco-fármaco y medicamento-enfermedad o Riesgo de hospitalización, de prolongación de la misma y de reingreso o Riesgo de caídas y de lesiones provocadas por las mismas o Disminución funcionalidad física o Deterioro calidad de vida relacionada con la salud o Aumento de la morbilidad o Aumento de la mortalidad Consecuencias legales: o Responsabilidad civil en caso de daños resarcibles o Responsabilidad penal por imprudencia o dejación de funciones que ocasionen daño a la vida o a la integridad física Consecuencias éticas: o Deterioro relación clínica
  6. 6 o Pérdida de confianza en la asistencia sanitaria Consecuencias sociales: o Alteraciones en el rol y funciones sociales del individuo Consecuencias económicas: o Gastos directos: gasto farmacéutico (hospitalario y por receta), consultas y hospitalizaciones por efectos adversos, pruebas diagnósticas, etc. o Costes sanitarios no directos: cuidados y adaptaciones domiciliarias por discapacidades o Costes indirectos: productividad perdida asociada al da˜no producido por los medicamentos o Costes intangibles: daño moral, disminución calidad vida, deterioro bienestar, etc. Consecuencias en la política sanitaria y en la salud pública: o Medidas legislativas y administrativas o Políticas y planes de salud 4) ¿CÓMO HACERLO? La revisión periódica de la medicación de los pacientes mayores parece una forma lógica de minimizar la prescripción inapropiada y sus efectos adversos asociados. Es necesario que esta tarea se lleve a cabo de una manera ordenada y sistemática. Podríamos hablar de 2 estrategias diferentes. La primera la podríamos nombrar con el símil de «tala selectiva». Se trataría de, una vez conocido que un fármaco determinado es inapropiado para su uso en una población concreta, revisar uno a uno a todos esos pacientes para identificar quiénes lo tienen prescrito, actuando luego en consecuencia. Este tipo de intervenciones suele ser útil para retirar medicamentos innecesarios. El segundo sería el tipo «poda». Se trataría de reconsiderar en un paciente concreto su régimen terapéutico, discontinuando lo innecesario y a˜nadiendo lo preciso de una forma individualizada, según el estado del paciente y su expectativa de vida. A lo largo del tiempo se han propuesto diferentes estrategias para optimizar el uso de medicamentos, éstos se dividen en métodos implícitos y explícitos: Los métodos implícitos se basan en el juicio clínico, evaluando cada medicamento considerando las características del paciente y la indicación de la
  7. 7 prescripción. Resultan fiables, aunque laboriosos, y sus resultados dependen en gran medida del profesional que los aplica. Los métodos explícitos utilizan criterios predefinidos basados en datos científicos y consenso de expertos para definir medicamentos potencialmente inapropiados. Constituye una herramienta más sencilla de utilizar y reproducible, permitiendo sistematizar la detección de prescripciones inapropiadas. 5) FASES DE LA DESPRESCRIPCIÓN El proceso de deprescipción, es necesario hacerlo de forma sistematizada. Para ello, explicamos los distintos pasos a realizar. REVISAR  Listado completo de fármacos y dosis, incluidos los no receta/ parafarmacia Para la revisión de la medicación es útil indicar al paciente que acuda a consulta con toda la medicación que consume, o si acudimos a su domicilio que nos enseñe la caja de las medicaciones. También hay que investigar si existen medicamentos prescritos que no son retirados de la farmacia.  Lista de patologías del paciente: es un momento adecuado para actualizar la situación del paciente examinando los problemas que quedan activos y los que han pasado y están inactivados, ya que esto permitirá valorar la adecuación actual de cada uno de los medicamentos que consume. Por último, hay que realizar una aproximación a los conocimientos que tiene el paciente sobre sus enfermedades y su tratamiento y habrá que investigar si conoce lo que toma, para qué lo toma, cómo lo toma y si tiene una información básica de aspectos como conservación, posibles efectos secundarios  Valoración del estado físico, preferencias y contexto socio familiar de la persona ANALIZAR  Adherencia, efectos adversos, interacciones, indicaciones y tiempo hasta el beneficio de los fármacos  Valorar y definir los objetivos y metas de la atención, del tratamiento, así como la esperanza de vida. En este apartado hemos de hacernos dos preguntas: 1) ¿es la expectativa de vida de esta persona (determinada por el pronóstico y la evolución natural de la enfermedad) mayor que el tiempo que tarda el medicamento en obtener un beneficio clínico relevante?, y 2) ¿ son congruentes las metas de la atención sanitaria (curación, cuidados, prevención primaria, secundaria, terciaria o
  8. 8 cuaternaria), determinados por la valoración de grado de comorbilidad, el estado funcional y la calidad de vida, con los objetivos de la prescripción-deprescripción. ACORDAR  Expectativas, creencias, preferencias.  Adaptar el ritmo a las posibilidades reales. Es preciso evaluar el grado de adherencia a los tratamientos, los deseos del paciente de abandonar, mantener o iniciar otros nuevos fármacos, sus expectativas y experiencias previas, así como su contexto sociofamiliar. Aquí se debe fijar el plan terapéutico a implementar, siendo importante promover su implicación en la toma de decisiones. ACTUAR  Comenzar por deprescribir fármacos inapropiados que dañan y no se usan.  Paso de un escenario preventivo o modificador de la enfermedad a paliativo o sintomático. La ejecución del plan terapéutico diseñado debe realizarse de forma progresiva, siguiendo un orden y un ritmo de retirada (o de incorporación), priorizando aquellos que presenten mayor impacto potencial en términos de reducción de riesgos (en caso de retirada) o de beneficios (en caso de incorporación). En caso de retirada es aconsejable realizarla fármaco a fármaco para poder evaluar los efectos, positivos o negativos, de cada supresión. Algunos pueden ser retirados de manera brusca, pero otros requieren de reducciones progresivas de dosis. MONITORIZAR  Resaltar logros, objetivos alcanzados, feedback de resultados.  Valorar la adherencia a la deprescripción, detectar la reaparición de síntomas, el agravamiento de la enfermedad de base o los síndromes de retirada. Esta última fase, la de seguimiento clínico y farmacoterapéutico, tiene como misión principal detectar y evitar las complicaciones derivadas de la deprescripción. Para incrementar el grado de confianza del paciente en el proceso de deprescripción es fundamental que dichos cambios se realicen de forma gradual y que el seguimiento sea estrecho, sobre todo al comienzo (que es cuando suelen aparecer los principales problemas), manteniendo una actitud de «puerta abierta», involucrando activamente al paciente o su cuidador en las decisiones y aclarando que ningún cambio es irreversible. 6) ¿CUÁNDO? Un tratamiento puede ser adecuado en un momento dado, pero, dadas las circunstancias cambiantes en el estado de salud, en los objetivos terapéuticos y en la
  9. 9 perspectiva del paciente, puede dejar de serlo en el tiempo, y ello exige una reevaluación periódica del esquema terapéutico diseñado. 7) BARRERAS PARA LA DEPRESCRIPCIÓN Existen numerosos obstáculos a la hora de retirar fármacos al tratamiento de los pacientes, impuestos por los propios pacientes y sus familiares o cuidadores, por parte de los profesionales sanitarios, así como por parte del Sistema Sanitario. 1) Paciente y familiares: Sensación de abandono. La medicación representa una esperanza Miedo a presentar vivencias desagradables previas Miedo de la familia a causar daño o muerte Resistencia a abandono de fármacos de toda la vida Baja percepción de efectos adversos, los identifican como parte del envejecimiento 2) Profesionales sanitarios: Respeto a prescripciones de otros compañeros Inercia sobreterapéutica Educación médica centrada en el medicamento Falta de destrezas para cambiar actitudes Ausencia de guías o evidencias para la deprescripción Tiempo que exige revisión y discusión. Miedo a alterar la relación médico/ paciente. Paternalismo médico (no tienen en cuenta la autonomía del paciente) El médico destinado a coordinar y priorizar, el de familia, no se suele sentir legitimado y ve arrastrado por la prescripción inducida 3) Sistema Sanitario: Receta electrónica perpetúa los tratamientos crónicos Guías de práctica clínica intervencionistas El sistema tiende a sobremedicalizar. Muchos especialistas. Inercia sobreterapéutica 8) BENEFICIOS Y RIESGOS DE LA DEPRESCRIPCIÓN Como en todas las actuaciones médicas, la deprescripción conlleva una serie de beneficios, pero también riesgos. BENEFICIOS: o Menor coste o Mayor seguridad
  10. 10 o Disminución de los efectos adversos o Mejoras en la funcionalidad del paciente o Mejor calidad de vida o Disminución de los errores en la medicación, mejor adherencia a la medicación… RIESGOS: o Síndrome de retirada o Efecto rebote o Reaparición o reagudización de la enfermedad 9) HERRAMIENTAS DE DETECCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN INADECUADA En las últimas dos décadas existe un creciente interés por buscar mecanismos para definir la adecuación de los tratamientos farmacológicos y por elaborar protocolos que permitan la detección sistemática de la prescripción inadecuada. Se han desarrollado por ello diferentes grupos de criterios para la detección de medicación inapropiada en pacientes mayores. Entre los más conocidos se encuentran los criterios de Beers, la IPET (Improved Prescribing in the Elderly Tool), el MAI (Medication Appropriateness Index) y los definidos en el proyecto ACOVE (Assessing Care of Vulnerable Elders). Estudios epidemiológicos llevados a cabo en Europa y Norteamérica han utilizado estos criterios para determinar la prevalencia de prescripción inadecuada de medicamentos en pacientes mayores, con resultados que oscilan entre el 11 y el 65% dependiendo de la población estudiada. Esto supone que la magnitud del problema es muy elevada. Sin embargo, disponemos aún de muy pocos datos que indiquen que la detección sistemática y la actuación sobre la prescripción inadecuada mejoran resultados o indicadores de salud. 1. Los CRITERIOS DE BEERS fueron descritos por primera vez en 1991. Originariamente fueron diseñados para detectar fallos en la prescripción en residencias de ancianos de EEUU y estaban constituidos esencialmente por una lista de 30 fármacos que debían evitarse. Inicialmente no tenían en cuenta el diagnóstico, pero en revisiones posteriores se añadió una segunda tabla con medicamentos inapropiados en presencia de determinadas patologías. Los criterios han sido posteriormente modificados con objeto de facilitar su uso en personas que viven en la comunidad y fueron revisados en 1997 y 2013.
  11. 11 Utilizando los criterios de Beers, las tasas de prescripción inadecuada oscilan entre el 14% en la comunidad y el 40,3% en residencias. Los fármacos inadecuados más comúnmente citados en estos estudios fueron benzodiacepinas de vida media larga, dipiridamol, propoxifeno y amitriptilina. Pese a su amplia difusión, los criterios de Beers son controvertidos, especialmente en Europa, y hasta el 50% de los fármacos que incluyen no están presentes en los formularios de la mayoría de los países europeos y son irrelevantes para la mayoría de los prescriptores. Por otro lado, muchos de los fármacos incluidos en estos criterios no están, de hecho, contraindicados absolutamente en los mayores, como puede ser el caso de oxibutinina, amitriptilina, amiodarona, nitrofurantoína, doxazosina o naproxeno, de acuerdo con la última versión del British National Formulary. En contraste, existe un número creciente de casos de prescripción potencialmente inapropiada no mencionados en los criterios de Beers (tabla 1). Otro problema práctico es la presentación desordenada de los fármacos en sus dos listados (‘‘independiente del diagnóstico’’ y ‘‘dependiente del diagnóstico’’): los criterios no se presentan en ningún orden reconocido o siguiendo sistemas fisiológicos, como en la presentación convencional de fármacos en la mayoría de los formularios. Por último, no incluyen otros patrones de prescripción inadecuada como las interacciones entre fármacos, la duplicidad terapéutica o la omisión de fármacos que deberían utilizarse.
  12. 12 2. Los CRITERIOS IPET, de origen canadiense, están formados por los 14 errores de prescripción más frecuentes identificados a partir de una larga lista de prescripciones inadecuadas identificadas por un panel de expertos en Canadá en 1997. Estos criterios fueron validados en un estudio prospectivo realizado en enfermos agudos hospitalizados, en el que se encontró una prevalencia de prescripciones inadecuadas del 12,5%. Los criterios IPET, a pesar de ser concisos, presentan serias deficiencias, ya que únicamente citan 14 casos específicos por evitar, 3 de los cuales están relacionados con los antidepresivos tricíclicos, cuya prescripción está disminuyendo rápidamente. Además, consideran peligrosa la asociación de betabloqueantes en la insuficiencia cardiaca congestiva, en contra de lo que establece la evidencia. No han sido muy utilizados fuera de Canadá. Apenas existen datos sobre su utilización en nuestro país. 3. Los criterios MAI emplean 10 criterios implícitos en la prescripción como medida de una adecuada prescripción, por ejemplo: costes, dosis incorrecta y duración del tratamiento. Sin embargo, no hacen referencia explícita a determinados fármacos que son problemáticos en el paciente mayor, ni tampoco recogen los problemas del bajo uso de los medicamentos beneficiosos. En rigor, no se trata, por tanto, de una herramienta de detección de prescripciones inadecuadas, sino de mejora de la prescripción de fármacos específicos. Debido a las deficiencias de los criterios disponibles se ha hecho cada vez más evidente la necesidad de desarrollar y validar nuevos criterios que permitan detectar la medicación inapropiada en la población geriátrica, especialmente en el entorno europeo. Es preciso que los criterios que surjan se basen en la evidencia, que detecten con precisión los casos más comunes de prescripción inadecuada y de omisión de fármacos indicados en este grupo de pacientes y que resulten fáciles de utiliza. En cualquier caso, estos criterios tienen que apoyar, nunca reemplazar, el criterio clínico del médico prescriptor. 4. Los CRITERIOS STOPP/START.
  13. 13 10) CRITERIOS STOP-START En este entorno se han publicado unos nuevos criterios, llamados STOPP-START (Screening Tool of Older Person’s potentially inappropriate Prescriptions/Screening Tool to Alert doctors to the Right, i.e. appropriate, indicated Treatment), nacidos en Irlanda, cuyo desarrollo clínico ha sido asumido por la European Union Geriatric Medicine Society. Estos criterios, organizados por sistemas fisiológicos, pueden ser aplicados rápidamente (en aproximadamente 5 min), recogen los errores más comunes de tratamiento y omisión en la prescripción y son fáciles de relacionar con los diagnósticos activos y la lista de fármacos que aparecen en las historias clínicas informáticas de los pacientes. Constan de dos grupos de criterios: los STOPP (por la palabra inglesa ‘‘parar’’ o ‘‘detener’’) y los START (por ‘‘empezar’’). Para el diseño de los criterios STOPP/START un grupo de investigadores expertos en farmacología geriátrica redactó un borrador inicial mediante recopilación de numerosos ejemplos bien definidos de prescripción inadecuada en mayores. El borrador de los criterios fue consensuado por 18 expertos en farmacoterapia geriátrica (profesores de geriatría, farmacología y psicogeriatría, médicos de atención primaria y farmacéuticos de hospital expertos en farmacología geriátrica, de Irlanda y Reino Unido) para su validación mediante la técnica de consenso de Delphi. Los criterios se ordenaron en función de los sistemas fisiológicos más relevantes para facilitar su consulta fácilmente, e incluyen criterios específicos respecto a la prescripción de analgésicos, fármacos que pueden afectar a los pacientes mayores propensos a las caídas, y también las duplicidades. Cada criterio STOPP fue acompañado de una explicación concisa de por qué su prescripción se considera inadecuada en personas mayores. CRITERIOS STOPP Las siguientes prescripciones de medicamentos son potencialmente inapropiadas en personas de 65 o más años:
  14. 14 1) Sistema cardiovascular Digoxina a dosis superiores a 125 mg/dÍa a largo plazo en presencia de insuficiencia renal con tasa de filtrado glomerular (GFR) estimada <50 ml/min. (aumento del riesgo de intoxicación) Diuréticos de asa  Para los edemas maleolares aislados, sin signos clínicos de insuficiencia cardiaca (no hay evidencia de su eficacia; las medias compresivas son normalmente más apropiadas)  Como monoterapia de primera línea en la hipertensión (existen alternativas más seguras y efectivas) Diuréticos tiazídicos con antecedentes de gota (pueden exacerbar la gota) Betabloqueantes  No cardioselectivos en la EPOC (riesgo de broncoespasmo)  En combinación con verapamilo (riesgo de bloqueo cardiaco sintomático) Antagonistas del calcio: diltiazem o verapamilo  En la insuficiencia cardiaca grado III o IV de la NYHA (pueden empeorar la insuficiencia cardiaca)  En el estreñimiento crónico (pueden agravar el estreñimiento) Uso de la combinación de AAS y warfarina ( extrapolable al acenocumarol en Europa) sin antagonistas H2 (excepto cimetidina por su interacción con los anticoagulantes) o IBP (alto riesgo de hemorragia digestiva). Dipiridamol como monoterapia para la prevención cardiovascular secundaria (sin evidencia de eficacia) AAS  Con antecedentes de enfermedad ulcerosa péptica sin antagonistas H2 o IBP (riesgo de hemorragia)  A dosis superiores a 150 mg día (aumento del riesgo de sangrado, sin evidencia de una mayor eficacia)  Sin antecedentes de cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular, enfermedad arterial periférica o un antecedente oclusivo arterial (no indicada)  Para tratar un mareo no claramente atribuible a enfermedad cerebrovascular (no indicada) Warfarina (o acenocumarol)  Para un primer episodio de trombosis venosa profunda no complicado durante más de 6 meses (no se ha demostrado un beneficio adicional)
  15. 15  Para una primera embolia de pulmón no complicada durante más de 12 meses (no se ha demostrado beneficio) AAS, clopidogrel, dipiridamol o warfarina con una enfermedad hemorrágica concurrente (alto riesgo de sangrado) 2) Sistema nervioso central y psicofármacos Antidepresivos tricíclicos  Con demencia (riesgo de empeoramiento del deterioro cognitivo)  Con glaucoma (posible exacerbación del glaucoma)  Con trastornos de la conducción cardiaca (efectos proarrítmicos)  Con estreñimiento (probable empeoramiento del estreñimiento)  Con un opiáceo o un antagonista del calcio (riesgo de estreñimiento grave)  Con prostatismo o con antecedentes de retención urinaria (riesgo de RAO) Uso prolongado (más de 1 mes) de benzodiazepinas de vida media larga o con metabolitos de larga acción, como diazepam (riesgo de sedación prolongada, confusión, trastornos del equilibrio, caídas) Uso prolongado de neurolépticos  Como hipnóticos (riesgo de confusión, hipotensión, efectos extrapiramidales, caídas)  En el parkinsonismo (es probable que empeoren los síntomas extrapiramidales) Fenotiazinas en pacientes con epilepsia (pueden bajar el umbral convulsivo) Anticolinérgicos para tratar los efectos secundarios extrapiramidales de los neurolépticos (riesgo de toxicidad anticolinérgica) ISRS con antecedentes de hiponatremia clínicamente significativa (sodio inferior a 130 mmol/l no iatrogénica en los dos meses anteriores) Uso prolongado (más de 1 semana) de antihistamínicos de primera generación (riesgo de sedación y efectos secundarios anticolinérgicos). 3) Sistema gastrointestinal Difenoxilato, loperamida o fosfato de codeína  Para el tratamiento de la diarrea de causa desconocida (riesgo de retraso diagnóstico, pueden agravar un estreñimiento con diarrea por rebosamiento, pueden precipitar un megacolon tóxico en la enfermedad inflamatoria intestinal, pueden retrasar la curación en la gastroenteritis no diagnosticada)
  16. 16  Para el tratamiento de la gastroenteritis infecciosa grave con diarrea sanguinolenta, fiebre elevada o afectación sistémica grave (riesgo de exacerbación o prolongación de la infección) Proclorperazina o metoclopramida con parkinsonismo (riesgo de agravamiento del parkinsonismo) IBP para la enfermedad ulcerosa péptica a dosis terapéuticas plenas durante más de 8 semanas (está indicada la suspensión o descenso de dosis más precoz para el tratamiento de mantenimiento/profiláctico de la enfermedad ulcerosa péptica, la esofagitis o la enfermedad por reflujo gastroesofágico) Espasmolíticos anticolinérgicos en el estreñimiento crónico (riesgo de agravamiento del estreñimiento) 4) Sistema respiratorio Teofilina como monoterapia en la EPOC (existen alternativas más seguras y efectivas, riesgo de efectos adversos por el estrecho índice terapéutico) Corticoides sistémicos en lugar de inhalados para el tratamiento de mantenimiento en la EPOC moderada-grave (exposición innecesaria a los efectos secundarios a largo plazo de los corticoides sistémicos) Ipratropio inhalado en el glaucoma (puede agravar el glaucoma). 5) Sistema musculoesquelético AINE  Con antecedentes de enfermedad ulcerosa péptica o hemorragia digestiva, salvo con uso simultáneo de antagonistas H2, IBP o misoprostol (riesgo de reaparición de la enfermedad ulcerosa)  Con HTA moderada-grave (moderada: 160/100 mmHg-179/ 109 mmHg; grave: igual o superior a 180/110 mmHg) (riesgo de empeoramiento de la HTA)  Con insuficiencia cardiaca (riesgo de empeoramiento de la insuficiencia cardiaca)  Uso prolongado (más de 3 meses) para el alivio del dolor articular leve en la artrosis (los analgésicos sencillos son preferibles y normalmente son igual de eficaces para aliviar el dolor)  Junto a warfarina o acecumarol (riesgo de hemorragia digestiva)  Con insuficiencia renal crónica con tasa de filtrado glomerular (GFR) estimada: 20–50 ml/min (riesgo de deterioro de la función renal) Corticoides a largo plazo (más de 3 meses) como monoterapia para la artritis reumatoide o la artrosis (riesgo de efectos secundarios sistémicos mayores de los corticoides)
  17. 17 AINE o colchicina a largo plazo para el tratamiento crónico de la gota cuando no existe contraindicación para el alopurinol (el alopurinol es el fármaco profiláctico de primera línea en la gota) 6) Sistema urogenital Antimuscarínicos vesicales  Con demencia (riesgo de mayor confusión y agitación)  Con glaucoma crónico (riesgo de exacerbación aguda del glaucoma)  Con estreñimiento crónico (riesgo de agravamiento del estreñimiento)  Con prostatismo crónico (riesgo de RAO) Alfa bloqueantes  En varones con incontinencia frecuente: uno o más episodios de incontinencia al día (riesgo de polaquiuria y de agravamiento de la incontinencia)  Con sonda vesical permanente: sonda durante más de dos meses (fármaco no indicado) 7) Sistema endocrino Glibenclamida o clorpropamida con diabetes mellitus tipo 2 (riesgo de hipoglucemia prolongada) Betabloqueantes en la diabetes mellitus con frecuentes episodios de hipoglucemia: 1 o más episodios al mes (riesgo de enmascaramiento de los síntomas de hipoglucemia) Estrógenos  Con antecedentes de cáncer de mama o tromboembolismo venoso (aumento del riesgo de recurrencia)  En mujeres con útero intacto (riesgo de cáncer de endometrio) 8) Fármacos que afectan negativamente a los propensos a caerse (1 o más caídas en los últimos tres meses) Benzodiazepinas (sedantes, pueden reducir el sensorio, deterioran el equilibrio) Neurolépticos (pueden causar dispraxia de la marcha, parkinsonismo) Antihistamínicos de primera generación (sedantes, pueden reducir el sensorio) Vasodilatadores de los que se sabe que pueden causar hipotensión en aquellos con hipotensión postural persistente: descenso recurrente superior a 20 mmHg de la TA sistólica (riesgo de síncopes, caídas) Opiáceos a largo plazo en aquellos con caídas recurrentes (riesgo de somnolencia, hipotensión postural, vértigo) 9) Analgésicos Uso a largo plazo de opiáceos potentes como morfina o fentanilo
  18. 18  Como tratamiento de primera línea en el dolor leve a moderado (inobservancia de la escalera analgésica de la OMS)  En aquellos con estreñimiento crónico sin uso simultáneo de laxantes (riesgo de estreñimiento grave)  En la demencia, salvo cuando están indicados en cuidados paliativos o para el manejo de un síndrome doloroso moderado/grave (riesgo de empeoramiento del deterioro cognitivo) 10) Duplicidades: Cualquier prescripción regular de dos fármacos de la misma clase: Dos opiáceos, AINEs, ISRS, diuréticos de asa, IECA simultáneos (debe optimizarse la monoterapia dentro de una sola clase antes de considerar el cambio a otra clase de fármaco). Se excluyen las prescripciones duplicadas de fármacos que pueden precisarse a demanda como agonistas beta-2 inhalados (de larga y corta duración) para el EPOC o el asma, u opiáceos para el manejo del dolor irruptivo. CRITERIOS START: Se trata de herramientas para recordar al médico aquellos medicamentos que son útiles y estarían indicados en determinados pacientes mayores, siempre y cuando no existan contraindicaciones para ello. 1) Sistema cardiovascular Warfarina o acenocumarol en presencia de una fibrilación auricular crónica AAS en presencia de una fibrilación auricular crónica, cuando la anticoagulación oral esté contraindicada pero no lo esté la antiagregación. AAS o clopidogrel con antecedentes bien documentados de enfermedad arteriosclerótica coronaria, cerebral o arterial periférica en pacientes en ritmo sinusal. Tratamiento antihipertensivo cuando la TAS sea normalmente superior a 160 mmHg. Estatinas con antecedentes bien documentados de enfermedad arteriosclerótica coronaria, cerebral o arterial periférica, cuando la situación funcional sea de independencia para las actividades básicas de la vida diaria y la esperanza de vida superior a 5 años . IECA  En la insuficiencia cardiaca crónica
  19. 19  Tras un infarto agudo de miocardio Bloqueadores beta en la angina crónica estable 2) Sistema respiratorio Beta-2 agonista o anticolinérgico inhalado pautado en el asma o la EPOC leve a moderada Corticoide inhalado pautado en el asma o la EPOC moderada a grave, cuando la FEV1 es inferior al 50% OCD en la insuficiencia respiratoria tipo 1 (pO2 <60 mmHg, pCO2<49 mmHg]) o tipo 2 (pO2 <60 mmHg], pCO2 > 49 mmHg]) bien documentada 3) Sistema nervioso central Levodopa en la enfermedad de Parkinson idiopática con deterioro funcional evidente y consecuente discapacidad Antidepresivos en presencia de síntomas depresivos moderados a graves durante al menos tres meses. 4) Sistema gastrointestinal IBP en la enfermedad por reflujo gastroesofágico grave o la estenosis péptica que precise dilatación. Suplementos de fibra en la diverticulosis sintomática crónica con estreñimiento. 5) Sistema musculoesquelético Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) en la artritis reumatoide moderada a grave activa de más de 12 semanas de duración. Bifosfonatos en pacientes que reciben corticosteroides orales a dosis de mantenimiento. Suplementos de calcio y vitamina D en pacientes con osteoporosis conocida (evidencia radiológica o fractura por fragilidad previa o cifosis dorsal adquirida). 6) F. Sistema endocrino Metformina en la diabetes mellitus tipo 2 con o sin síndrome metabólico en ausencia de insuficiencia renal. IECA o ARA-2 en la diabetes con nefropatía (proteinuria franca en el sistemático de orina o microalbuminuria (430 mg/24 h) con o sin insuficiencia renal en la bioquímica. Antiagregantes plaquetarios en la diabetes mellitus si coexisten uno o más factores mayores de riesgo cardiovascular (HTA, hipercolesterolemia, consumo de tabaco). Estatinas en la diabetes mellitus si coexisten uno o más factores mayores de riesgo cardiovascular
  20. 20 BIBLIOGRAFÍA: 1) Gallo C, Vilosio J. Actualización de los criterios STOPP-START, una herramienta para la detección de medicación potencialmente inadecuada en ancianos. Evid Act Pract Ambul 2015; 18(4):124-129. Oct-Dic. 2) Orueta R., Sánchez-Oropesa A., Gómez-Calcerrada R. M., Arriola M, Nieto I. Adecuación terapéutica en pacientes crónicos. REV CLÍN MED FAM 2015; 8(1): 31-47 3) E. Delgado Silveira et al. Mejorando la prescripción de medicamentos en las personas mayores: una nueva edición de los criterios STOPP-START. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2015;50(2): 89–96 4) Gavilán-Moral, E., Villafaina-Barroso A., Jiménez-de Gracia L., Gómez Santana M. C. Ancianos frágiles polimedicados: ¿ es la deprescripción de medicamentos la salida? Rev Esp Geriatr Gerontol. 2012;47(4):162–167 5) Redacción CADIME. Detección de medicación inapropiada en personas mayores: criterios Stopp. Bol Ter Andal 2012; 28 (1) 6) Alberola Cuñat, V., Alós Almiñana M., Aznar Saliente, T., et al. Desmedicalizar a la población. Una necesidad urgente. Farmacoterapéutica de la Comunitat Valenciana 2012; Vol III 7) Desprescripción razonada en pacientes polimedicados. Boletín canario de uso racional del medicamento del SCS. 2014. 8) Deprescripción. Infac. 2012 9) Manejo de la medicación en el paciente crónico: conciliación, revisión, desprescripción y adherencia. 2015. En: http://salutweb.gencat.cat/ca/detalls/Articles/05_documentacio 10) Revisando la medicación en el anciano: ¿qué necesito saber?. Infac 2015. 11) Tomás Pagán Núñez, F., Tejada Cifuentes, F. Prescripción en Cascada y Desprescripción. REV CLÍN MED FAM 2012; 5 (2): 111-119
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