Este documento presenta información biográfica sobre el poeta español Federico García Lorca. En 3 oraciones resume que nació en 1898 en Granada, España, estudió filosofía, derecho y literatura en la Universidad de Granada, y publicó su primer libro de poemas en 1918.
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martes, 24 de abril de 2012
4. Federico García Lorca 1898 el 5 de junio nace Federico García Lorca
Granada 1898-1936 en Fuente Vaqueros, provincia de Granada,
hijo de Federico García Rodríguez y Vicenta
Lorca Romero. Será el mayor de cuatro
hermanos: Francisco, Concha e Isabel.
1908 Pasa unos meses en Almería, donde
comienza sus estudios de bachillerato.
Primeros estudios de música. 1909 se traslada
con su familia a vivir a Granada.
1915-1917 Estudios de Filosofía y Letras y de
Derecho en la Universidad de Granada.
Amistad con el núcleo intelectual granadino
(Melchor Fernández Almagro, Miguel Pizarro,
Manuel Ángeles Ortiz, Ismael G. de la Serna,
Angel Barrios,...). Viajes de estudios, dirigidos
por el Catedrático Martín Domínguez Barrueta,
por Andalucía, Castillla y Galicia. Inicia su
amistad con el compositor Manuel de Falla,
quien fija su residencia en Granada.1918
Publica en Granada su primer libro
Impresiones y Paisajes y escribe algunos
poemas que aparecerán más tarde en su primer
libro de versos, Libro de Poemas.
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5. Romance de la Luna
La luna vino a la fragua con
El jinete se acercaba tocando
su polizón de nardos.
el tambor del llano.
El niño la mira, mira. El
Dentro de la fragua el niño
niño la está mirando. En el
tiene los ojos cerrados.
aire conmovido mueve la
Por el olivar venían, bronce y
luna sus brazos y enseña,
sueño, los gitanos.
úbrica y pura, sus senos de
Las cabezas levantadas y los
duro estaño.
ojos entornados.
Huye luna, luna, luna. Si
¡Cómo canta la zumaya,
vinieran los gitanos, harían
ay, cómo canta en el árbol!
con tu corazón collares y
Por el cielo va la luna con un
anillos blancos.
niño de la mano.
Niño, déjame que baile.
Dentro de la fragua lloran,
Cuando vengan los gitanos,
dando gritos, los gitanos.
te encontrarán sobre el
El aire la vela, vela.
yunque
El aire la está velando.
con los ojillos cerrados.
Huye, luna, luna, luna, que
ya siento los caballos.
Niño, déjame, no pises mi
blancor almidonado
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6. Preciosa y el aire Frunce su rumor el mar. Los olivos
palidecen. Cantan las flautas de
Su luna de pergamino Preciosa umbría y el liso gong de la nieve.
tocando viene por un anfibio ¡Preciosa, corre, Preciosa, que te
sendero de cristales y laureles. coge el viento verde!
El silencio sin estrellas, huyendo ¡Preciosa, corre, Preciosa!
del sonsonete, cae donde el mar ¡Míralo por donde viene!
bate y canta su noche llena de Sátiro de estrellas bajas con sus
peces. lenguas relucientes.
En los picos de la sierra Preciosa, llena de miedo, entra en
os carabineros duermen la casa que tiene, más arriba de los
guardando las blancas torres pinos, el cónsul de los ingleses.
donde viven los ingleses. Asustados por los gritos tres
y los gitanos del agua levantan carabineros vienen, sus negras
por distraerse, glorietas de capas ceñidas y los gorros en las
caracolas yramas de pino verde. sienes.
Niña, deja que levante tu vestido El inglés da a la gitana un vaso de
para verte. tibia leche, y una copa de ginebra
Abre en mis dedos antiguos la que Preciosa no se bebe. Y mientras
rosa azul de tu vientre. cuenta, llorando, su aventura a
Preciosa tira el pandero y corre aquella gente, en las tejas de
sin detenerse. pizarra el viento, furioso, muerde.
El viento-hombrón la persigue con
una espada caliente.
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7. Reyerta El juez, con guardia civil,
por los olivares viene.
En la mitad del barranco Sangre resbalada gime
las navajas de Albacete muda canción de serpiente.
bellas de sangre contraria, Señores guardias civiles: aquí
relucen como los peces. pasó lo de siempre.
Una dura luz de naipe Han muerto cuatro romanos
recorta en el agrio verde y cinco cartagineses.
caballos enfurecidos
y perfiles de jinetes. La tarde loca de higueras
En la copa de un olivo y de rumores calientes
lloran dos viejas mujeres. cae desmayada en los muslos
El toro de la reyerta heridos de los jinetes.
se sube por las paredes. Y ángeles negros volaban
Ángeles negros traían por el aire del poniente.
pañuelos y agua de nieve. Ángeles de largas trenzas
Ángeles con grandes alas y corazones de aceite.
de navajas de Albacete.
Juan Antonio el de Montilla
rueda muerto la pendiente,
su cuerpo lleno de lirios
y una granada en las sienes.
Ahora monta cruz de fuego,
carretera de la muerte.
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8. Romance Sonámbulo Tu sangre rezuma y huele alrededor de
Verde que te quiero verde. Verde tu faja. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa
viento. Verdes ramas. El barco sobre la es ya mi casa. Dejadme subir al menos
mar y el caballo en la montaña. Con la hasta las altas barandas, ¡dejadme subir!,
sombra en la cintura ella sueña en su dejadme hasta las verdes barandas.
baranda, verde carne, pelo verde, con Barandales de la luna por donde retumba
ojos de fría plata. Verde que te quiero el agua.
verde. Bajo la luna gitana, las cosas la Ya suben los dos compadres hacia las
están mirando y ella no puede mirarlas. altas barandas. Dejando un rastro de
Verde que te quiero verde. Grandes sangre. Dejando un rastro de lágrimas.
estrellas de escarcha, vienen con el pez Temblaban en los tejados farolillos de
de sombra que abre el camino del alba. hojalata. Mil panderos de cristal, herían
La higuera frota su viento con la lija de la madrugada.
sus ramas, y el monte, gato garduño, Verde que te quiero verde, verde viento,
eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién verdes ramas. Los dos compadres
vendrá? ¿Y por dónde...? Ella sigue en su subieron. El largo viento, dejaba en la
baranda, verde carne, pelo verde, boca un raro gusto de hiel, de menta y de
soñando en la mar amarga. Compadre, albahaca. ¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
quiero cambiar mi caballo por su casa, ¿Dónde está tu niña amarga? ¡Cuántas
mi montura por su espejo, mi cuchillo veces te esperó! ¡Cuántas veces te
por su manta. Compadre, vengo esperara cara fresca, negro pelo, en esta
sangrando, desde los puertos de Cabra. verde baranda! Sobre el rostro del aljibe
Si yo pudiera, mocito, ese trato se se mecía la gitana. Verde cama, pelo
cerraba. Pero yo ya no soy yo, ni mi verde, con ojos de fría plata. Un
casa es ya mi casa. Compadre, quiero carámbano de luna la sostiene sobre el
morir decentemente en mi cama. De agua. La noche se puso íntima como una
acero, si puede ser, con las sábanas de pequeña plaza. Guardias civiles
holanda. borrachos en la puerta golpeaban. Verde
¿No ves la herida que tengo desde el que te quiero verde. Verde viento. Verdes
pecho a la garganta? Trescientas rosas ramas. El barco sobre la mar. Y el caballo
morenas lleva tu pechera blanca. en la montana.
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9. La monja gitana Por los ojos de la monja
Silencio de cal y mirto. galopan dos caballistas.
Malvas en las hierbas finas. Un rumor último y sordo
La monja borda alhelíes le despega la camisa,
sobre una tela pajiza. y al mirar nubes y montes
Vuelan en la araña gris, en las yertas lejanías,
siete pájaros del prisma. se quiebra su corazón
La iglesia gruñe a lo lejos de azúcar y yerbaluisa.
como un oso panza arriba. ¡Oh!, qué llanura empinada
¡Qué bien borda ! ¡Con qué con veinte soles arriba.
gracia! ¡Qué ríos puestos de pie
Sobre la tela pajiza, vislumbra su fantasía!
ella quisiera bordar Pero sigue con sus flores,
flores de su fantasía. mientras que de pie, en la
¡Qué girasol! ¡Qué magnolia brisa,
de lentejuelas y cintas! la luz juega el ajedrez
¡Qué azafranes y qué lunas, alto de la celosía.
en el mantel de la misa! .
Cinco toronjas se endulzan
en la cercana cocina.
Las cinco llagas de Cristo
cortadas en Almería.
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10. San Miguel
Se ven desde las barandas, San Miguel canta en los vidrios;
por el monte, monte, monte, efebo de tres mil noches, fragante
mulos y sombras de mulos de agua colonia y lejano de las
cargados de girasoles. flores. El mar baila por la playa,
Sus ojos en las umbrías un poema de balcones. Las villas de
se empañan de inmensa noche. la luna pierden juncos, ganan
En los recodos del aire voces. Vienen manolas comiendo
cruje la aurora salobre. semillas de girasoles, los culos
Un cielo de mulos blancos grandes y ocultos como planetas de
cierra sus ojos de azogue cobre.
dando a la quieta penumbra Vienen altos caballeros y damas de
un final de corazones. triste porte, morenas por la
Y el agua se pone fría nostalgia de un ayer de ruiseñores.
para que nadie la toque. Y el obispo de Manila, ciego de
Agua loca y descubierta azafrán y pobre, dice misa con dos
por el monte, monte, monte. filos para mujeres y hombres
San Miguel se estaba quieto
San Miguel lleno de encajes en la alcoba de su torre,
en la alcoba de su torre, con las enaguas cuajadas
enseña sus bellos muslos de espejitos y entredoses.
ceñidos por los faroles. San Miguel, rey de los globos
Arcángel domesticado y de los números nones,
en el gesto de las doce, en el primor berberisco
finge una cólera dulce de gritos y miradores.
de plumas y ruiseñores.
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11. Muerto de amor Sólo por los corredores las cuatro
¿Qué es aquello que reluce luces clamaban con el furor de San
por los altos corredores? Jorge.
Cierra la puerta, hijo mío, Tristes mujeres del valle bajaban su
acaban de dar las once. sangre de hombre, tranquila de flor
En mis ojos, sin querer, cortada y amarga de muslo joven.
relumbran cuatro faroles. Viejas mujeres del río lloraban al
Será que la gente aquella pie del monte, un minuto
estará fregando el cobre. intransitable de cabelleras y
* nombres. Fachadas de cal, ponían
Ajo de agónica plata cuadrada y blanca la noche.
la luna menguante, pone Serafines y gitanos tocaban
cabelleras amarillas acordeones. Madre, cuando yo me
a las amarillas torres. muera, que se enteren los señores.
La noche llama temblando Pon telegramas azules que vayan
al cristal de los balcones, del Sur al Norte.
perseguida por los mil Siete gritos, siete sangres, siete
perros que no la conocen, adormideras dobles, quebraron
y un olor de vino y ámbar opacas lunas en los oscuros salones.
viene de los corredores. Lleno de manos cortadas y
* coronitas de flores, el mar de los
Brisas de caña mojada juramentos resonaba, no sé donde.
y rumor de viejas voces, Y el cielo daba portazos al brusco
resonaban por el arco rumor del bosque, mientras
roto de la media noche. clamaban las luces en los altos
Bueyes y rosas dormían. corredores.
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12. El Camborio de camino Antonio Torres Heredia,
a Sevilla hijo y nieto de Camborios,
Antonio Torres Heredia, viene sin vara de mimbre
hijo y nieto de Camborios, entre los cinco tricornios.
con una vara de mimbre Antonio, ¿quién eres tú?
va a Sevilla a ver los toros. Si te llamaras Camborio,
Moreno de verde luna hubieras hecho una fuente
anda despacio y garboso. de sangre con cinco chorros.
Sus empavonados bucles Ni tú eres hijo de nadie,
le brillan entre los ojos. ni legítimo Camborio.
A la mitad del camino ¡Se acabaron los gitanos
cortó limones redondos, que iban por el monte solos!
y los fue tirando al agua Están los viejos cuchillos
hasta que la puso de oro. tiritando bajo el polvo.
Y a la mitad del camino, A las nueve de la noche
bajo las ramas de un olmo, lo llevan al calabozo,
guardia civil caminera mientras los guardias civiles
lo llevó codo con codo. beben limonada todos.
El día se va despacio, Y a las nueve de la noche
la tarde colgada a un hombro, le cierran el calabozo,
dando una larga torera mientras el cielo reluce
sobre el mar y los arroyos. como la grupa de un potro.
Las aceitunas aguardan
la noche de Capricornio,
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
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13. El Camborio Mis cuatro primos Heredias
hijos de Benamejí.
Voces de muerte sonaron Lo que en otros no envidiaban, ya
cerca del Guadalquivir. lo envidiaban en mí.
Voces antiguas que cercan Zapatos color corinto, medallones
voz de clavel varonil. de marfil, y este cutis amasado
Les clavó sobre las botas con aceituna y jazmín.
mordiscos de jabalí. ¡Ay Antoñito el Camborio,
En la lucha daba saltos digno de una Emperatriz!
jabonados de delfín. Acuérdate de la Virgen porque te
Bañó con sangre enemiga vas a morir.
su corbata carmesí, ¡Ay Federico García,
pero eran cuatro puñales llama a la Guardia Civil! Ya mi
y tuvo que sucumbir. talle se ha quebrado como caña de
Cuando las estrellas clavan maíz. Tres golpes de sangre tuvo
rejones al agua gris, y se murió de perfil.
cuando los erales sueñan Viva moneda que nunca
verónicas de alhelí, se volverá a repetir.
voces de muerte sonaron Un ángel marchoso pone
cerca del Guadalquivir. su cabeza en un cojín.
Antonio Torres Heredia, Otros de rubor cansado,
Camborio de dura crin, encendieron un candil.
moreno de verde luna, Y cuando los cuatro primos
voz de clavel varonil: llegan a Benamejí,
¿Quién te ha quitado la vida voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir? cerca del Guadalquivir.
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14. El Piyayo Sin mas sombra que la del abuelo... ¡poca
sombra, porque es tan chicuelo; en el
¿Tu conoces al ”Piyayo” altozano tiene un cuchitril ¡a las vigas
un viejecillo renegro, reseco y chicuelo; alcanza la mano; y por lumbre y por luz,
la mirada de gallo pendenciero y hocico un candil. Vacia sus alforjas Que son sus
de raposo tiñoso... que pide limosna por bolsillos, Bostezando los siete chiquillos, Se
"tangos“ y maldice cantando agrupan riendo. Y entre carantoñas les
"fandangos“ gangosos? va repartiendo Pan y pescao frito, Con la
¡A chufla lo toma la gente y a mi me da parsimonia de un antiguo rito:
pena y me causa un respeto imponente! ¡chavales!
Ata a su cuerpo una guitarra, Que ¡pan de flor de harina! Mascarlo despasio.
chilla como una corneja Y zumba como Mejo pan no se come en palasio. Y este
una chicharra Y tiene arrumacos de pescaito, ¡no es na? sacao uno a uno del
vieja Pelleja. Yo le he visto cantando, fondo del má! ¡gloria pura él! Las espinas
Babeando De rabia y de vino, Bailando se comen tamié, Que to es alimento...
Con saltos felinos Tocando a zarpazos,. Asi....despasito. ¡no llores, Manuela!
Los acordes de un viejo"tangazo“ Y, a Tu no pués, porque no tiés muelas. ¡es tan
sus contorsiones de ardilla, Hace son chiquitita mi niña bonita!.. así, despasito.
con la sucia calderilla. Muy remascaito, Migaja a migaja, que
¡ a chufla lo toma la gente y a mi me da dure, Le van dando fin A los cinco reales
pena y me causa un respeto imponente! que costo el festín. Luego entre guiñapos
Es su extraño arte su cepo y su cruz, durmiendo, Por matar el frío, muy
su vida y su luz, su tabaco y su apiñaditos. La Virgen María contempla
aguardientillo... y su pan y el de sus al “Piyayo” Riendo Y hay un Angel rubio
nietecillos: "churumbeles" con greñas de que besa la frente De cada gitano
alambre y panzas de sapos. chiquito. A chufla lo toma la gente!...
Que aullan de hambre Tiritando bajo los ¡y a mi me da penay me causa un respeto
harapos; Sin madre que lave su roña; imponente!
Sin padre que "afane“ Porque pena una
muerte en santoña
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15. La casada infiel Yo me quité la corbata. Ella se
quitó el vestido. Yo el cinturón con
Y que yo me la lleve al río revólver Ella sus cuatro corpiños.
creyendo que era mozuela, Ni nardos ni caracolas tienen el
pero tenía marido. cutis tan fino, ni los cristales con
Fue la noche de Santiago luna relumbran con ese brillo. Sus
y casi por compromiso. muslos se me escapaban como peces
Se apagaron los faroles sorprendidos, la mitad llenos de
y se encendieron los grillos. lumbre, la mitad llenos de frío.
En las últimas esquinas Aquella noche corrí el mejor de los
toqué sus pechos dormidos, caminos, montado en potra de
y se me abrieron de pronto nácar sin bridas y sin estribos. No
como ramos de jacintos. quiero decir, por hombre, las cosas
El almidón de su enagua me que ella me dijo. La luz del
sonaba en el oído, entendimiento me hace ser muy
como una pieza de seda comedido. Sucia de besos y arena,
rasgada por diez cuchillos yo me la lleve del río. Con el aire se
Sin luz de plata en sus copas batían las espadas de los lirios. Me
los árboles han crecido, porté como quien soy. Como un
y un horizonte de perros gitano legítimo. La regalé un
ladra muy lejos del río. costurero grande de raso pajizo, y
no quise enamorarme porque
Pasadas las zarzamoras, teniendo marido me dijo que era
los juncos y los espinos, mozuela cuando la llevaba al río.
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
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16. Nació en Santiago de Compostela. Fue bautizada con los
Rosalía de Castro nombres de María Rosalía Rita. hija de padres
Santiago de Compostela (Galicia) desconocidos. Muy poco se sabe de su educación. Se sabe
1837-1885 que en la escuela mostró talento de versificadora.
También le gustaba el dibujo, la música y la declamación.
Rosalía de Castro contrajo matrimonio con Manuel
Martínez Murguía, erudito cronista de Galicia. Al año
siguiente Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la
que han de seguir seis hijos más. Su domicilio cambió
varias veces, entre Madrid y Simancas. Rosalía nunca
disfrutó de buena salud. Luchó siempre contra
enfermedades, y a menudo con la penuria, vivió dedicada
a su hogar, a sus hijos y a su marido, nunca aspiró a la
fama. Su marido fue quien la convenció para que
publicara sus obras. Murió de cáncer a los cuarenta y ocho
años en su casa de Padrón, la cual hoy es un museo.
Todos sus hijos murieron antes que ella, sin poder dejar
herederos.
Compuso sus primeros versos a la edad de 12 años. A los
17 años ya era conocida en el "Liceo de San Agustín". por
su primer libro; La Flor. y Follas Novas: es el título de su
último libro que contiene su manera de ver la vida, en el
muestra su esencia vital. Rosalía muestra una visión
sombría de la existencia humana. En los Cantares, Rosalía
asume la voz del pueblo gallego. Su obra maestra en
castellano es En las Orillas del Sar, versos de tono íntimo,
de extraña penetración, cargados de nocturna belleza.
Merece ser considerada, al lado de Gustavo Adolfo
Bécquer, como la precursora de la Modernidad e
iniciadora de una nueva métrica castellana.
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17. 2
1 ¡Otra vez!, tras la lucha que rinde
y la incertidumbre amarga
A través del follaje perenne del viajero que errante no sabe
que oír deja rumores dónde dormirá mañana,
en sus lares primitivos
extraños,
halla un breve descanso mi alma.
y entre un mar de Algo tiene este blando reposo
ondulante verdura, de sombrío y de halagüeño,
amorosa mansión de los cual lo tiene, en la noche callada,
pájaros, de un ser amado el recuerdo,
desde mis ventanas veo que de negras traiciones y dichas
el templo que quise tanto. inmensas, nos habla a un
tiempo.Ya no lloro..., y no obstante,
agobiado y afligido mi espíritu,
El templo que tanto quise..., apenas de su cárcel estrecha y
pues no sé decir ya si le sombría osa dejar las tinieblas
quiero, para bañarse en las ondas
que en el rudo vaivén que de luz que el espacio llenan.
sin tregua Cual si en suelo extranjero me
se agitan mis pensamientos, hallase, tímida y hosca, contemplo
desde lejos los bosques y alturas
dudo si el rencor adusto
y los floridos senderos donde en
vive unido al amor en mi cada rincón me aguardaba
pecho. la esperanza sonriendo.
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18. 3 4
Oigo el toque sonoro que entonces a mi Tras de inútil fatiga, que mis fuerzas agota,
lecho a llamarme venía con sus ecos que caigo en la senda amiga, donde una fuente
el alba anunciaban, mientras, cual brota siempre serena y pura,
dulce caricia, un rayo de sol dorado y con mirada incierta, busco por la llanura
alumbraba mi estancia tranquila. no sé qué sombra vana o que esperanza
Puro el aire, la luz sonrosada, ¡qué muerta, no sé qué flor tardía de virginal
despertar tan dichoso! Yo veía entre frescura que no crece en la vía arenosa y
nubes de incienso, visiones con alas de desierta. De la oscura Trabanca tras la
oro que llevaban la venda celeste espesa arboleda, gallardamente arranca al
de la fe sobre sus ojos... Ese sol es el pie de la vereda La Torre y sus contornos
mismo, mas ellas no acuden a mi cubiertos de follaje, prestando a la mirada
conjuro; y a través del espacio y las descanso en su ramaje cuando de la ancha
nubes, y del agua en los limbos confusos, vega por vivo sol bañada que las pupilas
y del aire en la azul transparencia, ciega, atraviesa el espacio, gozosa y
¡ay!, ya en vano las llamo y las busco. deslumbrada. Como un eco perdido, como un
Blanca y desierta la vía entre los amigo acento que sueña cariñoso, el familiar
frondosos setos y los bosques y arroyos chirrido del carro perezoso corre en alas del
que bordan sus orillas, con grato viento y llega hasta mi oído cual en aquellos
misterio atraerme parece y brindarme días hermosos y brillantes en que las ansias
a que siga su línea sin término. mías eran quejas amantes, eran dorados
Bajemos, pues, que el camino sueños y santas alegrías. Ruge la Presa
antiguo nos saldrá al paso, lejos..., y, de las aves nido, Fondón cerca
aunque triste, escabroso y desierto, descansa; la cándida abubilla bebe en el
y cual nosotros cambiado, agua mansa donde un tiempo he creído de la
lleno aún de las blancas fantasmas esperanza hermosa beber el néctar sano, y
que en otro tiempo adoramos hoy bebiera anhelosa las aguas del olvido,
que es de la muerte hermano; donde de los
vencejos que vuelan en la altura, la sombra
se refleja.
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19. 5 6
¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, ¡Oh tierra, antes y ahora, siempre
oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida fecunda y bella!
juvenil y la savia que extraje de tu Viendo cuán triste brilla nuestra
seno, como el sediento niño el dulce fatal estrella,
jugo extrae del pecho blanco y lleno, del Sar cabe la orilla
de mi existencia oscura en el al acabarme, siento la sed devoradora
torrente amargo pasaron, cual y jamás apagada que ahoga el
barrida por la inconstancia ciega, sentimiento,
una visión de armiño, una ilusión y el hambre de justicia, que abate y
querida, un suspiro de amor. De tus que anonada
suaves rumores la acorde cuando nuestros clamores los
consonancia, ya para el alma yerta arrebata el viento
tornóse bronca y dura a impulsos del de tempestad airada.
dolor; secáronse tus flores de virginal Ya en vano el tibio rayo de la
fragancia; perdió su azul tu cielo, el naciente aurora tras del Miranda
campo su frescura, el alba su candor. altivo, valles y cumbres dora con su
La nieve de los años, de la tristeza el resplandor vivo; en vano llega mayo
hielo constante, al alma niegan toda de sol y aromas lleno, con su frente de
ilusión amada, todo dulce consuelo. niño de rosas coronada, y con su luz
Sólo los desengaños preñados de serena: en mi pecho ve juntos el odio y
temores, y de la duda el frío, avivan el cariño, mezcla de gloria y pena,
los dolores que siente el pecho mío, y mi sien por la corona del mártir
ahondando mi herida, me desti rran agobiada y para siempre frío y
del cielo, donde las fuentes brotan agotado mi seno.
eternas de la vida.
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20. 7 8
¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón,
oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida ¡Ya que de la esperanza, para la
juvenil y la savia que extraje de tu vida mía,
seno, como el sediento niño el dulce triste y descolorido ha llegado el
jugo extrae del pecho blanco y lleno, ocaso,
de mi existencia oscura en el a mi morada oscura,
torrente amargo pasaron, cual desmantelada y fría,
barrida por la inconstancia ciega, tornemos paso a paso,
una visión de armiño, una ilusión porque con su alegría no aumente
querida, un suspiro de amor. De tus mi amargura
suaves rumores la acorde la blanca luz del día.
consonancia, ya para el alma yerta
tornóse bronca y dura a impulsos del Contenta el negro nido busca el
dolor; secáronse tus flores de virginal ave agorera;
fragancia; perdió su azul tu cielo, el bien reposa la fiera en el antro
campo su frescura, el alba su candor. escondido,
La nieve de los años, de la tristeza el en su sepulcro el muerto, el triste
hielo constante, al alma niegan toda en el olvido
ilusión amada, todo dulce consuelo. y mi alma en su desierto.
Sólo los desengaños preñados de
temores, y de la duda el frío, avivan
los dolores que siente el pecho mío, y
ahondando mi herida, me desti rran
del cielo, donde las fuentes brotan
eternas de la vida.
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21. Jorge Luis Borges Nació en Buenos Aires el 24 de
Buenos Aires 1899-1986 agosto de 1899. Fue bilingüe desde
su infancia ya que su abuela
materna le hablaba en Inglés.
"Georgie", como le decían en casa,
tenía apenas seis años cuando dijo
a su padre que quería ser escritor.
En 1910 aparece su primera
publicación en el diario El País, de
Buenos Aires, donde tradujo El
príncipe feliz, de Oscar Wilde. En
1914, el padre de Borges se jubiló
debido a su ceguera casi total, por
lo que la familia pasó una
temporada en Europa.
Sorprendidos por la guerra, se
instalaron en Ginebra donde el
joven Borges escribió algunos
poemas en francés y cursó la
preparatoria (1914-1918). Vivió en
España de 1919 a 1921 y dos años
después la familia regresó a
Buenos Aires. En 1923 publicó el
poemario Fervor de Buenos Aires.
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22. Alguien
Alhambra Un hombre trabajado por el tiempo,
un hombre que ni siquiera espera la
Grata la voz del agua muerte (las pruebas de la muerte son
a quien abrumaron negras arenas, estadísticas y nadie hay que no corra el
albur de ser el primer inmortal), un
hombre que ha aprendido a agradecer
grato a la mano cóncava las modestas limosnas de los días: el
el mármol circular de la columna, sueño, la rutina, el sabor del agua, una
gratos los finos laberintos del agua no sospechada etimología, un verso
entre los limoneros, latino o sajón, la memoria de una mujer
grata la música del zéjel, que lo ha abandonado hace ya tantos
grato el amor y grata la plegaria años que hoy puede recordarla sin
amargura, un hombre que no ignora que
dirigida a un Dios que está solo, el presente ya es el porvenir y el olvido,
grato el jazmín. un hombre que ha sido desleal y con el
Vano el alfanje que fueron desleales, puede sentir de
ante las largas lanzas de los pronto, al cruzar la calle, una
muchos, misteriosa felicidad que no viene del
vano ser el mejor. lado de la esperanza sino de una
antigua inocencia, de su propia raíz o de
Grato sentir o presentir, rey un dios disperso. Sabe que no debe
doliente, mirarla de cerca, porque hay razones
que tus dulzuras son adioses, más terribles que tigres que le
que te será negada la llave, demostrarán su obligación de ser un
que la cruz del infiel borrará la desdichado, pero humildemente recibe
luna, esa felicidad, esa ráfaga. Quizá en la
muerte para siempre seremos, cuando el
que la tarde que miras es la polvo sea polvo, esa indescifrable raíz, de
última. la cual para siempre crecerá, ecuánime
o atroz, nuestro solitario cielo nfierno.o...
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23. Arte poético
Antelación del amor Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
Ni la intimidad de tu frente clara como una saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
fiesta Sentir que la vigilia es otro sueño
ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y que sueña no soñar y que la muerte
tácito y de niña, que teme nuestra carne es esa muerte
ni la sucesión de tu vida situándose en de cada noche, que se llama sueño.
palabras o acallamiento Ver en el día o en el año un símbolo
serán favor tan persuasivo de ideas de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
como el mirar tu sueño implicado en una música, un rumor y un símbolo,
en la vigilia de mis ávidos brazos. ver en la muerte el sueño, en el ocaso
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud un triste oro, tal es la poesía
absolutoria del sueño, que es inmortal y pobre. La poesía
quieta y resplandeciente como una dicha en la vuelve como la aurora y el ocaso.
selección del recuerdo, A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no el arte debe ser como ese espejo
tienes, que nos revela nuestra propia cara.
Arrojado a la quietud Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
divisaré esa playa última de tu ser lloró de amor al divisar su Itaca
y te veré por vez primera quizás como Dios ha verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verte, de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
desbaratada la ficción del Tiempo que pasa y queda y es cristal de un mismo
sin el amor, sin mí. Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
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24. (Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque
Antonio Machado influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es
expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo
Sevilla 1875-1939 del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano
menor del también poeta Manuel Machado, pasó su
infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en
Madrid.
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros
institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a
París, trabajó en la editorial Garnier, y posteriormente
regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con
R. Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes
literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-
Inclán y M. de Unamuno.
En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de
Soria, cuidad en la que dos años después contrajo
matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue
concedida una pensión para estudiar filología en París
durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los
cursos de filosofía de H. Bergson y Bédier en el College
de France. Tras la muerte de su esposa, en 1912, pasó al
instituto de Baeza.
Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su
cátedra en Segovia y en 1928 fue elegido miembro de la
Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil
se encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con su
madre y otros familiares al pueblo valenciano de
Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939
emprendió camino al exilio, pero la muerte lo sorprendió
en el pueblecito francés de Colliure.
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25. A un olmo seco
A un viejo y Al olmo viejo, hendido por el rayo
distinguido señor y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
Te he visto, por el parque algunas hojas verdes le han salido.
ceniciento ¡El olmo centenario en la colina
que los poetas aman que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
para llorar, como una noble
al tronco carcomido y polvoriento.
sombra No será, cual los álamos cantores
vagar, envuelto en tu levita larga. que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
El talante cortés, ha tantos años Ejército de hormigas en hilera
compuesto de una fiesta en la va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
antesala,
Antes que te derribe, olmo del Duero,
?¡qué bien tus pobres huesos con su hacha el leñador, y el carpintero
ceremoniosos guardan!? te convierta en melena de campana,
Yo te he visto, aspirando distraído, lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
con el aliento que la tierra exhala ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
?hoy, tibia tarde en que las
antes que te descuaje un torbellino
mustias hojas y tronche el soplo de las sierras blancas;
húmedo viento arranca?, antes que el río hasta la mar te empuje
del eucalipto verde por valles y barrancas,
el frescor de las hojas perfumadas. olmo, quiero anotar en mi cartera
Y te he visto llevar la seca mano la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
a la perla que brilla en tu corbata.
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
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26. A un naranjo y
A Miguel de Unamuno
limonero
Este donquijotesco
don Miguel de Unamuno, fuerte vasco,
lleva el arnés grotesco Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte!
y el irrisorio casco Medrosas tiritan tus hojas menguadas.
del buen manchego. Don Miguel camina, Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte con
jinete de quimérica montura,
tus naranjitas secas y arrugadas!.
metiendo espuela de oro a su locura,
sin miedo de la lengua que malsina. Pobre limonero de fruto amarillo cual
A un pueblo de arrieros, pomo pulido de pálida cera, ¡qué pena
lechuzos y tahúres y logreros mirarte, mísero arbolillo criado en
dicta lecciones de Caballería. mezquino tonel de madera! De los claros
Y el alma desalmada de su raza, bosques de la Andalucía, ¿quién os trajo a
que bajo el golpe de su férrea maza
esta castellana tierra que barren los vientos
aún durme, puede que despierte un día.
Quiere enseñar el ceño de la duda, de la adusta sierra, hijos de los campos de
antes de que cabalgue, el caballero; la tierra mía? ¡Gloria de los huertos, árbol
cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda limonero, que enciendes los frutos de
cerca del corazón la hoja de acero. pálido oro, y alumbras del negro cipresal
Tiene el aliento de una estirpe fuerte austero
que soñó más allá de sus hogares,
las quietas plegarias erguidas en coro; y
y que el oro buscó tras de los mares.
Él señala la gloria tras la muerte. fresco naranjo del patio querido, del campo
Quiere ser fundador, y dice: Creo; risueño y el huerto soñado, siempre en mi
Dios y adelante el ánima española... recuerdo maduro o florido
Y es tan bueno y mejor que fue Loyola: de frondas y aromas y frutos cargado!
sabe a Jesús y escupe al fariseo.
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27. ¡Oh, tierra triste y noble, la de los altos llanos y yermos
A orillas del Duero y roquedas, de campos sin arados, regatos ni arboledas;
Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día. Yo, solo, decrépitas ciudades, caminos sin mesones, y atónitos
por las quiebras del pedregal subía, buscando los recodos palurdos sin danzas ni canciones que aún van,
de sombra, lentamente. A trechos me paraba para enjugar abandonando el mortecino hogar, como tus largos ríos,
mi frente y dar algún respiro al pecho jadeante; o bien, Castilla, hacia la mar! Castilla miserable, ayer
ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante y hacia la dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto
mano diestra vencido y apoyado en un bastón, a guisa de ignora. ¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
pastoril cayado, recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada? Todo se
trepaba por los cerros que habitan las rapaces aves de mueve, fluye, discurre, corre o gira; cambian la mar y el
altura, hollando las hierbas montaraces de fuerte olor ? monte y el ojo que los mira. ¿Pasó? Sobre sus campos
romero, tomillo, salvia, espliego?. Sobre los agrios aún el fantasma yerta de un pueblo que ponía a Dios
campos caía un sol de fuego. Un buitre de anchas alas con sobre la guerra. La madre en otro tiempo fecunda en
majestuoso vuelo cruzaba solitario el puro azul del cielo. capitanes, madrastra es hoy apenas de humildes
Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo, y una redonda ganapanes. Castilla no es aquella tan generosa un día,
loma cual recamado escudo, y cárdenos alcores sobre la cuando Mío Cid Rodrigo el de Vivar volvía, ufano de su
parda tierra nueva fortuna, y su opulencia, a regalar a Alfonso los
?harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?, huertos de Valencia; o que, tras la aventura que acreditó
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero para sus bríos, pedía la conquista de los inmensos ríos
formar la corva ballesta de un arquero en torno a Soria. ? indianos a la corte, la madre de soldados, guerreros y
Soria es una barbacana, hacia Aragón, que tiene la torre adalides que han de tornar, cargados de plata y oro, a
castellana?. Veía el horizonte cerrado por colinas oscuras, España, en regios galeones, para la presa cuervos, para la
coronadas de robles y de encinas; desnudos peñascales, lid leones.
algún humilde prado donde el merino pace y el toro, Filósofos nutridos de sopa de convento contemplan
arrodillado sobre la hierba, rumia; las márgenes de río impasibles el amplio firmamento; y si les llega en
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío, y, sueños, como un rumor distante, clamor de mercaderes
silenciosamente, lejanos pasajeros, ¡tan diminutos! ? de muelles de Levante, no acudirán siquiera a preguntar
carros, jinetes y arrieros?, cruzar el largo puente, y bajo ¿qué pasa? Y ya la guerra ha abierto las puertas de su
las arcadas de piedra ensombrecerse las aguas plateadas casa. Castilla miserable, ayer dominadora,
del Duero. El Duero cruza el corazón de roble de Iberia y envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
de Castilla.
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28. Mario Benedetti nació el 14 de septiembre
Mario Benedetti de 1920 en Paso de Toros, en Tacuarembó,
Tacuarembó (Uruguay) 1920-2009 Uruguay, fruto del matrimonio entre
Brenno Benedetti y Matilde Farugia. La
economía familiar se vio seriamente
afectada por un engaño que sufrió el
padre de Mario y así con tan sólo 4 años,
la familia se trasladó a Montevideo (no en
vano en Montevideo vive más de la mitad
de la población de Uruguay, el mayor
porcentaje de población que vive en una
capital de toda Sudamérica). Este engaño
condujo a tiempos difíciles para la familia
Benedetti que tuvo que vender multitud de
objetos de valor para seguir adelante y que
obligó a Brenno a la clandestinidad
económica para evitar a los acreedores y
en busca del soñado empleo público, un
auténtico sueño en el Uruguay de la época
en el que el sueldo de un funcionario era
inembargable y echarlo era casi una
cuestión de Estado. Mario estudió en un
colegio alemán, en parte por la
admiración que el padre tenía por ese país.
De esta experiencia, además de aprender
el idioma, aprendió el gusto por el trabajo
bien hecho y por la puntualidad. Pero en
1933 el padre le obligó a salir del colegio,
ya que en éste obligaban a utilizar el
saludo nazi, otro año en un Liceo y
termina su educación.
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29. Desde los afectos Que nadie quiere estar solo.
Que para no estar solo hay que dar.
Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que para dar debimos recibir antes.
Que uno solo tiene que buscarlo y dárselo.
Que para que nos den
Que nadie establece normas salvo la vida.
también hay que saber cómo pedir.
Que la vida sin ciertas normas pierde forma.
Que saber pedir no es regalarse.
Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que regalarse es, en definiva, no quererse.
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
Que para que nos quieran debemos mostrar quiénes
Que no está prohibido amar.
somos.
Que también se puede odiar.
Que para que alguien sea hay que ayudarlo.
Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la
Que ayudar es poder alentar y apoyar.
vida!...
Que adular no es ayudar.
Que el odio y el amor son afectos.
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que la agresión porque sí, hiere mucho.
Que las cosas cara a cara son honestas.
Que las heridas se cierran.
Que nadie es honesto porque no roba.
Que las puertas no deben cerrarse.
Que el que roba no es ladrón por placer.
Que la mayor puerta es el afecto.
Que cuando no hay placer en hacer las cosas,
Que los afectos nos definen.
no se está viviendo.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se
muerte.
dibuja.
Que se puede estar muerto en vida.
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.
Que se siente con el cuerpo y la mente.
Que negar palabras implica abrir distancias.
Que con los oídos se escucha.
Que encontrarse es muy hermoso.
Que cuesta ser sensible y no herirse.
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida.
Que herirse no es desangrarse.
Que la vida parte del sexo.
Que para no ser heridos levantamos muros.
Que el porqué de los niños tiene un por qué.
Que quien siembra muros no recoge nada.
Que querer saber de alguien no sólo es curiosidad.
Que casi todos somos albañiles de muros.
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana.
Que sería mucho mejor construir puentes.
Que nunca está de más agradecer.
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo.
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30. Corazón coraza Estados de ánimo
Porque te tengo y no
porque te pienso A veces me siento
porque la noche está de ojos abiertos como un águila en el aire
porque la noche pasa y digo amor Unas veces me siento
porque has venido a recoger tu imagen como pobre colina
y eres mejor que todas tus imágenes y otras como montaña
porque eres linda desde el pie hasta el de cumbres repetidas.
alma Unas veces me siento
porque eres buena desde el alma a mí como un acantilado
porque te escondes dulce en el orgullo y en otras como un cielo
pequeña y dulce azul pero lejano.
corazón coraza A veces uno es
porque eres mía manantial entre rocas
porque no eres mía y otras veces un árbol
porque te miro y muero con las últimas hojas.
y peor que muero Pero hoy me siento apenas
si no te miro amor como laguna insomne
si no te miro con un embarcadero
porque tú siempre existes dondequiera ya sin embarcaciones
pero existes mejor donde te quiero una laguna verde
porque tu boca es sangre inmóvil y paciente
y tienes frío conforme con sus algas
tengo que amarte amor sus musgos y sus peces,
tengo que amarte sereno en mi confianza
aunque esta herida duela como dos confiando en que una tarde
aunque te busque y no te encuentre te acerques y te mires,
y aunque te mires al mirarme.
la noche pase y yo te tenga
y no..
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31. Hagamos un trato Pasatiempo
Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar Cuando éramos niños
cuenta conmigo. los viejos tenían como treinta
Compañera,usted sabe un charco era un océano
que puede contar conmigo, la muerte lisa y llana
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.
no existía.
Si algunas veces Luego cuando muchachos
advierte que la miro a los ojos, los viejos eran gente de cuarenta
y una veta de amor reconoce en los míos, un estanque un océano
no alerte sus fusiles la muerte solamente
ni piense que deliro; una palabra.
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
Ya cuando nos casamos
usted puede contar conmigo. los ancianos estaban en cincuenta
Si otras veces me encuentra un lago era un océano
huraño sin motivo, no piense que es la muerte era la muerte
flojera igual puede contar conmigo. de los otros.
Pero hagamos un trato: yo quisiera Ahora veteranos
contar con usted, es tan lindo
saber que usted existe,
ya le dimos alcance a la verdad
uno se siente vivo; y cuando digo esto el océano es por fin el océano
quiero decir contar aunque sea hasta dos, pero la muerte empieza a ser
aunque sea hasta cinco. la nuestra.
No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
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32. Rostro de vos Si Dios fuera una mujer
Tengo una soledad tan concurrida ¿Y si Dios fuera mujer?
tan llena de nostalgias y de rostros de vos pregunta Juan sin inmutarse,
de adioses hace tiempo y besos bienvenidos vaya, vaya si Dios fuera mujer
de primeras de cambio y de último vagón. es posible que agnósticos y ateos
Tengo una soledad tan concurrida no dijéramos no con la cabeza
que puedo organizarla como una procesión y dijéramos sí con las entrañas.
por colores tamaños y promesas por época por tacto Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
y por sabor. Sin temblor de más me abrazo a tus para besar sus pies no de bronce,
ausencias que asisten y me asisten con mi rostro de vos. su pubis no de piedra,
Estoy lleno de sombras de noches y deseos sus pechos no de mármol, sus labios no de yeso. Si Dios
de risas y de alguna maldición. fuera mujer la abrazaríamos
Mis huéspedes concurren concurren como sueños para arrancarla de su lontananza
con sus rencores nuevos su falta de candor y no habría que jurar
yo les pongo una escoba tras la puerta hasta que la muerte nos separe
porque quiero estar solo con mi rostro de vos. ya que sería inmortal por antonomasia
Pero el rostro de vos mira a otra parte y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
con sus ojos de amor que ya no aman como víveres nos contagiaría su inmortalidad.
que buscan su hambre Si Dios fuera mujer no se instalaría
miran y miran lejana en el reino de los cielos,
y apagan mi jornada. sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno, con
Las paredes se van sus brazos no cerrados,
queda la noche su rosa no de plástico y su amor no de ángeles. Ay Dios
las nostalgias se van mío, Dios mío
no queda nada. si hasta siempre y desde siempre fueras una mujer qué
Ya mi rostro de vos lindo escándalo sería,
cierra los ojos qué venturosa, espléndida, imposible, prodigiosa
y es una soledad blasfemia.
tan desolada.
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33. Alguien Allende
Para matar al hombre de la paz
Alguien limpia la celda para golpear su frente limpia de pesadillas
de la tortura tuvieron que convertirse en pesadilla
que no quede la sangre para vencer al hombre de la paz
ni la amargura tuvieron que congregar todos los odios
alguien pone en los muros y además los aviones y los tanques para batir al
el nombre de ella hombre de la paz tuvieron que bombardearlo hacerlo
ya no cabe en la noche llama porque el hombre de la paz era una fortaleza
ninguna estrella para matar al hombre de la paz tuvieron que desatar la
alguien limpia su rabia guerra turbia para vencer al hombre de la paz y acallar
con un consejo su voz modesta y taladrante tuvieron que empujar el
y la deja brillante terror hasta el abismo y matar más para seguir
como un espejo matando para batir al hombre de la paz tuvieron que
alguien piensa hasta cuando asesinarlo muchas vecesporque el hombre de la paz
alguien camina era una fortalezapara matar al hombre de la paz
suenan lejos las risas tuvieron que imaginar que era una tropa una armada
una bocinay un gallo que propone su canto en hora una hueste una brigada tuvieron que creer que era otro
mientras sube la angustia la voladora alguien piensa en ejército pero el hombre de la paz era tan sólo un
afuera que allá no hay plazo piensa en niños de vida y pueblo y tenía en sus manos un fusil y un mandato y
en un abrazo alguien quiso ser justo no tuvo suerte es eran necesarios más tanques más rencores más bombas
difícil la lucha contra la muerte alguien limpia la celda más aviones más oprobios porque el hombre del paz
de la tortura lava la sangre pero no la amargura. era una fortaleza para matar al hombre de la paz para
golpear su frente limpia de pesadillas tuvieron que
convertirse en pesadilla para vencer al hombre de la
paz tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando y condenarse a
la blindada soledad para matar al hombre que era un
pueblo tuvieron que quedarse sin el pueblo.
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34. Amor de tarde Ausencia de Dios
Digamos que te alejas definitivamente
Es una lástima que no estés conmigo hacia el pozo de olvido que prefieres,
cuando miro el reloj y son las cuatro pero la mejor parte de tu espacio,
y acabo la planilla y pienso diez minutos en realidad la única constante de tu espacio,
y estiro las piernas como todas las tardes quedará para siempre en mí, doliente,
y hago así con los hombros para aflojar la espalda persuadida, frustrada, silenciosa,
y me doblo los dedos y les saco mentiras. quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
Es una lástima que no estés conmigo en mí que estoy enteramente solo
cuando miro el reloj y son las cinco sobreviviéndote.
y soy una manija que calcula intereses Después de ese dolor redondo y eficaz,
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas pacientemente agrio, de invencible ternura,
o un oído que escucha como ladra el teléfono ya no importa que use tu insoportable ausencia
o un tipo que hace números y les saca verdades. ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra. Lo cierto es que ahora ya
Es una lástima que no estés conmigo no estás en mi noche desgarradoramente idéntica a las
cuando miro el reloj y son las seis. otras que repetí buscándote, rodeándote. Hay solamente
Podrías acercarte de sorpresa un eco irremediable de mi voz como niño, esa que no
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos sabía. Ahora que miedo inútil, qué vergüenza no tener
yo con la mancha roja de tus labios oración para morder, no tener fe para clavar las uñas, no
tú con el tizne azul de mi carbónico. tener nada más que la noche, saber que Dios se muere, se
resbala, que Dios retrocede con los brazos cerrados, con
los labios cerrados, con la niebla, como un campanario
atrozmente en ruinas que desandara siglos de ceniza. Es
tarde. Sin embargo yo daría todos los juramentos y las
lluvias, las paredes con insultos y mimos, las ventanas
de invierno, el mar a veces, por no tener tu corazón en
mí, tu corazón inevitable y doloroso en mí que estoy
enteramente solo sobreviviéndote..
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35. Síndrome Táctica y estrategia
Mi táctica es
Todavía tengo casi todos mis mirarte
aprender como sos
dientes quererte como sos.
casi todos mis cabellos y poquísimas Mi táctica es
canas hablarte
puedo hacer y deshacer el amor y escucharte
trepar una escalera de dos en dos construir con palabras
y correr cuarenta metros detrás del un puente indestructible.
Mi táctica es
ómnibus quedarme en tu recuerdo
o sea que no debería sentirme viejo no sé cómo ni sé
pero el grave problema es que antes con qué pretexto
no me fijaba en estos detalles. pero quedarme en vos.
Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos.
Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.
Mi estrategia es
que un día cualquiera no sé cómo ni sé con
qué pretexto por fin me necesites.
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36. Te quiero Una mujer desnuda
Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos; Una mujer desnuda y en lo oscuro
te quiero porque tus manos tiene una claridad que nos alumbra
trabajan por la justicia. de modo que si ocurre un desconsuelo un
Si te quiero es porque sos apagón o una noche sin luna es
mi amor, mi cómplice, y todo. conveniente y hasta imprescindible tener
Y en la calle codo a codo a mano una mujer desnuda. Una mujer
somos mucho más que dos. desnuda y en lo oscuro genera un
Tus ojos son mi conjuro resplandor que da confianza entonces
contra la mala jornada; dominguea el almanaquevibran en su
te quiero por tu mirada rincón las telarañas y los ojos felices y
que mira y siembra futuro. felinos miran y de mirar nunca se cansan.
Tu boca que es tuya y mía, Una mujer desnuda y en lo oscuro es una
Tu boca no se equivoca; vocación para las manos para los labios es
te quiero por que tu boca casi un destino y para el corazón un
sabe gritar rebeldía. despilfarro una mujer desnuda es un
Si te quiero es porque sos mi amor mi enigma y siempre es una fiesta descifrarlo.
cómplice y todo. Y en la calle codo a codo Una mujer desnuda y en lo oscuro genera
somos mucho más que dos. Y por tu rostro una luz propia y nos enciende el cielo raso
sincero. Y tu paso vagabundo. Y tu llanto se convierte en cielo y es una gloria no ser
por el mundo. Porque sos pueblo te quiero. inocente una mujer querida o vislumbrada
Y porque amor no es aurora, ni cándida desbarata por una vez la muerte.
moraleja, y porque somos pareja que sabe
que no está sola. Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país la gente vive feliz
aunque no tenga permiso. Si te quiero es
por que sos mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo somos mucho
más que dos.
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37. Ustedes y nosotros Viceversa
Ustedes cuando aman exigen bienestar una cama de
cedro y un colchón especial, nosotros cuando amamos Tengo miedo de verte
es fácil de arreglar con sábanas qué bueno sin sábanas
da igual. Ustedes cuando aman calculan interés necesidad de verte
y cuando se desaman calculan otra vez, nosotros esperanza de verte
cuando amamos es como renacer y si nos desamamos desazones de verte.
no la pasamos bien. Ustedes cuando aman son de otra Tengo ganas de hallarte
magnitud hay fotos chismes prensa y el amor es un preocupación de hallarte
boom, nosotros cuando amamos es un amor común certidumbre de hallarte
tan simple y tan sabroso como tener salud. Ustedes
cuando aman consultan el reloj porque el tiempo que pobres dudas de hallarte.
pierden vale medio millón, nosotros cuando amamos Tengo urgencia de oírte
sin prisa y con fervor gozamos y nos sale barata la alegría de oírte
función. Ustedes cuando aman buena suerte de oírte
al analista van y temores de oírte.
él es quien dictamina o sea,
si lo hacen bien o mal,
nosotros cuando amamos resumiendo
sin tanta cortedad estoy jodido
el subconsciente piola y radiante
se pone a disfrutar. quizá más lo primero
Ustedes cuando aman que lo segundo
exigen bienestar
y también
una cama de cedro
y un colchón especial, viceversa.
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.
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38. Ayer Bienvenida
Se me ocurre que vas a llegar distinta
Ayer pasó el pasado lentamente no exactamente más linda
ni más fuerte
con su vacilación definitiva ni más docil
sabiéndote infeliz y a la deriva ni más cauta
con tus dudas selladas en la frente tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
ayer pasó el pasado por el puente te hubiera sorprendido a vos también
y se llevó tu libertad cautiva quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero
cambiando su silencio en carne después de todo la nostalgia existe
viva aunque no lloremos en los andenes fantasmales
por tus leves alarmas de inocente ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco
ayer pasó el pasado con su historia yo nostalgio
y su deshilachada incertidumbre/ tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie
con su huella de espanto y de tu rostro es la vanguardia
reproche tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
fue haciendo del dolor una con trazos invisibles y seguros
costumbre no olvides que tu rostro
sembrando de fracasos tu memoria me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
y dejándote a solas con la noche. como pueblo
y eso te da una lumbre inapagable ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales con nuevas con
hondura con franqueza sé que voy a quererte sin
preguntas sé que vas a quererme sin respuestas.
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39. Gabriela Mistral Lucila Godoy, llamada Gabriela Mistral (conocida
mejor como Gabriela Mistral), escritora chilena.
Vicuña (Chile)1889- Nueva York 1957 Hija de un maestro rural, que abandonó el hogar a
los tres años del nacimiento de Gabriela, la
muchacha tuvo una niñez difícil en uno de los
parajes más desolados de Chile. A los 15 años
publicó sus primeros versos en la prensa local, y
empezó a estudiar para maestra. En 1906 se
enamoró de un modesto empleado de ferrocarriles,
Romelio Ureta, que, por causas desconocidas, se
suicidó al poco tiempo; de la enorme impresión
que le causó aquella pérdida surgieron sus
primeros versos importantes. En 1910 obtuvo el
título de maestra en Santiago, y cuatro años
después se produjo su consagración poética en los
juegos florales de la capital de Chile; los versos
ganadores- Los sonetos de la muerte- pertenecen a
su libro Desolación (1922), que publicaría el
instituto de las Españas de Nueva York. En 1925
dejó la enseñanza, y, tras actuar como
representante de Chile en el Instituto de
cooperación intelectual de la S.D.N., fue cónsul en
Nápoles y en Lisboa. Vuelta a su patria colaboró
decisivamente en la campaña electoral del Frente
popular (1938), que llevó a la presidencia de la
república a su amigo de juventud P. Aguirre
Cerda. En 1945 recibió el premio Nobel de
literatura; viajó por todo el mundo, y en 1951
recogió en su país el premio nacional.
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40. Adios Agua
Hay países que yo recuerdo
En costa lejana
como recuerdo mis infancias.
y en mar de Pasión,
Son países de mar o río,
dijimos adioses
de pastales, de vegas y aguas.
sin decir adiós.
Aldea mía sobre el Ródano,
Y no fue verdad
rendida en río y en cigarras;
la alucinación.
Antilla en palmas verdi-negras
Ni tú la creíste
que a medio mar está y me llama;
ni la creo yo,
¡roca lígure de Portofino,
«y es cierto y no es cierto»
mar italiana, mar italiana!
como en la canción.
Me han traído a país sin río,
Que yendo hacia el Sur
tierras-Agar, tierras sin agua;
diciendo iba yo:
Saras blancas y Saras rojas,
«Vamos hacia el mar
donde pecaron otras razas,
que devora al Sol».
de pecado rojo de atridas
Y yendo hacia el Norte
que cuentan gredas tajeadas;
decía tu voz:
que no nacieron como un niño
«Vamos a ver juntos
con unas carnazones grasas,
donde se hace el Sol».
cuando las oigo, sin un silbo,
Ni por juego digas
cuando las cruzo, sin mirada.
o exageración que nos separaron tierra y mar, que
Quiero volver a tierras niñas; llévenme a un
son ella, sueño y el alucinación. No te digas solo ni
blando país de aguas.
pida tu voz albergue para uno al albergador. Echarás
En grandes pastos envejezca y haga al río fábula y
la sombra que siempre se echó, morderás la duna con
fábula. Tenga una fuente por mi madre y en la
paso de dos... Para que ninguno, ni hombre ni dios,
siesta salga a buscarla, y en jarras baje de una
nos llame partidos como luna y sol; para que ni roca
peña un agua dulce, aguda y áspera. Me venza y
ni viento errador, ni río con vado ni árbol
pare los alientos el agua acérrima y helada.
sombreador, aprendan y digan mentira o error del
¡Rompa mi vaso y al beberla me vuelva niñas las
Sur y del Norte, del uno y del dos!
entrañas!
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41. Amor Ausencia
Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Anda libre en el surco, bate el ala en el viento, Se va mi cara en un óleo sordo;
late vivo en el sol y se prende al pinar. se van mis manos en azogue suelto;
No te vale olvidarlo como al mal pensamiento: se van mis pies en dos tiempos de polvo.
¡le tendrás que escuchar!
Habla lengua de bronce y habla lengua de ave, ¡Se te va todo, se nos va todo!
ruegos tímidos, imperativos de mar.
No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave: Se va mi voz, que te hacía campana
¡lo tendrás que hospedar! cerrada a cuanto no somos nosotros.
Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas. Se van mis gestos que se devanaban,
Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar. en lanzaderas, debajo tus ojos.
No te vale decirle que albergarlo rehúsas: Y se te va la mirada que entrega,
¡lo tendrás que hospedar! cuando te mira, el enebro y el olmo.
Tiene argucias sutiles en la réplica fina,
argumentos de sabio, pero en voz de mujer. Me voy de ti con tus mismos alientos:
Ciencia humana te salva, menos ciencia divina: como humedad de tu cuerpo evaporo.
¡le tendrás que creer! Te echa venda de lino; tú la Me voy de ti con vigilia y con sueño,
venda toleras. Te ofrece el brazo cálido, no le sabes y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
huir. Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque Y en tu memoria me vuelvo como esos
vieras que eso para en morir! que no nacieron ni en llanos ni en sotos.
Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor, y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuese, y sería quemada
en marchas tuyas que nunca más oigo,
¡y en tu pasión que retumba en la noche
como demencia de mares solos!
¡Se nos va todo, se nos va todo!
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42. Besos Desde entonces en los besos palpita
Hay besos que pronuncian por sí solos
el amor, la traición y los dolores,
la sentencia de amor condenatoria,
en las bodas humanas se parecen
hay besos que se dan con la mirada
a la brisa que juega con las flores.
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos que producen desvaríos
Hay besos silenciosos, besos nobles
de amorosa pasión ardiente y loca,
hay besos enigmáticos, sinceros
tú los conoces bien son besos míos
hay besos que se dan sólo las almas
inventados por mí, para tu boca.
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Besos de llama que en rastro impreso
Hay besos que calcinan y que hieren,
llevan los surcos de un amor vedado,
hay besos que arrebatan los sentidos,
besos de tempestad, salvajes besos
hay besos misteriosos que han dejado
que solo nuestros labios han probado.
mil sueños errantes y perdidos.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
Hay besos problemáticos que encierran
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
una clave que nadie ha descifrado,
y en los espasmos de emoción terrible,
hay besos que engendran la tragedia
llenaron sé de lágrimas tus ojos.
cuantas rosas en broche han deshojado.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
Hay besos perfumados, besos tibios
te vi celoso imaginando agravios,
que palpitan en íntimos anhelos,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
hay besos que en los labios dejan huellas
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
como un campo de sol entre dos hielos.
Yo te enseñe a besar: los besos fríos
Hay besos que parecen azucenas
son de impasible corazón de roca,
por sublimes, ingenuos y por puros,
yo te enseñé a besar con besos míos
hay besos traicioneros y cobardes,
inventados por mí, para tu boca.
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.
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43. Canción amarga
El cordero está espesando
el vellón que he de tejer.
¡Ay! ¡Juguemos, hijo mío, Y son tuyas las majadas,
a la reina con el rey! ¿De quién más podrían ser?
Este verde campo es tuyo. Y la leche del establo
¿De quién más podría ser? que en la ubre ha de correr,
Las oleadas de la alfalfa y el manojo de las mieses
para ti se han de mecer. ¿de quién más podrían ser?
Este valle es todo tuyo. (¡Ay! ¡No es cierto que tiritas
¿De quién más podría ser? como el Niño de Belén
Para que los disfrutemos y que el seno de tu madre
los pomares se hacen miel. se secó de padecer!)
(¡Ay! ¡No es cierto que tiritas ¡Sí! ¡Juguemos, hijo mío,
como el Niño de Belén a la reina con el rey!
y que el seno de tu madre
se secó de padecer!)
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44. Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, nombre auténtico
Pablo Neruda de Pablo Neruda
—seudónimo que utilizó por primera vez en 1920 y
Parral (Chile) 1904-1973 adoptó desde 1946—, nació el 12 de julio de 1904
en Parral, Chile, pero se crió en
la localidad de Temuco, entre «la poesía y la lluvia»,
como diría en sus memorias. Sus padres fueron Rosa
Basoalto, que murió de tuberculosis cuando tenía un
mes de nacido, y José del Carmen Reyes, quien
abandonó el campo para trabajar como obrero en los
diques del puerto de Talcahuano, hasta alcanzar el
cargo de ferroviario en Temuco. Neruda aprendió a
amar la naturaleza en sus años de infancia, durante
sus recorridos en tren hacia la exuberante vegetación
de Boroa. La región había sido en el pasado
escenario de enfrentamientos entre los
conquistadores españoles y los araucanos, que con el
tiempo fueron despojados de su territorio y
posteriormente aniquilados por los colonos
protagonistas de la «pacificación de la Araucanía».
Esas frías y húmedas tierras australes, bordeadas por
el más puro océano Pacífico, emergen en una poética
de la desesperanza, de la soledad del ser humano y
del amor, como en Veinte poemas de amor y una
canción desesperada, libro que llevó a su autor a los
circuitos internacionales y le dio una fama similar a
la de Rubén Darío, hasta hacerlo merecedor del
Premio Nobel en 1971
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45. Poema 1 Poema 2
Cuerpo de mujer, blancas colinas,
muslos blancos, En su llama mortal la luz te envuelve.
te pareces al mundo en tu actitud de
entrega. Absorta, pálida doliente, así situada
Mi cuerpo de labriego salvaje te contra las viejas hélices del
socava crepúsculo
y hace saltar el hijo del fondo de la que en torno a ti da vueltas.
tierra. Muda, mi amiga,
Fui solo como un túnel. De mí huían sola en lo solitario de esta hora de
los pájaros muertes
y en mí la noche entraba su invasión y llena de las vidas del fuego,
poderosa. pura heredera del día destruido.
Para sobrevivirme te forjé como un Del sol cae un racimo en tu vestido
arma, oscuro.
como una flecha en mi arco, como De la noche las grandes raíces
una piedra en mi honda. crecen de súbito desde tu alma,
Pero cae la hora de la venganza, y te y a lo exterior regresan las cosas en ti
amo. ocultas,
Cuerpo de piel, de musgo, de leche de modo que un pueblo pálido y azul
ávida y firme. de ti recién nacido se alimenta.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de Oh grandiosa y fecunda y magnética
ausencia! esclava
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz del círculo que en negro y dorado
lenta y triste! sucede:
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu erguida, trata y logra una creación
gracia. Mi sed, mi ansia sin límite, mi tan viva
camino indeciso! Oscuros cauces que sucumben sus flores, y llena es de
donde la sed eterna sigue, y la fatiga tristeza.
sigue, y el dolor infinito.
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