Pablo está confirmando lo que venimos diciendo acerca de las buenas relaciones íntimas entre los esposos. Primeramente, basándose en el principio bíblico de la unión entre el hombre y la mujer que son una sola carne y en consecuencia todas las cosas que hacen en su relación como la atención de las necesidades del hogar, el amor, cuidado y educación de los hijos, la corrección, la instrucción en el temor a Dios, la edificación constante mutua en el espíritu conforme al conocimiento de la Palabra de Dios y la intimidad de esposos, por supuesto, todo esto y mucho más es en lo que los esposo no deben negarse el uno al otro.
Es decir, que Pablo no solo está hablando de sexo, sino de todo lo que constituye la relación de matrimonio y que a los esposos les hace ser uno = ejad = unidos. Por ello, la relación sexual solo es una parte de todo lo que constituye esta importante unidad...