2. La existencia del Cinematógrafo como tal no comienza a correr de boca
en boca hasta la primera proyección pública que organizan los
hermanos Auguste y Antoine Lumière el día 28 de diciembre de 1895 en
París. En España la primera proyección la ofrece un enviado de los
Lumière en Madrid, el 15 de mayo de 1896. A partir de este año, se
sucederán sin interrupción las proyecciones y, con ellas, la demanda de
más títulos, con lo que se inicia la producción a gran escala de películas
que, poco a poco, van aumentando de duración al igual que mejora la
historia que narran. Los temas de las películas se repiten con cierta
frecuencia, y los espectadores se dejan atrapar, sobre todo, por aquellas
que les resultan más sorprendentes. También fueron importantes las
aportaciones de los fotógrafos de la Escuela de Brighton como sucedió
con La lupa de la abuela de James A. William son, en donde el punto de
vista da mayor expresividad a los hechos que se narran. En Estados
Unidos será Edison el máximo impulsor del
Cinematógrafo, consolidando una industria en la que desea ser el
protagonista indiscutible al considerarse como el único inventor y
propietario del nuevo espectáculo.
3. Los movimientos artísticos que se proyectan en la
Europa de los años veinte influyen de manera
determinante en el cine. Desde diversas perspectivas y
en casi todos los países, directores jóvenes y con grandes
ideas teóricas y creativas, ofrecen un buen conjunto de
películas que dejarán profunda huellas en las
generaciones posteriores. Los directores franceses
asumen, además de sus películas, un compromiso
teórico desarrollando nuevas fórmulas narrativas que se
anticipan en el tiempo al cine espectáculo publicando
algunos libros y fundamental impulsando cine-clubs.
Los alemanes disponen de recursos importantes de
gran espectáculo sustentado por el expresionismo y las
aportaciones realistas y melodramáticas de la Nueva
Objetividad. El cine surgido de la revolución rusa dio
paso a numerosas e importantes aportaciones teóricas.
En otras cinematografías, las aportaciones individuales
alcanzaron desigual fortuna. El cine italiano después el
éxito conseguido con las grandes producciones
históricas de la década anterior. Un modelo
denominado péplum entre los referentes
cinematográficos, sólo logra una cierta
representatividad gracias a la presencia en sus
producciones de ciertas actrices.
4. Tras la implantación del sonido en todo el
mundo, las industrias de cada país comenzaron a
producir y a abastecer el mercado con películas que
fueron interesando al público. No obstante, el clima
político que se vive en varios países a lo largo de los
años treinta y la Segunda Guerra Mundial, afectaron
irremediablemente en el modo de hacer y los temas
a abordar por quienes deseaban dirigir cine. Más allá
de abordar temas realistas, los directores franceses
se centraron en las adaptaciones literarias y muy
académico en las formas, un cine llamado "de
qualité", con el que convivieron directores
consolidados como Clair y otros directores más
jóvenes. Los treinta confirman que los británicos
son unos maestros del documental. La Escuela
impulsada por John Grierson y con apoyo del
gobierno, permitirá que un grupo de
directores, realicen un cine informativo de gran
altura con el apoyo de maestros como el propio. Los
años cuarenta van a estar dominados por la
producción de John Arthur Rank, con películas de
prestigio. El cine alemán se muestra muy activo
durante los primeros años treinta con una
excepcional papel de Marlene. El ascenso político de
los nazis tiene su proyección en obras de singular
relieve como El flecha Quex. El cine soviético
alcanza unos de sus grandes momentos con Iván el
Terrible (1945), de Sergei M. Eisenstein, mientras
que la presión política que se ejerce sobre los
creadores obligará a realizar otras muchas películas
que pretenden ensalzar la figura de Stalin, un culto a
la personalidad que dará origen a un retroceso en la
producción cinematográfica.
5. El cine europeo pasa por una situación de necesario
proteccionismo por parte de los gobiernos de cada país, con
el fin de poder establecer unos márgenes que permitan
desenvolverse en el propio mercado ante la presencia del
cine estadounidense. Es una década de transición en la que
directores muy jóvenes, en su mayoría surgidos del campo de
la crítica cinematográfica, desean hacer frente al cine
convencional y clásico. En Francia, junto con una producción
en la que intervienen los directores como Jean Renoir (La
carroza de oro, 1952). La "nouvelle vague" marcará los nuevos
itinerarios para el cine posterior. El cine italiano se sostiene a
partir de las películas que firman directores como Luchino
Visconti que tras Bellísima (1951) y Senso (1954), abordará un
cine espectáculo combinado con la reflexión social e
histórica. A Roberto Rosellini le interesan los problemas
humanos que aborda con diverso interés en Europa.
Sorprende por la proyección de su obra Federico Fellini, que
también vive su momento más intenso y representativo de su
carrera con filmes tan completos como La strada. En los
sesenta también Pier Paolo Pasolini propone
alternativas, para muchos radicales, como las de El evangelio
según San Mateo (1964) o Teorema (1968). El cine británico
mantiene vivas las líneas creativas de los cuarenta, más
arropadas por la ayuda del gobierno. La comedia de los
Estudios Ealing y las adaptaciones shakesperianas de
Laurence Olivier convivieron con producciones bélicas y
numerosas adaptaciones teatrales que habían sido éxito en el
West End londinense. El cine nórdico continuó ofreciendo
excelentes trabajos, como el del maestro Carl Theodor
Dreyer que dirigió La palabra (1955), una obra completa en
su fondo y forma.
6. A partir de los años setenta, el cine europeo
evoluciona a partir de los proyectos
individuales de cada uno de los directores que
buscan proseguir su carrera superando todos
los obstáculos que, realmente, se le cruzan en
su camino. No se puede decir que cada
cinematografía tenga unas señas de identidad
como grupo; existen proyectos
singulares, rutinarios, originales, provocadore
s, insulsos, pretenciosos y aburridos. El resto
de cinematografías buscan sobrevivir en el
corto espacio que le queda, con las ayudas de
las Administraciones nacionales y los fondos
europeos que intentan dinamizar un mercado
mortecino y paliar las deficiencias existentes.
En el cine alemán cogió el testigo la
generación intermedia con nombres tan
significativos que con sólo nombrarlos se les
atribuyen ejemplos notorios de buen cine. El
cine británico se apoya en los trabajos del
veterano Stanley Kubrick para dar en los
ochenta a una de las décadas más brillantes
de dicha cinematografía. En el cine
francés, junto con los François Truffaut sigue
muy activo Claude Chabrol.
7. Charles Chaplin hizo famoso su
personaje de "Charlot" gracias a la
caracterización que se convertiría con el
tiempo en uno de los iconos más
recordados. Si ya fueron importantes
películas como El vagabundo donde
desarrolló sus fundamentales
argumentos temáticos. El cine
estadounidense se benefició a lo largo de
estos años de la presencia de numerosos
directores y técnicos europeos que
decidieron probar fortuna en su
industria. Además del cine cómico, la
industria estadounidense abordó otros
temas, dando origen a una serie de líneas
de producción que se denominarían
géneros. Entre los emigrantes más
reconocidos de esta época se encontraron
los austríacos Erich von Stroheim, muy
agudo a la hora de abordar temas sociales
con ironía y realismo y Joseph von
Sternberg, quien puso los cimientos de
un género típico americano.
8. Estos años estuvieron marcados por la producción de
películas de "cine negro", con excepcionales
aportaciones en obras como El halcón maltés. Fueron
años de gran variedad temática y de excepcionales
interpretaciones. Además encontraron un hueco en
la programación aquellas historias más humanas y
evangelizadoras como Siguiendo mi camino. No
obstante, el cine estadounidense de los cuarenta se
vio delimitado en su producción por la entrada del
país en la Segunda Guerra Mundial, que impulsó el
cine de propaganda desde el documental y el cine de
ficción, en películas en las que el heroísmo del
soldado estadounidense quedaba bien destacado. En
el lado contrario se encontró También somos seres
humanos (1945), de William A. Wellman, un retrato
realista de los soldados que caminan hacia sus
objetivos, de los jóvenes que sufren, tiene miedo y
angustia, que pasan hambre. que acomete la
industria estadounidense para intentar atraer a la
sala al público que durante estos años vive más
pendiente de la televisión y del esparcimiento social.
Hollywood produce mucha ciencia-ficción
influenciado por la literatura de la época y por la
tensión de la "guerra fría" entre las dos
superpotencias. También
hay, comedias, melodramas, historias de ambiente
juvenil y mucho cine de entretenimiento que llega
con las superproducciones de que acomete la
industria estadounidense para intentar atraer a la
sala al público que durante estos años vive más
pendiente de la televisión y del esparcimiento social.
9. La sociedad estadounidense comienza a
sentir la fuerza de una generación que busca
abrir nuevos caminos reivindicativos de una
nueva convivencia que se proyectan en los
intereses culturales, creativos y vivenciales.
La industria del cine, en gran
medida, también siente cómo el interés de
los espectadores por las películas que
produce está provocando que sus cimientos
se resientan. La televisión y otros modos de
entretenimiento provocan que
determinadas superproducciones tengan
difícil su amortización. Las nuevas vías
creativas, desde un ámbito independiente y
solapado con las iniciativas de los grandes
Estudios, quedan reflejados en varias
películas que cierran la década con sendas
magistrales interpretaciones y que de alguna
manera permanecen en la memoria
colectiva como iconos de un momento
socio-cultural de gran relieve.
10. Los cambios que se aprecian en las películas de
finales de los sesenta son suficientes para que
el Hollywood clásico entienda que ha
quemado sus últimos cartuchos. Los
productores tienen otro estilo, los directores se
adentran plenamente en el negocio
audiovisual, los actores demandan mayores
honorarios, el consumo del cine ya no es en la
sala o a través de la televisión, pues el vídeo
ofrece otra ventana de comercialización. La
tecnología avanza tan rápido que revoluciona
el concepto creativo cinematográfico y ya, a
finales del siglo XX, se ruedan películas en
vídeo digital. Las nuevas herramientas
tecnológicas, los nuevos hábitos de consumo
de productos audiovisuales conducen a que el
mundo del cine indague en todo lo que tiene
que ver con la electrónica, la realidad
virtual, la televisión, Internet y el mundo del
videojuego. Son tantos los temas de actualidad
que se convierten en cotidianos a través de las
historias que se construyen para el cine.
Además toda la tecnología permite realizar a
través de ordenador las nuevas producciones
de animación que abordan diversos Estudios
(Disney, Fox, Pixar, Dreamworks, etc.).
11. El cine mudo (o silente) es aquel cine que no posee sonido
grabado y sincronizado, referido especialmente a diálogo
hablado, consistiendo únicamente en imágenes. La idea de
combinar las imágenes con sonido grabado es casi tan
antigua como la cinematografía en sí, pero hasta finales de
los ' 20, la mayoría de las películas eran silentes. Este
período anterior a la introducción del sonido se conoce
como la "era muda" o el "período silente". Después del
estreno de la película El cantante de jazz , las películas
sonoras fueron cada vez más habituales y diez años
después, el cine silente prácticamente había desaparecido.
La era del cine silente, a menudo, es referida como "La
Edad de la Pantalla de Plata"
12. El arte de la cinematografía alcanzó su plena madurez antes de la
aparición de las películas con sonido, a finales de los años 20. Muchos
eruditos sostienen que la calidad estética del cine disminuyó durante
varios años hasta que directores, agentes y el personal de producción se
adaptaron al nuevo "cine sonoro". La calidad visual de las películas
mudas, especialmente las producidas durante los años 20, era a
menudo muy alta. Sin embargo, hay una falsa y muy frecuente idea de
que estas películas eran primitivas y de mala calidad comparadas con
los estándares modernos. Esta falsa concepción se debe a que tales
películas presentaban errores técnicos (tales como velocidad de
reproducción incorrecta) y debido al deterioro de muchas películas
(muchas grabaciones existen solamente gracias a las copias de segunda
o incluso tercera generación que se hicieron, debido a que el filme
original estaba ya dañado y descuidado). Los pueblos pequeños tenían
un piano para acompañar las proyecciones. Pero las grandes ciudades
tenían su órgano, o incluso una orquesta completa, la cual podía
ejecutar algunos efectos sonoros.
13. La mayoría de las películas mudas fueron filmadas en Francia a
velocidades más lentas que las películas con sonido, así que a menos
que se apliquen técnicas especiales para mostrarlas a sus velocidades
originales pueden parecer artificialmente rápidas, lo que remarca su
aspecto poco natural. No obstante, algunas películas mudas fueron
filmadas a menor velocidad de manera intencionada para así acelerar la
acción; esta forma de estilización se hizo preferentemente con las
comedias. Las películas de la primera mitad del Siglo XX se grabaron en
rollos de película de nitrato, que era inestable, altamente inflamable, y
requería de una conservación cuidadosa para evitar que se
descompusiera con el tiempo. La mayoría de estas películas no fueron
conservadas; con los años, las filmaciones se convirtieron en polvo.
Muchas de ellas fueron recicladas, y un número importante fueron
destruidas en incendios. Por este motivo la conservación de películas
ha sido una prioridad entre los historiadores de películas.
14. El arte de la fotogenia y el lenguaje de las luces, las sombras y los claroscuros habían convertido al
cine en una arte plástica de gran madurez. Por otra, la agilidad en la combinación de los planos, la
sintaxis de su montaje, había adquirido una gran sofisticación, especialmente gracias a los cineastas
soviéticos, que los utilizaban para construir metáforas y alegorías de gran aliento poético. Tras
diversos ensayos técnicos infructuosos, y debido en parte a la competencia comercial de la radio, la
Warner Bros consiguió imponer el éxito del cine sonoro con la película musical El cantor de
jazz, estrenada en Nueva York en octubre de 1927 con acompañamiento de discos de gramófono
sincrónicos con la imagen. Este éxito comercial supuso una revolución para la industria, el comercio
y el arte cinematográficos, acompañada de bastante desconcierto. . Los estudios tuvieron que
insonorizar sus paredes y equiparse con nueva tecnología acústica; las salas de exhibición tuvieron
que añadir amplificadores sonoros y altavoces. Y Hollywood se enfrentó al reto que suponía que en
la mayor parte de sus mercados el público no entendía el inglés, mientras que actores con voz poco
“fonogénica” tuvieron que abandonar los estudios. El resultado de todo ello se tradujo en la
predominancia de un paralítico y chato “teatro filmado”. En los primeros años del cine sonoro se
asistió, en cierto modo, a una reinvención estética del cine, convertido en un laboratorio
experimental. Hubo que aprender nuevas técnicas y nuevas estrategias para narrar historias. Y hubo
que hacer compatible la creatividad del montaje y las longitudes de los diálogos. Y como reacción
contra el chato estatismo y verbosidad del “teatro filmado” surgieron incluso películas sonoras de
protesta, que reprodujeron música y ruidos, pero prescindieron voluntariamente de los diálogos. El
ejemplo más famoso de esta tendencia lo suministró la película Éxtasis (1933), incluida en este ciclo.
15. A continuación, en esta serie de imágenes, se
aprecia el cambio de la evolución del cine mudo al
cine sonoro.