Este documento resume la evolución histórica del estudio de la familia y las relaciones de parentesco desde una perspectiva sociológica y antropológica. Explica que en el siglo XIX juristas como Bachofen, Mc Lennan y Maine sentaron las bases de la antropología del parentesco al estudiar estas estructuras en sociedades antiguas como las romana y griega. Más adelante, Bachofen propuso la teoría del matriarcado primitivo, aunque esta fue criticada por Maine, quien defendió que la
La evolución de la familia desde una perspectiva histórica y sociológica
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1
de
11
TRABAJO
SOCIAL
CON
FAMILIAS.
T.1-‐
LA
FAMILIA
DESDE
UNA
PERSPECTIVA
HISTÓRICA
Y
SOCIOLÓGICA.
1-‐
introducción:
la
familia
y
las
relaciones
de
parentesco.
El
estudio
de
la
familia
y
las
relaciones
de
parentesco
han
sido
un
tema
clásico
de
las
Ciencias
Sociales
abordado
por
distintas
disciplinas:
la
Sociología,
Antropología,
Demografía
o
la
Historia.
A
través
de
cada
una
de
ellas,
se
han
ido
creando
conceptos
para
explicar
los
diferentes
aspectos
de
la
familia.
Sin
embargo,
quizás
porque
la
familia
se
refiere
a
una
experiencia
que
se
encuentra
en
la
base
de
la
propia
visión
del
mundo
de
los
científicos
sociales,
su
estudio
ha
sido
difícil
de
abordar
críticamente.
La
familia
es
el
nombre
con
el
cual
se
ha
designado
a
una
organización
social
tan
antigua
como
la
propia
humanidad
y
que,
simultáneamente
con
la
evolución
histórica,
ha
experimentado
transformaciones
que
le
han
permitido
adaptarse
a
las
exigencias
de
cada
sociedad
y
cada
época.
Por
ello,
es
importante
realizar
un
breve
análisis
histórico
y
antropológico
del
parentesco
para
acercarse
al
concepto
actual
de
la
familia.
En
el
año
1724,
Lafitau
publicó
la
obra
titulada
Costumbres
de
los
salvajes
americanos
comparadas
con
las
costumbres
de
los
primeros
tiempos,
en
la
que
se
hacía
alusión
a
la
estructura
del
parentesco,
pero
no
es
hasta
mediados
del
siglo
XIX
cuando
se
empieza
a
desarrollar
desde
el
punto
de
vista
teórico
la
Antropología
del
Parentesco.
Su
estudio
se
sitúa
con
los
abogados
y
los
estudiosos
de
la
jurisprudencia
comparativa
en
el
siglo
XIX.
Páginas
llenas
de
conceptos
y
terminología
legales
que
están
relacionadas
con
la
herencia,
la
sucesión
o
el
matrimonio.
Las
distintas
cuestiones
surgidas
en
torno
a
estos
temas
llevaron
a
juristas
tan
destacados
como
Jacob
Bachofen,
Mc
Lennan
o
Henry
Maine,
a
interesarse
por
el
parentesco
en
sociedades
antiguas,
principalmente
la
romana
y
la
griega.
De
hecho,
las
obras
de
estos
autores
El
derecho
materno,
El
matrimonio
primitivo,
y
El
Derecho
antiguo,
respectivamente,
son
consideradas
como
el
inicio
de
la
Antropología
del
Parentesco.
Estos
autores
dieron
una
explicación
mediante
la
Teoría
de
la
evolución
social
dominante
en
aquel
momento.
Los
evolucionistas
buscaban
los
orígenes
de
la
sociedad.
Mantenían
que
existía
una
evolución
unidireccional
desde
las
sociedades
primitivas
hasta
las
actuales,
donde
todas
habían
pasado
por
varias
fases.
Además,
intentaban
buscar
leyes
universales
que
les
permitieran
realizar
un
análisis
comparativo.
Las
fuentes
que
utilizaban
los
evolucionistas
eran
indirectas
ya
que
algunos
de
sus
estudios
se
llevaron
a
cabo
desde
sus
despachos
lejos
de
los
que
era
el
objeto
de
investigación.
Argumentaban
o
basaban
la
veracidad
de
sus
conclusiones
en
la
coincidencia
de
los
mismos
datos
por
distintos
autores.
En
1861,
Bachofen
publicó
su
obra
Una
investigación
sobre
el
carácter
religioso
y
jurídico
del
matriarcado
en
el
mundo
antiguo,
donde
mantenía
que
la
organización
de
las
sociedades
primitivas
estaba
basada
en
el
matriarcado,
que
en
estas
sociedades
sólo
se
establecía
a
través
de
la
madre.
En
este
periodo,
estaban
expuestas
“a
la
lujuria
y
la
tiranía
sexual
de
los
hombres
en
estado
salvaje,
impidiendo
que
los
hombre
reconocieran
a
sus
hijos
porque
excluían
cualquier
certeza
de
paternidad”.
La
vida
social,
por
tanto,
comienza
con
un
periodo
de
promiscuidad
sexual
donde
el
autor
pensaba
que
la
existencia
del
matriarcado
se
daba
también
en
el
ámbito
político
por
lo
que
defendía
la
ginecocracia:
las
mujeres
tienen
el
poder
y
eran
las
que
organizaban
las
sociedades
en
función
de
sus
lazos
de
sangre.
Uno
de
los
autores
que
más
puso
en
duda
La
Teoría
del
matriarcado
de
Bachofen
fue
el
también
evolucionista
Mainne,
que
defendía
que
la
forma
original
de
la
familia
era
patrilineal
(la
pertenencia
de
la
persona
al
grupo
venía
dada
por
su
ascendencia
paternal)
y
patriarcal
(sistema
social
teórico
basado
en
la
autoridad
absoluta
del
padre
o
de
un
varón
mayor
sobre
el
grupo
familiar).
Mostró
un
gran
interés
por
las
instituciones
indo-‐
2. Página
2
de
11
europeas,
principalmente
por
la
unidad
de
parentesco
en
la
India
que
estaba
formada
por
la
familia
de
padres
e
hijos
con
una
propiedad
en
común.
Para
este
autor
sólo
han
existido
dos
sociedades:
primitiva
y
moderna,
siendo
la
unidad
social
básica
en
la
primera
familia,
mientras
que
en
la
segunda
era
la
persona.
La
más
importante
contribución
de
Mainne,
según
Harris
(206),
es
“su
sugerencia
de
que
el
parentesco
ha
proporcionado
el
principio
básico
de
organización
de
la
sociedad
primitiva”.
Por
su
parte,
McLennan(1885)
mantenía
más
cosas
en
común
con
Bachofen;
defendía
que
las
formas
anteriores
de
organización
parental
se
podían
definir
mediante
la
observación
de
algunos
ritos
en
las
sociedades
primitivas,
como,
por
ejemplo,
el
rapto
de
la
novia
que
se
daba
en
la
antigua
Roma,
interpretado,
según
él,
como
una
supervivencia
de
una
fase
tribal
anterior.
Establecía
varias
etapas
en
la
evolución
de
la
humanidad:
1. Basada
en
la
promiscuidad:
no
hay
un
control
de
las
relaciones.
Existe
un
sistema
en
el
que
el
parentesco
está
marcado
por
la
mujer.
2. Infanticidio
femenino:
consideraba
que
era
una
práctica
habitual,
que
daba
lugar
a
que
hubiera
un
menor
número
de
mujeres
para
los
hombres.
3. Poliandria:
rapto
de
mujeres.
La
escasez
de
mujeres
llevó
a
compartirlas.
Se
considera
la
primera
forma
de
organizar
las
relaciones
de
parentesco
entre
los
seres
humanos.
4. Patriarcado:
el
poder
estaría
en
manos
de
los
hombres.
5. Estado:
la
sociedad
se
organiza
según
el
territorio
y
no
el
parentesco.
El
desarrollo
del
Estado
había
supuesto
la
decadencia
de
la
tribu
y
de
otros
grupos
de
parentesco.
Sin
embargo,
la
Antropología
del
Parentesco
adquiere
una
mayor
consolidación
con
el
antropólogo
norteamericano
Morgan
(1877),
que
basó
sus
hipótesis
sobre
el
parentesco
en
datos
empíricos.
Fue
uno
de
los
pesadores
más
influyentes
del
siglo
XIX.
Sus
investigaciones
en
Antropología
se
centraron
el
el
indio
norteamericano,
en
concreto
en
las
tribus
iroqueses,
interesándose
por
su
sistema
de
denominación
de
parientes,
ya
que
difería
bastante
de
su
sociedad.
Lo
denominó
como
un
sistema
“clasificador”,
en
oposición
al
sistema
descriptivo
de
su
propia
cultura.
Pero
Morgan
no
sólo
se
interesó
por
la
terminología
del
parentesco,
sino
también
por
la
estructura
de
los
grupos
sociales.
En
1877
publicó
su
obra
más
conocida
la
sociedad
primitiva,
donde
recogía
su
esquema
sobre
la
evolución
de
la
familia
y
el
análisis
de
grupo
de
descendencia
unilineal
(consanguínea).
En
el
capítulo
Sociedad
antigua,
expone
que
la
experiencia
de
la
humanidad
ha
trascurrido
por
canales
casi
uniformes
y
recoge
su
idea
sobre
el
periodo
de
salvajismo
y
el
periodo
de
barbarie,
divididos
a
su
vez
cada
uno
de
ellos
en
tres
estados:
inferior,
medio
y
superior,
destacando
una
serie
de
características,
para
finalmente
llegar
a
la
civilización:
1. Salvajismo
inferior:
empieza
con
la
infancia
del
hombre
y
la
mujer.
Comían
frutas
y
nueces,
y
comenzaban
a
hacer
uso
de
la
palabra
articulada.
La
forma
de
organización
del
parentesco
es
lo
que
se
llama
matrimonio
de
grupo.
2. Salvajismo
medio:
utilización
del
fuego.
No
estaba
permitido
el
casamiento
entre
hermanos.
El
hombre
comienza
a
migrar
a
distintos
territorios
para
conseguir
comida
a
través
de
la
caza,
asentándose
en
nuevos
territorios.
3. Salvajismo
superior:
uso
del
arco
y
las
flechas.
Caza.
Se
crea
y
se
desarrolla
la
alfarería.
a. Barbarie
inferior:
en
el
hemisferio
oriental
(continente
europeo),
se
traduce
en
la
domesticación
de
animales;
mientras
que
en
el
occidental
(continente
americano),
se
caracteriza
por
el
cultivo
del
maíz
y
el
riego
de
las
plantas.
Se
desarrolla
la
alfarería.
Se
produce
una
transición
entre
el
matrimonio
de
grupo
y
la
monogamia.
La
organización
sociopolítica
se
basa
en
las
relaciones
personales
y
de
parentesco.
b. Barbarie
media:
fundición
del
hierro,
domesticación
de
animales,
cultivo
de
maíz
por
regadío,
edificios
de
adobe,
ladrillo
y
piedra.
El
parentesco
se
basa
en
el
matrimonio
monógamo
y
patriarcal,
y
la
organización
sociopolítica
en
el
territorio.
3. Página
3
de
11
c. Barbarie
superior:
uso
de
utensilios
de
hierra.
La
fundición
de
minerales
se
usa
entre
otras
muchas
cosas,
para
la
fabricación
de
armas
e
instrumentos
de
metal.
Tras
estas
etapas
se
llegaría
a
la
Civilización:
Alfabeto
fonético
y
escritura.
La
familia
sería
monógama
y
patriarcal,
apareciendo
el
Estado
como
forma
de
organización
sociopolítica.
Cada
uno
de
estos
periodos
tiene
una
cultura
distinta
y
muestra
unos
modos
de
vida
diversos.
Según
estos
periodos
técnicos,
Morgan
describió
cinco
tipos
de
familias:
1. Familia
cosanguínea:
es
la
que
se
constituye
por
medio
del
matrimonio
entre
hermanos
y
hermanas
en
un
mismo
grupo.
Fue
la
más
antigua
y
universal.
El
término
hermano
define
a
los
grados
más
cercanos
como
a
los
mas
remotos.
Se
podría
señalar
que
este
tipo
de
relación
en
nuestra
sociedad
se
conoce
como
incestuosa.
Fue
probablemente
la
que
mayor
tiempo
duró
e
la
historia
de
la
humanidad.
2. Familia
punalúa:
se
fundó
sobre
el
matrimonio
de
varios
hermanos,
con
las
mujeres
de
otros,
en
grupo.
3. Familia
sindiásmica:
es
la
unión
de
un
hombre
y
una
mujer
bajo
la
forma
de
matrimonio,
pero
sin
cohabitación
exclusiva.
Este
tipo
de
familia
está
ubicada
en
el
periodo
de
la
barbarie
(dentro
de
la
relación
de
pareja,
cada
uno
podría
ser
infiel
al
otro).
4. Familia
patriarcal:
se
fundó
sobre
el
matrimonio
del
hombre
con
varias
mujeres.
Era
muy
común
entre
los
antiguos
hebreos
y
dentro
del
África
septentrional.
Se
funda
en
el
matrimonio
de
un
varón
con
varias
esposas,
pro
con
cohabitación
exclusiva.
Se
puede
decir
que
con
la
familia
patriarcal
comenzó
la
fidelidad
entre
hombres
y
mujeres.
5. Familia
monógama:
se
fundamenta
en
la
unión
de
un
hombre
y
una
mujer,
pero
con
cohabitación
exclusiva.
Es
la
más
generalizada
dentro
de
los
códigos
civiles
de
la
sociedad
contemporánea.
Engels
en
el
año
1884,
en
su
obra
El
origen
de
la
familia,
la
propiedad
privada
y
el
estado,
asoció
la
fase
de
familia
monogámica
con
la
modernidad
y
con
la
posibilidad
del
surgimiento
del
amor
real
en
la
pareja.
Fue
crítico
con
las
consecuencias
que
este
tipo
de
familia
había
generado,
especialmente
para
la
mujer,
porque
este
tipo
de
familia
establecía
sus
cimientos
en
la
esclavitud
doméstica.
El
hombre
tiene
el
poder
económico
y
esto
le
da
al
margen
de
la
ley,
el
poder
dentro
de
la
familia.
2-‐
Nociones
básicas
del
parentesco.
Se
puede
decir
que
el
parentesco
es
el
vínculo
que
une
a
los
miembros
de
una
familia
entre
sí.
En
la
antigua
Roma
se
distinguió
el
parentesco
agnaticio
del
cognaticio.
El
primero
era
el
parentesco
civil,
que
tenía
consecuencias
jurídicas,
tanto
para
la
sucesión
como
para
el
otorgamiento
de
la
tutela.
Este
vínculo
parental
se
transmitía
por
vía
de
varones
que
descendían
de
ub
mismo
padre;
se
incluía
a
la
esposa
del
padre,
sus
hijos
varones,
las
hijas
mujeres
mientras
permanecieran
solteras,
las
nueras
casada
en
justas
nupcias,
los
nietos,
y
todos
los
descendientes
varones
y
mujeres
mientras
éstas
no
se
casaran,
pues
al
hacerlo,
ingresaban
a
la
familia
agnaticia
de
su
esposo.
La
cognación,
o
parentesco
de
sangre,
es
el
que
hoy
se
conoce
como
consanguíneo,
y
en
Roma
tuvo
efectos
jurídicos
en
la
época
del
emperador
Justiniano
(siglo
VI).
Existen
múltiple
y
diversas
definiciones
de
parentesco,
entre
las
que
se
podría
destacar
las
siguientes:
El
diccionario
del
Español
Actual
lo
definen
como:
• Relación
entre
personas
que
descienden
unas
de
otras
o
de
un
tronco
común,
que
están
ligadas
por
vínculos
matrimoniales.
• Vínculo
espiritual
que
contraen
el
ministro
y
los
padrinos
con
el
sujeto,
en
los
sacramentos
del
bautismo
y
de
la
confirmación
(parentesco
espiritual).
• Relación
entre
cosas
que
tienen
un
mismo
origen
o
son
muy
semejantes
entre
sí.
4. Página
4
de
11
García
Breso
(2009)
define
el
parentesco
de
dos
formas:
en
su
modo
estricto
serían
personas
unidas
por
comunidad
de
sangre,
y
en
su
modo
amplio,
la
relación
o
unión
de
varias
personas
en
virtud
de
la
naturaleza
o
ley.
Teniendo
en
cuenta
estas
definiciones,
Aranzadi
(2003)
refleja
que
“la
palabra
parentesco
parece
tener
un
significado
primario
y
primordialmente
biológico-‐legal
(relación
de
consanguinidad
o
de
matrimonio)
y
un
significado
derivado
del
carácter
más
abstracto
y
genérico
(relación
de
semejanza
o
resultante
de
un
origen
común):
El
estudio
de
parentesco
es
el
análisis
de
o
que
el
hombre
hace
y
de
porqué
lo
hace,
así
como
las
consecuencias
que
se
derivan
de
adoptar
una
alternativa
en
lugar
de
otra;
es
u
estudio
fundamental
de
las
Ciencias
Sociales,
ya
que
éstos
son
los
lazo
sociales
básicos.
Fox
afirma
“que
el
estudio
de
parentesco
es
lo
que
hace
al
hombre
a
través
de
hechos
básicos
de
la
vida
como
son:
el
apareamiento,
la
gestación,
la
paternidad,
asociación,
fraternidad,
o
sencillamente
las
relaciones
entre
“parientes”,
es
decir,
personas
emparentadas
por
consanguinidad
real,
putativa
o
ficticia.
Otros
autores
como
González
y
San
Román
definen
el
parentesco
como
“una
forma
de
organizar
relaciones
sociales
básicas
en
todas
las
culturas
conocidas,
históricas
y
actuales”.
Sin
embargo,
destacan
que
la
importancia
no
es
siempre
la
misma,
que
si
en
las
sociedades
primitivas
el
parentesco
es
la
base
de
la
estructura
social,
en
las
sociedades
civilizadas
se
ha
ido
substituyendo
por
las
instituciones.
Para
Harris
estudiar
el
parentesco
también
es
estudiar
las
ideologías
que
justifican
y
normalizan
la
estructura
corporativa
de
los
grupos
domésticos.
3-‐
la
familia
desde
una
perspectiva
histórica
y
sociológica.
La
familia
no
es
la
misma
en
nuestros
días
de
lo
que
fue
en
siglos
pasados.
Su
forma
y
estructura
han
ido
cambiando
con
el
paso
del
tiempo,
así
como
los
tipos
de
organización
familiar
que
han
determinado
las
diferentes
etapas
que
caracterizan
la
evolución
familiar.
Si
los
grupos
familiares,
como
se
ha
visto
anteriormente,
empezaron
a
existir
en
tiempos
primitivos
de
la
cultura
humana,
posteriormente
fueron
desarrollándose
con
el
paso
de
los
siglos.
En
la
Edad
Media,
a
familia
conservaba
en
los
entornos
rurales
la
familia
extensa
(estructura
de
parentesco
que
vive
en
un
mismo
lugar
y
se
conforma
con
miembros
parentales
de
diferente
generación:
padre,
madre,
hijos,
abuelos..)y
en
los
urbanos,
prevalecía
la
familia
nuclear
(se
desarrolla
en
el
mundo
occidental
para
designas
el
grupo
de
parientes
conformado
por
progenitores:
padre,
madre
e
hijos).
Entre
los
siglos
XVI
y
XVII,
el
desarrollo
de
las
ciudades,
el
surgimiento
de
las
nuevas
formas
de
comercio,
y
nuevos
mercados,
motivó
el
surgimiento
de
la
familia
urbana-‐nuclear,
que
encontraría
en
el
siglo
XVIII
con
la
revolución
industrial
su
máxima
consolidación
social.
La
evolución
histórica,
o
incluso,
la
diversidad
geográfica
y
cultural
origina
formas
familiares
distintas,
conformando
sus
propias
normas,
roles
o
creencias.
Si
nos
fijamos
en
las
diferentes
generaciones
o
en
las
diversas
culturas,
se
pueden
apreciar
los
cambios
experimentados.
Hasta
el
siglo
XIX,
la
familia
era
un
núcleo
humano
con
un
gran
potencial
económico
de
trabajo
donde
el
matrimonio
se
entendía
como
una
entidad
económica,
alejada
del
romanticismo
o
la
emulsión
de
sentimientos.
La
unidad
familiar
era
principalmente
una
unidad
de
trabajo.
El
escaso
control
de
la
natalidad
tenía
como
resultado
un
número
elevado
de
nacimientos,
pero
también
las
condiciones
higiénicas
y
sanitarias
de
la
época
propiciaban
una
elevada
tasa
de
mortalidad.
La
población
era
diezmada
por
las
enfermedades
y
epidemias,
con
lo
cual,
la
esperanza
de
vida
era
relativamente
baja.
Éste
era
uno
de
los
motivos
principales
por
los
que
las
parejas
se
unían
a
edades
tempranas.
La
industrialización
en
la
mitad
del
siglo
XIX
,
dio
lugar
a
un
incipiente
florecimiento
de
la
clase
media
con
una
clara
diferenciación
de
roles,
apareciendo
el
hombre
como
la
persona
que
traía
el
sustento
a
la
familia
a
través
del
trabajo,
y
el
ideal
de
mujer
como
encargada
del
hogar.
Sin
embargo,
después
de
vivir
en
España
aislados
política,
económica
y
socialmente
durante
una
parte
importante
del
siglo
XX,
en
los
años
70,
con
la
llegada
de
la
5. Página
5
de
11
democracia,
se
produjo
una
eclosión
de
derechos
y
libertades,
que
desencadenó
en
formas
de
convivencia
más
plurales,
democráticas
e
igualitarias.
En
la
actualidad,
como
e
el
pasado,
tampoco
existe
un
modelo
único
de
familia.
Para
Valdés
(2007),
el
concepto
está
ligado
a
los
procesos
de
transformación
de
los
patrones
socioculturales.
La
familia
participa
tanto
de
la
diversidad
de
las
formas
culturales
como
de
la
relativa
homogenización
de
los
comportamientos
que
la
cultura
genera.
En
la
mayor
parte
de
las
sociedades
actuales
las
personas
tienen
una
mayor
participación
en
la
elección
de
su
forma
de
vida
y
de
convivencia;
de
igual
manera,
las
relaciones
personales
que
configuran
la
familia
han
cambiado
porque
se
exige
de
ellas
un
mayor
compromiso
sentimental
y
emocional.
La
evolución
y
diversidad
de
las
estructuras
familiares
permite
afirmar
que
la
existencia
de
la
familia
es
un
hecho
universal,
pero
que
adopta
diversas
formas
en
las
distintas
sociedades
y
épocas
históricas.
Autores
como
Llobera
(1991)
han
intentado
encontrar
algunos
puntos
en
común
entre
las
diversas
estructuras
familiares
a
lo
largo
de
los
últimos
siglos,
entre
las
que
se
podrían
destacar
las
siguientes:
1. Reglas
que
prohíben
las
relaciones
sexuales
y
el
matrimonio
entre
parientes
próximos.
2. Cooperación
basada
en
la
división
del
trabajo
entre
los
sexos.
3. Existencia
de
una
relación
reconocida
y
duradera
entre
hombres
y
mujeres,
considerados
por
la
sociedad
como
personas
con
derechos.
4. Una
estructura
de
autoridad
donde
los
hombres
disfrutan
por
lo
general
de
un
estatus
más
elevado
y
de
mayor
poder
que
las
mujeres.
Aunque
existan
puntos
en
común
a
lo
largo
de
la
historia,
no
quiere
decir
que
se
puedan
considerar
estos
elementos
como
inmutables
tanto
en
el
presente,
como
en
el
futuro,
porque
las
condiciones
sociales
y
económicas
se
han
transformado,
pero
además,
la
estructura
clasista
que
permitía
a
los
hombres
tener
un
estatus
superior
a
las
mujeres
también
ha
cambiado
drásticamente
en
los
últimos
años,
generando
una
igualdad
jurídica,
pero
quedando
todavía
mucho
por
hacer
para
cambiar
la
mentalidad
de
una
parte
importante
de
la
población
española.
4-‐
la
familia
actual.
Aunque
existen
multitud
de
definiciones
sobre
la
familia,
casi
todas
coinciden
en
los
aspectos
sociales
que
cumplen
sus
funciones.
Para
Giddens
(1991),
la
familia
se
puede
definir
como
un
grupo
de
personas
directamente
ligadas
por
nexos
de
parentesco,
cuyos
miembros
adultos
asumen
la
responsabilidad,
el
cuidado
y
la
educación
de
los
hijos.
Los
lazos
de
parentesco
se
establecen
a
través
del
matrimonio
(unión
de
dos
personas)
y
a
través
de
los
linajes
genealógicos
que
unen
a
los
consanguíneos
(madre,
padre,
descendientes,
abuelos…).
Gouh
(1977)
define
la
familia
como
“la
pareja
u
otro
grupo
de
parientes
adultos
que
cooperan
en
la
vida
económica,
en
la
crianza
y
educación
de
los
hijos,
donde
la
mayor
parte
de
los
cuales
comparten
una
morada
común”.
Alberdi
(2004)
la
define
como
la
institución
que
conecta
a
los
individuos
y
a
la
sociedad
desde
el
comienzo
de
la
vida
y
que
cumple
con
una
función
esencial
para
ambos:
a
la
sociedad
le
ofrece
un
apoyo
fundamental
socializando
a
cada
ser
individual
y
a
cada
uno
de
éstos,
les
abre
el
camino
hacia
aquélla
con
el
proceso
básico
de
socialización,
por
lo
tanto,
la
familia
es
una
“institución
social”.
Una
estructura
cultural
de
normas
y
valores
organizados
por
la
sociedad
para
regular
la
acción
colectiva
en
toro
a
ciertas
necesidades
básicas,
como
podrían
ser
la
procreación,
el
sexo,
la
aceptación
t
seguridad
afectiva
entre
personas,
la
educación
de
los
recién
nacidos
e,
incluso,
la
producción
y
el
consumo
de
bienes
económicos.
Según
estas
definiciones,
la
familia
es
el
lugar
donde
se
construye
la
identidad
individual
y
social
de
las
personas.
De
ahí
su
importancia
para
la
organización
social
y
para
la
psicología
de
las
personas.
La
socialización
como
configuración
inicial
se
hace
en
familia.
Las
relaciones
entre
los
sexos
como
las
relaciones
entre
las
diferentes
6. Página
6
de
11
generaciones,
son
dos
procesos
básicos
del
conocimiento
y
desarrollo
del
yo
individual
que
se
producen
fundamental
en
el
interior
de
la
familia.
La
familia
siempre
ha
sido
el
centro
de
las
transformaciones
sociales.
En
España
el
cambio
más
significativo
que
se
ha
producido
a
lo
largo
de
su
historia
ha
sido
a
partir
de
la
aprobación
de
la
CE
en
1978,
donde
el
sistema
familiar
ha
sido
uno
de
los
implicados
en
el
proceso.
El
posterior
desarrollo
constitucional
ha
significado
el
paso
de
un
modelo
tradicional
de
familia,
al
reconocimiento
jurídico
de
una
amplia
diversidad
de
familias.
El
giro
radical
que
se
ha
producido
en
España
según
Reher
(1996),
se
inició
durante
los
años
sesenta
que
es
cuando
el
sistema
familiar
español
comenzó
a
cambiar,
en
principio
con
lentitud,
y
posteriormente
con
la
llegada
de
la
democracia
de
forma
acelerada.
Sus
transformaciones
se
han
realizado
con
mayor
rapidez
que
en
otros
países
europeos,
donde
la
secuencia
del
cambio
comenzó
anteriormente
y
su
ritmo
fue
más
lento
pero
más
dilatado.
Cabe,
por
último,
plantear
si
los
cambios
han
sido
sólo
legales
o
también
reales
es
decir
con
incidencia
efectiva
en
los
comportamientos
de
la
sociedad
española.
No
siempre
estos
dos
aspectos
vienen
unidos.
Para
Alberdi
(2004)
existen
muchos
datos
que
avalan
que
el
reconocimiento
del
pluralismo
ha
suprimido
las
marginación
e,
incluso,
la
persecución
contra
comportamientos
antes
no
admitidos.
Igualmente,
ha
favorecido
la
modernización
de
las
estructuras
internas
de
las
relaciones
de
pareja
e
intergeneracionales.
Sin
embargo,
la
continuidad
cultural
de
los
rasgos
básicos
del
sistema
familiar
parece
poco
alterada.
Los
estudios
sobre
la
juventud
son,
tal
vez,
su
mejor
prueba
al
evidenciar
que
las
orientaciones
familiares
de
los
jóvenes
se
mantienen
arraigadas.
Otro
aspecto
que
conviene
tener
en
cuenta
es
que
todos
estos
cambios,
además
de
la
rapidez
con
que
se
han
producido,
se
han
realizado
en
un
contexto
distinto
al
tradicional;
la
incorporación
masiva
de
la
mujer
al
trabajo
extradoméstico,
el
incremento
de
la
tasa
de
participación
de
la
mujer
en
el
ámbito
laboral,
con
un
mayor
nivel
de
estudios
y
formación
han
facilitado
que
exista
una
mayor
igualdad
entre
hombres
y
mujeres.
En
el
pasado,
la
mujer
accedía
a
puestos
de
trabajo
con
baja
retribución
y
con
la
finalidad
de
obtener
ingresos.
Hoy,
por
el
contrario,
el
trabajo
constituye
un
componente
esencial
de
su
propia
identidad.
La
creciente
incorporación
de
la
mujer
al
ámbito
laboral
tiene
profundos
efectos
en
el
sistema
familiar,
porque
favorece
el
equilibrio
de
poderes
y
la
división
de
tareas
dentro
del
hogar.
La
formación
y
el
trabajo
extradoméstico
remunerado
facilitan
la
independencia
y
la
libertad
de
la
mujer
para
elegir
libremente
la
finalización
de
una
relación
de
pareja
por
vía
de
separación
o
divorcio.
El
escenario
de
la
relación
familiar
se
altera
por
completo
con
el
acceso
de
la
mujer
al
trabajo,
pues
se
trata
de
uno
de
los
cambios
más
radicales
que
afectan
a
los
protagonistas
de
la
vida
familiar
y
a
la
totalidad
de
su
vida
cotidiana.
Otro
elemento
del
nuevo
contexto
lo
constituye
el
movimiento
feminista,
oponiéndose
a
las
estructuras
patriarcales
de
la
familia
y,
con
sus
críticas,
promoviendo
cabios
tanto
en
la
legislación
como
en
las
costumbres
sociales.
Estos
movimientos
y
cambios
están
impulsando
el
equilibrio
general
de
distribución
de
tareas
y
atribuciones
en
las
parejas
y
familias
y,
por
consiguiente,
sus
efectos
parecen
conducir
al
fortalecimiento
real
de
la
pareja
y
de
la
familia,
según
Alberdi.
Aunque
las
funciones
de
la
familia
se
han
desarrollado
substancialmente
a
lo
largo
del
tiempo,
desde
hace
siglos,
de
forma
esporádica
aparece
un
discurso
pesimista
que
augura
el
declive
de
la
familia.
Platón
ya
sostuvo
que
el
sistema
familiar
en
Grecia
era
demasiado
débil
para
ser
responsable
de
la
educación
de
los
hijos
y
Augusto
Comte
auguró
que
la
desorganización
social
y
la
anarquía
creada
por
la
Revolución
Francesa
destruirían
a
la
familia
como
institución
social.
Muchas
de
estas
afirmaciones
acerca
de
la
desaparición
de
las
funciones
de
la
familia
siguen
en
la
actualidad,
y
obedecen
en
estos
momentos
al
impacto
que
en
algunos
observadores
conservadores
producen
los
7. Página
7
de
11
fenómenos
de
aparición
de
nuevas
formas
de
convivencia
que
dan
lugar
a
la
creación
de
nuevos
sistemas
familiares.
Sin
embargo,
para
Valdés
(2007)
existe
otro
discurso
con
una
visión
positiva
de
la
familia;
los
cambios
que
se
pueden
observar
en
las
familias
son
signos
de
adaptación
y
desarrollo
que
continuarán
ocurriendo,
y
son
manifestaciones
de
una
cualidad
saludable
del
sistema
social
que
muestra
su
flexibilidad
para
adaptarse
a
las
exigencias
de
cada
época.
El
discurso
a
favor
de
los
cambios
en
la
familia
como
institución
dinámica,
le
reconoce
una
fuerza
importante
en
la
medida
que
sigue
siendo
un
refugio
y
un
lugar
privilegiado
de
afectividad.
El
calor
de
las
relaciones
sociales
se
concentra
en
el
hogar
conyugal.
Incluso
las
familias
actúale
han
ganado
importancia
por
la
mayor
necesidad
psicológica
que
se
tiene
de
ella,
es
decir
la
familia
ha
perdido
consistencia
institucional,
pero
ha
ganado
intensidad
psicológica,
emocional
y
democrática.
5-‐
tendencias
modernizadoras
en
las
familias
españolas.
Con
la
aprobación
de
la
CE,
las
familias
han
sido
testigos
del
inicio
de
un
importante
proceso;
el
desarrollo
de
un
sistema
de
protección
social
público
basado
en
cuatro
pilares
básicos:
salud,
educación,
pensiones
y
servicios
sociales,
así
como
una
transformación
en
estos
años
de
los
valores
y
las
normas
que
tradicionalmente
regulaban
las
relaciones
entre
los
diversos
integrantes
de
la
sociedad,
trayendo
consigo
nuevas
tendencias
modernizadoras
entre
las
que
se
podrían
destacar
las
siguientes:
• A
través
del
control
de
la
natalidad,
se
ha
reducido
el
nº
de
hijos
en
la
familia.
• Las
mejoras
sociales
y
sanitarias
han
elevado
la
esperanza
de
vida.
• Los
movimientos
reivindicaciones
de
las
mujeres
han
logrado
la
igualdad
jurídica
con
los
hombres.
• El
avance
tecnológico
ha
suscitado
importantes
debates
morales
y
ha
ofrecido
nuevas
alternativas
de
reproducción.
• La
inseminación
artificial
ha
posibilitado
que
a
través
de
estas
técnicas
las
familias
puedan
tener
hijos.
• La
globalización
ha
permitido
la
movilidad
geográfica
de
las
familias
y
la
multiculturalidad
ha
llegado
a
casi
todos
los
rincones
del
mundo.
• Las
familias
han
dejado
de
ser
extensas,
para
convertirse
en
nucleares.
• Aumento
de
familias
unipersonales.
• Los
cónyuges
pasan
más
tiempo
juntos
y
los
lazos
emocionales
complementan
y
se
solapan
con
los
estrictamente
económicos.
• Se
modifican
reglas
y
roles
formándose
nuevos
entornos
de
convivencia
donde
se
produce
una
mayor
liberación
sexual,
pero
también
un
crecimiento
constante
de
separaciones,
divorcios
y
rupturas.
5.1-‐
el
cambio
de
la
familia
a
través
de
los
procesos
demográficos.
Los
procesos
demográficos
están
ligados
al
cambio
social
de
familia
y
nos
permiten
obtener
información
sobre
las
características
sociales
de
la
población,
como
de
su
desarrollo
a
través
del
tiempo:
• Tasa
bruta
de
natalidad:
la
natalidad
ha
experimenta
un
descenso
evidente
en
la
mayor
parte
de
los
países
de
la
UE.
En
España,
en
el
año
1973,
nacían
18,73
niños
por
cada
mil
habitantes,
y
los
datos
del
año
2009
indican
que
se
producen
actualmente
10,75
nacimientos.
Nuestro
país
también
tiene
uno
de
los
indicadores
de
fecundidad
más
bajos
del
mundo:
en
el
año1975
suponía
el
2,8
y
en
el
año
2010
supone
el
1,73.
• El
nº
de
matrimonios
ha
descendido
desde
el
año
1970
en
casi
todos
los
países
de
Europa.
En
España,
en
1975
el
nº
de
matrimonios
por
cada
1000
habitantes
era
de
8,
en
el
año
2007,
es
de
aprox.
4
con
previsiones
de
seguir
bajando
en
la
próxima
década.
8. Página
8
de
11
• La
edad
de
los
1º
matrimonios
ha
sufrido
modificaciones
en
las
últimas
dos
décadas:
si
la
edad
media
del
primer
matrimonio
se
situaba
en
el
año
1981
en
28
años
para
los
varones,
y
24
para
las
mujeres,
en
el
año
2009,
esta
edad
se
sitúa
en
34
años
para
los
varones
y
31
para
las
mujeres.
• Ha
aumentado
las
tasas
de
divorcio
en
todos
los
países
de
Europa
desde
el
año
1970
al
2006.
Por
término
medio
en
la
OCDE
los
matrimonios
duran
aproximadamente
12
años.
En
España,
la
edad
media
de
las
mujeres
en
el
momento
de
la
ruptura
es
de
41,9
años
y
en
los
hombres
44,4
años.
La
entrada
en
vigor
de
la
Ley
15/2005
de
8
de
julio
disparó
las
cifras
de
divorcios
en
España
a
partir
de
ese
año.
• La
incorporación
de
la
mujer
al
mercado
de
trabajo
ha
cambiado
sustancialmente
en
los
últimos
diez
años.
La
tasa
de
ocupación
para
las
mujeres
se
ha
incrementado
de
un
34,71%
en
el
año
2001,
hasta
llegar
a
un
41,38%
en
el
2010.
Estos
datos
están
originando
la
asunción
de
nuevos
roles
y
funciones
familiares.
• Hogares
unipersonales.
Ha
aumentado
e
nº
de
personas
solteras
que
viven
solas.
Entre
el
año
1991
y
2010
el
nº
de
solteros
jóvenes
entre
25
y
34
se
ha
triplicado,
las
mujeres
mayores
de
65
años
que
viven
solas
han
aumentado
en
un
51,7%
y
las
rupturas
matrimoniales
o
la
libre
decisión
de
vivir
solas/os,
han
aumentado
los
hogares
monoparentales.
• Familias
cada
vez
más
longevas.
El
resultado
es
debido
a
una
notable
mejora
en
la
esperanza
de
vida;
si
en
el
año
1970
era
para
los
varones
de
69,57
años
y
para
las
mujeres
de
75,06,
en
el
año
2008
para
los
varones
era
de
78,2
años
y
para
las
mujeres
de
84,3
años
de
edad.
En
el
2030,
se
prevé
un
aumento
de
esta
cifra,
que
podría
situarse
en
80,6
y
86,5
años
respectivamente.
Y
en
el
2050,
las
previsiones
son
que
el
30%
de
la
población
tenga
más
de
65
años
y
el
11%,
sean
mayores
de
80.
• Aumento
de
la
inmigración.
Si
en
el
año
1990
la
población
inmigrante
suponía
el
2,5%
de
la
población
total
registrada,
en
el
año
2011,
representa
el
14,1%
de
la
población
total
(6,7
millones
de
personas
nacidas
fuera
de
las
fronteras,
de
las
cuales,
un
millón
han
adquirido
la
nacionalidad
española).
5.2-‐
familias
plurales.
En
estos
años
de
democracia
se
ha
producido
un
cambio
social
que
ha
afectado
a
la
esfera
personal
de
los
hombres
y
mujeres,
que
se
relaciona
con
sus
actitudes,
con
sus
hábitos,
y
con
su
modo
de
entender
la
convivencia
y
la
igualdad.
En
este
sentido,
la
afectividad
no
condicionada
por
una
opción
sexual,
la
asunción
de
nuevos
roles
en
la
pareja,
o
en
el
deseo
de
configurar
una
relación
personal
sin
imposiciones
de
carácter
legal,
han
contribuido
decisivamente
a
quebrar
el
monopolio
conceptual
que
tradicionalmente
identificaba
la
familia
con
la
unión
matrimonial
de
un
hombre
y
una
mujer,
generando
en
los
últimos
años
la
aparición
de
nuevos
modelos
familiares
más
libres
que
los
que
habían
existido
en
épocas
pasadas.
Aunque
pueda
parecer
anacrónico,
durante
muchos
años
hablar
de
familia
era
sinónimo
de
hablar
de
matrimonio
canónico,
ya
que
la
mayor
parte
de
las
familias
se
desarrollaba
a
partir
de
este
tipo
de
figura
jurídico-‐
religiosa.
A
partir
del
año
1978,
el
Estado
se
configura
como
laico
y
aconfesional,
y
ello,
se
traduce
jurídicamente
en
que
el
matrimonio
civil
deja
de
ser
subsidiario
y
se
establece
un
sistema
matrimonial
de
libre
elección.
La
CE,
en
su
artículo
16,
consagra
la
libertad
ideológica,
religiosa
y
de
culto
y,
en
su
artículo
32,
establece
que
“el
hombre
y
la
mujer
tienen
derecho
a
contraer
matrimonio
en
plena
igualdad
jurídica”.
La
proclamación
del
principio
de
igualdad
en
el
art.
14
de
la
Constitución
afecta
a
la
institución
matrimonial
y
familiar,
cambiando
la
situación,
que
al
menos
jurídicamente
hasta
ese
momento
correspondía
a
la
mujer
y
a
los
hijos.
La
propia
Constitución
reconoce
la
posibilidad
de
disolución
del
vínculo
matrimonial,
y
con
ello
se
produce
una
adaptación
de
la
legislación,
que
pretende
ante
esa
disolución,
proteger
a
las
personas
más
débiles
de
la
familia.
Esa
obligación
de
protección
de
los
hijos
se
extiende
a
todos
los
poderes
públicos
en
el
art.
39
de
la
Constitución.
También
cambia
la
relación
de
los
progenitores
con
los
hijos,
ya
que
la
patria
potestad
no
se
ejerce
desde
la
autoridad
del
padre,
que
a
su
vez
era
reconocido
como
cabeza
de
familia,
sino
desde
la
igualdad
de
9. Página
9
de
11
derechos
y
obligaciones
de
ambos
progenitores
sobre
los
hijos.
Por
lo
tanto,
existe
un
derecho-‐obligación
para
que,
de
común
acuerdo,
los
progenitores
velen
por
el
cuidado,
alimentación,
sostenimiento
y
formación
de
los
hijos.
La
constitución,
sin
embargo,
no
contempla
sólo
a
la
familia
tradicional
y
nuclear,
sino
que
con
ese
concepto
se
refiere
a
todas
aquellas
formas
de
convivencia
que
ya
no
son
sólo
matrimoniales,
y
que
afectan
a
un
grupo
humano
que
decide
mantener
una
relación
estable.
A
este
tipo
heterogéneo
de
uniones
y
de
convivencia
extiende
su
protección
la
Carta
Magna,
en
la
que
se
reconoce
la
igualdad
de
todos
sus
miembros
y
el
respeto
a
su
dignidad.
Así,
las
nuevas
técnicas
de
reproducción
y
los
avances
tecnológicos
están
deparando
novedosas
formas
de
filiación
que
distan
mucho
de
las
uniones
familiares
tradicionales.
La
transición
del
modelo
tradicional
al
actual
ha
propiciado
que
la
familia
se
especialice
en
dos
funciones
esenciales:
la
socialización
de
los
hijos
y
la
estabilidad
psíquica
y
afectiva
de
los
adultos,
además
de
convertirse
en
sí
misma
en
la
nueva
unidad
de
consumo.
Del
mismo
modo,
la
familia
“`patriarcal”
ha
dado
paso
a
la
familia
“simétrica”,
aunque
no
se
pueda
aún
decir
que
exista
una
completa
democratización
de
la
familia.
En
las
sociedades
postindustriales
el
patriarcado
se
ha
ido
deslegitimando
por
medio
de
reformas
jurídicas
formales,
aunque
todavía
existen
familias
de
índole
patriarcal.
La
familia
ha
ido
evolucionando
con
la
propia
sociedad,
y
esa
es
una
de
las
características
fundamentales
de
nuestro
tiempo,
su
capacidad
de
adaptación
a
las
nueva
situaciones,
nuevas
relaciones
y
a
su
dinamismo
ante
los
cambios
sociales.
No
obstante,
ese
procero
no
ha
sido
fácil.
La
familia
también
sigue
evocando
el
concepto
de
hogar
como
lugar
de
convivencia
de
los
miembros
de
un
mismo
núcleo
familiar,
sin
embargo,
la
diversidad
de
tipos
de
relaciones
implican
en
algunos
casos
varios
hogares
en
sentido
físico,
sin
bien
como
unidad
de
consumo
y
estructura
de
convivencia
se
puede
seguir
manteniendo
que
el
hogar
es
la
unidad
básica
de
solidaridad
cotidiana.
5.3-‐
nuevos
entornos
de
convivencia.
Durante
las
últimas
décadas
se
ha
experimentado
un
cambio
vertiginoso
en
el
concepto
tradicional
de
la
familia,
porque
actualmente
las
personas
gozan
de
una
mayor
libertad
a
la
hora
de
elegir
los
miembros
que
la
constituyen,
pero
también
tiene
mayor
flexibilidad
para
delimitar
los
roles
y
funcione
de
cada
uno
de
ellos,
e
incluso,
una
mayor
libertad
para
decidir
la
finalización
de
la
unión.
Estos
procesos
han
originado
la
formación
de
nuevos
entornos
de
convivencia.
• Familias
monoparentales.
La
familia
nuclear
está
compuesta
por
un
solo
progenitor
y
uno
o
varios
hijos
hasta
los
18
años
de
edad
en
convivencia
con
su
padre
o
con
su
madre.
Este
entorno
familiar
está
experimentando
un
aumento
motivado
por
el
crecimiento
de
las
rupturas
conyugales
y
por
la
libre
decisión
de
las
mujeres
de
tener
hijos,
pero
prefieren
vivir
solas.
• Familias
adoptivas.
Se
entiende
por
adopción
o
filiación
adoptiva
al
acto
jurídico
mediante
el
cual
se
crea
un
vínculo
de
parentesco
entre
dos
personas,
de
forma
que
se
establece
entre
ellas
elaciones
análogas
o
muy
similares
a
las
que
resultan
jurídicamente
de
la
paternidad.
Generalmente
las
parejas
adoptantes
lo
hacen
porque
no
pueden
tener
hijos
o
porque
existe
interés
solidario
de
adoptar
niños
que,
generalmente,
viven
en
entornos
geográficos
pobres
fuera
de
España.
En
adopciones
nacionales
se
ha
producido
una
disminución,
en
cambio,
en
las
internacionales,
el
aumento
ha
sido
más
significativo.
• Familias
homoparentales.
Se
entiende
por
homoparentalidad
cuando
los
miembros
de
la
familia
están
compuestos
por
personas
del
mismo
sexo
y
se
convierten
en
progenitores
de
uno
o
más
niños
desde
que
entró
en
vigor
el
4
de
julio
de
2005
la
Ley
que
permite
el
matrimonio
entre
personas
del
mismo
sexo,
en
España
se
han
registrado
3.340
bodas.
10. Página
10
de
11
• Familias
reconstituidas.
Es
una
pareja
en
la
que
existe
algún
hijo
no
común,
procedente
de
una
relación
anterior.
El
porcentaje
de
familias
reconstituidas
entre
parejas
de
hecho
(no
casadas)
es
diez
veces
superior.
Se
espera
que
este
tipo
de
familias
crezca
en
el
futuro
debido
al
aumento
de
las
rupturas
conyugales.
• Nuevos
avances
tecnológicos
de
reproducción.
Los
nuevos
avances
tecnológicos
han
permitido
desarrollar
las
técnicas
de
reproducción
asistida
que
permiten
a
estas
familias
la
posibilidad
de
ser
padres.
Todas
estas
técnicas
de
reproducción
darán
lugar
a
nuevas
familias
que
tendrán
una
serie
de
connotaciones
y
de
características
diferentes
a
las
familias
tradicionales
que
no
plantean
problemas
de
fertilidad.
Las
familias
que
recurren
a
las
TRA
tienen
mayores
probabilidades
de
tener
embarazos
múltiples,
que
se
traducen
en
la
formación
de
familias
numerosas.
• Convivencia
no
parental.
Las
personas
externas
a
la
familia
nuclear
son
las
que
ocupan
la
función
central.
Estas
figuras
externas
a
la
familia
pueden
ser
los
abuelos
que
han
pasado
de
vivir
en
una
familia
extensa,
donde
eran
atendidos,
respetados
y
considerados
como
una
fuente
de
sabiduría
a
la
hora
de
tomar
decisiones,
a
convertirse
en
necesarios
punto
de
apoyo
para
sus
hijos,
especialmente
en
el
cuidado
de
los
nietos
en
horario
laboral.
Cuando
mueren
los
padres
o
cuando
el
progenitor/es
de
una
familia
ha
quedado
incapacitado
por
abandono,
drogas
o
enfermedad,
nos
nietos
suelen
quedar
bajo
la
custodia
o
el
cuidado
de
los
abuelos.
• Rupturas
conyugales
conviviendo
en
el
mismo
domicilio.
Los
elevados
precios
de
las
viviendas
han
motivado
compras
desbordantes
para
las
economías
familiares
durante
el
periodo
de
convivencia
de
la
pareja.
Cuando
deciden
separarse,
las
dificultades
para
poder
vender
los
inmuebles,
obligan
a
muchas
parejas
a
tener
que
convivir
en
el
mismo
domicilio
durante
un
tiempo
determinado,
teniendo
solo
y
exclusivamente
como
vínculo
de
unión
la
vivienda
y
la
hipoteca.
6-‐
formas
de
parentesco
en
la
construcción
de
la
familia.
El
parentesco
es
el
vínculo
que
une
a
una
persona
con
su
familia
y
es
determinante
en
muchos
aspectos
de
la
vida:
desde
que
se
nace
hasta
que
se
muere,
es
el
vínculo
a
la
hora
de
transmitir,
de
liquidar
bienes,
de
heredar,
de
cobrar
prestaciones
sociales
o
beneficios
fiscales.
El
parentesco
de
una
persona
con
respecto
a
otra
se
determina
por
el
número
de
generaciones
que
las
separan,
cada
generación
es
un
grado
y
la
generación
de
grados
forma
lo
que
se
conoce
como
línea
sucesoria.
El
parentesco
se
puede
producir
de
tres
formas
diferentes:
a) Parentesco
natural.
Por
consanguinidad,
entendida
como
la
elación
de
sangre
que
existe
entre
dos
personas:
los
parientes
consanguíneos
son
los
que
comparten
sangre
por
tener
al
menos
un
ascendiente
común.
La
proximidad
en
el
parentesco
por
consanguinidad
se
determina
por
el
nº
de
generaciones
que
separan
a
los
dos
parientes,
y
se
mide
en
grados,
correspondiendo
cada
grado
a
la
separación
entre
una
persona
y
sus
padres
o
hijos
(ej:
bisabuelos,
abuelos,
padres,
hijos,
nietos,
bisnietos).
b) Parentescos
por
afinidad.
Es
el
vínculo
que
se
establece
entre
un
cónyuge
y
los
parientes
consanguíneos
del
otro
(por
ej:
suegros,
yernos,
nueras).
Por
lo
general,
los
parientes
de
cada
cónyuge
no
adquieren
parentesco
legal
con
los
parientes
del
otro
(ej:
legalmente
los
consuegros
y
los
concuñados
no
son
parientes
aunque
se
traten
como
familia).
c) Parentesco
por
adopción.
Es
la
relación
que
se
establece
entre
el
adoptado
y
el
adoptante,
así
como
entre
el
adoptado
y
la
familia
del
adoptante.
El
parentesco
entre
un
miembro
adoptado
de
la
familia
se
considera
exactamente
igual
que
el
de
un
miembro
de
origen
consanguíneo,
computándose
a
línea
de
parentesco
de
la
misma
forma
que
en
el
caso
de
la
consanguinidad.
6.1-‐
grados
de
parentesco.
11. Página
11
de
11
El
parentesco
se
mide
por
grados
que
se
usan,
entre
otras
cosas,
para
determinar
herederos
y
herencias.
La
sucesión
de
grados
forma
la
“línea
de
sucesión”.
Por
eso,
los
testamentos
y
otros
documentos
como
las
Declaraciones
de
Herederos
son
documentos
importantes
en
la
Genealogía.
La
línea
de
sucesión
puede
ser
recta
o
directa,
formada
por
personas
que
ascienden
o
descienden
unas
de
otras
(abuelos,
padres,
hijos,
nietos),
o
colateral,
formada
por
personas
que
proceden
de
un
mismo
tronco
común
(hermanos,
tíos,
sobrinos).
La
línea
puede
ser
también
descendiente,
liga
a
una
persona
con
aquellas
que
descienden
de
él
(abuelos,
padres,
hijos,
nietos)
o
ascendente,
liga
a
una
persona
con
aquellos
de
los
que
desciende
(nietos,
padres,
abuelos).
El
cómputo
de
los
grados
de
parentesco
se
realiza
de
forma
distinta
según
la
línea
de
sucesión:
En
la
línea
recta
o
directa:
los
grados
se
cuentan
subiendo
hasta
el
ascendiente
o
descendiente
común
dependiendo
de
si
la
línea
es
ascendente
o
descendente.
Así
,
en
línea
ascendente,
el
hijo
dista
un
grado
del
padre,
dos
del
abuelos
y
tres
del
bisabuelo;
en
la
línea
descendente,
el
abuelo
dista
un
grado
del
padre,
dos
del
nieto
y
tres
del
biznieto.