Educar hijos autosuficientes e independientes permite a las mamás retomar sus carreras profesionales, emprender un negocio o tomar un curso que fortalezca su autoestima.
1. Mamá, ¡que tus hijos
no te esclavicen!
Cuando borras tus sueños, necesidades y hasta tu bienestar
físico y mental para vivir pendiente solo de tus hijos, puedes
hacerles daño. ¡Evítalo y no te olvides de ti!
2. ¡Esclavas de sus hijos!
• El sentimiento que invade a una mujer desde que
abraza a su bebé por primera vez la unirá a él toda la
vida, y por ello está dispuesta a hacer de todo, incluso,
pasar por alto sus propios anhelos y necesidades.
• Conozco amigas que podrían llamarse sin lamentarlo
"esclavas de los hijos", incluso, jamás se quejan por
no tener tiempo libre ni una vida "propia" para disfrutar.
• También hay mujeres satisfechas
con su maternidad, pero decididas
a seguir estudiando o trabajando
fuera del hogar y, sobre todo, sin
remordimientos por dividir su tiempo
entre hijos, pareja, casa y la
realización de metas personales.
3. Mujer antes que madre
Las mujeres que se preocupan por la educación de sus
hijos, sin dejar de satisfacer sus necesidades, se
distinguen por rasgos como:
• ¡Primero ellas! Si atiendes primero las necesidades de
tus hijos, puedes olvidar, por ejemplo, acudir al médico,
tomar algún medicamento e, incluso, ¡desayunar!, lo
que impide que tu organismo se desempeñe al cien
por ciento. Solo cuando tu cuerpo
funciona de manera adecuada,
puedes atender y proteger a los
que te rodean, así que ¡olvídate de
las culpas! Por el bien de la familia,
primero debes estar bien ¡tú!
4. Enseñan a los demás a ocuparse
de tareas domésticas
• Las madres abnegadas suponen que deben
ayudar a sus hijos en las tareas escolares y lavar
toda su ropa, planchar sus camisas, ordenar sus
cajones y toda la habitación, o cocinar para ellos
las 24 horas. Además de formar ¡hijos tiranos!
(acostumbrados a dar órdenes), se encadenan
por voluntad propia al club de
"madres sobreprotectoras" y se
acostumbran a vivir siempre
cansadas. ¡No lo hagas!
5. Evitan el cuidado
excesivo de los niños
• Estar pendiente de cualquier
"intento" de llanto del bebé o de cada paso del
pequeño que está aprendiendo a caminar, resulta
agotador e impide el aprendizaje. No está mal en
cuidar a los hijos para que no se lastimen
gravemente, pero evitarles cualquier obstáculo
todo el tiempo suele formar personas inseguras e
incapaces de lidiar con el fracaso, mientras la
madre corre el peligro de asumir una carga
emocional y física de por vida.
6. Mejoran su imagen
• Una vez que se convierten en madres, muchas
mujeres guardan su aspecto físico en un cajón con
llave; olvidan que la imagen de una mujer
transmite mucho de su personalidad y,
sobre todo, de su salud. Ejercicio y
buena alimentación favorecen el buen
funcionamiento del organismo, y
también pueden elevar la autoestima
de las madres, de la que pocas veces
se habla.
7. Tienen actividades fuera de casa
• Mientras los hijos van creciendo
y aprendiendo a satisfacer sus
necesidades por sí mismos, las
madres deberían hacer un
espacio en su agenda para volver
a ser mujer, madre y trabajadora.
Por ejemplo, consiguiendo un
empleo que las haga sentir productivas, regresando a
la universidad, o simplemente tener una noche a solas
con su pareja, salir con sus amigas, tomar cursos de
yoga, zumba, gastronomía o cualquiera que sea el
área de su interés.
8. Impulsan a sus hijos
a ser autosuficientes
• La sobreprotección de los hijos
impide que aprendan a resolver
sus propios problemas. En cambio, cuando una
madre permite que sus hijos se equivoquen, los
ayuda a mejorar sus habilidades y fortalecer sus
emociones, dándoles oportunidad de crecer como
seres humanos seguros y autosuficientes.
Sin duda, tener hijos responsables es motivo
de orgullo para las madres satisfechas.
9. Piden ayuda sin
sentirse culpables
• Si te parece que 24 horas no alcanzan
para atender niños, limpiar la casa,
convivir con tu pareja y cuidar de ti,
quizá es porque te has negado a pedir ayuda.
Contrata una niñera o habla con alguna persona
(tu pareja los tíos o los abuelos, por ejemplo) que
pueda quedarse con tus hijos unas horas mientras
sales de casa para hacer ¡lo que se te antoje!
10. Reconocen que ser mamá
no da “superpoderes”
• El mito de las supermamás hace mucho daño porque
impide a la mujer reconocer que no puede cumplir con
todo lo que se propone. En vez de imitar figuras
femeninas que aparecen en los medios de
comunicación, donde aparentemente las madres
logran todo sin ayuda, una mujer segura de sí misma
sabe que para alcanzar sus
sueños puede contar con
muchas personas a su
alrededor, comenzando
por las manos que tiene
en casa: las de sus hijos.
11. Sin culpas…
• Ser madre es una tarea de por vida que se disfruta
más cuando la mujer acepta que puede sentirse
enferma, necesitar ayuda o tener momentos para
ella sola sin remordimientos, porque ha formado
hijos responsables y autosuficientes.
¡Feliz Día de las Madres!
12. SyM – Andrea de María
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