La posición básica para iniciar cualquier acción de juego incluye las piernas flexionadas formando un ángulo de 100-120 grados, la cabeza levantada y mirando hacia adelante, y el tronco ligeramente inclinado hacia adelante. La posición de las manos con los dedos cruzados y la muñeca y antebrazo estirados forman una plataforma para golpear el balón. Un remate exitoso implica un desplazamiento rápido con paso a medida y salto, contacto con el balón, y caída controlada