El Renacimiento (1400-1500) se inspiró en el arte clásico griego y romano, manteniendo la simetría y proporción con pocos detalles. El Barroco (1500-1600) se caracterizó por el uso de líneas curvas y composiciones teatrales con exceso de detalles para crear conjuntos artísticos exuberantes. Las diferencias clave son que el Renacimiento usó arcos de medio punto y bóvedas de cañón mientras que el Barroco sobresalió del plano con más detalles.