INTRODUCCIÓN
• En este tema hablaremos de sí es que si o no
de ven las leyes dejarse influenciar por la
religión, si es bueno o malo está acción y que
beneficios y consecuencias que daría esta
práctica.
OBJETIVO
• El objetivo de este ensayo es informar a la
gente sobre si es necesario o no seguir las
leyes que son influenciadas por cualquier
religión (musulmana, católica, etc.).
Es correcto para la población que las leyes sean
influenciadas por la religión?
DEVEN LAS LEYES DEJARSE
INFLUENCIAR POR LA RELIGIÓN?
• 24. Todo hombre es libre para profesar la
creencia religiosa que más le agrade y para
practicar las ceremonias, devociones o actos
del culto respectivo, siempre que no
constituyan un delito o falta penados por la
ley. El Congreso no puede dictar leyes que
establezcan o prohíban religión alguna.
• Esto es lo que dice nuestra, Constitución en
algunas partes del mundo aún siguen
viviendo bajo las órdenes religiosas como es
el caso del isla.
Todas las cosas que dicen la biblia, el tora y
otros libros sagrados para las culturas se basan
en conceptos muy antiguos, los cuales dicen
muchas cosas que ahora en el siglo XXI no son
aceptables en la sociedad como, “las mujeres
devén quedarse en el hogar, o cubrir todo su
cuerpo, etc.
• Pero en sí es verdad que cada quien puede
practicar la religión que quiera, siempre abra
personas que nunca aceptarán el cambio y
eso traerá descontento, y es que las leyes nos
dan la libertad de escoger que es lo que nos
gusta, pero si las leyes son influenciadas por la
religión no tendríamos la libertad por la que
gozamos en estos tiempos.
CONCLUSIÓNES
• Concluimos que las leyes no devén de dejarse
influenciar por la religión, por que en la misma
constitución dice que no sede e de juntar la
religión y las leyes, por que nos estarían limitando
en hacer muchas cosas por las que disfrutamos
ahora.
•
• Y cada quien puede practicar la religión que
quieran.
REFERENCIAS
• Como dice la Constitución Artículo 24. Todo
hombre es libre para profesar la creencia
religiosa que más le agrade y para practicar
las ceremonias, devociones o actos del culto
respectivo, siempre que no constituyan un
delito o falta penados por la ley. El Congreso
no puede dictar leyes que establezcan o
prohíban religión alguna.