Un acontecimiento mundial e ineludible, pero poco analizado desde una óptica crítica

1. ESPIRITU NAVIDEÑO O
NACIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Por: PAUL HENRY RONCAL ZUÑIGA
Conocemos la disposición de ánimo y el ambiente festivo que es común en los días navideños y pre-navideños. Y a
esta tendencia característica propia de la época solemos llamar espíritu navideño o espíritu de la navidad. Sin embargo,
la palabra espíritu tiene también otras varias acepciones. Entre las 12 que da el Diccionario Larousse están dos muy
interesantes en relación al tema que estamos tratando: “sustancia incorpórea”, “ente imaginario”.
Y es así como una nueva moda de un tal “espíritu de la navidad” se nos ha estado colando aún entre los cristianos.
Algunos de entrada toman el término como esa actitud festiva individual y social propia de los días navideños, para
luego darse cuenta de que realmente se trata de una figura que puede catalogarse más bien dentro de los otros dos
significados que nos da el Diccionario.
Y ¿qué se pretende con la introducción de ese tal “espíritu de navidad”? Sencillamente desviar el significado de la
Navidad, que es el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, hacia esta nueva figura llamada “el espíritu de la navidad”.
Hay que alertar a todos los creyentes en
general y hombres de buena voluntad para
que no se dejen desviar hacia concepciones y
prácticas que tratan de cambiar el rostro de la
Navidad y eliminar el espíritu cristiano de la
misma. Lo que se ha dado en llamar
últimamente “espíritu de la navidad” es un
conjunto de enseñanzas sutiles y de prácticas
ingeniosas que tratan de apartar a las familias
y a los grupos en general de una celebración
centrada en el nacimiento del Hijo de Dios y
de desviar el significado de la fiesta navideña
hacia la contemplación de figuras
fantasmagóricas ...
La Navidad es la celebración del Nacimiento
de Dios-hecho-Hombre, de ese bebé
concebido milagrosamente por el Espíritu Santo -el Espíritu de Dios- en el vientre virgen de María, que nace también
milagrosamente en un establo en Belén de Judá, como había sido predicho por los profetas del Antiguo Testamento
(Isaías 7, 14 y 9, 5).
El supuesto “espíritu de la navidad” nada tiene que ver con la Navidad Cristiana. Es otra forma de corromper el mensaje
cristiano en aquello que tiene de básico y fundamental como es la Encarnación del Hijo de Dios y su obra redentora. Por
esto debemos estar alerta ante un prototipo de navidad que se nos trata de introducir a través de esta forma de verla:
“el espíritu de la navidad”. Proveniente del ocultismo y apoyándose en costumbres paganas, se ha creado una figura
que pretendidamente trae a lo largo del año lo que se le pida en un día específico antes de la fecha de Navidad.
Lo que se busca con esto es sustituir el sentido cristiano de la Navidad por ceremonias y prácticas provenientes del
ocultismo y del espiritismo, pero bien disfrazadas de provechosas, espirituales y aparentemente cristianas. En el caso
del tal “espíritu de navidad”, se ofrece como principal atractivo la posibilidad de que se realicen sueños y deseos y de
que se nos dé cuanto pidamos. Pero ... ¿se dan cuenta quienes se sienten atraídos por esta costumbre engañosa de
que pueden estar cayendo en prácticas que vienen del espiritismo?
Lo que sucede es que el jefe de los espíritus que no son de Dios es el llamado en el Evangelio el amo o príncipe de
este mundo (Jn. 12, 31-14, 30 y 16, 11) y, como tal, tiene cierto poder sobre las cosas del mundo. Pero también es,
según el Evangelio, el inventor o padre de la mentira (Jn. 8, 44), que aparenta ser ángel de luz (2a. Cor. 11, 14) para
engañar y que, además, desea ser adorado por nosotros y adueñarse de nosotros a cambio de lo poco que a veces
pueda otorgar. Si tuvo la osadía de tentar al mismo Dios -a Jesucristo- para tratar de desviarlo de la misión que Dios-
Padre le había encomendado proponiéndole: “Te daré poder y te entregaré riquezas, si te arrodillas delante de mí” (Mt.
4, 8-9 y Lc. 4, 6-7) ... ¿qué no intentará con nosotros los hombres para desviarnos del camino que nos lleva a Dios?
“En esta época de tantas confusiones es necesario que nosotros los cristianos tengamos un sentido claro de nuestra
fe ... El supuesto espíritu de la navidad nada tiene que ver con la Navidad Cristiana. Es otra forma de corromper el
mensaje cristiano”

2. ENSEÑANZA
NAVIDAD EL 25 DE DICIEMBRE
¿Por qué fue esta la fecha escogida para celebrar la Navidad?
En teoría, se celebra el nacimiento del niño Jesús... pero no
parece que Jesús naciera justo ese día, y durante un tiempo
se celebraba su nacimiento el 6 de enero, coincidiendo con la
llegada de los Reyes Magos al pesebre. Sin embargo, sí había
unas fiestas paganas en esas fechas. Los romanos escogieron
la semana del 19 al 25 de Diciembre para dedicarla a honrar a
la agricultura que pronto volvería a resurgir, cuando el frío
fuera marchándose. También los países del norte de Europa
tenían una fiesta llamada Yule, en la que adoraban a los dioses
pidiendo que dieran fuerzas al sol para que volviera a brillar
con energía. Y por supuesto, también estaba la celebración del
solsticio de invierno y la victoria del día sobre la noche, que
volvía a hacerse más corta lentamente.
Hubo quienes entendieron que forzar a la gente a abandonar sus costumbres y festividades paganas era muy difícil... así
que optaron por sumar a las celebraciones cristianas aquellas que ya eran parte de las tradiciones de las personas
comunes, intentando con esto dar mayor resalte e importancia a lo cristiano ... y por eso solían juntarlas en los mismos
días. Seguramente esto explica que la Navidad cristiana ocupe hoy el lugar que en su día ocuparon tantas celebraciones
paganas.
PAPÁ NOËL O SANTA CLAUS
La leyenda de Papá Noël es bastante antigua, aunque ha cambiado con los tiempos hasta convertirse en el agradable
anciano bonachón que conocemos hoy, un poco gordito, con su traje rojo y blanco y habitante del Polo Norte, donde
convive con los duendes que le ayudan en su tarea de preparar los regalos para los niños que se portan bien. En
Nochebuena, el 24 de diciembre, llena su trineo de regalos y, tirado por sus renos, recorre el mundo repartiendo sus
presentes, entrando en las casas por la chimenea o la ventana.
Parece que la figura de Santa Claus entronca con la de San Nicolás, con una mezcla del espíritu de la Navidad, un ente
ligero, casi como hecho de aire, que se hizo popular en tiempos medievales. En Rusia suele representarse con un cochinillo
rosa bajo el brazo, y en Italia a veces le sustituye una bruja buena que deja por él los regalos. San Nicolás fue un obispo
del siglo IV, religioso ferviente, nacido en la zona de Asia Menor. Se dice que fue caritativo y justo, llegando a parar a un
verdugo momentos antes de que ejecutara a un inocente. Tras su muerte se convirtió en patrón de los niños y los
marineros, y más tarde, de Rusia, donde se encuentra el mayor número de iglesias dedicadas a él. Se llegó a decir que
había resucitado a tres niños, y con el tiempo, se popularizó la tradición de dejar regalos para los niños el 6 de diciembre,
cuando se celebra el día de su santo.
Los holandeses que emigraron a América llevaron consigo esta tradición, y fueron abreviando su nombre... Sant Nic, Sant
Klaes... así hasta el Santa Claus original. También se le conoce como Papá Noël en muchos países, viene a significar "Papá
Navidad".
La imagen actual de Papá Noël se la debemos en gran parte a Coca-Cola, que vio un filón en vestirle con los colores
tradicionales de su marca, rojo y blanco... pero esto no supone un problema para los miles de niños que cada Navidad
esperan ansiosos su llegada, preparándole una bandejita con polvorones y otros dulces navideños para que descanse un
poco y recupere fuerzas antes de seguir en su camino repartiendo ilusiones en forma de regalos.
Eso que se comenta que los regalos son dejados por este personaje, es una terrible mentira que se hecha por tierra con
esta biografía seria y concisa de Papá Noél o como a ustedes les guste llamarlo.
Reflexión Sobre la Navidad

3. La Navidad representa para el mundo cristiano el resurgimiento de la esperanza de salvación que trajo consigo
Jesucristo... la rememoración de su mensaje de amor, paz y redención.
Cada año desde hace aproximadamente 2.000 años, la noche del 24 de diciembre se festeja la Noche Buena y al
siguiente día la Natividad.
Sin embargo, la fecha exacta del nacimiento de Jesús es uno de los tantos misterios aún por desentrañar acerca de su
vida. El año en que ocurrió este acontecimiento bien pudo ser entre el ocho y el cuatro antes de nuestra era; y en lo que
respecta al día, se dice que los primeros cristianos tenían la creencia de que había sido un 25, aunque podía haber sido
entre marzo y diciembre.
Lo importante para el mundo cristiano era recordar el nacimiento del niño Jesús en Belén y mantener viva su
Palabra, y así, se eligió el mes en que se desarrollaban las celebraciones más relevantes. En Roma, las Saturnalia
eran fiestas dedicadas al dios Saturno en las cuales abundaban cantos y vinos; las Sigillaria, era la fiesta de las
muñecas; las Brumalia, conmemoraban el nacimiento del sol; las Juvenalia, eran festivales en honor a la juventud;
las Hanukkah eran las fiestas de las luces, etcétera.
En el año 270, el emperador Aureliano consideró que si debía fijarse una fecha para conmemorar la Navidad, ésta
debía coincidir con otras festividades entre las que destacaba la del 25 de diciembre, las Brumalia o renacimiento del
Sol. Fue hasta mediados del siglo IV, cua ndo la Iglesia Romana determinó esa fecha como el día de la Natividad
y el seis de enero como el de la Adoración de los Reyes Magos.
Al paso de los años, el cristianismo fue extendiéndose, y aunque la Iglesia cristiana trataba de impedir que las
tradiciones y celebraciones paganas "empañaran" los festejos por el nacimiento de Jesucristo, las nuevas modalidades
fueron enriqueciendo la fiesta navideña para que no dejara de sentirse el regocijo por la llegada de Jesús.
Este año, la Navidad es también una fecha para celebrar, pero no hagamos de nuestra felicidad un pretexto para
disfrutar de fiesta y banquete, sin que su esencia y su razón de ser inunden nuestros corazones del mismo amor, de la
misma comprensión y los mismos deseos que tuvo El para con sus hermanos del
mundo......
LA VERDADERA NAVIDAD
CRISTIANA
Comenzamos a respirar aires navideños. ¿Cómo se prepara la sociedad peruana
para la fiesta de Navidad? ¿La Iglesia ----- cómo nos debemos preparar? :
La fiesta de Navidad Cristiana tuvo origen, precisamente, en la Fe;. Fe en el nacimiento de un Niño que
a un mismo tiempo se presenta como dice la Biblia en : Jesucristo Hombre el hijo de Dios y de quien
procede la redención para el mundo. La Fe en Jesús nacido de María, muchacha pobre de Nazaret,

4. transformó la fiesta pagana del nacimiento del sol como fuente de la vida en la gran fiesta cristiana de la
Navidad.
La sola posibilidad de que Dios se haya hecho hombre...no puede dejar indiferente a ninguna persona
medianamente razonable. La irrupción de Dios haciéndose uno más entre los seres humanos, se quiera o
no se quiera, se crea o no se crea, ha cambiado la historia humana en un antes y en un después de este
hecho.
No es fantasía demencial ni ciencia ficción. La humanidad entera será juzgada a partir de este
nacimiento con resonancias planetarias De ahí, que la celebración anual de la Navidad es de suma
trascendencia y no una simple fiesta de familia y menos gastronómica cultural. Toca lo más hondo de
cada persona y en consecuencia tiene sus consecuencias sociales-políticas-culturales de las sociedades y
los pueblos... Así ha venido aconteciendo desde la misma noche de Belén que tocó la vida de pastores y
de reyes, desde los más excluidos hasta los más notables y encumbrados de esa época histórica. Con el
correr de los siglos en el calendario civil el 25 de diciembre se sigue festejando La Navidad.
La Iglesia es responsable de mantener y extender a todas las generaciones la “Buena Noticia” que resonó
en los campos de Judea y que hoy proclama en el mundo paz, salvación y el inminente retorno de Cristo
Glorificado a esta tierra.
Después de 2005 años ¿que queda de la Navidad Cristiana en la sociedad peruana? No se trata de echar
pálidas o ser agua-fiestas. Seamos realistas y honestos con nosotros mismos. La sociedad peruana en esta
Navidad 2005 ¿va a celebrar a pleno el nacimiento de una nueva vida humano-divina? Navidad a la luz
de la Fe Cristiana es la fiesta de la vida plena. Los diagnósticos del desprecio y subestimacion de la vida
humana en el Perú ya es casi lugar común en noticieros y estadísticas. Se desprecia y ataca la vida desde
el seno materno y desde mecanismos socio-políticos que no resuelven en justicia equitativa la vida de la
infancia, juventud y ancianidad de millones de peruanos. Los subsidios “caritativos” y las “medidas de
emergencias” prolongadas son golpes internos mortales contra la vida social de la Nación.
La Iglesia que se dispone a celebrar la Navidad, no puede quedarse en los
preparativos de guirnaldas y villancicos. El hondo significado de Navidad
no puede ahogarse en la publicidad consumista y menos negarlo con el
derroche irritante de mesas servidas con sobreabundancia cuando las
estadísticas más benignas señalan millones de hambrientos en nuestro país
y en el mundo de hoy. La Navidad 2005 nos interpela. Optemos por una
Iglesia pobre por su austeridad y solidaridad. Una Iglesia que se juega por
la justicia social en el amor. Una Iglesia que enseñe y viva la expresión de
humanidad práctica y concreta de ser la Iglesia que celebra el verdadero
valor de la Navidad .Una Iglesia que opta en forma radical y prioritaria
por los excluidos en la sociedad actual. Una Iglesia que contempla el
“Pesebre de Belén” y se compromete con la dignidad humana divinizada a
partir del nacimiento de un Niño que es Dios con nosotros.