3. Siempre pensé en las fuentes como la obra del hombre que mejor recrea la naturaleza. Una fuente es capaz de aunar el diseño y el conocimiento humano con los elementos básicos: piedra y agua en síntesis. Apenas esas dos cosas estimulan nuestro espíritu con el arrullo del agua al correr, con el dibujo siempre distinto del agua al caer, con el olor de las gotas humedeciendo la tierra.
4. El hombre, inspirado en la naturaleza, diseña esa fuente que le permite atesorar el movimiento continuo del agua jugando en su jardín, en sus plazas, en sus parques. La presencia de una fuente inexorablemente me acerca esos paisajes lejanos con los que tantas veces me deslumbré en mis viajes. Al encontrarme con una fuente en plena ciudad me siento trasportado a esos lugares, siento esa energía que solo da la contemplación de la naturaleza.
5. Motivado en esa atracción que ejerce en mí la belleza de las fuentes, incluí en esta selección algunas de las más bellas del mundo. Hoy podemos admirarlas y tratar de sentir la inspiración de sus arquitectos al diseñar esas verdaderas síntesis de la naturaleza que son las fuentes.
6. Fuente de Atlas - Castillo de Howard – Yorkshire - Inglaterra