Aprender a ser educado es una parte importante en la formación de cualquier persona. Saber cómo vestirse, qué ponerse en cada momento y para cada ocasión, dar una buena imagen también es muy importante para una persona. El estilo y la imagen son algunos de los factores que causan una mejor impresión en los demás. Políticos, artistas, periodistas, empresarios... personas que salen en televisión o tienen una vida social muy activa saben muy bien cómo sacarle provecho a su imagen. Muchos de ellos tienen sus propios asesores de imagen para no cometer errores.
Cada persona tiene sus propias características que lo definen físicamente -fisonomía-: una altura y peso determinado, una forma particular de la cara, un determinado color de la piel, del pelo, de los ojos... y, cómo no, una determinada edad. "Jugando" con estas características y otras muchas variables es posible llegar a sacar un buen provecho de su cuerpo dando importancia a unas cosas y restándosela a otras. Desarrollar un estilo propio y una buena imagen se puede conseguir "disimulando defectos" y "potenciando virtudes".
Una carta se redacta en función de a quién va dirigida, con qué motivo, qué se quiere decir o contar, etc. Similares preguntas debe hacerse cuando quiere elegir un vestuario adecuado. Dónde tiene lugar el evento, cuándo, a qué hora, qué tipo de invitados acudirán, en qué época del año tiene lugar, etc.
A diario cuando usted comienza el día tiene pensar dónde va a ir ese día, a quién va a ver, que compromisos tiene, etc. La carta debe dar una buena imagen de quien la escribe. Una persona debe dar buena imagen de sí misma en todo momento. Ser correcto y educado, tener buenas maneras, ser atento... es muy importante, pero tener buena imagen es la mejor carta de presentación.
La imagen es tan importante, que en muchos casos, sin una buena imagen no podrá llegar a demostrar su buena educación, su saber hacer, sus conocimientos profesionales o cualquier otro tipo de bagaje que usted tenga.
debe lucir siempre bien limpio, planchado y en perfecto estado de conservación. De nada sirve utilizar ropa de calidad y/o de marca, si ésta tiene manchas, está arrugada, tiene rotos o descosidos, etc. De la misma manera, hay que adecuar el vestuario a la edad. No hay cosa más ridícula que gente de cierta edad avanzada luciendo prendas juveniles poco adecuadas para su edad.
y menos surtido, en cuanto a tipos de prendas, no en cuanto a cantidad, que el vestuario femenino. Los hombres suelen vestir de traje, o bien un pantalón combinado con una chaqueta, o bien con un jersey. El pantalón, la camisa, la chaqueta, el jersey, el polo o camiseta... y algunas prendas más son el vestuario más utilizado por el hombre.
con el que hacer combinaciones. Podrían ser muchas de las prendas del vestuario masculino -pantalones, camisa, jersey, etc.- más las propias del vestuario femenino -blusas, faldas, vestidos, etc.-, dependiendo del estilo de cada mujer. Dependiendo de las prendas que utilice una mujer puede haber estilos muy femeninos y estilos un poco masculinizados.
A la hora de elegir el vestuario a lucir hay que tener en cuenta algunos factores importantes: en qué época del año es el evento, en qué lugar, con quién va a ir acompañado, a quién va a ver, con qué motivo y a qué hora.