1. Mi Autenticidad
Una de las señales que nos indican que vivimos en un mundo que aspira a ser
mejor, lo manifiesta la gran cantidad de atención que muchas personas
prestan al llamado de una vida auténtica. La mayoría de nosotros aspiramos
a tener carreras y trabajos significativos. Buscamos relaciones que trasciendan
los viejos roles y que sean emocional y espiritualmente satisfactorias.
Cuestionamos las voces de las tan llamadas “autoridades” que parecen
superficiales, y buscamos nuevos modos de crear comunidad. Queremos ser y
estar con auténticos líderes. La palabra “autenticidad” domina la gran
mayoría de los medios de auto-ayuda y de inspiración.
2. • Uno de los desafíos de ser auténtico en el mundo de hoy es que hay tantas voces
falsas, que resulta fácil considerarlas como “verdaderas”. ¿Cuántas veces has
intentado seguir un hilo particular en tu vida, pensando o esperando que te
conectaría con tu “verdadero ser”, sólo para quedar decepcionado, estresado,
fragmentado o teniendo otras experiencias negativas? Todos nosotros tenemos un
“sentido del ser” que se encuentra basado en el hecho de identificarnos con
nuestra personalidad particular. Esto quiere decir que nuestro sentido del ser
auténticos es “quien nosotros pensamos que somos”.
3. • Algunas recomendaciones para guiarlo en su discernimiento y
orientación hacia la senda de la autenticidad son las
siguientes:
Si no lo has hecho ya, comienza el proceso de identificar tus aspiraciones
profundas. Las aspiraciones profundas son las que se identifican con nuestro ser
auténtico, y este es un muy buen camino para llegar a descubrirlo.
Busca identificar quién eres en realidad, una vez que hayas descubierto tus
aspiraciones profundas.
A veces escuchamos diversas voces. Mientras te encuentres discerniendo qué voz
interna escuchar, fíjate si sientes compulsión a seguir un modo particular de hacer
las cosas. Autenticidad no es necesariamente compulsión.
4. • Dios quiere que, en nuestra vida, llevemos a cabo aquello
para lo que nos pensó al decidir crearnos
• ¡Ahora sí! Ya has conquistado la cima. Ya has descubierto el
secreto. Ya has leído el precioso pergamino. "Pero, -me dirás-
y ahora... ¿qué? El conocer esto no hace automáticamente
feliz a nadie". ¡Claro que no! Por eso me gustaría emplear a
continuación unas cuantas líneas para sugerirte cómo puedes
llevar a la práctica en tu vida ese secreto.
5. • Las experiencias, el conocimiento y la lucha por concretar propósitos de mejora,
hacen que con el tiempo se vaya conformando una personalidad propia.
• Toda obra original es valiosa, sobre todo si pensamos en algunas esculturas y
pinturas, cualquier copia tendrá algunos rasgos que la hacen diferente e
imperfecta de acuerdo al original. Por el hecho de existir y poseer unas
características y cualidades propias, todos somos "originales", pero no quiere decir
que somos personas "de una pieza", íntegros, es decir, auténticos.
• El valor de la autenticidad le da a la persona autoridad sobre sí mismo ante sus
gustos y caprichos, iniciativa para proponerse y alcanzar metas altas, carácter
estable y sinceridad a toda prueba, lo que le hace tener una coherencia de vida.
6. • El deseo de superación siempre será bien visto, pero con relativa frecuencia
perdemos tiempo en querer ser precisamente lo que no somos: porque en
ocasiones gastamos más de lo que tenemos para dar la apariencia de un muy
buen trabajo o una mejor posición económica, no se diga en el modo de
comportarse o de vestir según el círculo social al que queremos pertenecer; copiar
el estilo de hablar elocuente o gracioso que utiliza otra persona, o la tendencia a
participar activamente en conversaciones como conocedor y erudito, sin tener el
mínimo conocimiento. En resumidas cuentas, esta manera de ser se debe a la
falta de aceptación de sí mismo.
• En ocasiones la auto-aceptación se hace más difícil por lamentarnos de lo que no
tenemos. En distintos momentos y circunstancias personas han dicho: "si hubiera
nacido en una familia con mejor posición económica, otra cosa hubiera sido"; "si
yo tuviera las cualidades que (aquel) tiene…"; "si hubiera tenido la posibilidad de
una mejor educación…"; "si se me hubiera presentado esa oportunidad…" ¿No es
también una pérdida de tiempo de la que hablamos al principio?
7. • Pensar y analizar lo que somos, nos lleva a encontrar pequeñas -e incluso
grandes- incongruencias en nuestra persona: si nos dejamos llevar por la opinión
general de las personas que frecuentamos, es posible entrever una conducta
mecánica, y tal vez contraria a nuestros valores. ¿Cuántas veces callamos nuestro
punto de vista por temor a quedar mal y ser relegado? Se ha visto a personas
entrar casi "de incógnitos" a la iglesia, por temor a verse sorprendido por alguno
de sus conocidos que pase en ese momento por ahí. Una persona congruente
reacciona, opina y actúa siempre de acuerdo a sus convicciones y su formación.
• Reflexionar sobre lo que queremos ser, debe ir acompañado de propósitos con
metas alcanzables. ¿Qué hace la persona que es excelente conversador?, se da
tiempo para leer, para informarse, para aprender a contar anécdotas. ¿Cómo es
que aquel compañero de trabajo es tan eficiente?, estudió, profundizó y aprendió
aquellos temas que eran de su particular interés, además de una autodisciplina
que lo hace realizar las cosas con orden. ¿Por qué un amigo es capaz de
interpretar cualquier melodía que le piden en una reunión? Seguramente
aprendió música y dedica tiempo suficiente para practicar. Toda persona que
posee una serie de características distintivas, ha puesto empeño y esfuerzo en
lograr "lo que quiere ser".
8. • ¿Qué hacer entonces para ser
auténticos?
• Evitar la mentira y la personalidad múltiple. Ser el mismo siempre,
independientemente de las circunstancias.
• Luchar contra la vanidad. Que nos lleva a elevarnos por encima de lo que
somos para cubrir nuestras flaquezas o exaltar nuestras cualidades. Vivir de
acuerdo a nuestra posibilidades, evitando lujos fuera de nuestro alcance.
• Prepararnos para adquirir aquellas destrezas o habilidades que nos hacen falta
para el trabajo o para sacar adelante a la familia.
• Cooperación y comprensión para evitar el deseo de dominio sobre los demás,
respetando sus derechos y opiniones.
• Ser fieles a las promesas que hemos hecho, de esta manera, somos fieles con
nosotros mismos.
9. • Para ser auténticos hace falta algo más que copiar partes de un modelo,
como si quisiéramos adueñarnos de una personalidad que no nos
pertenece, o peor aún, pasar la vida esperando "la gran oportunidad"
para demostrar lo que somos y lo que podemos lograr. Las experiencias,
el conocimiento y la lucha por concretar propósitos de mejora, hacen que
con el tiempo se vaya conformando una personalidad propia.
10. • Cumplir responsablemente con las obligaciones que hemos adquirido en la
familia o el trabajo.
• Hacer a un lado simpatías e intereses propios, para poder juzgar y obrar
justamente.
• Esforzarnos por vivir las leyes, normas y costumbres de nuestra sociedad.
• No tener miedo a que "me vean como soy". De cualquier manera, mientras no
hagamos algo para cambiar, no podemos ser otra cosa.