1. . "El espíritu de la cueva
Había una vez un pequeño pueblo en Chile rodeado de altas montañas. En lo alto de una de
estas montañas, había una cueva misteriosa que siempre estaba cubierta por una niebla densa.
Los ancianos del pueblo contaban que en la cueva vivía un espíritu poderoso que concedía
deseos a aquellos que se aventuraban en ella.
Un joven llamado Diego, curioso y ambicioso, decidió un día aventurarse en la cueva en busca
del espíritu y pedirle que le concediera riquezas y poder. Cuando llegó a la entrada de la cueva,
se detuvo, dudando si debía continuar. Pero su deseo de riqueza y poder era más fuerte que su
miedo, y decidió seguir adelante.
Cuando entró en la cueva, Diego sintió una presencia poderosa y se sintió abrumado. Pero
después de unos momentos, una figura apareció en la niebla y se presentó como el espíritu de
la cueva. Diego le pidió que le concediera riquezas y poder, pero el espíritu le advirtió que no
era una buena idea y que todo lo que deseaba tenía un precio.
Diego no escuchó las palabras del espíritu e insistió en su deseo. Entonces, el espíritu le
concedió su deseo, pero le advirtió que tendría que sacrificar algo de igual valor a cambio.
Diego, emocionado por su riqueza recién adquirida, no escuchó las advertencias y salió de la
cueva.
En los días que siguieron, Diego se convirtió en el hombre más rico y poderoso del pueblo.
Pero su riqueza no le trajo la felicidad que esperaba. Empezó a sentir que algo le faltaba y se
dio cuenta de que había perdido algo valioso, algo que no podía recuperar.
Diego decidió volver a la cueva para hablar con el espíritu. Cuando llegó allí, se encontró con el
espíritu de nuevo, quien le explicó que el precio que pagó por su riqueza y poder fue su
libertad y su capacidad para ser feliz. Diego se dio cuenta de que había cometido un error y se
arrepintió de sus deseos egoístas.
El espíritu le perdonó y le devolvió su libertad y su capacidad para ser feliz. Desde entonces,
Diego vivió una vida sencilla y feliz, disfrutando de las cosas simples de la vida y aprendiendo a
valorar lo que realmente importaba. La cueva misteriosa y el espíritu se convirtieron en
leyendas que recordaron a la gente del pueblo que la riqueza y el poder no son lo más
importante en la vida.