2. Los libros de viajeros ofrecen, generalmente, la visión
de conductas y costumbres desde una óptica ajena:
En estas líneas se cuenta como nos veía a los
argentinos un viajero norteamericano en los
primeros años de nuestra independencia.
3. Henry M. Brackenridge llegó al río
de la plata un año después de la
declaración de la independencia y
publicó sus registros en 1819 bajo
nombre de viaje a America del sur:
se reproducen aquí algunas
observaciones.
4. ¨ Buenos aires se extiende sobre la barraca unas 2
millas; sus cúpulas y torres y las pesadas masas dos
millas; sus cúpulas y torres y las pesadas mas de
edificación le dan aspecto imponente pero algo
sombrío. Comparada con Filadelfia o Nueva York
es una vasta masa de ladrillos apilados sin gusto,
elegancia y variedad. Las calles son rectas y
regulares, pocas de ellas pavimentadas. Poca
atención se presta a la limpieza; en una sin
pavimento noté varios pozos hondos: dentro se tiran
gatos y perros muertos.¨
5. Con respecto a los habitantes...
• ¨ A poco de andar me sentí en una tierra de
libertad. Había una independencia, una franqueza
en el porte y una expresión en las caras que me
recordaban mi propio país.¨
6. ¨ No vi. a nadie usando insignias de nobleza, excepto un
viejo loco seguido por una turba de pilluelos rotosos.¨
• ¨ El director supremo no tiene criados, caballeros
de cámara ni nada del séquito perteneciente a la
realeza, ni su esposa tiene damas de honor; su
casa es más sencilla que la de la mayor parte de
los ciudadanos particulares y de fortuna en
nuestro país.¨
7. ¨ Pocos letreros hay y
pertenecen en general a
extranjeros, tales como sastre,
botero, zapatero de Londres.
La mayor parte de los comercios,
hoy floreciendo aquí, se han
establecido a partir de la
revolución.¨
8. ¨ Yendo del río para el campo, las calles
tienen un aspecto más ruin y descuidado,
mientras las casa raramente exceden de un
piso. Se ve mucho de raza indiana,
generalmente gente pobre, inofensiva e
indolente, que no hablaban más que el
español.¨
9. ¨ Los habitantes comen entre la 1 y las 2 y,
poco después, se retiran a sus siesta, un
hábito que domina universalmente este país:
en general dura hasta las 5 o 6, hora en que
los devotos van a la iglesia.¨
10. ¨ Son en general una sombra más
morenos que los de América del
norte, pero vi gran número con
buenos colores.
Son gente hermosas. Nada tienen en
su aspecto y carácter de esa índole
celosa y vengativa que se atribuye a
los españoles. Los hombres se visten
como nosotros, pero las mujeres con
aficionadas al vestido negro para la