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EL DERECHO Y LA ECONOMÍA COMO SOPORTES DE LA RELACIÓN ENTRE EL ESTADO
Y LA SOCIEDAD
(Una visión de la hermenéutica jurídica y económica)
1. De lo conciente y lo inconciente. De lo individual y lo colectivo
Se trata de establecer el nexo entre acciones individuales y las acciones colectivas; a partir de
dilucidar el significado que adquiere la relación unilateral del sujeto, que ha internalizado
determinadas pautas, con lo externo; entendido como entorno ajeno. Al tiempo que se define
su interacción con respecto los otros y las otras que actúan también en ese mismo entorno.
Algo así como proponer, desde lo conceptual, un hilo conductor que permita entender la
dinámica de ese proceso y, por esta vía, las diferencias entre el sujeto individualmente
considerado y el sujeto colectivo; con todo lo que esto tiene de complejo, comoquiera que toda
acción individual o colectiva supone incidir sobre la exterioridad, a la manera de proceso que la
transforma.
1.1 Acerca del (la) sujeto (a) individual.
Elaborar una posición al respecto, supone la asunción de uno o varios referentes. Ante todo,
porque está involucrada una noción del ser; en términos de subjetividad. Es decir, retomar
algunos insumos conceptuales que han ejercido como significantes; al momento de dirimir una
contradicción básica entre el (la) sujeto (a) entendido (a) como uno (a) autónomo (a) y lo
externo, entendido como universo que circunda al (la) sujeto (a) y lo (a) afecta; en cuanto lo (a)
imprime, otorgándole elementos que pueden ser tramitados o procesados. Es, en
consecuencia, un tipo de relación que permite identificar una aproximación a lo que podría
llamarse utilitarismo primario; a partir del cual cada sujeto (a) establece su propia visión y
decide acerca de las condiciones en las que delimita su territorio subjetivo, con respecto a la
territorialidad general, externa; escenario que comparte con los (as) otros (as) sujetos (as).
1
Lo anterior es tanto como entender la relación entre la naturaleza y el (la) sujeto individual.
Ahora bien, desde la perspectiva estrictamente centrada en la teoría del conocimiento; cabe
una aseveración (anterior a la lógica propuesta por la corriente del pensamiento complejo) la
cual, a su vez, involucra una contradicción; relativamente simple: en principio, el ser como
sujeto (a) individual, construye su internalización y su autonomía; a partir de un ejercicio,
mediante el cual procesa la información proporcionada por la exterioridad. Solo a partir de ahí
le es dado al (la) sujeto (a) una relación conciente con esa exterioridad; en razón a que la
elaboración realizada por el (ella) define, de por sí, la particularidad propia de su identidad y
autonomía.
Así las cosas, entonces, hablar de la identidad del ser supone utilizar un concepto asociado a la
autonomía. Pero también al ejercicio que permite la apropiación de la exterioridad; como
proceso de internalización sin la cual no es posible una actuación individual conciente y
diferenciada. Esto es lo mismo que asumir como verificable, en la intervención de uno (a)
sujeto (a), las acciones inherentes a su identidad construida en términos de su relación con la
exterioridad. Aquí cabe un entendido, de ese proceso que conlleva a la internalización
individual, diferenciado. Es decir, asociado a momentos y/o períodos históricos; los cuales
determinan la calidad y complejidad que adquiere la autonomía, la identidad; la capacidad para
regresar a la exterioridad; bien sea para transformar la naturaleza física; o para interactuar con
los (as) otros (as) sujetos (as) en términos de comunicación; generando opciones de
transformación cuya concreción supone una actuación conjunta.
La anterior interpretación conduce a plantearnos un interrogante relacionado con la
diferenciación primaria entre los (as) sujetos (as), con respecto a la visión adquirida a partir del
proceso de internalización de la exterioridad. Esto supone entender (la interpretación) como
dinámica; ajena a un procedimiento lineal homogéneo. Veamos:
La internalización individual está dada por la realización de un ejercicio de apropiación de la
exterioridad, independiente. Es válida para cada sujeto (a) en su condición de ser que se
diferencia de los (as) otros (as); así sea en el período más primario. Es decir, en aquel en
donde la relación con la naturaleza se ejerce a partir de insumos y procedimientos elementales.
A manera de ejemplo: los hombres y las mujeres definidos (as) como primitivos (as) en la
historia de la humanidad; no establecieron un tipo de relación igual con la naturaleza; así el
producto de esa relación se hubiera manifestado a través de una transformación y de utilidad
similar; en cuanto significó la provisión de recursos inmediatos en nexo con sus necesidades
2
primarias. Cada uno (a), en su ejercicio de apropiación de la exterioridad, adquirió y procesó
elementos de manera individual. Esto es lo que permite entender acciones posteriores
diferenciadas; inclusive entre aquellos (as) que compartía un mismo territorio físico y tenían
pautas similares; entendidas estas como insumos colectivos derivados de su relación con ese
territorio común.
Visto así, entonces, no es pertinente la afirmación que reclama la vida colectiva primitiva, como
sinónimo de unanimismo o identidad colectiva, que diluye la apropiación individual de la
exterioridad. Si bien es cierto, en principio, que la intervención colectiva para la transformación
de la naturaleza, se tradujo en acciones en las cuales la división de las mismas(...o del trabajo)
no implicaba diferenciaciones en jerarquía que permitieran la acumulación individual; no es
menos cierto que estas acciones colectivas no conllevaron a subsumir lo individual, como
proceso de internalización, mediante la cual cada uno (a) construía su propia visión y pudo
elaborar conceptos diferentes, comparados con las visiones y conceptos de los (as) demás.
El ser individual, entonces, es tal en razón a su identidad y a su autonomía para elaborar
visiones y conceptos. Esto permite entender, a manera de ejemplo, el desarrollo y aplicación de
opciones individuales; en el mismo contexto de la transformación colectiva de la naturaleza. De
no ser así, el tránsito de un período a otro se hubiese producido sin ninguna contradicción; en
condiciones de homogeneidad en las cuales no habría lugar para el ensayo y la inventiva. Esto
traduce: no todos (as) reaccionaron de manera uniforme ante los retos derivados del proceso
de transformación colectiva de la exterioridad. Entre otras razones, porque la construcción
individual de visiones y conceptos, incluye un distanciamiento, una abstracción a través de la
cual se construye la identidad individual, como instrumentos indispensables para desarrollar la
autonomía como posibilidad y como requisito para la diferenciación. Esto no implica asimilar,
de por sí diferenciación individual a jerarquía y/o acumulación primaria de poder atado a la
apropiación del producto derivado del trabajo colectivo. Se trata, simplemente, de entenderlo
como dinámica posible, necesaria y lógica; en el contexto de la evolución traumática y
compleja de la humanidad; desde períodos históricos primarios hasta períodos en los cuales se
expresan los logros alcanzados; por la vía de la interacción entre las acciones colectivas e
individuales.
Como corolario inicial es pertinente expresar lo siguiente: La condición de sujeto (a) individual
está dada por la asunción de la identidad y la autonomía; a partir de la diferenciación en el
proceso de aprehensión de la exterioridad. Esta identidad y autonomía, a su vez, permite
3
establecer una incidencia en la transformación de la exterioridad y una interacción con los (as)
otros (as) sujetos (as); sin subsumirse; sin perder los referentes propios originados en su
particular visión e interpretación (concepto) de la naturaleza y de la relación con los (a) otros
(as).
1.2 De la interpretación (conceptos) individuales y su incidencia en lo colectivo.
El ser individual es, de por sí, complejo. En cuanto logra, aún en su condición de individuo (a)
primario (a), construir su propia visión de la exterioridad. Este proceso está asociado a los
sentidos biológicos. La percepción, como ejercicio inicial que permite acceder a insumos
externos, ejerce como instrumento para recolectar esos datos y procesarlos. Ya ahí, la
diferenciación se establece por la vía del seguimiento y continuidad, originados en la capacidad
para retener la información e interpretarla. No es una memoria simbólica ni formal, como la de
los otros animales. Esa memoria trasciende a la repetición simple de lo aprendido, a manera
de expresión espontánea y/o de respuesta instintiva a motivaciones externas. Por el contrario,
es una memoria en constante actividad y que actúa como recurso pleno e intencional, cuando
se hace necesario recordar lo visto antes, lo vivido; a partir de experiencias individuales y
colectivas. Así y solo así se puede entender la capacidad que adquiere cada sujeto (a), para
proponer y desarrollar opciones dirigidas al proceso de transformación de la exterioridad. Pero
también, para entender la construcción de una simbología para sí; de tal manera que ejerza
como instrumento fundamental, a la hora de definir sus propias perspectivas; en cuanto
expectativas originadas en su propia pulsación con respecto a los (as) ) otros (as). Entonces, la
esperanza, la ilusión, los afectos, el placer como elaboración suya; constituyen referentes en
los cuales se cruzan la individualidad y lo colectivo. No como derogación de lo primero en
función de lo segundo; sino como interacción que el (la) sujeto (a) individual acepta, e incluso
propone, en el camino hacia la obtención de un determinado fin. Ya, en esta expresión, es
pertinente entrever la influencia (...en esa memoria individual, como acumulado constante) de
las tradiciones aprehendidas por la vía de la imposición y/o de la experiencia directa, que
adquieren determinadas instancias simbólicas; construidas a partir de procesos individuales y
colectivos. Así entonces, a manera de ejemplo, cabe analizar en ese espectro; el rol de la
religión, de los códigos y paradigmas que ejercen como limitaciones al desarrollo pleno de la
individualidad, en cuanto adquieren una significación que trasciende a cada sujeto (a) y lo (a)
obliga a un acatamiento; so pena de quedar por fuera de esa figura de concertación colectiva
que lo (a) compromete. No reconocer la concertación (a la manera de equilibrio); tuvo siempre
4
(...y tiene ahora) para cada sujeto (a) repercusiones profundas. Inclusive, de su aceptación o
no, depende en muchos casos la existencia suya como sujeto (a) individual vivo, como actor
válido.
En este contexto cabe una expresión relacionada con la incidencia que adquieren las opciones
propuestas, por parte de los (a) sujetos (as) individuales; en lo que hace referencia a la
interpretación de las pautas, paradigmas y condiciones vigentes en un determinado período
histórico. En sí esas pautas y condiciones, no son otra cosa que construcciones colectivas que
trasciendan a cada individuo (a). Podría aseverarse inclusive que, en las mismas; cada sujeto
se subsume, como quiera que no le esté permitido transgredirlas. Está obligado, en
consecuencia, a asumir una interpretación similar a la que realizan los (as) otros (as). Si su
decisión es hacer trasgresión, bien sea por la vía de proponer una interpretación diferente y/o
de asumir la opción directa de cuestionarlas y trabajar por su destrucción; se entiende que
asume las consecuencias a que esto conlleva…Entonces se configura, a partir de esa
intervención individual, una confrontación con la simbología e iconografías colectivas. Aquí, en
esa confrontación, se enfrenta la construcción individual con la construcción colectiva. Esto es
válido, como decíamos arriba, tanto para los paradigmas colectivos asociados a la religión;
como para aquellos paradigmas asociados a la noción de ordenamiento y de jerarquización.
Queda claro, asimismo, que estas construcciones colectivas, son posteriores a la apropiación
primigenia de la exterioridad, a la internalización primera realizada por cada sujeto (a) en su
contacto inicial con la naturaleza. Es decir, son elaboraciones, desarrolladas en el tiempo y en
el espacio; como acciones concientes o inconcientes (...o mediante una interacción entre los
dos estados) en donde se aplica el conocimiento acumulado, a manera de ordenamiento de las
percepciones recibidas y almacenadas en la memoria. Pasa a ser, por esta vía, una memoria
de todos y todas. Una memoria colectiva que se construye a través de la comunicación y de la
instauración de códigos e íconos que dan fe de la concertación.
Toda herejía, en principio, es una acción individual. Compromete a quien realiza una
interpretación diferente y se decide a proponerla como opción. Bien sea como modificación
parcial de las pautas, paradigmas y condiciones instaurados como referentes colectivos; o
como alternativa que conlleva a una modificación total, radical. Algo así como o son esas
pautas y paradigmas o son estas pautas y paradigmas alternativos. Ya ahí, en esa acción de
proponer una alternativa, se configura un distanciamiento con respecto al ordenamiento
vigente. Adquiere ese hecho un significado asimilado a la ruptura. En el proceso de enfrentar
esa opción (...u opciones) con las existentes; el (la) sujeto (a) que ejerce como cuestionador
5
(a), desemboca en una posición herética. A partir de ahí, se trata de definir las condiciones y el
tipo
de acciones a realizar, el proceso de difusión de la opción u opciones nuevas. Aquí,
condiciones, tienen que ver con los insumos recaudados para sustentar la nueva opción. Tipo
de acciones, tiene que ver con realizar una confrontación individual absoluta. O la adquisición,
mediante el proceso de persuasión o imposición, de una aceptación de los (as) otros (as). De
tal manera que pueda presentarse y desarrollar como opción u opciones colectivas. Esto no es
otra cosa que el comienzo de una sumatoria de acciones diferenciadas; en procura de lograr la
aceptación y acatamiento, bien sea de la modificación parcial o de la erradicación de las
anteriores pautas y paradigmas y, en su reemplazo, erigir las nuevas.
De todas maneras, bien sea que se actúe n un u otro sentido, es evidente la necesidad de
cierta subyugación hacia los otros y las otras. Algo así como entender y aceptar el principio
básico relacionado con el ordenamiento y el equilibrio por la vía de la imposición de pautas y
paradigmas: siempre existan referentes establecidos como condición para el ordenamiento y el
equilibrio; habrá unos códigos y obligaciones que ejercen como limitación a la libertad
individual. Alcanzar unos nuevos referentes, unos nuevos códigos y nuevas obligaciones;
supone la realización de acciones que controvierten lo anterior.
1.3 Del sujeto Colectivo
Ahora se trata de establecer los términos de referencia, a partir de los cuales se configura la
presencia y las acciones del colectivo; como sujeto pleno que trasciende a la individualidad,
pero no la puede subsumir.
Desde una interpretación etimológica, sujeto colectivo se entiende como figura plural. Es decir,
se asume su configuración como sumatoria, simple o compleja, de individualidades con
presencia en un determinado escenario, ámbito o territorio. También involucra un concepto
adjunto, que da cuenta de una posición asimilada a la conciencia y a su significado. Algo así
como entender al sujeto colectivo en condición vinculante con respecto a una visión (o visiones)
y a una interpretación de la exterioridad que lo circunda. El problema radica en la posibilidad
efectiva para precisar el nexo entre esa figura colectiva y la individualidad, sin que implique la
disolución. Porque, a partir de una interpretación centrada en el estricto comportamiento
mecánico; podría pensarse en una dicotomía elemental, en donde la conciencia colectiva es
6
una expresión que traduce los acumulados históricos, en cuanto vivencias, como información
procesada que induce a una definición desde la perspectiva cultural.
De todas maneras, la interpretación de lo colectivo, supone un imaginario. Este, a su vez, debe
estar asociado al concepto de espacio físico. Algo así como establecer una dinámica en la cual
aparece la interrelación entre los (as) sujetos (as) individuales, asociados e integrados con
respecto a determinados códigos reconocidos como válidos. Ya decíamos ante, en esta misma
línea de reflexión: los referentes, entendidos como códigos, pueden ejercer como punto de
equilibrio; a través del cual se expresan las coincidencias. Ahora bien, la complejidad en la
interpretación del significado y alcance de este equilibrio, está dado por el análisis del recorrido
previo para acceder al mismo. Tal parece que se presentan dos opciones en la interpretación.
Una de ellas tiene que ver la identidad pasiva que realiza cada sujeto individual con los códigos
o referentes generales que inducen al equilibrio. La otra tiene que ver con la coacción, con la
imposición, por la vía de acciones ejercidas por parte de quien o quienes se erijan como centro
y/o como intérpretes únicos de esos códigos.
La primera opción supone un tránsito no traumático, mediante el cual cada sujeto asume la
identificación con los códigos (conciente o inconciente). Es de suponer que, ya ahí en ese
tránsito hacia la identificación o reconocimiento, se configura una ruptura con respecto al yo
absoluto. Se traslada parte de la identidad personal, a la identidad colectiva; como condición
indispensable para acceder al equilibrio. Se entiende y acepta esa necesidad, en una
perspectiva grupal, plural. Ahora bien, los códigos pueden adquirir características religiosas, o
de simples premisas para el trabajo asociado; o de compromisos para establecer una figura
colectiva relacionada con el ordenamiento global de obligaciones; o una sumatoria compleja de
todas estas las anteriores. Lo cierto es que la aceptación se expresa como actitud soportada
en la libertad para definir.
La segunda opción supone la presencia de posiciones previas; en las cuales es evidente una
diferenciación en términos no solo de interpretación y elaboración con respecto a la
exterioridad; sino también en términos de apropiación unilateral de los acumulados históricos
de las vivencias entendidas como insumos para la construcción de los códigos, referentes. o
paradigmas. Aquí, entonces, se configura un recorrido traumático; por cuanto supone la
restricción impuesta a las posibilidades individuales. No es ya la aceptación en libertad; es por
7
el contrario la imposición a reconocer, tanto los referentes en sí, como también a quien o
quienes los representan y los imponen.
2. De la noción de poder y su ejercicio.
Ahora es pertinente desarrollar algunos conceptos en relación al comportamiento del sujeto
colectivo; a partir de su separación con respecto a los (as) sujetos (as) individualmente
considerados. Supone, entonces, la aceptación de su existencia con expresión propia; regida
por pautas que, a su vez, pueden ejercer como referentes generales. El problema tiene que ver
con precisar las condiciones y/o prerrequisitos necesarios para consolidar la figura de la
instancia abstracta; aquella que se desprende del sujeto colectivo y se rige como referente que
debe ser acatado; no solo por los (as) sujetos (as) individuales; sino también por la colectividad
que se construye y se hace plena en razón a la interacción constante entre los (as) sujetos
(as). Ya, aquí, puede hablarse de una prefiguración territorial y de unos vínculos que hace
posible esa interacción. Supone la aceptación de la identidad individual propia de cada sujeto
(a); pero también la existencia de los (as) otros (as) como pares que comparten una misma
identidad colectiva.
2.1 ¿Qué es el poder?
Hablábamos arriba acerca de las condiciones en las cuales se puede concretar la aceptación,
por parte de los (as) sujetos (as) individuales, de unos referentes y/o principios básicos; por
fuera de si. Es decir, externos a cada uno a cada una. Quedó clara, en esta línea de análisis, la
interpretación, a partir de dos opciones. Una u otra, definen tránsitos diferentes hacia la
consolidación de de los principios, referentes o paradigmas que han de centrar y orientar el
quehacer de los (as) sujetos (as) individuales; en un entorno preciso, en el cual se involucra la
aceptación de los (as) otros (as) como pares. Pero, al mismo tiempo, adquiere el significado
inherente a la separación de esos principios-referentes con respecto a lo colectivo, entendido
como sujeto que simplemente asume como sumatoria de las individualidades. Es decir,
empieza a erigirse como figura que trasciende a los (as) sujetos (as); tanto en lo individual
como en lo colectivo.
También habíamos expresado acerca de la connotación que esto adquiere; en cuanto supone
la presencia de quien o quienes asumen como responsables del manejo o supervisión del
8
acatamiento debido en torno a esos principios-referentes. Es algo así como indagar con
respecto a las condiciones que debe o deben reunir ese sujeto (a), o esos (as) sujetos (as).
Desde la interpretación propuesta por Marx y Engels; podría aseverarse que el ejercicio de esa
responsabilidad supone la asunción de una posición de dominio, como efecto colateral de una
apropiación con respecto a los excedentes de los bienes producidos por la vía del trabajo, de la
transformación de la naturaleza. A lo anterior podría agregarse, como extensión necesaria, la
apropiación de los acumulados del conocimiento adquirido en ese mismo proceso. De ser así,
entonces, surge un nuevo elemento alusivo a la cultura; entendida como superestructura
construida a partir de la relación establecida con la exterioridad (naturaleza). Aparece, por esa
misma vía, la figura de beneficiario o beneficiarios. Esto, de por sí, adquiere el significado
propio de unas relaciones, ya no en igualdad de condiciones; sino en las cuales se establece
un dominio sobre aquellos (as) que no ejercen como tal.
Otra alternativa, para la interpretación, tiene que ver con la posición Kantiana; en la cual
aparece la razón como sujeto abstracto que conduce los procesos. Por lo tanto, adquiere una
connotación ajena a los (as) sujetos (as), en tanto se entiende como condición preexistente al
proceso de transformación de la naturaleza. Por lo mismo, entonces, se entiende como
extensión y aplicación modificada de la posición socrática y aristotélica. La variante tiene que
ver con el de que, en Kant, la Razón aparece como abstracción que ejerce como referente,
inherente a la noción de poder; como instancia que convoca y que debe ser acatada; en cuanto
se concreta a través de una figura asimilada al concepto de Estado.
Ya, aún antes de Marx, Engels y Kant; Juan Jacobo Rousseau; Tomas Hobbes y Nicolás
Maquiavelo, desarrollaron teorías alrededor de ese concepto de poder y de dominio. Opciones
diferentes hacia la interpretación de ese hecho. Variantes como el equilibrio entre lo colectivo y
lo individual, a través de la aceptación y la concertación (Contrato Social, postulado por
Rousseau); o como la exaltación y justificación de un ejercicio de dominio, desde una
perspectiva centrada en la imposición (Leviatán, de Hobbes); o como figura asociada a la
intermediación y trámite conciente de un sujeto individual que impone una determinada
condición (El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo).
El asunto queda planteado y requiere de un desarrollo, si se pretende dilucidar el significado
del control ejercido sobre los (as) sujetos (as) individualmente considerados (as)...o sobre estos
(as), entendido como colectivo que no ejercen como beneficiarios (as) de este control.
9
Tal y como lo hemos insinuado, el poder no es otra cosa que el control ejercido por parte de
quien o quienes adquieren la capacidad para hacerlo Acceder a esta capacidad, su
explicación, se explica según sea la interpretación asumida. De todas maneras, en estricto,
desde el momento en que se configura una determinada forma de control; este actúa como
condicionante que impide el desarrollo, pleno y absoluto, de la libertad individual entendida en
los términos ya señalados: como posibilidad que tiene cada individuo (a) para interactuar con la
exterioridad; a partir de sus propias vivencias. De su particular nexo con la misma y con el (la)
otro (a). Supone, en fin, la pérdida de la autonomía primaria. Esto explica, hasta cierto punto, la
tensión latente que acompaña todo proceso mediante el cual se efectúa una imposición. Una
tensión ya prefigurada por Freud en “Tótem y Tabú”..Y desarrollada por (sin saberlo) por
Engels en “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”. Con mayor claridad,
Marcuse, identifica ese nexo en sus trabajos: “El hombre unidimensional” (en tanto que sitúa
una interpretación del control político, como yunta que inhibe al –la- sujeto –a-) y en “Eros y
Civilización” (en tanto se retoma todo el espectro, derivado del malestar que acompaña a cada
sujeto – a-, desde el momento mismo de su vinculación forzada a la vida colectiva.).
Así entendido, entonces, el poder inhibe el desarrollo del (la) sujeto (a). Supone la instauración
de unos referentes para interpretar el nexo que cada uno (a) realiza con la exterioridad y de la
internalización que este (a) efectúa, como efecto colateral de esa relación primaria. Algo así,
entonces, como objetivar los acumulados de procesos anteriores, convirtiéndolos en pautas
que deben ser aceptadas. Por esta vía, en consecuencia, podría entenderse esa inhibición, en
condiciones similares a la que existe con respecto a los condicionantes primarios anclados en
los contenidos propios de la religión. En principio, podría aseverarse que (en estricto) poder y
religión causan el mismo efecto en cada sujeto (a)...la inhibición. En torno a este hecho, cabe
expresar desde ahora un elemento que será desarrollado posteriormente: Cuando se actúa, de
manera individual o colectiva, en contra de esa inhibición; se configura un conflicto que origina
un castigo, una sanción; por parte de quienes ejercen como controladores hacia quien o
quienes actúan en contravía de los referentes. Es el caso, a manera de ejemplo, de lo
sucedido con Prometeo.
2.2. El poder político.
A manera de ilustración (...Con reservas obvias), es pertinente presentar la reflexión efectuada
por Francisco Segui, el prólogo a una de las ediciones de La República (Platón); veamos: “...Si
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la vida ciudadana, la poli como forma comunitaria, se hunde desgarrada por el escepticismo, el
agnosticismo y el relativismo, la poli como organización política sucumbe ante el empuje de la
democracia. Y si Sócrates buscaba la solución invitando a revisar los conceptos éticos, a
encontrar lo absoluto, Platón idea todo un mecanismo político-social. Su República no es una
descripción de un mundo ideal: es una técnica de formación de una sociedad. Aunque de vez
en vez caiga en ciertas disquisiciones sobre conceptos tales el de justicia o felicidad, está
orientada al estudio de los aparatos de
control social. Su objetivo es el orden, la estabilidad (rechazará todo cambio que no sea un
acercamiento al ideal descrito en la obra). Y para ello parte de la educación. La educación es el
principal elemento represivo, el medio más eficaz para el control, el más apropiado
homogenizador social. Educar es, para Platón, construir ciudadanos. En la educación se hará
al ciudadano: se condicionará su sensibilidad, su voluntad y su pensamiento, de modo que
nada pueda desear sino aquella situación que por naturaleza le pertenece.
Toda técnica de control social responde a una concepción del hombre y de la vida, sin duda.
Pero es un error pensar que Platón extrae sus ideas políticas de la teoría de las ideas. Al
contrario, la Ideas serán una metafísica, una cosmovisión, una especie de creencia favorable
para llevar a cabo la política…”
1
Desde la interpretación acerca del poder, propuesta y desarrollado en este escrito, es evidente
la asimilación al concepto de control. El asunto siguiente tiene que ver con su definición en
términos de control político. Lo anterior, por cuanto la noción de política, adquiere una
connotación relacionada con la actuación colectiva. Algo así como entenderla, en el contexto
permitido por los agregados adquiridos a través de determinados procesos previos. Es decir: la
política no constituye una opción originada en el proceso de internalización que efectúa cada
sujeto (a), con respecto a la exterioridad. Es, por el contrario, el desarrollo de elaboraciones
acumuladas, a través de procesos que trascienden a cada sujeto (a); comoquiera que se
configuran a partir de una forma de apropiación realizada por parte de quien o quienes
convierten esas elaboraciones, en opciones que entran a ejercer como referentes. En
consecuencia, constituyen, por esto mismo, un mandato; una convocatoria que pretende el
reconocimiento individual y colectivo. Está expresada en códigos (...o definiciones) que
conforman un cuerpo teórico, con repercusiones prácticas en el quehacer cotidiano. Es, en
1
Segui, Francisco. Prólogo a La República, Tomo I. Ed. Universales, Bogotá
11
otras palabras, el soporte necesario para ejercer gobierno, autoridad; por parte de quien o
quienes se han separado de los (as) otros (as); en su condición de usufructuarios (as) de esos
mismos códigos.
La diferenciación comienza, desde el momento mismo en que aparecen insumos que la
permiten. Si bien es ilustrativa la interpretación (...un poco lineal) propuesta en el recorrido:
sociedad primitiva-esclavismo-feudalismo-capitalismo; como proceso explicativo en cuanto al
origen de la dominación. Lo cierto es que el asunto es mucho más complejo. Porque supone,
entre otras cosas, retomar el entendido de la apropiación de los referentes y su imposición; a
partir de un ejercicio originado en la diferenciación; pero, asimismo, en nexo con el proceso de
internalización individual. Valga presentarlo de la siguiente manera: si la sociedad primitiva
descrita por Lewis H. Morgan, constituyó un estado en el desarrollo de la humanidad; no puede
inferirse, necesariamente, la ausencia de determinadas formas de diferenciación...y de control.
Con las limitaciones sociológicas y políticas propias de su investigación, el texto que la resume,
tiene elementos importantes; en cuanto a la interpretación de los hechos originados en la
misma investigación que se relacionan con la actividad humana. Por lo mismo es pertinente
resaltar lo siguiente:
“..Los hechos indican la formación gradual y el desarrollo subsiguiente de ciertas ideas,
pasiones y aspiraciones. Aquellos que ocupan las posiciones más prominentes, caben ser
generalizados como crecimientos de ideas particulares, a las que se encuentran íntimamente
vinculadas…
..ÚLTIMO. La idea de propiedad se formó lentamente en el pensamiento humano,
permaneciendo naciente y endeble durante períodos inmensos de tiempo. Adquiriendo vida en
el salvajismo, requirió toda la experiencia de este período y del subsiguiente, de la barbarie,
para desarrollar el germen y preparar el cerebro humano para la aceptación de su influencia de
contralor. Su imperio como pasión por sobre todas las demás pasiones, señala el comienzo de
la civilización...”
2
Ahora bien, como lo hemos señalado arriba, el poder adquiere significado a partir de la
apropiación unilateral de insumos relacionados con el conocimiento acumulado. Esta
2
Morgan, Lewis H. La Sociedad Primitiva, edición Divulgación Cultural Universidad Nacional de
Colombia, 1972.
12
apropiación permite la elaboración de unas determinadas condiciones que deben ser acatadas,
por parte de quien o quienes no actúan en posición de usufructuarios. Así planteado, entonces,
no implica necesariamente un nexo primario con la posesión de bienes. Otra cosa es que la
posesión permita el desarrollo y consolidación posteriores de mecanismos de control y, por
esta vía, de imposición. Lo anterior es lo mismo que entender la dinámica del poder y del
control; como una sucesión de eventos en los cuales se van estructurando unas instancias en
las que predominan instrumentos conceptuales, como opciones únicas para la interpretación
de la naturaleza y de las relaciones necesarias para transformarla…o, simplemente, para
convivir con ella.
A partir de esta lógica para la interpretación del poder; se entiende que este adquiere una
connotación política, como opción válida en el proceso de consolidación y defensa del mismo,
por parte de quien o quienes actúan como detentadores. Lo que, en principio, era un control en
términos de pautas y códigos propuestos (...o impuestos) como única alternativa para
establecer un nexo con la externalidad; se convierte una la instauración de instancias que
identifican esos pautas y códigos con los usufructuarios. Esto supone el desarrollo de
mecanismos constitutivos de reglas orientadas a distanciar, aún más, el poder con respecto a
quienes se controla. Es decir, este (el poder) se torna mucho más complejo; comoquiera que se
configura la intermediación como requisito indispensable para acceder a sus representantes.
El territorio, en este contexto, deja de ser simple externalidad primaria, natural en la cual se
efectúa la interacción y el intercambio por parte de los (as) sujetos (as). Se convierte, por lo
mismo que se consolida la figura del poder, en escenario en el cual la relaciones (...Sociales)
adquieren características, cada vez, más complejas. Ya no es, entonces, la simple aceptación
de los códigos originarios, casi siempre asociados a la religiosidad. Ahora se trata de una figura
ensanchada de este. Una ampliación del espectro; en función de los nuevos elementos que lo
acompañan y sustentan.
Vale la pena reiterar acerca del condicionamiento que se le imprime a la actuación individual. El
proceso, por medio del cual se instaura la dominación, supone una inhibición a la libertad. Ya
no existe la posibilidad de ejercer la autonomía inicial; para exteriorizar los conceptos
elaborados a partir de la relación con la naturaleza, con la externalidad. Lo que prevalece,
ahora, es la asunción de los referentes establecidos como única opción posible. Es una
interpretación mediada por los códigos y las instancias desarrolladas por parte de quien o
13
quienes ejercen como detentadores de esos referentes. A esto se agrega el hecho del nexo
entre esa acción de control primaria y la evolución del sistema de apropiación de los
excedentes derivados del trabajo. Se configuran, entonces, unas relaciones sociales en las que
prevalece la imposición de reglas. Algo así como una sumatoria de conceptos básicos que
obligan. Actuar en contravía de los mismos sitúa, a quien o quienes lo hacen, por fuera de esas
condiciones. Por lo tanto, debe ser entendido como desafío, como rebelión. Esto es lo que
explica, en términos del concepto de legalidad, la estructuración de figuras que describen y
validan el castigo; como procedimiento indispensable para mantener el control. Es ahí en
donde, el poder, adquiere su connotación política.
Es pertinente, para este caso, citar la posición expresada por J.C. Friedrich, en su texto La
filosofía del derecho. “..Puesto que para el derecho siempre tiene importancia fundamental que
la obligación de sus normas se encuentre firmemente anclada en la convicción de la legitimidad
de la autoridad que crea la ley, sea Dios, sea la acción popular, la importancia de las normas
legales en la vida social estará, en todo momento, hondamente influida por la fe en la
legitimidad del gobierno que las impone y por la cual son creadas. El nomo y el jus de griegos y
romanos estuvieron en vigor mientras se mantuvo la fe en la comunidad de la poli, pues la poli
estaba regulada por el nomo y el jus, debido a la constante fe del pueblo en la heroica
sabiduría de algún antiguo legislador, ya fuera un Solón, un Licurgo, o las Doce Tablas. Sin
embargo, para los judíos del Antiguo Testamento, no fue Moisés, ni siquiera los profetas, sino
el Dios único, quien habló a Moisés y le ordenó que comunicara sus leyes a su pueblo (Levítico
19: 1-2). Y fue su pueblo el que quedó convertido en una comunidad sagrada gracias a esa
comunicación, por la santidad misma del Dios que había dictado las leyes. Y de esta
santificación, al dar y obedecer la ley, se desarrolló o, quizá fuera mejor decir que se derivó,
como corolario la doctrina del pueblo elegido...”
3
2.3 El concepto de Estado
Ya quedó planteada la interpretación en torno al poder y al control. Se infiere, en consecuencia,
una connotación asociada al concepto de sociedad; entendida como interacción colectiva en un
determinado territorio y cohesionada por una reglamentación; impuesta como norma de
obligatorio acatamiento.
3
Friedrich, C.J., La Filosofía del derecho, ed. Fondo de Cultura Económica
14
Cabe ahora extender esa interpretación. Ya no tanto en lo que hace referencia a la
implementación coercitiva de los códigos y de las instancias a cuyo cargo está la vigilancia y
desarrollo de los mismos. Se trata de entender la dinámica que adquiere esa implementación; a
través de un proceso que va instaurando instancias, como figuras mucho más complejas en lo
que hace referencia a los mecanismos de control, de su desarrollo y distanciamiento con
respecto a la interpretación primaria, rígida de la inhibición y subyugación hacia el (...o los)
sujeto (os).
Lo que antes era un escenario en el cual se exhibían unas relaciones simples de dominación;
ahora se va convirtiendo en territorio en donde los códigos y normas conforman un sistema
lógico, abstracto. De tal manera que los (as) sujetos (as) involucrados (as) como dominados
(as), pasan a ser un colectivo que es obligado a identificarse con ese sistema complejo de
mandatos y requerimientos; intermediado por instancias próximas y lejanas. Es, en otras
palabras, una asociación forzada que tiene como justificación y como centro, la aceptación de
ese sistema normativo. Al mismo tiempo, implica el reconocimiento de intermediarios que
ejercen como representación válida de esa asociación (...de ese Contrato Social, diría
Rousseau).
Lo anterior no supone, en estricto, la pérdida de las aspiraciones íntimas de cada sujeto (a),
entendido en los términos propuestos arriba. Por el contrario, a pesar de la imposición del
sistema de normas, persiste ese conflicto (...o malestar que llamaría Freud) latente con
respecto a esa misma imposición. Veámoslo, un poco, en los siguientes términos:
“..Creo poder decir, en resumen, que la filosofía estoico-ciceroniana del derecho tiene sus
raíces en una ética racional a la que se adjudica una validez universal, como ley de la
naturaleza humana. Esta ley, como todas las leyes de la naturaleza, es la razón inherente a la
naturaleza toda; es su significado. Por tanto, podemos, y debemos derivar leyes de esta ley (a
lege ducendum est juris exordium), porque esta ley, la ley natural, es la fuerza de la naturaleza
(naturae vis.) y, por tal motivo, es la norma que define lo que es bueno y lo que es malo. El
cumplimiento de esta ley natural es tarea impuesta a los diversos estados (civitates) que
expresan la verdadera ley en las normas del jus pentium, común a todas ellas. Cada
comunidad, sin embargo, tiene su propio jus civile, válido sólo para sus ciudadanos, ya que
toma en consideración las condiciones especiales, tanto espirituales como materiales, que son
peculiares de tal comunidad. Pero ni el jus Pentium ni el jus civile deberán estar en conflicto
15
con el jus naturae. Si lo están, tales normas no son verdaderas leyes, sino mandatos
arbitrarios...”
4
Hasta aquí queda claro, en nuestra línea de interpretación, la dicotomía que subyace a la
implementación del poder político, como una expresión de la coacción hacia el sujeto. Este
ejercicio de dominación tiene, como colateral, una forma de subyugación; en tanto supone la
imposición de limitaciones al desarrollo autónomo individual que permite acceder a la
naturaleza y tomar de ella las percepciones e impresiones necesarias para construir el bagaje
conceptual indispensable, como proceso que consolida la independencia de cada sujeto (a). La
inhibición, derivada de la imposición de ese tipo de poder, induce a reprimir la autonomía y la
libertad; como cuota necesaria que debe otorgar el (la) sujeto (a) para disfrutar las
posibilidades derivadas del poder que, a su vez, se erige como avance colectivo en la escala
de la evolución humana...de la civilización; pero implica asimismo la latencia del conflicto, del
deseo de libertad reprimido. Veámoslo, en términos de Marcase:
“El desarrollo del sistema jerárquico de trabajo social no solo racionaliza la dominación, sino
que también contiene la rebelión contra la dominación. En el nivel individual, la rebelión original
es contenida dentro del marco del conflicto de Edipo normal. En el nivel social, las recurrentes
rebeliones y revoluciones han sido seguidas por contrarrevoluciones y restauraciones. Desde la
rebelión de los esclavos en el mundo antiguo hasta la revolución socialista, la lucha de los
oprimidos ha terminado siempre con el establecimiento de un nuevo, y mejor, sistema de
dominación; el progreso ha tenido lugar a través de una cadena de control cada vez más
eficaz...*
5
Son evidentes las limitaciones en el enfoque Freudiano propuesto por Marcase. No solo en lo
que respecta al espectro social y su dinámica; sino también en lo que hace referencia al
desarrollo y manifestación de los mecanismos de dominación, mucho más complejos que los
esbozados en ese enfoque. Habría que mirar, en perspectiva, análisis desde la interpretación
sociológica y política. Pero, de todas maneras, Marcuse permite reconocer e identificar el
conflicto entre sujeto y poder, que subyace a la tensión constante que acompaña a cada
individuo inmerso en el sujeto colectivo y en su expresión orgánica; como instancias de control.
4
Friedrich, C.J., obra citada.
5
Marcuse, Hebert, Eros y Civilización, Ed. Seix Barral Barcelona, 1968, página 92
16
Así la cosas, entonces, existe un nexo insoslayable entre poder político y Estado. Este último
no es otra cosa que la racionalización y organización del poder político; por la vía de instancias
jerárquicas, independientes del sujeto individual y del sujeto colectivo. A través de ellas se
expresan unas relaciones de dominio que abarcan territorios definidos. Es, el Estado, un
ordenamiento a partir del poder político. Le imprime a este una connotación abstracta, en razón
a que ejerce como referente que convoca a la aceptación; como garantía para la cohesión de
quienes comparten el territorio y que, asimismo, tienen un origen y expresiones culturales
comunes. Constituye, en otras palabras, la única posibilidad para acceder a beneficios en
condiciones de igualdad. Uno de ellos, a manera de ejemplo, tiene que ver con la opción para
dirimir conflictos, entre los súbditos. Lo anterior por la vía de la interpretación lógica y neutral; a
cargo de instancias creadas y desarrolladas en el marco permitido por el Estado.
4. De la democracia. De la asociación y la identidad en la confrontación.
La confrontación es un agregado del conflicto. Es su manifestación; como quiera que supone la
expresión, mediante acciones precisas y concretas, bien sea de una parte del conflicto o de la
totalidad de este. Si es lo uno o lo otro, se define a partir de los contenidos que adquieren las
acciones; pero también de, a partir de su significado con respecto al poder y sus
manifestaciones.
Lo anterior se entiende mejor, ubicado en el contexto que ejerce como escenario en el cual se
aplica y desarrolla el poder. De las instancias, procedimientos a través de los cuales se ejerce
el control. De las franjas o sectores sociales que aparecen como dominados. Inclusive, en un
análisis más preciso, de la diferenciación que adquiere la dominación; según la identidad que
pueden alcanzar algunas de esas franjas o sectores, con respecto a los beneficiarios directos
del poder. Algo así como entender una dinámica en la cual aparecen beneficiarios (as)
transitorios y parciales; sin que esto implique la asunción del poder en sí.
En nuestra línea de interpretación, se trata de proponer una opción, en la cual se hace visible la
presencia de la dominación en diferentes niveles. Ya no tanto en lo que hace referencia a las
instancias y/o los aparatos ideológicos del Estado, como expresiones a partir de las cuales se
pueda explicar y generalizar la cobertura y afectación de la dominación. Lo nuestro es más la
pretensión de alcanzar una caracterización de la dinámica que adquiere la aplicación del poder
17
y la dominación; en cuanto que ejerce una cobertura que permean sectores específicos,
vinculándolos al proceso inherente al control político y económico; como beneficiarios
transitorios. O, simplemente, como soportes pasivos a partir de lograr su apoyo en términos de
captar su identificación con los propósitos últimos del poder. Cuando, en este marco conceptual
propuesto, se producen fricciones o rupturas; se configuran expresiones de la confrontación
que vinculan a esos sectores con acciones que expresan contenidos concretos de un
determinado conflicto; sin que esto implique la disolución de nexo con las instancias del poder.
En esta perspectiva, inclusive, cabe validar el concepto que propone un entendido del Estado,
como una sumatoria de micropoderes; a la manera de de bloque de sectores o de clases en el
poder. Esta opción supone la presencia de una figura asociada al equilibrio, en el cual
confluyen intereses, en veces divergentes, unidos alrededor de una (...o unas) determinadas
formas de poder que les permite imponer decisiones en nexo con sus intereses estratégicos.
Es más, por esta vía, podría entenderse la “delegación del poder formal”, a individuos y
sectores que ejercen como expresiones “neutrales”.
Vale la pena, como ejemplo, transcribir el aparte del texto “Los Límites de la Modernización”,
escrito por la profesora Consuelo Corredor Martínez. Lo consideramos importante, en razón a
que se insinúa una interpretación del poder y la dominación; a partir del análisis de un período
concreto de la historia del desarrollo político y económico en nuestro País.
“..Los alcances de esta modernización han sido bastante limitados y sus implicaciones
extremadamente conflictivas, debido a que ella se ha adelantado en un contexto
marcadamente liberal en el cual han prevalecido los intereses de las élites dominantes. El
modelo liberal de desarrollo ha significado la subordinación del Estado, minimizando su función
de interpretar, gestionar y regular los intereses colectivos, y obstaculizando la configuración de
un espacio público en el que se puedan expresar, confrontar y resolver los conflictos sociales.
El Estado colombiano es un Estado privatizado, atrapado entre el liberalismo económico y el
conservadurismo político.
En esta perspectiva liberalismo y conservadurismo no se oponen, sino que, por el contrario, se
articulan y se prestan mutuos servicios. El logro de intereses particulares sin importar los
costos sociales encuentra un terreno propicio en el orden jerárquico y tradicional por el cual se
vela el conservadurismo. El costo de esa coexistencia ha sido el rezago de la organización
18
política de las transformaciones socioeconómicas que han trastocado el orden en que estaba
cimentada.
Las restricciones derivadas de los sistemas económico y político colombiano han entretejido
una gama de relaciones tanto modernas como posmodernas, lo que hace la sociedad más
compleja y fragmentada que en el pasado. Ha sido una acumulación histórica de tensiones que
han significado en forma continua períodos de crisis y de relativa estabilidad. Y en esta
dinámica, los momentos de crisis son cada vez más severos por la fragmentación de los
escenarios y de los actores, la mayor polarización y desigualdad sentidas y una amplia
percepción del carácter excluyente de los sistemas social y político…”
6
A partir de esta opción nuestra de interpretación, en consecuencia, se hace necesario
presentar un análisis que permita introducir la diferenciación acerca de los contenidos, alcances
y significación, en cuanto a niveles de expresión del conflicto, de la confrontación y las acciones
por medio de las cuales este se concreta.
4.1 El concepto de lo popular. La confrontación del poder.
La connotación que adquiere la diferenciación, en el contexto de las relaciones sociales,
supone una determinada caracterización de roles; a partir de análisis soportados en categorías
conceptuales y metodológicas. Por lo tanto, ya no se trata de una simple réplica de lo
observado, como representación objetiva. Por el contrario, significa profundizar acerca de esas
expresiones de superficie; indagando por las condiciones que la subyacen, como soporte. Ya,
en ese procedimiento, pueden y deben aparecer algunos niveles de abstracción, referidos a la
interpretación alusiva a los acumulados históricos en nexo con la participación, en esas mismas
relaciones sociales, de los (as) sujetos individuales y colectivos (as). De las condiciones en que
esta se ha producido y del grado de inserción con respecto al conocimiento, a las instancias
que lo promueven y controlan. Pero también, y con mayor énfasis habida cuenta del horizonte
propuesto en nuestro escrito, acerca del significado de esa participación con respecto al poder
y a las instancias que lo soportan, a sus manifestaciones como instrumentos de control, de
dominación y de imposición.
6
Corredor, Consuelo. Los Límites de la Modernización, segunda edición. Editada por Cinep, página 23
19
Ha habido, en el curso del tiempo, interpretaciones que asocian la caracterización antes
aludida, a posiciones antropológicas y culturales. Por esta vía, ha desembocado en
expresiones que delimitan (a manera de diferenciación) la intervención de los (as) sujetos
individuales y colectivos en el desarrollo de las relaciones sociales; a partir de asignarle a
determinados sectores una posición periférica, respecto a los beneficios del conocimiento,
entendido como proceso, como aprendizaje que va decantando, segregando. Aquí, en esta
opción, se valida, en veces, un instrumento de diferenciación asociado la pertenencia a una
determinada raza y/o etnia. Visto así, entonces, cabe una propuesta de interpretación
generalizante; pero también de especialización; por cuanto se establece unos condicionantes
vinculados con normas y pautas, a la manera de posición que reivindica una versión
predominantemente aceptada y acatada, de cultura, como sinónimo de civilización; como
paradigma, a partir del cual es posible establecer una segregación.
Ya no se trata, en el anterior escenario conceptual, de admitir una posición periférica respecto
al poder y a las instancias que lo soportan. Aquí, la noción de lo periférico, está referido a un
espectro mucho más amplio; en razón a que los márgenes constitutivos de la delimitación
social, están contraídos en términos del grado de apropiación y/o de acceso a los beneficios del
conocimiento, y de la cultura asumidos como referentes de civilización. Esto no es otra cosa
que entenderlo, como adecuación, como asimilación de los roles y los paradigmas allí
consignados.
En un documento de trabajo (La Educación Superior en América Latina), presentado en el
debate al interior de la Universidad Nacional de Colombia, previo a la realización del Primer
Congreso Nacional de Educación Superior, realizado en la ciudad de Barranquilla los días 1,2 y
3 de diciembre de 1999; se expresa un concepto que consideramos válido. Veamos:
“…En estas condiciones, la Escuela, no es otra cosa que una expresión que, en principio,
transfiere el dominio estatal. No tanto en la aplicación elemental marxista de aparato ideológico;
sino como complejidad que articula instancias del conocimiento, aplicadas y estructuradas en
programas y acciones, a partir del ese centro-poder, sin ser el. No es, entonces, una aplicación
a partir de la lógica lineal. Es una interacción heterogénea orientada por unos perfiles definidos
a partir de las necesidades inherentes a los intereses que impone ese centro-poder. Es decir, lo
suyo no es otra cosa que contextualizar la sociedad en términos de su propio rol, de su
significación. Con esto tratamos de establecer lo siguiente: la globalización siempre ha existido,
20
si asumimos que esta no es otra cosa que la imposición de referentes a partir del dominio
ejercido.
Sin pretender un traslado conceptual mecánico, las condiciones impuestas desde el centro-
poder económico y político internacional, permiten trazos que imprimen todo el quehacer
económico, político y cultural de los dependientes. Ya, de por sí, el solo hecho de reivindicar los
autóctonos (como acervo cultural) es constitutivo de herejía con respecto a los modelos
considerados prevalecientes. Esto es mucho más evidente, en lo que respecta al desarrollo del
conocimiento por la vía de implementaciones programáticas escolarizadas. La escolarización,
en sí, origina rupturas si se compara con las aprehensiones y las tradiciones propias de las
culturas nativas. Porque no habría de serlo, entonces, a partir de la concreción del dominio
desde el centro hacia la periferia. En esto, por decirlo de alguna manera, se mantiene incólume
el postulado de Samir Amin, cuando en su texto en torno al capitalismo, su desarrollo e
implicaciones, habla de las culturas periféricas, atadas a las condiciones que impone el centro-
poder.
7
Arribamos, así, a una opción conceptual que nos permite proponer un entendido en torno a los
sectores sociales periféricos. Es decir, aquellos sectores no solo desvinculados de los
beneficios del poder, subyugados y dominados por este; sino también segregados por la
dinámica propia del desarrollo cultural predominante. Algo así como insertos en la civilización,
pero ajenos a ella, en lo que esta tiene de otorgadora de roles asociados a los paradigmas
originados en ese mismo desarrollo cultural, por parte de sus usufructuarios. Ahora bien, no
puede inferirse de nuestra expresión, el hecho de que proponemos una asimilación de
intereses entre los beneficiarios del poder y sus instancias de dominación y aquellos sectores
que acceden y se identifican con los avances del conocimiento y de la cultura que ejercen
como predominantes; como expresión avanzada de la civilización.
Surge entonces, en nuestra opinión, un insumo que soporta una segregación: lo periférico, en
cuanto sector y/o sectores considerados por fuera de la versión oficial de la cultura; entendida
esta como originaria de paradigmas, pautas y comportamientos. Para nosotros, esto no es otra
cosa que la denominación de popular, referido a esos sectores que, de por sí, adquieren una
dinámica propia y unas expresiones propias, diferenciadas. Es obvia, sin embargo, la
necesidad de apuntalar este concepto, con arreglo al significado que adquiere el contexto
7
Pira Claudia y Cano Parmenio. La Educación Superior en América Latina, edición en cuadernillo,
noviembre 1999, Bogotá D.C.
21
social y económico; en el cual se desenvuelven estos (as) sujetos (as). Tanto en sus
expresiones individuales como colectivas. Para este caso, el problema surge al momento de
establecer las pautas y/o el horizonte teórico. Porque no puede delimitarse solo a partir de la
figura elemental asociada al lugar en el cual se sitúa con respecto a las características del
beneficio plusválico, derivado del modo de producción vigente, o prevaleciente. De ser así no
habría lugar a postular la diferenciación que se advierte en la definición anterior.
Por lo tanto, el análisis remite a un territorio de mayor complejidad: uno de los elementos clave
para dilucidar ese significado, tiene que ver con el entendido de de contexto social y
económico. Ya decíamos antes: es un escenario no determinado por la voluntad o por la noción
primaria acerca de lo ético. Por el contrario, constituye una instancia, como período histórico.
Esto, a su vez, remite a la evolución de las relaciones sociales; como proceso soportado en
sucesión de rupturas y equilibrios. Estos últimos, impuestos por quienes adquieren posiciones
de dominio. Así, entonces, cada momento (sin importar su duración) en el cual se exhibe o
manifiesta ese equilibrio; no es otra cosa que la expresión de unas determinadas condiciones
de dominación económica y política.
Ahora bien, como lo hemos postulado antes, en la franja constituida por quienes (bien sea que
se tipifiquen como sectores o como secciones del espectro social) no ejercen como
beneficiarios directos del poder, se erige la heterogeneidad. Ya ahí, se introduce otro insumo
como soporte para la segregación. A manera de ejemplo: la posición y comportamiento de
aquellos sectores sociales sobre los cuales se ejerce dominación política y económica; pero
que han accededlo a determinados beneficios del acumulado plusválico y cultural (como
poseedores y usufructuarios del conocimiento); no puede ser el mismo, comprado con la
posición y el comportamiento de aquellos sectores absolutamente vulnerables y desvinculados
de cualquier beneficio plusválico y cultural.
Lo anterior conlleva, en consecuencia, a establecer categorías diferenciadas en el análisis de
lo popular, como expresión de determinados sectores sociales; en el contexto de unas
determinadas relaciones de dominación político y económico. Puede colegirse de nuestra línea
de interpretación, una conclusión fundamental: no todo sector social dominado es,
necesariamente, un sector popular. Por lo tanto, aún a riesgo de silogismo, al momento de
tipificar acciones (inmediatas, mediatas o tendenciales) específicas de confrontación a
determinadas manifestaciones de la dominación política y económica; es preciso trabajar con
estas categorías.
22
Luego, el espectro de cobertura, está dado por la definición de objetivos vinculados a
conceptos y escenarios heterogéneos; en términos del nexo con los sectores sociales. No es,
por esto mismo, una opción en la cual se configure una posición de clase; al menos en la
versión ortodoxa marxista. No supone, asimismo, una posición necesariamente revolucionaria
y/o de confrontación al origen y vertebración del poder y de las relaciones de producción
vigentes. Adquiere connotaciones diversas, en la mayoría de los casos asociadas a
reclamaciones puntuales, relacionadas con determinadas condiciones de vida. Sin embargo,
puede, derivar en expresiones híbridas; en cuanto pueden coincidir diferentes aspectos en los
cuales ejerza importancia un cuestionamiento a posiciones y/o programas gubernamentales o
políticas de estado. Tal es el caso, a manera de ejemplo, de algunos movimientos populares
desarrollados en relación con decisiones que vulneran determinados intereses y derechos de
franjas amplias de la población. Siendo así, cabe resaltar tonos grises en la diferenciación
teórica y práctica entre movimientos populares, movimientos sociales y movimientos políticos.
En veces, puede hablarse de diferenciación en términos del espectro de cobertura. Otras
veces, puede plantearse en relación con los contenidos de sus opciones o programas. Con
respecto a este asunto del método para construir tipologías; es pertinente presentar una
expresión como la siguiente:
“… ¿Se politizan las luchas urbanas por el hecho de enfrentarse en la mayoría de los casos al
Estado, como lo afirma Castells? No podemos en este momento desarrollar la discusión sobre
el papel fundamental ocupado por el Estado en la urbanización capitalista, caracterización que
parte de una generalización, arbitraria a nuestro juicio, de la relación entre Estado y Sociedad
Civil – en el sentido dado por Marx y no en el Gramsciano-, pero si podemos afirmar que no
basta que el blanco al cual se dirigen las flechas de un movimiento social sea el Estado, para
determinar su carácter político; es el carácter de sus reivindicaciones, el contenido de clase de
sus luchas, su método y sus formas las que lo definen, y no basta encontrar un contenido
político, hay que identificar si se trata de una lucha democrático-burguesa (en lo formal o lo
real), o socialista.
Vayamos por partes:
A similitud de una huelga obrera en una empresa capitalista de Estado o de los asalariados de
un ministerio burgués que levanta reivindicaciones puramente económicas, sin plantearse
modificaciones en las relaciones de poder entre las clases, ni en el carácter del Estado o de
23
sus formas de ejercicio de la dominación burguesa, un movimiento de colonos o inquilinos que
solicita, por ejemplo, la regularización de la propiedad de sus tierras, o un servicio cualquiera y
que utiliza para ello el método de la negociación apoyado por llamados a la opinión pública a
través de los medios de comunicación, paradas en los organismos oficiales, etc., pero sin
plantearse en ningún momento consignas políticas, no es político. No es el agente social al
cual se enfrenta un movimiento el que define el carácter de la lucha, sino el contenido concreto
de clase de él, manifestado en su programa reivindicativo y su método para alcanzarlo. ..”
8
4.2 El nexo con lo jurídico.
Entonces estamos en un escenario social. En donde la hilvanación de lo particular y lo
colectivo, pasa por entender que el soporte, en ese proceso, tiene que ver con el desarrollo de
la teoría jurídica. Porque supone precisar la noción de equilibrio necesario. Porque en la
relación Estado-individualidad, se incorpora la variable que hace alusión a la cantidad y la
calidad. Es algo así como entender que el concepto de equilibrio tiene razón de ser, en la
medida en que cada sujeto natural y/o jurídico asuma la certeza de que el Estado no puede ser
minimizado. Y, tampoco, puede ser asimilado a sus intereses particulares. Ese es el sentido
que adquieren las querellas. Como si, a cada paso, fuese necesario sustentar la lógica de ese
entramado. Porque, asimismo como surgieron las instituciones, a partir de pactos inherentes,
concientes o no. A asimismo la condición supraestructural de las instituciones, supone la
aceptación de unas reglas del juego.
No se concibe, en consecuencia, un Estado-Nación, sin unas instituciones que ejerzan como
garantes de ese equilibrio; por la vía de establecer opciones que permiten el ejercicio del
derecho. En una perspectiva en la cual cada sujeto tiene certeza en términos de derechos.
Pero, al mismo tiempo, de sus obligaciones desde el punto de vista del respeto a la
institucionalidad.
Ese tipo de relación es la demostración de la solidez del Estado. Porque, por la vía de la
querella, esta en capacidad de reconocer los fallos. Una autonomía de la justicia, sin la cual
sería imposible acceder a un escenario en el cual se concreta ese equilibrio funcional.
8
Pradilla Cobos, Emilio. “Mitos y realidades de los llamados movimientos sociales urbanos”. Artículo
escrito en junio de 1981, en Méjico, D.F. Ponencia presentada al 4º Seminario Internacional cehap-peval
Los pobladores: protagonistas urbanos en América Latina; realizado en la ciudad de Medellín, entre los
días 7 y 11 de abril de 1986.
24
Ahora bien, en lo que respecta al caso de la estructura fiscal-impositiva y, en alusión al
significado que adquieren los impuestos como soporte de la capacidad económica del Estado;
ese nexo entre los y las particulares con el Estado, supone la precisión de la normatividad, por
la vía del Estatuto Tributario. Es una convicción de Estado, en la cual confluyen el concepto de
región y municipalidad con la Nación, como escenario de mayor estructura y complejidad.
Lo que aquí presento, en consecuencia, no es otra cosa que la particularización de situaciones,
por la vía de las jurisprudencias a cargo de las corporaciones que aplican justicia, a nombre del
Estado y la Nación. Son concreciones que reivindican la autonomía; pero también la
interacción. Porque no se concibe el concepto de derechos y obligaciones, sin la garantía de
que las instancias gubernamentales están en condiciones y en la obligación de garantizarlas.
Entonces, aquí, lo concerniente a la hermenéutica jurídica, cobra sentido y pertinencia;
precisamente porque el Estado es una construcción heredada, pero, al mismo o tiempo, en
continuo desarrollo. Porque, a cada paso, el ejercicio económico (en este caso) plantea retos
que deben ser asumidos como tal.
Entonces, esos retos, coadyuvan a la postulación de doctrina. En ese escenario del universo
económico, en el cual es posible entender la interacción. Siendo lo impositivo, desde el punto
de vista del soporte para la actividad estatal; no es otra cosa que referente que unifican criterios
y conceptos. Pero entendiendo, al mismo o tiempo, que cada hecho concreto precisa del
análisis respectivo.
Es ahí en donde reside la importancia de la legislación. Siendo esta una figura parecida a la
teoría de Estado. Teoría que no puede soslayar la pertinencia de las confrontaciones. Porque,
solo así, es posible entender la dinámica que está en la base del desarrollo Estado-Nación y su
nexo con la sociedad.
5. De la estructura económica y su desarrollo
.
5.1 Los Impuestos y el Equilibrio del Ingreso.
No pretendemos expresar una interpretación por fuera de la ortodoxia macroeconómica. Por el
contrario, nos apoyamos en definiciones que involucran tipificaciones aceptadas. En un
25
contexto regional, con aproximaciones al interior de los países con una connotación de lo que
se dado en llamar subdesarrollados y/o periféricos; con respecto a aquellos que se definen
como centro y, por esto mismo, con una influencia que ejerce como condicionante. Siendo así,
entonces, proponemos un hilo conductor, a partir de realizaciones teóricas previas. Veamos:
“…Los impuestos son una imposición del estado a los individuos, unidades familiares y
empresas, para que paguen una cierta cantidad de dinero en relación con determinados actos
económicos, como, por ejemplo: realizar el consumo de un bien, obtener ingresos por el trabajo
o generar beneficios por las empresas.
Los impuestos son los ingresos públicos creados por ley y de cumplimiento obligatorio por parte
de los sujetos contemplados en la misma. Tienen como objetivo primordial conseguir recursos
financieros para el sector público y, subsidiariamente, modificar la distribución de los ingresos.
Al igual que con el gasto público, el gobierno puede actuar sobre la economía utilizando los
impuestos. Si el nivel de actividad económica es relativamente bajo y existe un volumen
considerable de desempleo, el gobierno puede reducir los impuestos con el objeto de impulsar
la demanda de consumo. Por el contrario, si la demanda agregada es superior a la capacidad
productiva del país, una estrategia puede consistir en elevar los impuestos.
Las variaciones de los impuestos son un poderoso instrumento para influir en la producción.
Pero el multiplicador de los impuestos es menor que el gasto en un factor igual a la PMC:
Multiplicador de los impuestos = PMC x multiplicador del gasto.
5.2 Los impuestos como estabilizadores automáticos:
Los estabilizadores automáticos son mecanismos de la economía que reducen la respuesta del
PNB a los desplazamientos de la demanda agregada.
Los principales estabilizadores automáticos son las prestaciones por desempleo y el impuesto
sobre la renta, si ocurre algo que eleva el desempleo, los desempleados reciben prestaciones y
no se ven obligados a reducir el gasto tanto como si no lo recibieran, por lo tanto, se reducen
los efectos multiplicadores de la perturbación inicial.
Los estabilizadores automáticos tienen dos características:
1. Ayudan a estabilizar la producción reduciendo los efectos de los desplazamientos de
la demanda agregada.
26
2. Son automáticos.
Es frecuente que los impuestos sean de naturaleza proporcional, es decir, que produzcan
ingresos que suponen un determinado porcentaje del producto nacional. Cuando esto ocurre,
resulta que la recaudación se altera de forma automática, incrementándose a medida que
aumenta el producto nacional, y ocurrirá lo contrario si tiene lugar una recesión. Por tanto, los
impuestos proporcionales cumplen la misión de un estabilizador automático de la actividad
económica…”
9
Siendo así, en consecuencia, en una economía cerrada, el rol de los impuestos tiende a
sostener el equilibrio, por la vía de un proceso que aumenta la tasa impositiva en un contexto
en el cual, el circulo es: producción, inversión, consumo; sin ninguna perspectiva de
crecimiento,
Diferente a la reproducción de bienes y servicios y de capital, creciendo de conformidad con la
demanda. Entonces, se asume un crecimiento de la demanda; en una visión hipotética de
equilibrio en donde el Estado asume el gasto público como elemento dinamizador de la
economía, incluido el empleo, agregado al empleo normal del sector privado.
Por esta vía, entonces, se produce una modificación de la ecuación macroeconómica básica
(Y=C + I +G + X + M). Eliminándose los factores vinculados con el comercio exterior. Quedaría
así: Y = C + I + C. Ver gráfica en la cual se explicita esta dinámica válida para períodos
sucesivos. Se parte del supuesto de un incremento impositivo periódico y una réplica en la
inversión, la producción y el consumo, creciendo a una tasa inferior…”
10
6. Evolución del pensamiento económico
La humanidad ha transitado, a lo largo de su evolución, por expresiones relacionadas, tanto en
lo que corresponde al ámbito social, religioso y, en términos generales lo que se define desde
la antropología y la sociología. En términos abreviados: la humanidad ha actuado como sujeto
colectivo, en procesos inherentes a su opción como ser que ha trascendido y superado las
vicisitudes que acompañan a la superación del entorno inmediato. Es decir, en su
posicionamiento como ser superior en el contexto que ofrece la naturaleza.
9
Pestaña, Berta Monografía “cuentas nacionales”
10
Pestaña, Berta, obra citada
27
Ahora bien, podemos decir que la historia de la humanidad, ha sido un constante quehacer;
desde las expresiones más inferiores del ciclo; hasta posiciones que permiten exhibirla como
peregrinaje de superación y de dominio del entorno inmediato.
Unos de los aspectos más importantes; tienen que ver con la asociación que deriva en
organizaciones sociales y políticas a partir de las cuales se va delineando el entendido de
sociedad. Con las connotaciones políticas y culturales inherentes a la colectivización del sujeto.
Es decir, el hecho de trascender la individualidad. Algo así como reconocer que las posiciones
colectivas inciden, de tal manera en la o las acciones individuales. De tal manera que, a partir
de ahí, se va consolidando una noción de ciudad y de estado; en donde cada quien, como
sujeto individual, declina ciertos derechos; como quiera que estos no pueden vulnerar los
derechos de la colectividad y/o de la sociedad.
En el caso particular del pensamiento económico; este debe ser considerado como expresión
particular de la evolución política y cultural. En principio, la economía no es otra cosa que una
expresión en donde se trata de equilibrar las nociones de estado y de individualidad.
Ya, desde el momento primario en que se expresan opciones que transitan hacia la definición
de la colectivización de los bienes; como opción vinculada con el crecimiento de la población y
de la sociedad. Se configura una noción de economía como insumo que permite organizar y
distribuir los bienes; de tal manera que se garantice un beneficio colectivo e individual.
Ya, Leo Huberman en su obra Los bienes terrenales del hombre, describe expresiones
diferenciadas en este proceso. Particularmente en aquello relacionado con la economía
anclada en el beneficio colectivo. Pero, al mismo tiempo, como instrumento de beneficio a
favor de los grupos sociales que ejercen como conductores y que ejercen un poder.
Asimismo, León Bloch, en su obra Lucha de clases en la antigua Roma, efectúa un recorrido
por diferentes momentos de las relaciones de dominio político y, por lo mismo, de la
instauración de prácticas organizadas de la relación del sujeto individual en procura del
beneficio. Algo así como describir un proceso de acumulación, en donde se pretende presentar
un equilibrio funcional entre lo colectivo y lo individual. Inclusive, incluye posiciones que
involucran economía y derecho. A manera de relación entre lo jurídico, lo político y lo
económico.
28
De tal manera que procede una acumulación que permite acumulación individual; así como
también la implementación de instrumentos sociales que reparte, entre la totalidad de la
sociedad, parte de ese acumulado.
Con la obra, El Contrato Social, de Juan Jacobo Rousseau, postula una opción en la cual se
valida la existencia del Estado, a partir de un compromiso de partes. Las que ejercen relaciones
de dominio y aquellas que ejercen como subordinados. Todo esto, en un esquema de
verticalidad casi absoluta.
El Siglo XIX, nos traslada hacia avances fundamentales en la noción de lo político, a manera de
Estado, y las derivaciones que este tiene. Su obra es una expresión en la cual cada una de las
partes cede parte de su rol; en beneficio de la consolidación de una imagen de sociedad en la
cual se “distribuye” el beneficio. En ese mismo contexto cabe el análisis efectuado por Carlos
Marx, Federico Engels y Rosa Luxemburgo; alrededor de la economía capitalista o de
propiedad privada; tanto de manera individual como también como expresión del dominio
político por parte de los detentadores del poder. Surgen, a partir de ahí, posiciones
absolutamente diferenciadas. Capitalismo vs. Socialismo. El uno a favor del avance y la
consolidación del modelo de propiedad privada. El otro, a favor de la distribución equitativa del
beneficio vinculado con el desarrollo del instrumento económico.
El Siglo XX, avance en la discusión y la aplicación de esas opciones. No otra cosa es la
Revolución de Octubre en el contexto de la Unión Soviética y la instauración de un régimen
socialista. Aquí se privilegia la intervención del Estado como garante de un sistema de
beneficios que conlleva a una opción política, en la cual el Estado asume la responsabilidad en
la construcción de un modelo centrado en la propiedad colectiva.
En fin, es una confrontación entre propiedad privada clásica y la propiedad colectiva de los
medios de producción. De una parte, la consolidación de la figura del Estado como garante de
la distribución de los beneficios económicos. De otra parte, la defensa de la propiedad privada.
A comienzos de la tercera década del Siglo XX, Keynes, introduce un nuevo concepto. Algo así
como una vía alternativa entre colectivización absoluta a partir de la intervención del Estado. Y
una figura moderada, en donde el Estado interviene como garante del equilibrio entre
propiedad colectiva y propiedad individual.
29
Ese contexto nos remite a las opciones del liberalismo clásico (Smith y Ricardo) , en donde se
privilegia la acumulación de capital y la universalidad del mercado regido por sus propias leyes.
Supone, además, una intervención estatal de conformidad con estas leyes. Desde el punto de
vista instrumental, el Estado al servicio del mercado.
Con la aparición de Keynes, la teoría económica sufre una transformación fundamental Él
introduce la noción de planificación y de teoría monetaria. Esto traduce una intervención estatal
dirigida a construir líneas de intervención. Tanto en lo que se relaciona con la planeación
económica; como también en lo que respecta a la intervención de un banco central que regule
la circulación monetaria. Interviniendo el mercado cuando se sucedan movimientos y
desajustes.
En 1980, entran en escena los teóricos que cuestionan la teoría keynesiana. Es el momento del
neoliberalismo. Básicamente con los mismos postulados del liberalismo clásico. Con la variante
de la globalización.
6.1 Acerca de la teoría económica
6.1.1 De la confrontación entre escuelas y conceptos.
Desde el punto de vista metodológico, la convocatoria efectuada por parte del desarrollo teórico
clásico y su aplicación, supone leer y entender los conceptos vertidos por parte (a manera de
ejemplo y relacionado con la teoría marxista y con las postulaciones de Smith y Ricardo) elegí
comenzar con la contradicción de Rosa Luxemburgo (profesora. Pero, ante todo, militante y
dirigente del Partido Social-Demócrata Alemán); y por el profesor Francisco Valsecchi (maestro
argentino y esforzado investigador de la economía política, centrado en la solución concreta de
las necesidades materiales y espirituales de los sujetos individuales y colectivos. Creo asimilar
las opciones generales y particulares que me permiten acceder a la dilucidación de los términos
de diferenciación y su contextualización.
30
6.1.2. Rosa Luxemburgo.
Es pertinente, en mi concepto, hacer énfasis en el siguiente hecho: la interpretación del
concepto expresado por Rosa Luxemburgo, tiene profundas raíces en el proceso relacionado
con el ejercicio de reinterpretar la teoría marxista; tomando como punto de comienzo la lectura
y análisis de El Capital.
Por lo mismo, entonces, existe un referente fundamental: el texto “La acumulación del capital”.
Ante todo, porque, allí, se exhibe la capacidad para entender el capitalismo, su desarrollo y sus
contradicciones. Es, entonces, allí en donde se presenta la visión que tenía Rosa Luxemburgo,
en torno a la naturaleza y la razón de ser de la investigación económica y sus proyecciones. En
un entorno teórico concreto. Pero, por esto mismo, efectúa un seguimiento del proceso descrito
por Kart Marx.
Para ella, la economía política está, en su esencia, referida al proceso que involucra toda la
dimensión histórica inherente a la producción de bines y servicios y a la acumulación de capital.
Es decir, está inscrita en el camino que dilucida, el crecimiento de la economía, incluidos sus
aspectos contradictorios y, en si mismo, la interpretación de sus contradicciones y la validación
de la perspectiva socialista. Entonces, su definición de economía está inmersa en el contexto
de la lucha de clases. Esto es lo que explica su condición de militante del Partido
Socialdemócrata Alemán y su presencia en la confrontación con el capital; pero también con
expresiones disidentes en el proceso de reivindicación del rol fundamental de la clase obrera.
La suya es una visión que, así mismo, se entiende vinculada con la dinámica asimilada al
materialismo histórico estudiado por Marx y Engels. Quiere decir, por lo tanto, la confrontación
con Lenin, en términos contemporáneos.
La suya es, en consecuencia, una versión de la economía y su incidencia en el desarrollo de la
humanidad. Teniendo como centro la lucha de clases y la perspectiva socialista concreta. Es
decir: una opción de interpretación que conlleva a validar la lucha por el poder. Veamos, a
manera de ilustración, lo expresado por ella en el prólogo a la obra suya: “La acumulación del
capital”.
“…Ahondando en el asunto, llegué a la conclusión de que no se trataba simplemente de una
dificultad de exposición, sino que esta envolvía un problema teóricamente relacionado con la
31
doctrina del volumen II de El Capital de Marx, y que, además, trascendía a la práctica de la
política imperialista actual y a sus raíces económicas. He intentado formular con toda exactitud
científica el problema. Si lo hubiese conseguido, mi trabajo no tendría solamente un interés
económico puro, sino que encerraría, a mi parecer, cierta importancia para nuestra lucha
práctica contra el imperialismo…”
11
6.1.2. Francisco Valsecchi
Como profesor e investigador, su actividad aparece inmersa en contextos vinculados con la
gestión universitaria. Su orientación, está dirigida a valorar a los sujetos colectivos e
individuales; desde una perspectiva humana, concreta, moral y ética. Algo así como entender la
dinámica económica como un escenario en cual se puede y se debe intervenir. Forzando
cambios que involucren a los humanos, desposeídos y víctimas del modelo capitalista. Lo suyo
es asumir compromisos, en un contexto en el cual aparece viciado y manipulado el concepto de
equidad social y económica.
A diferencia de Rosa Luxemburgo, su visión no está definida propiamente en términos de la
lucha de clases, como confrontación fundamental que está en la base de la dinámica social,
política y económica.
Me permito presentar el siguiente concepto vertido por el profesor Valsecchi:
“…Llamamos actividad económica a toda actividad humana que modifica el conjunto de medios
útiles y escasos, a disposición de un sujeto individual o como grupo social, para los fines de la
vida.
La posibilidad de un auténtico desarrollo humano que tenga en cuenta a todas las personas y a
toda persona en su dimensión material y espiritual; supone entender que el hombre no tiene
fines económicos en su vida; sino problemas económicos derivados de la escasez de
bienestar, en su dimensión y de sus múltiples necesidades. Supone, también, concebir la
economía como ciencia subordinada a las exigencias de la política y la ética. La procuración de
bienes materiales, para la satisfacción de necesidades humanas; es un instrumento
indispensable para lograr el perfeccionamiento político en la vida social. Y lo es también, para
11
Luxemburgo, Rosa. “La acumulación del capital”. Juan Grijalbo Editores. 1967, página 9.
32
que el hombre, con suficiencia de bienes, pueda obrar de mejor forma, según la virtud y
perfeccionamiento moral…”
12
Queda claro, en mi opinión, que son conceptos (Rosa Luxemburgo y Francisco Valsecchi) en
torno a la economía; que son derivación de dinámicas teóricas e investigativas diferentes. Para
Rosa Luxemburgo, la economía se entiende en nexo con la lucha de clases y hacia la
perspectiva socialista; a partir de las contradicciones del modelo capitalista.
Para el profesor Valsecchi, se trata de una definición, en términos e hacer menos onerosa la
participación de los trabajadores, y de todos los vulnerados por ese modelo.
Con estas precisiones como referente, me permito expresar algunos aspectos puntuales,
relacionados con la teoría monetaria y la macroeconomía. Considero válido, por lo tanto,
efectuar una transcripción extensa de un concepto asociado a la teoría monetaria y su
expresión en torno al mercado del dinero.
No se trata, por lo tanto, de una transcripción acrítica (como lo demostraré más adelante). Es,
ante todo, el reconocimiento de expresiones desarrolladas al respecto y que pueden ser
utilizadas con el debido respeto y la citación de la fuente.
6.2.3 (Salario precio y ganancia)
El texto permite encontrar una noción diferente acerca del rol que cumple la fuerza de trabajo
en el proceso del intercambio de mercancías. Es algo así como entender que, en el contexto de
la teoría del capitalismo clásico, el precio se entendía como un elemento relacionado con el
mercado y, la ganancia como un insumo no dependiente del valor agregado que otorga la
fuerza de trabajo.
Lo anterior permite inferir que el texto, introduce un elemento nuevo en el estudio de las leyes
del mercado. Marx, delinea un proceso en el cual convergen actividades vinculadas con la
producción capitalista. Instruye, desde el comienzo, al lector, acerca del soporte del proceso
productivo. Postula un análisis en el cual se definen variables vinculadas con la producción. A
manera de ejemplo: establece que quien invierte, el propietario del dinero y de los medios de
12
Valsecchi, Francisco. Tomado en versión de página Internet.
33
producción (maquinaria), espera una retribución por el hecho de “arriesgar” su capital en un
proceso que implica a la producción de bienes y servicios. La contratación de los obreros
supone el pago de un salario (o recompensa) por utilizar su fuerza de trabajo.
El problema, o la discusión o diferencia conceptual con respecto a quien invierte, Marx lo
plantea en los siguientes términos: La utilización de materias primas para la conversión de las
mismas en productos, a partir del trabajo de los obreros, es un hecho natural vinculado con el
discurrir del mercado. Ya, en esa expresión conceptualización, está implícita una opción que
considera al trabajo como simple operación, sin ningún nexo con el valor agregado...
Marx introduce la expresión “valor agregado”, como aquel valor que está en nexo con la fuerza
de trabajo. Ese valor agregado, mediante la aplicación de la fuerza de trabajo, Marx lo
denomina plusvalía. Ya, ahí, va implícita una diferencia fundamental.
Ahora bien, en ese mismo contexto, Marx expresa que ese valor agregado (plusvalía) es
elemento fundamental constitutivo de la ganancia que adquiere el inversionista (capitalista).
En esta obra, se puede colegir que está en ciernes una obra de mayor envergadura. Esta es: el
Capital que constituyó el aporte, en profundidad, de Carlos Marx al desarrollo de la teoría
asociada a la definición del modo de producción socialista; como contraparte del modo de
producción capitalista.
7.0. De la existencia del mercado de dinero, en el contexto de la teoría monetaria.
7.1 Del concepto de intercambio y su nexo con la teoría económica.
Es algo así como retrotraer los orígenes. No solo en términos de la ortodoxia histórica acerca
de la utilización de una mercancía común que permita efectuar ese intercambio, independiente
de la situación geográfica y social. Un poco como insinuar una vertiente expresada a través del
tiempo y vinculada con la noción de transacción económica asociada al desarrollo histórico
social.
A lo anterior se suma una diferenciación, en relación con su tipificación y aplicación en
sociedades concretas y su nexo con la generalización, definida con la construcción de
34
referentes, casi siempre impuestos a partir de relaciones de dominio. A continuación,
transcribo, en extenso, apartes del trabajo realizado por la profesora Berta Pestaña en la obra
citada ante.
“…7. 2 Mercado de dinero
7.2.1 Preferencia por la liquidez (o demanda de dinero)
Es la parte de la renta que prefiere mantenerse en forma líquida.
Puede haber 3 motivos para esta preferencia:
• Transacción: La gente demanda dinero porque lo necesita como medio de cambio para
realizar sus transacciones; asociado positivamente al nivel de renta, es decir que a
mayor renta mayor preferencia por la liquidez.
• Precaución: con las mismas características que el anterior. Llamada L2. En este caso se
demanda dinero para hacer frente a contingencias e imprevistos; la demanda de dinero
nace de la incertidumbre que rodea a loas acontecimientos futuros.
• Especulación: asociado a la tasa de interés, es decir ligado a colocaciones que tengan
un rendimiento en el mercado financiero, Llamada L3. En este caso la demanda de
dinero es para poder aprovechar los cambios en los precios de los activos.
En general hay una relación directa entre renta y preferencia por la liquidez, es decir que, a
mayor ingreso, mayor demanda de dinero.
Hay una relación inversa entre tasa de interés y preferencia por la liquidez, o sea que, a mayor
tasa de interés, menor demanda de dinero.
L: Liquidez
K: porcentaje del ingreso que se mantiene líquido por motivos transacción y precaución.
Esta relación inversa entre demanda de dinero y tipo de interés se basa en el hecho de que los
individuos poseen dinero en lugar de cualquier otro activo.
35
Si el tipo de interés es alto, se procurará mantener la menor cantidad posible de riqueza en
dinero, pues su costo de oportunidad es elevado, por el contrario, si el tipo de interés es bajo,
no valdrá la pena ajustar las tenencias de dinero. Es decir que el comportamiento racional de
las familias y de las empresas determinará que las tenencias de dinero se reduzcan a medida
que el tipo de interés aumenta y que se incrementen cuando el tipo de interés se reduce.
: cantidad real de dinero.
: cantidad nominal de dinero
: Nivel general de precios.
h: coeficiente de sensibilidad respecto de la demanda de dinero.
Una tasa alta de interés desestimula la conservación del dinero.
Tipo de interés real = tipo de interés nominal - tasa de inflación
La oferta de dinero la determina el Banco Central y no está asociada a la tasa de interés.
Los puntos donde los diferentes tipos de demanda de dinero intercepta con la línea de oferta
monetaria, representan puntos de equilibrio entre demanda de dinero y tasas de interés.
7.2.2 Equilibrio en el mercado de dinero
Se da cuando la oferta monetaria ( ) es igual a la demanda monetaria (L). Esta función se
llama LM.
36
El equilibrio en el mercado de dinero se alcanza en un punto en que la cantidad demandada de
saldos reales es igual a la ofrecida.
Saldos reales: Valor de las posesiones de dinero medido en función de su poder adquisitivo.
7.2.3 Política monetaria
Se refiere a las decisiones que las autoridades monetarias toman para alterar el equilibrio en el
mercado de dinero, esto es, para modificar la cantidad de dinero o el tipo de interés.
Los fines últimos de la política monetaria es el logro de ciertos objetivos económicos generales
(v.g.: crecimiento moderado de los precios, mayor nivel de empleo posible, etc.)
La política monetaria puede ser:
• expansiva: reduce el tipo de interés (compra de títulos en el mercado abierto, reducción
de los coeficientes legales, concesión de nuevos créditos a los bancos), incrementando
la cantidad de dinero.
• restrictiva: tomando las medidas inversas a las citadas en el caso anterior, se logran,
consecuentemente, resultados inversos, es decir que se incrementarán los tipos de
interés.
7.2.4 Equilibrio General
Si IS es la función del equilibrio en el mercado de Bienes de Servicios; y LM es la función del
equilibrio en el mercado de dinero; el punto en que ambas funciones se cortan es el punto de
37
equilibrio general; es decir que hallamos los valores de la tasa de interés y de renta para que el
modelo se encuentre equilibrado.
Si:
Entonces:
Al resolver el sistema tendremos:
7.2.5 Dinero
7.2.5.1 Funciones del dinero
• medio de cambio: Es la función más importante. Es el medio de cambio
generalmente aceptado para la realización de transacciones y cancelación de deudas.
Elimina la necesidad de una doble coincidencia de deseos.
• depósito de valor: Porque puede usarse para realizar compras en el futuro. Es una
manera de mantener la riqueza, ya que el dinero puede cambiarse fácilmente por
bienes y servicios en cualquier momento.
Pero el poder de compra del dinero, varía cuando se altera el nivel de precios.
• unidad de cuenta: Aquella en la que se fijan los precios de los demás bienes y se
llevan las cuentas.
38
• patrón de pago diferido: Los pagos que han de efectuarse en el futuro
generalmente se especifican en dinero…”
13
Ahora bien, el haber transitado por estas opciones de interpretación en este territorio de la
teoría monetaria; me permite acceder a algunas posiciones que expresan, si se quiere,
dilucidan procedimientos manejados, a partir de estas opciones.
Tienen que ver, a manera de ejemplo, con conceptos como los de devaluación y
revolución. Veámoslo en términos del caso colombiano.
8. MULTIPLICADORES ECONÓMICOS: EL DINERO
8.1. LA REVALUACIÓN DEL PESO EN COLOMBIA, CAUSAS E IMPLICACIONES
A manera de justificación
He decidido invertir el procedimiento. Supone presentar un esbozo preciso en lo que concierne
al concepto de revaluación del peso; a partir de la opción teórica que permite la teoría
monetaria y en el contexto del concepto de macroeconomía.
Como quiera que debo hacer énfasis en los multiplicadores económicos; he trazado un
derrotero que va, desde el significado de revaluación de la moneda; hasta las categorías más
amplias que articulan los procesos y que devienen en la formulación de políticas públicas para
periodos de tiempo asimilados a la estrategia y, para periodos inmediatos y de mediano plazo;
asimiladas a lo que podría tipificarse como tácticas para enfrentar expresiones de crisis y/o
distorsiones en el universo del mercado. Tanto de bienes y servicios; como también en el
mercado financiero.
13
Pestaña, Berta. Obra citada.
39
8.2. La teoría monetaria.
Tiene que ver con la definición y funcionamiento de la moneda, entendida como instrumento
para el intercambio universal. Ya no se trata, como en períodos históricos anteriores, de validar
el trueque simple de bienes entre las personas y/o las naciones. En términos de economía
política, se define (ese período del trueque simple) como derivación de la autarquía (quiere
decir que cada país o nación produce los bienes que necesita y no requiere de un mercado
externo).
La teoría monetaria, entonces, asume un rol en el cual se establecen referentes (patrones) que
ejercen como insumos de soporte y de control. Lo primero (soporte), en razón a que la emisión
de moneda por parte de cada país, teóricamente, debe estar soportada en recursos internos
(reservas) que le permitan responder por el valor de esas emisiones. Esto porque, entre otras
cosas, la moneda se comporta como una obligación (a la manera de un cheque al portador)
que debe ser cumplida por el emisor. Esto es lo que explica, a manera de ejemplo, el hecho
siguiente: la emisión de moneda, supone la existencia de una organización monetaria en cada
país (lo que se conoce como banco central, o junta central de emisiones, etc.). Este soporte
monetario, entonces, en términos de la teoría monetaria, no es otra cosa que las reservas con
los cuales cada país emisor de moneda respalda esa emisión. Cuando se crece la emisión de
moneda (oferta monetaria), sin el debido soporte (reserva), una de las primeras consecuencias
es la pérdida del poder adquisitivo de esa moneda (inflación). Cuando, en contrario, decrece la
oferta monetaria y se restringen las operaciones de capital, se produce la figura contraria a la
inflación (deflación y/o contracción monetaria).
El segundo aspecto (control), hace alusión a un instrumento teórico y práctico que permite
establecer un dominio sobre la emisión y circulación de la moneda. Ya hablamos antes de la
figura conocida como reserva. Para concretarla, en cada país, se han desarrollado mecanismos
institucionales que ejercen como instrumentos de control y seguimiento. Para el caso
colombiano, por ejemplo, existió en el siglo XIX el denominado Banco Central. En el Siglo XX,
hasta finales de la década del setenta, ejerció la denominada Junta Monetaria (desligada del
Banco de la República) y, en la Reforma Constitucional de 1991, se transfirió ese control al
Banco de la República (se concentró, entonces, en el mismo la emisión de moneda y el control
monetario). Se entiende, siempre, que los instrumentos de control deben ser autónomos e
independientes del gobierno. Veamos una ilustración, respecto a lo anterior:
40
“…Pero la búsqueda de sanidad monetaria encontró dos grandes obstáculos. En primer
término, la escasez de oro que impedía ejecutar normalmente la conversión del papel moneda
y, en segundo lugar, la guerra mundial de 1914 a 1918, en la que como en todo conflicto bélico
los países beligerantes recurrieron al lanzamiento de papel moneda para financiar la contienda.
Se hizo entonces general el ambiente de inflación y de inconvertibilidad en que Colombia se
debatía a principios del siglo. Por 1920 mientras en el mundo europeo imperaba el desorden
monetario, en Colombia se adelantaban infructuosos esfuerzos por fortalecer la moneda y se
hacía más patente la necesidad de crear un organismo de emisión respetable, independiente
del gobierno, dados los fracasos del Banco Nacional y del Banco Central. La inflación de
nuestra guerra de los mil días que causó también ese temor de que fuese el gobierno quien
ordenara las emisiones a su arbitrio, es cierto que era un accidente contuso si se le compara
con las sufridas por Austria, Polonia y Alemania, durante la guerra del 18. En este último país el
tipo a que se convirtieron los marcos antiguos a marcos nuevos fue de un trillón a uno...”
14
En paralelo con el soporte y control de la emisión de moneda, la teoría monetaria, establece
otras figuras necesarias para el proceso de intercambio de bienes y servicios a través de la
moneda. Este es el caso de lo que se denomina “términos de intercambio”. Este tiene su
expresión en instituciones nacionales que ejercen como controladoras internas para el
intercambio de monedas entre los países. En Colombia, a través de la historia, se ha ensayado
diferentes denominaciones y espectros de intervención de esos mecanismos de control de
cambios. Es pertinente, a manera de ilustración, transcribir lo siguiente:
“..El oro y las divisas extranjeras que el Banco de la República tiene en su poder y que
prácticamente son las reservas internacionales de Colombia, suponen además el ejercicio de
operaciones de crédito y de vigilancia del flujo externo de fondos muy delicados. En cierta
medida compete al Banco, por ejemplo, mantener los pagos del exterior al día y llamar la
atención sobre los gastos exagerados de divisas que puedan debilitar la posición internacional
del país y tramitar la obtención de empréstitos para que la normalidad de los pagos se
mantenga...”
15
8.3. Acerca de la revaluación y la devaluación de la moneda.
14
Alviar, Oscar, Instrumentos de dirección monetaria en Colombia. Edición Manuales Universitarios
Tercer Mundo. Tercera edición julio de 1974, página 17.
15
Ibíd.., página 33
41
EL DERECHO Y LA ECONOMÍA COMO SOPORTES DE LA RELACIÓN ENTRE EL ESTADO Y LA SOCIEDAD
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  • 1. EL DERECHO Y LA ECONOMÍA COMO SOPORTES DE LA RELACIÓN ENTRE EL ESTADO Y LA SOCIEDAD (Una visión de la hermenéutica jurídica y económica) 1. De lo conciente y lo inconciente. De lo individual y lo colectivo Se trata de establecer el nexo entre acciones individuales y las acciones colectivas; a partir de dilucidar el significado que adquiere la relación unilateral del sujeto, que ha internalizado determinadas pautas, con lo externo; entendido como entorno ajeno. Al tiempo que se define su interacción con respecto los otros y las otras que actúan también en ese mismo entorno. Algo así como proponer, desde lo conceptual, un hilo conductor que permita entender la dinámica de ese proceso y, por esta vía, las diferencias entre el sujeto individualmente considerado y el sujeto colectivo; con todo lo que esto tiene de complejo, comoquiera que toda acción individual o colectiva supone incidir sobre la exterioridad, a la manera de proceso que la transforma. 1.1 Acerca del (la) sujeto (a) individual. Elaborar una posición al respecto, supone la asunción de uno o varios referentes. Ante todo, porque está involucrada una noción del ser; en términos de subjetividad. Es decir, retomar algunos insumos conceptuales que han ejercido como significantes; al momento de dirimir una contradicción básica entre el (la) sujeto (a) entendido (a) como uno (a) autónomo (a) y lo externo, entendido como universo que circunda al (la) sujeto (a) y lo (a) afecta; en cuanto lo (a) imprime, otorgándole elementos que pueden ser tramitados o procesados. Es, en consecuencia, un tipo de relación que permite identificar una aproximación a lo que podría llamarse utilitarismo primario; a partir del cual cada sujeto (a) establece su propia visión y decide acerca de las condiciones en las que delimita su territorio subjetivo, con respecto a la territorialidad general, externa; escenario que comparte con los (as) otros (as) sujetos (as). 1
  • 2. Lo anterior es tanto como entender la relación entre la naturaleza y el (la) sujeto individual. Ahora bien, desde la perspectiva estrictamente centrada en la teoría del conocimiento; cabe una aseveración (anterior a la lógica propuesta por la corriente del pensamiento complejo) la cual, a su vez, involucra una contradicción; relativamente simple: en principio, el ser como sujeto (a) individual, construye su internalización y su autonomía; a partir de un ejercicio, mediante el cual procesa la información proporcionada por la exterioridad. Solo a partir de ahí le es dado al (la) sujeto (a) una relación conciente con esa exterioridad; en razón a que la elaboración realizada por el (ella) define, de por sí, la particularidad propia de su identidad y autonomía. Así las cosas, entonces, hablar de la identidad del ser supone utilizar un concepto asociado a la autonomía. Pero también al ejercicio que permite la apropiación de la exterioridad; como proceso de internalización sin la cual no es posible una actuación individual conciente y diferenciada. Esto es lo mismo que asumir como verificable, en la intervención de uno (a) sujeto (a), las acciones inherentes a su identidad construida en términos de su relación con la exterioridad. Aquí cabe un entendido, de ese proceso que conlleva a la internalización individual, diferenciado. Es decir, asociado a momentos y/o períodos históricos; los cuales determinan la calidad y complejidad que adquiere la autonomía, la identidad; la capacidad para regresar a la exterioridad; bien sea para transformar la naturaleza física; o para interactuar con los (as) otros (as) sujetos (as) en términos de comunicación; generando opciones de transformación cuya concreción supone una actuación conjunta. La anterior interpretación conduce a plantearnos un interrogante relacionado con la diferenciación primaria entre los (as) sujetos (as), con respecto a la visión adquirida a partir del proceso de internalización de la exterioridad. Esto supone entender (la interpretación) como dinámica; ajena a un procedimiento lineal homogéneo. Veamos: La internalización individual está dada por la realización de un ejercicio de apropiación de la exterioridad, independiente. Es válida para cada sujeto (a) en su condición de ser que se diferencia de los (as) otros (as); así sea en el período más primario. Es decir, en aquel en donde la relación con la naturaleza se ejerce a partir de insumos y procedimientos elementales. A manera de ejemplo: los hombres y las mujeres definidos (as) como primitivos (as) en la historia de la humanidad; no establecieron un tipo de relación igual con la naturaleza; así el producto de esa relación se hubiera manifestado a través de una transformación y de utilidad similar; en cuanto significó la provisión de recursos inmediatos en nexo con sus necesidades 2
  • 3. primarias. Cada uno (a), en su ejercicio de apropiación de la exterioridad, adquirió y procesó elementos de manera individual. Esto es lo que permite entender acciones posteriores diferenciadas; inclusive entre aquellos (as) que compartía un mismo territorio físico y tenían pautas similares; entendidas estas como insumos colectivos derivados de su relación con ese territorio común. Visto así, entonces, no es pertinente la afirmación que reclama la vida colectiva primitiva, como sinónimo de unanimismo o identidad colectiva, que diluye la apropiación individual de la exterioridad. Si bien es cierto, en principio, que la intervención colectiva para la transformación de la naturaleza, se tradujo en acciones en las cuales la división de las mismas(...o del trabajo) no implicaba diferenciaciones en jerarquía que permitieran la acumulación individual; no es menos cierto que estas acciones colectivas no conllevaron a subsumir lo individual, como proceso de internalización, mediante la cual cada uno (a) construía su propia visión y pudo elaborar conceptos diferentes, comparados con las visiones y conceptos de los (as) demás. El ser individual, entonces, es tal en razón a su identidad y a su autonomía para elaborar visiones y conceptos. Esto permite entender, a manera de ejemplo, el desarrollo y aplicación de opciones individuales; en el mismo contexto de la transformación colectiva de la naturaleza. De no ser así, el tránsito de un período a otro se hubiese producido sin ninguna contradicción; en condiciones de homogeneidad en las cuales no habría lugar para el ensayo y la inventiva. Esto traduce: no todos (as) reaccionaron de manera uniforme ante los retos derivados del proceso de transformación colectiva de la exterioridad. Entre otras razones, porque la construcción individual de visiones y conceptos, incluye un distanciamiento, una abstracción a través de la cual se construye la identidad individual, como instrumentos indispensables para desarrollar la autonomía como posibilidad y como requisito para la diferenciación. Esto no implica asimilar, de por sí diferenciación individual a jerarquía y/o acumulación primaria de poder atado a la apropiación del producto derivado del trabajo colectivo. Se trata, simplemente, de entenderlo como dinámica posible, necesaria y lógica; en el contexto de la evolución traumática y compleja de la humanidad; desde períodos históricos primarios hasta períodos en los cuales se expresan los logros alcanzados; por la vía de la interacción entre las acciones colectivas e individuales. Como corolario inicial es pertinente expresar lo siguiente: La condición de sujeto (a) individual está dada por la asunción de la identidad y la autonomía; a partir de la diferenciación en el proceso de aprehensión de la exterioridad. Esta identidad y autonomía, a su vez, permite 3
  • 4. establecer una incidencia en la transformación de la exterioridad y una interacción con los (as) otros (as) sujetos (as); sin subsumirse; sin perder los referentes propios originados en su particular visión e interpretación (concepto) de la naturaleza y de la relación con los (a) otros (as). 1.2 De la interpretación (conceptos) individuales y su incidencia en lo colectivo. El ser individual es, de por sí, complejo. En cuanto logra, aún en su condición de individuo (a) primario (a), construir su propia visión de la exterioridad. Este proceso está asociado a los sentidos biológicos. La percepción, como ejercicio inicial que permite acceder a insumos externos, ejerce como instrumento para recolectar esos datos y procesarlos. Ya ahí, la diferenciación se establece por la vía del seguimiento y continuidad, originados en la capacidad para retener la información e interpretarla. No es una memoria simbólica ni formal, como la de los otros animales. Esa memoria trasciende a la repetición simple de lo aprendido, a manera de expresión espontánea y/o de respuesta instintiva a motivaciones externas. Por el contrario, es una memoria en constante actividad y que actúa como recurso pleno e intencional, cuando se hace necesario recordar lo visto antes, lo vivido; a partir de experiencias individuales y colectivas. Así y solo así se puede entender la capacidad que adquiere cada sujeto (a), para proponer y desarrollar opciones dirigidas al proceso de transformación de la exterioridad. Pero también, para entender la construcción de una simbología para sí; de tal manera que ejerza como instrumento fundamental, a la hora de definir sus propias perspectivas; en cuanto expectativas originadas en su propia pulsación con respecto a los (as) ) otros (as). Entonces, la esperanza, la ilusión, los afectos, el placer como elaboración suya; constituyen referentes en los cuales se cruzan la individualidad y lo colectivo. No como derogación de lo primero en función de lo segundo; sino como interacción que el (la) sujeto (a) individual acepta, e incluso propone, en el camino hacia la obtención de un determinado fin. Ya, en esta expresión, es pertinente entrever la influencia (...en esa memoria individual, como acumulado constante) de las tradiciones aprehendidas por la vía de la imposición y/o de la experiencia directa, que adquieren determinadas instancias simbólicas; construidas a partir de procesos individuales y colectivos. Así entonces, a manera de ejemplo, cabe analizar en ese espectro; el rol de la religión, de los códigos y paradigmas que ejercen como limitaciones al desarrollo pleno de la individualidad, en cuanto adquieren una significación que trasciende a cada sujeto (a) y lo (a) obliga a un acatamiento; so pena de quedar por fuera de esa figura de concertación colectiva que lo (a) compromete. No reconocer la concertación (a la manera de equilibrio); tuvo siempre 4
  • 5. (...y tiene ahora) para cada sujeto (a) repercusiones profundas. Inclusive, de su aceptación o no, depende en muchos casos la existencia suya como sujeto (a) individual vivo, como actor válido. En este contexto cabe una expresión relacionada con la incidencia que adquieren las opciones propuestas, por parte de los (a) sujetos (as) individuales; en lo que hace referencia a la interpretación de las pautas, paradigmas y condiciones vigentes en un determinado período histórico. En sí esas pautas y condiciones, no son otra cosa que construcciones colectivas que trasciendan a cada individuo (a). Podría aseverarse inclusive que, en las mismas; cada sujeto se subsume, como quiera que no le esté permitido transgredirlas. Está obligado, en consecuencia, a asumir una interpretación similar a la que realizan los (as) otros (as). Si su decisión es hacer trasgresión, bien sea por la vía de proponer una interpretación diferente y/o de asumir la opción directa de cuestionarlas y trabajar por su destrucción; se entiende que asume las consecuencias a que esto conlleva…Entonces se configura, a partir de esa intervención individual, una confrontación con la simbología e iconografías colectivas. Aquí, en esa confrontación, se enfrenta la construcción individual con la construcción colectiva. Esto es válido, como decíamos arriba, tanto para los paradigmas colectivos asociados a la religión; como para aquellos paradigmas asociados a la noción de ordenamiento y de jerarquización. Queda claro, asimismo, que estas construcciones colectivas, son posteriores a la apropiación primigenia de la exterioridad, a la internalización primera realizada por cada sujeto (a) en su contacto inicial con la naturaleza. Es decir, son elaboraciones, desarrolladas en el tiempo y en el espacio; como acciones concientes o inconcientes (...o mediante una interacción entre los dos estados) en donde se aplica el conocimiento acumulado, a manera de ordenamiento de las percepciones recibidas y almacenadas en la memoria. Pasa a ser, por esta vía, una memoria de todos y todas. Una memoria colectiva que se construye a través de la comunicación y de la instauración de códigos e íconos que dan fe de la concertación. Toda herejía, en principio, es una acción individual. Compromete a quien realiza una interpretación diferente y se decide a proponerla como opción. Bien sea como modificación parcial de las pautas, paradigmas y condiciones instaurados como referentes colectivos; o como alternativa que conlleva a una modificación total, radical. Algo así como o son esas pautas y paradigmas o son estas pautas y paradigmas alternativos. Ya ahí, en esa acción de proponer una alternativa, se configura un distanciamiento con respecto al ordenamiento vigente. Adquiere ese hecho un significado asimilado a la ruptura. En el proceso de enfrentar esa opción (...u opciones) con las existentes; el (la) sujeto (a) que ejerce como cuestionador 5
  • 6. (a), desemboca en una posición herética. A partir de ahí, se trata de definir las condiciones y el tipo de acciones a realizar, el proceso de difusión de la opción u opciones nuevas. Aquí, condiciones, tienen que ver con los insumos recaudados para sustentar la nueva opción. Tipo de acciones, tiene que ver con realizar una confrontación individual absoluta. O la adquisición, mediante el proceso de persuasión o imposición, de una aceptación de los (as) otros (as). De tal manera que pueda presentarse y desarrollar como opción u opciones colectivas. Esto no es otra cosa que el comienzo de una sumatoria de acciones diferenciadas; en procura de lograr la aceptación y acatamiento, bien sea de la modificación parcial o de la erradicación de las anteriores pautas y paradigmas y, en su reemplazo, erigir las nuevas. De todas maneras, bien sea que se actúe n un u otro sentido, es evidente la necesidad de cierta subyugación hacia los otros y las otras. Algo así como entender y aceptar el principio básico relacionado con el ordenamiento y el equilibrio por la vía de la imposición de pautas y paradigmas: siempre existan referentes establecidos como condición para el ordenamiento y el equilibrio; habrá unos códigos y obligaciones que ejercen como limitación a la libertad individual. Alcanzar unos nuevos referentes, unos nuevos códigos y nuevas obligaciones; supone la realización de acciones que controvierten lo anterior. 1.3 Del sujeto Colectivo Ahora se trata de establecer los términos de referencia, a partir de los cuales se configura la presencia y las acciones del colectivo; como sujeto pleno que trasciende a la individualidad, pero no la puede subsumir. Desde una interpretación etimológica, sujeto colectivo se entiende como figura plural. Es decir, se asume su configuración como sumatoria, simple o compleja, de individualidades con presencia en un determinado escenario, ámbito o territorio. También involucra un concepto adjunto, que da cuenta de una posición asimilada a la conciencia y a su significado. Algo así como entender al sujeto colectivo en condición vinculante con respecto a una visión (o visiones) y a una interpretación de la exterioridad que lo circunda. El problema radica en la posibilidad efectiva para precisar el nexo entre esa figura colectiva y la individualidad, sin que implique la disolución. Porque, a partir de una interpretación centrada en el estricto comportamiento mecánico; podría pensarse en una dicotomía elemental, en donde la conciencia colectiva es 6
  • 7. una expresión que traduce los acumulados históricos, en cuanto vivencias, como información procesada que induce a una definición desde la perspectiva cultural. De todas maneras, la interpretación de lo colectivo, supone un imaginario. Este, a su vez, debe estar asociado al concepto de espacio físico. Algo así como establecer una dinámica en la cual aparece la interrelación entre los (as) sujetos (as) individuales, asociados e integrados con respecto a determinados códigos reconocidos como válidos. Ya decíamos ante, en esta misma línea de reflexión: los referentes, entendidos como códigos, pueden ejercer como punto de equilibrio; a través del cual se expresan las coincidencias. Ahora bien, la complejidad en la interpretación del significado y alcance de este equilibrio, está dado por el análisis del recorrido previo para acceder al mismo. Tal parece que se presentan dos opciones en la interpretación. Una de ellas tiene que ver la identidad pasiva que realiza cada sujeto individual con los códigos o referentes generales que inducen al equilibrio. La otra tiene que ver con la coacción, con la imposición, por la vía de acciones ejercidas por parte de quien o quienes se erijan como centro y/o como intérpretes únicos de esos códigos. La primera opción supone un tránsito no traumático, mediante el cual cada sujeto asume la identificación con los códigos (conciente o inconciente). Es de suponer que, ya ahí en ese tránsito hacia la identificación o reconocimiento, se configura una ruptura con respecto al yo absoluto. Se traslada parte de la identidad personal, a la identidad colectiva; como condición indispensable para acceder al equilibrio. Se entiende y acepta esa necesidad, en una perspectiva grupal, plural. Ahora bien, los códigos pueden adquirir características religiosas, o de simples premisas para el trabajo asociado; o de compromisos para establecer una figura colectiva relacionada con el ordenamiento global de obligaciones; o una sumatoria compleja de todas estas las anteriores. Lo cierto es que la aceptación se expresa como actitud soportada en la libertad para definir. La segunda opción supone la presencia de posiciones previas; en las cuales es evidente una diferenciación en términos no solo de interpretación y elaboración con respecto a la exterioridad; sino también en términos de apropiación unilateral de los acumulados históricos de las vivencias entendidas como insumos para la construcción de los códigos, referentes. o paradigmas. Aquí, entonces, se configura un recorrido traumático; por cuanto supone la restricción impuesta a las posibilidades individuales. No es ya la aceptación en libertad; es por 7
  • 8. el contrario la imposición a reconocer, tanto los referentes en sí, como también a quien o quienes los representan y los imponen. 2. De la noción de poder y su ejercicio. Ahora es pertinente desarrollar algunos conceptos en relación al comportamiento del sujeto colectivo; a partir de su separación con respecto a los (as) sujetos (as) individualmente considerados. Supone, entonces, la aceptación de su existencia con expresión propia; regida por pautas que, a su vez, pueden ejercer como referentes generales. El problema tiene que ver con precisar las condiciones y/o prerrequisitos necesarios para consolidar la figura de la instancia abstracta; aquella que se desprende del sujeto colectivo y se rige como referente que debe ser acatado; no solo por los (as) sujetos (as) individuales; sino también por la colectividad que se construye y se hace plena en razón a la interacción constante entre los (as) sujetos (as). Ya, aquí, puede hablarse de una prefiguración territorial y de unos vínculos que hace posible esa interacción. Supone la aceptación de la identidad individual propia de cada sujeto (a); pero también la existencia de los (as) otros (as) como pares que comparten una misma identidad colectiva. 2.1 ¿Qué es el poder? Hablábamos arriba acerca de las condiciones en las cuales se puede concretar la aceptación, por parte de los (as) sujetos (as) individuales, de unos referentes y/o principios básicos; por fuera de si. Es decir, externos a cada uno a cada una. Quedó clara, en esta línea de análisis, la interpretación, a partir de dos opciones. Una u otra, definen tránsitos diferentes hacia la consolidación de de los principios, referentes o paradigmas que han de centrar y orientar el quehacer de los (as) sujetos (as) individuales; en un entorno preciso, en el cual se involucra la aceptación de los (as) otros (as) como pares. Pero, al mismo tiempo, adquiere el significado inherente a la separación de esos principios-referentes con respecto a lo colectivo, entendido como sujeto que simplemente asume como sumatoria de las individualidades. Es decir, empieza a erigirse como figura que trasciende a los (as) sujetos (as); tanto en lo individual como en lo colectivo. También habíamos expresado acerca de la connotación que esto adquiere; en cuanto supone la presencia de quien o quienes asumen como responsables del manejo o supervisión del 8
  • 9. acatamiento debido en torno a esos principios-referentes. Es algo así como indagar con respecto a las condiciones que debe o deben reunir ese sujeto (a), o esos (as) sujetos (as). Desde la interpretación propuesta por Marx y Engels; podría aseverarse que el ejercicio de esa responsabilidad supone la asunción de una posición de dominio, como efecto colateral de una apropiación con respecto a los excedentes de los bienes producidos por la vía del trabajo, de la transformación de la naturaleza. A lo anterior podría agregarse, como extensión necesaria, la apropiación de los acumulados del conocimiento adquirido en ese mismo proceso. De ser así, entonces, surge un nuevo elemento alusivo a la cultura; entendida como superestructura construida a partir de la relación establecida con la exterioridad (naturaleza). Aparece, por esa misma vía, la figura de beneficiario o beneficiarios. Esto, de por sí, adquiere el significado propio de unas relaciones, ya no en igualdad de condiciones; sino en las cuales se establece un dominio sobre aquellos (as) que no ejercen como tal. Otra alternativa, para la interpretación, tiene que ver con la posición Kantiana; en la cual aparece la razón como sujeto abstracto que conduce los procesos. Por lo tanto, adquiere una connotación ajena a los (as) sujetos (as), en tanto se entiende como condición preexistente al proceso de transformación de la naturaleza. Por lo mismo, entonces, se entiende como extensión y aplicación modificada de la posición socrática y aristotélica. La variante tiene que ver con el de que, en Kant, la Razón aparece como abstracción que ejerce como referente, inherente a la noción de poder; como instancia que convoca y que debe ser acatada; en cuanto se concreta a través de una figura asimilada al concepto de Estado. Ya, aún antes de Marx, Engels y Kant; Juan Jacobo Rousseau; Tomas Hobbes y Nicolás Maquiavelo, desarrollaron teorías alrededor de ese concepto de poder y de dominio. Opciones diferentes hacia la interpretación de ese hecho. Variantes como el equilibrio entre lo colectivo y lo individual, a través de la aceptación y la concertación (Contrato Social, postulado por Rousseau); o como la exaltación y justificación de un ejercicio de dominio, desde una perspectiva centrada en la imposición (Leviatán, de Hobbes); o como figura asociada a la intermediación y trámite conciente de un sujeto individual que impone una determinada condición (El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo). El asunto queda planteado y requiere de un desarrollo, si se pretende dilucidar el significado del control ejercido sobre los (as) sujetos (as) individualmente considerados (as)...o sobre estos (as), entendido como colectivo que no ejercen como beneficiarios (as) de este control. 9
  • 10. Tal y como lo hemos insinuado, el poder no es otra cosa que el control ejercido por parte de quien o quienes adquieren la capacidad para hacerlo Acceder a esta capacidad, su explicación, se explica según sea la interpretación asumida. De todas maneras, en estricto, desde el momento en que se configura una determinada forma de control; este actúa como condicionante que impide el desarrollo, pleno y absoluto, de la libertad individual entendida en los términos ya señalados: como posibilidad que tiene cada individuo (a) para interactuar con la exterioridad; a partir de sus propias vivencias. De su particular nexo con la misma y con el (la) otro (a). Supone, en fin, la pérdida de la autonomía primaria. Esto explica, hasta cierto punto, la tensión latente que acompaña todo proceso mediante el cual se efectúa una imposición. Una tensión ya prefigurada por Freud en “Tótem y Tabú”..Y desarrollada por (sin saberlo) por Engels en “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado”. Con mayor claridad, Marcuse, identifica ese nexo en sus trabajos: “El hombre unidimensional” (en tanto que sitúa una interpretación del control político, como yunta que inhibe al –la- sujeto –a-) y en “Eros y Civilización” (en tanto se retoma todo el espectro, derivado del malestar que acompaña a cada sujeto – a-, desde el momento mismo de su vinculación forzada a la vida colectiva.). Así entendido, entonces, el poder inhibe el desarrollo del (la) sujeto (a). Supone la instauración de unos referentes para interpretar el nexo que cada uno (a) realiza con la exterioridad y de la internalización que este (a) efectúa, como efecto colateral de esa relación primaria. Algo así, entonces, como objetivar los acumulados de procesos anteriores, convirtiéndolos en pautas que deben ser aceptadas. Por esta vía, en consecuencia, podría entenderse esa inhibición, en condiciones similares a la que existe con respecto a los condicionantes primarios anclados en los contenidos propios de la religión. En principio, podría aseverarse que (en estricto) poder y religión causan el mismo efecto en cada sujeto (a)...la inhibición. En torno a este hecho, cabe expresar desde ahora un elemento que será desarrollado posteriormente: Cuando se actúa, de manera individual o colectiva, en contra de esa inhibición; se configura un conflicto que origina un castigo, una sanción; por parte de quienes ejercen como controladores hacia quien o quienes actúan en contravía de los referentes. Es el caso, a manera de ejemplo, de lo sucedido con Prometeo. 2.2. El poder político. A manera de ilustración (...Con reservas obvias), es pertinente presentar la reflexión efectuada por Francisco Segui, el prólogo a una de las ediciones de La República (Platón); veamos: “...Si 10
  • 11. la vida ciudadana, la poli como forma comunitaria, se hunde desgarrada por el escepticismo, el agnosticismo y el relativismo, la poli como organización política sucumbe ante el empuje de la democracia. Y si Sócrates buscaba la solución invitando a revisar los conceptos éticos, a encontrar lo absoluto, Platón idea todo un mecanismo político-social. Su República no es una descripción de un mundo ideal: es una técnica de formación de una sociedad. Aunque de vez en vez caiga en ciertas disquisiciones sobre conceptos tales el de justicia o felicidad, está orientada al estudio de los aparatos de control social. Su objetivo es el orden, la estabilidad (rechazará todo cambio que no sea un acercamiento al ideal descrito en la obra). Y para ello parte de la educación. La educación es el principal elemento represivo, el medio más eficaz para el control, el más apropiado homogenizador social. Educar es, para Platón, construir ciudadanos. En la educación se hará al ciudadano: se condicionará su sensibilidad, su voluntad y su pensamiento, de modo que nada pueda desear sino aquella situación que por naturaleza le pertenece. Toda técnica de control social responde a una concepción del hombre y de la vida, sin duda. Pero es un error pensar que Platón extrae sus ideas políticas de la teoría de las ideas. Al contrario, la Ideas serán una metafísica, una cosmovisión, una especie de creencia favorable para llevar a cabo la política…” 1 Desde la interpretación acerca del poder, propuesta y desarrollado en este escrito, es evidente la asimilación al concepto de control. El asunto siguiente tiene que ver con su definición en términos de control político. Lo anterior, por cuanto la noción de política, adquiere una connotación relacionada con la actuación colectiva. Algo así como entenderla, en el contexto permitido por los agregados adquiridos a través de determinados procesos previos. Es decir: la política no constituye una opción originada en el proceso de internalización que efectúa cada sujeto (a), con respecto a la exterioridad. Es, por el contrario, el desarrollo de elaboraciones acumuladas, a través de procesos que trascienden a cada sujeto (a); comoquiera que se configuran a partir de una forma de apropiación realizada por parte de quien o quienes convierten esas elaboraciones, en opciones que entran a ejercer como referentes. En consecuencia, constituyen, por esto mismo, un mandato; una convocatoria que pretende el reconocimiento individual y colectivo. Está expresada en códigos (...o definiciones) que conforman un cuerpo teórico, con repercusiones prácticas en el quehacer cotidiano. Es, en 1 Segui, Francisco. Prólogo a La República, Tomo I. Ed. Universales, Bogotá 11
  • 12. otras palabras, el soporte necesario para ejercer gobierno, autoridad; por parte de quien o quienes se han separado de los (as) otros (as); en su condición de usufructuarios (as) de esos mismos códigos. La diferenciación comienza, desde el momento mismo en que aparecen insumos que la permiten. Si bien es ilustrativa la interpretación (...un poco lineal) propuesta en el recorrido: sociedad primitiva-esclavismo-feudalismo-capitalismo; como proceso explicativo en cuanto al origen de la dominación. Lo cierto es que el asunto es mucho más complejo. Porque supone, entre otras cosas, retomar el entendido de la apropiación de los referentes y su imposición; a partir de un ejercicio originado en la diferenciación; pero, asimismo, en nexo con el proceso de internalización individual. Valga presentarlo de la siguiente manera: si la sociedad primitiva descrita por Lewis H. Morgan, constituyó un estado en el desarrollo de la humanidad; no puede inferirse, necesariamente, la ausencia de determinadas formas de diferenciación...y de control. Con las limitaciones sociológicas y políticas propias de su investigación, el texto que la resume, tiene elementos importantes; en cuanto a la interpretación de los hechos originados en la misma investigación que se relacionan con la actividad humana. Por lo mismo es pertinente resaltar lo siguiente: “..Los hechos indican la formación gradual y el desarrollo subsiguiente de ciertas ideas, pasiones y aspiraciones. Aquellos que ocupan las posiciones más prominentes, caben ser generalizados como crecimientos de ideas particulares, a las que se encuentran íntimamente vinculadas… ..ÚLTIMO. La idea de propiedad se formó lentamente en el pensamiento humano, permaneciendo naciente y endeble durante períodos inmensos de tiempo. Adquiriendo vida en el salvajismo, requirió toda la experiencia de este período y del subsiguiente, de la barbarie, para desarrollar el germen y preparar el cerebro humano para la aceptación de su influencia de contralor. Su imperio como pasión por sobre todas las demás pasiones, señala el comienzo de la civilización...” 2 Ahora bien, como lo hemos señalado arriba, el poder adquiere significado a partir de la apropiación unilateral de insumos relacionados con el conocimiento acumulado. Esta 2 Morgan, Lewis H. La Sociedad Primitiva, edición Divulgación Cultural Universidad Nacional de Colombia, 1972. 12
  • 13. apropiación permite la elaboración de unas determinadas condiciones que deben ser acatadas, por parte de quien o quienes no actúan en posición de usufructuarios. Así planteado, entonces, no implica necesariamente un nexo primario con la posesión de bienes. Otra cosa es que la posesión permita el desarrollo y consolidación posteriores de mecanismos de control y, por esta vía, de imposición. Lo anterior es lo mismo que entender la dinámica del poder y del control; como una sucesión de eventos en los cuales se van estructurando unas instancias en las que predominan instrumentos conceptuales, como opciones únicas para la interpretación de la naturaleza y de las relaciones necesarias para transformarla…o, simplemente, para convivir con ella. A partir de esta lógica para la interpretación del poder; se entiende que este adquiere una connotación política, como opción válida en el proceso de consolidación y defensa del mismo, por parte de quien o quienes actúan como detentadores. Lo que, en principio, era un control en términos de pautas y códigos propuestos (...o impuestos) como única alternativa para establecer un nexo con la externalidad; se convierte una la instauración de instancias que identifican esos pautas y códigos con los usufructuarios. Esto supone el desarrollo de mecanismos constitutivos de reglas orientadas a distanciar, aún más, el poder con respecto a quienes se controla. Es decir, este (el poder) se torna mucho más complejo; comoquiera que se configura la intermediación como requisito indispensable para acceder a sus representantes. El territorio, en este contexto, deja de ser simple externalidad primaria, natural en la cual se efectúa la interacción y el intercambio por parte de los (as) sujetos (as). Se convierte, por lo mismo que se consolida la figura del poder, en escenario en el cual la relaciones (...Sociales) adquieren características, cada vez, más complejas. Ya no es, entonces, la simple aceptación de los códigos originarios, casi siempre asociados a la religiosidad. Ahora se trata de una figura ensanchada de este. Una ampliación del espectro; en función de los nuevos elementos que lo acompañan y sustentan. Vale la pena reiterar acerca del condicionamiento que se le imprime a la actuación individual. El proceso, por medio del cual se instaura la dominación, supone una inhibición a la libertad. Ya no existe la posibilidad de ejercer la autonomía inicial; para exteriorizar los conceptos elaborados a partir de la relación con la naturaleza, con la externalidad. Lo que prevalece, ahora, es la asunción de los referentes establecidos como única opción posible. Es una interpretación mediada por los códigos y las instancias desarrolladas por parte de quien o 13
  • 14. quienes ejercen como detentadores de esos referentes. A esto se agrega el hecho del nexo entre esa acción de control primaria y la evolución del sistema de apropiación de los excedentes derivados del trabajo. Se configuran, entonces, unas relaciones sociales en las que prevalece la imposición de reglas. Algo así como una sumatoria de conceptos básicos que obligan. Actuar en contravía de los mismos sitúa, a quien o quienes lo hacen, por fuera de esas condiciones. Por lo tanto, debe ser entendido como desafío, como rebelión. Esto es lo que explica, en términos del concepto de legalidad, la estructuración de figuras que describen y validan el castigo; como procedimiento indispensable para mantener el control. Es ahí en donde, el poder, adquiere su connotación política. Es pertinente, para este caso, citar la posición expresada por J.C. Friedrich, en su texto La filosofía del derecho. “..Puesto que para el derecho siempre tiene importancia fundamental que la obligación de sus normas se encuentre firmemente anclada en la convicción de la legitimidad de la autoridad que crea la ley, sea Dios, sea la acción popular, la importancia de las normas legales en la vida social estará, en todo momento, hondamente influida por la fe en la legitimidad del gobierno que las impone y por la cual son creadas. El nomo y el jus de griegos y romanos estuvieron en vigor mientras se mantuvo la fe en la comunidad de la poli, pues la poli estaba regulada por el nomo y el jus, debido a la constante fe del pueblo en la heroica sabiduría de algún antiguo legislador, ya fuera un Solón, un Licurgo, o las Doce Tablas. Sin embargo, para los judíos del Antiguo Testamento, no fue Moisés, ni siquiera los profetas, sino el Dios único, quien habló a Moisés y le ordenó que comunicara sus leyes a su pueblo (Levítico 19: 1-2). Y fue su pueblo el que quedó convertido en una comunidad sagrada gracias a esa comunicación, por la santidad misma del Dios que había dictado las leyes. Y de esta santificación, al dar y obedecer la ley, se desarrolló o, quizá fuera mejor decir que se derivó, como corolario la doctrina del pueblo elegido...” 3 2.3 El concepto de Estado Ya quedó planteada la interpretación en torno al poder y al control. Se infiere, en consecuencia, una connotación asociada al concepto de sociedad; entendida como interacción colectiva en un determinado territorio y cohesionada por una reglamentación; impuesta como norma de obligatorio acatamiento. 3 Friedrich, C.J., La Filosofía del derecho, ed. Fondo de Cultura Económica 14
  • 15. Cabe ahora extender esa interpretación. Ya no tanto en lo que hace referencia a la implementación coercitiva de los códigos y de las instancias a cuyo cargo está la vigilancia y desarrollo de los mismos. Se trata de entender la dinámica que adquiere esa implementación; a través de un proceso que va instaurando instancias, como figuras mucho más complejas en lo que hace referencia a los mecanismos de control, de su desarrollo y distanciamiento con respecto a la interpretación primaria, rígida de la inhibición y subyugación hacia el (...o los) sujeto (os). Lo que antes era un escenario en el cual se exhibían unas relaciones simples de dominación; ahora se va convirtiendo en territorio en donde los códigos y normas conforman un sistema lógico, abstracto. De tal manera que los (as) sujetos (as) involucrados (as) como dominados (as), pasan a ser un colectivo que es obligado a identificarse con ese sistema complejo de mandatos y requerimientos; intermediado por instancias próximas y lejanas. Es, en otras palabras, una asociación forzada que tiene como justificación y como centro, la aceptación de ese sistema normativo. Al mismo tiempo, implica el reconocimiento de intermediarios que ejercen como representación válida de esa asociación (...de ese Contrato Social, diría Rousseau). Lo anterior no supone, en estricto, la pérdida de las aspiraciones íntimas de cada sujeto (a), entendido en los términos propuestos arriba. Por el contrario, a pesar de la imposición del sistema de normas, persiste ese conflicto (...o malestar que llamaría Freud) latente con respecto a esa misma imposición. Veámoslo, un poco, en los siguientes términos: “..Creo poder decir, en resumen, que la filosofía estoico-ciceroniana del derecho tiene sus raíces en una ética racional a la que se adjudica una validez universal, como ley de la naturaleza humana. Esta ley, como todas las leyes de la naturaleza, es la razón inherente a la naturaleza toda; es su significado. Por tanto, podemos, y debemos derivar leyes de esta ley (a lege ducendum est juris exordium), porque esta ley, la ley natural, es la fuerza de la naturaleza (naturae vis.) y, por tal motivo, es la norma que define lo que es bueno y lo que es malo. El cumplimiento de esta ley natural es tarea impuesta a los diversos estados (civitates) que expresan la verdadera ley en las normas del jus pentium, común a todas ellas. Cada comunidad, sin embargo, tiene su propio jus civile, válido sólo para sus ciudadanos, ya que toma en consideración las condiciones especiales, tanto espirituales como materiales, que son peculiares de tal comunidad. Pero ni el jus Pentium ni el jus civile deberán estar en conflicto 15
  • 16. con el jus naturae. Si lo están, tales normas no son verdaderas leyes, sino mandatos arbitrarios...” 4 Hasta aquí queda claro, en nuestra línea de interpretación, la dicotomía que subyace a la implementación del poder político, como una expresión de la coacción hacia el sujeto. Este ejercicio de dominación tiene, como colateral, una forma de subyugación; en tanto supone la imposición de limitaciones al desarrollo autónomo individual que permite acceder a la naturaleza y tomar de ella las percepciones e impresiones necesarias para construir el bagaje conceptual indispensable, como proceso que consolida la independencia de cada sujeto (a). La inhibición, derivada de la imposición de ese tipo de poder, induce a reprimir la autonomía y la libertad; como cuota necesaria que debe otorgar el (la) sujeto (a) para disfrutar las posibilidades derivadas del poder que, a su vez, se erige como avance colectivo en la escala de la evolución humana...de la civilización; pero implica asimismo la latencia del conflicto, del deseo de libertad reprimido. Veámoslo, en términos de Marcase: “El desarrollo del sistema jerárquico de trabajo social no solo racionaliza la dominación, sino que también contiene la rebelión contra la dominación. En el nivel individual, la rebelión original es contenida dentro del marco del conflicto de Edipo normal. En el nivel social, las recurrentes rebeliones y revoluciones han sido seguidas por contrarrevoluciones y restauraciones. Desde la rebelión de los esclavos en el mundo antiguo hasta la revolución socialista, la lucha de los oprimidos ha terminado siempre con el establecimiento de un nuevo, y mejor, sistema de dominación; el progreso ha tenido lugar a través de una cadena de control cada vez más eficaz...* 5 Son evidentes las limitaciones en el enfoque Freudiano propuesto por Marcase. No solo en lo que respecta al espectro social y su dinámica; sino también en lo que hace referencia al desarrollo y manifestación de los mecanismos de dominación, mucho más complejos que los esbozados en ese enfoque. Habría que mirar, en perspectiva, análisis desde la interpretación sociológica y política. Pero, de todas maneras, Marcuse permite reconocer e identificar el conflicto entre sujeto y poder, que subyace a la tensión constante que acompaña a cada individuo inmerso en el sujeto colectivo y en su expresión orgánica; como instancias de control. 4 Friedrich, C.J., obra citada. 5 Marcuse, Hebert, Eros y Civilización, Ed. Seix Barral Barcelona, 1968, página 92 16
  • 17. Así la cosas, entonces, existe un nexo insoslayable entre poder político y Estado. Este último no es otra cosa que la racionalización y organización del poder político; por la vía de instancias jerárquicas, independientes del sujeto individual y del sujeto colectivo. A través de ellas se expresan unas relaciones de dominio que abarcan territorios definidos. Es, el Estado, un ordenamiento a partir del poder político. Le imprime a este una connotación abstracta, en razón a que ejerce como referente que convoca a la aceptación; como garantía para la cohesión de quienes comparten el territorio y que, asimismo, tienen un origen y expresiones culturales comunes. Constituye, en otras palabras, la única posibilidad para acceder a beneficios en condiciones de igualdad. Uno de ellos, a manera de ejemplo, tiene que ver con la opción para dirimir conflictos, entre los súbditos. Lo anterior por la vía de la interpretación lógica y neutral; a cargo de instancias creadas y desarrolladas en el marco permitido por el Estado. 4. De la democracia. De la asociación y la identidad en la confrontación. La confrontación es un agregado del conflicto. Es su manifestación; como quiera que supone la expresión, mediante acciones precisas y concretas, bien sea de una parte del conflicto o de la totalidad de este. Si es lo uno o lo otro, se define a partir de los contenidos que adquieren las acciones; pero también de, a partir de su significado con respecto al poder y sus manifestaciones. Lo anterior se entiende mejor, ubicado en el contexto que ejerce como escenario en el cual se aplica y desarrolla el poder. De las instancias, procedimientos a través de los cuales se ejerce el control. De las franjas o sectores sociales que aparecen como dominados. Inclusive, en un análisis más preciso, de la diferenciación que adquiere la dominación; según la identidad que pueden alcanzar algunas de esas franjas o sectores, con respecto a los beneficiarios directos del poder. Algo así como entender una dinámica en la cual aparecen beneficiarios (as) transitorios y parciales; sin que esto implique la asunción del poder en sí. En nuestra línea de interpretación, se trata de proponer una opción, en la cual se hace visible la presencia de la dominación en diferentes niveles. Ya no tanto en lo que hace referencia a las instancias y/o los aparatos ideológicos del Estado, como expresiones a partir de las cuales se pueda explicar y generalizar la cobertura y afectación de la dominación. Lo nuestro es más la pretensión de alcanzar una caracterización de la dinámica que adquiere la aplicación del poder 17
  • 18. y la dominación; en cuanto que ejerce una cobertura que permean sectores específicos, vinculándolos al proceso inherente al control político y económico; como beneficiarios transitorios. O, simplemente, como soportes pasivos a partir de lograr su apoyo en términos de captar su identificación con los propósitos últimos del poder. Cuando, en este marco conceptual propuesto, se producen fricciones o rupturas; se configuran expresiones de la confrontación que vinculan a esos sectores con acciones que expresan contenidos concretos de un determinado conflicto; sin que esto implique la disolución de nexo con las instancias del poder. En esta perspectiva, inclusive, cabe validar el concepto que propone un entendido del Estado, como una sumatoria de micropoderes; a la manera de de bloque de sectores o de clases en el poder. Esta opción supone la presencia de una figura asociada al equilibrio, en el cual confluyen intereses, en veces divergentes, unidos alrededor de una (...o unas) determinadas formas de poder que les permite imponer decisiones en nexo con sus intereses estratégicos. Es más, por esta vía, podría entenderse la “delegación del poder formal”, a individuos y sectores que ejercen como expresiones “neutrales”. Vale la pena, como ejemplo, transcribir el aparte del texto “Los Límites de la Modernización”, escrito por la profesora Consuelo Corredor Martínez. Lo consideramos importante, en razón a que se insinúa una interpretación del poder y la dominación; a partir del análisis de un período concreto de la historia del desarrollo político y económico en nuestro País. “..Los alcances de esta modernización han sido bastante limitados y sus implicaciones extremadamente conflictivas, debido a que ella se ha adelantado en un contexto marcadamente liberal en el cual han prevalecido los intereses de las élites dominantes. El modelo liberal de desarrollo ha significado la subordinación del Estado, minimizando su función de interpretar, gestionar y regular los intereses colectivos, y obstaculizando la configuración de un espacio público en el que se puedan expresar, confrontar y resolver los conflictos sociales. El Estado colombiano es un Estado privatizado, atrapado entre el liberalismo económico y el conservadurismo político. En esta perspectiva liberalismo y conservadurismo no se oponen, sino que, por el contrario, se articulan y se prestan mutuos servicios. El logro de intereses particulares sin importar los costos sociales encuentra un terreno propicio en el orden jerárquico y tradicional por el cual se vela el conservadurismo. El costo de esa coexistencia ha sido el rezago de la organización 18
  • 19. política de las transformaciones socioeconómicas que han trastocado el orden en que estaba cimentada. Las restricciones derivadas de los sistemas económico y político colombiano han entretejido una gama de relaciones tanto modernas como posmodernas, lo que hace la sociedad más compleja y fragmentada que en el pasado. Ha sido una acumulación histórica de tensiones que han significado en forma continua períodos de crisis y de relativa estabilidad. Y en esta dinámica, los momentos de crisis son cada vez más severos por la fragmentación de los escenarios y de los actores, la mayor polarización y desigualdad sentidas y una amplia percepción del carácter excluyente de los sistemas social y político…” 6 A partir de esta opción nuestra de interpretación, en consecuencia, se hace necesario presentar un análisis que permita introducir la diferenciación acerca de los contenidos, alcances y significación, en cuanto a niveles de expresión del conflicto, de la confrontación y las acciones por medio de las cuales este se concreta. 4.1 El concepto de lo popular. La confrontación del poder. La connotación que adquiere la diferenciación, en el contexto de las relaciones sociales, supone una determinada caracterización de roles; a partir de análisis soportados en categorías conceptuales y metodológicas. Por lo tanto, ya no se trata de una simple réplica de lo observado, como representación objetiva. Por el contrario, significa profundizar acerca de esas expresiones de superficie; indagando por las condiciones que la subyacen, como soporte. Ya, en ese procedimiento, pueden y deben aparecer algunos niveles de abstracción, referidos a la interpretación alusiva a los acumulados históricos en nexo con la participación, en esas mismas relaciones sociales, de los (as) sujetos individuales y colectivos (as). De las condiciones en que esta se ha producido y del grado de inserción con respecto al conocimiento, a las instancias que lo promueven y controlan. Pero también, y con mayor énfasis habida cuenta del horizonte propuesto en nuestro escrito, acerca del significado de esa participación con respecto al poder y a las instancias que lo soportan, a sus manifestaciones como instrumentos de control, de dominación y de imposición. 6 Corredor, Consuelo. Los Límites de la Modernización, segunda edición. Editada por Cinep, página 23 19
  • 20. Ha habido, en el curso del tiempo, interpretaciones que asocian la caracterización antes aludida, a posiciones antropológicas y culturales. Por esta vía, ha desembocado en expresiones que delimitan (a manera de diferenciación) la intervención de los (as) sujetos individuales y colectivos en el desarrollo de las relaciones sociales; a partir de asignarle a determinados sectores una posición periférica, respecto a los beneficios del conocimiento, entendido como proceso, como aprendizaje que va decantando, segregando. Aquí, en esta opción, se valida, en veces, un instrumento de diferenciación asociado la pertenencia a una determinada raza y/o etnia. Visto así, entonces, cabe una propuesta de interpretación generalizante; pero también de especialización; por cuanto se establece unos condicionantes vinculados con normas y pautas, a la manera de posición que reivindica una versión predominantemente aceptada y acatada, de cultura, como sinónimo de civilización; como paradigma, a partir del cual es posible establecer una segregación. Ya no se trata, en el anterior escenario conceptual, de admitir una posición periférica respecto al poder y a las instancias que lo soportan. Aquí, la noción de lo periférico, está referido a un espectro mucho más amplio; en razón a que los márgenes constitutivos de la delimitación social, están contraídos en términos del grado de apropiación y/o de acceso a los beneficios del conocimiento, y de la cultura asumidos como referentes de civilización. Esto no es otra cosa que entenderlo, como adecuación, como asimilación de los roles y los paradigmas allí consignados. En un documento de trabajo (La Educación Superior en América Latina), presentado en el debate al interior de la Universidad Nacional de Colombia, previo a la realización del Primer Congreso Nacional de Educación Superior, realizado en la ciudad de Barranquilla los días 1,2 y 3 de diciembre de 1999; se expresa un concepto que consideramos válido. Veamos: “…En estas condiciones, la Escuela, no es otra cosa que una expresión que, en principio, transfiere el dominio estatal. No tanto en la aplicación elemental marxista de aparato ideológico; sino como complejidad que articula instancias del conocimiento, aplicadas y estructuradas en programas y acciones, a partir del ese centro-poder, sin ser el. No es, entonces, una aplicación a partir de la lógica lineal. Es una interacción heterogénea orientada por unos perfiles definidos a partir de las necesidades inherentes a los intereses que impone ese centro-poder. Es decir, lo suyo no es otra cosa que contextualizar la sociedad en términos de su propio rol, de su significación. Con esto tratamos de establecer lo siguiente: la globalización siempre ha existido, 20
  • 21. si asumimos que esta no es otra cosa que la imposición de referentes a partir del dominio ejercido. Sin pretender un traslado conceptual mecánico, las condiciones impuestas desde el centro- poder económico y político internacional, permiten trazos que imprimen todo el quehacer económico, político y cultural de los dependientes. Ya, de por sí, el solo hecho de reivindicar los autóctonos (como acervo cultural) es constitutivo de herejía con respecto a los modelos considerados prevalecientes. Esto es mucho más evidente, en lo que respecta al desarrollo del conocimiento por la vía de implementaciones programáticas escolarizadas. La escolarización, en sí, origina rupturas si se compara con las aprehensiones y las tradiciones propias de las culturas nativas. Porque no habría de serlo, entonces, a partir de la concreción del dominio desde el centro hacia la periferia. En esto, por decirlo de alguna manera, se mantiene incólume el postulado de Samir Amin, cuando en su texto en torno al capitalismo, su desarrollo e implicaciones, habla de las culturas periféricas, atadas a las condiciones que impone el centro- poder. 7 Arribamos, así, a una opción conceptual que nos permite proponer un entendido en torno a los sectores sociales periféricos. Es decir, aquellos sectores no solo desvinculados de los beneficios del poder, subyugados y dominados por este; sino también segregados por la dinámica propia del desarrollo cultural predominante. Algo así como insertos en la civilización, pero ajenos a ella, en lo que esta tiene de otorgadora de roles asociados a los paradigmas originados en ese mismo desarrollo cultural, por parte de sus usufructuarios. Ahora bien, no puede inferirse de nuestra expresión, el hecho de que proponemos una asimilación de intereses entre los beneficiarios del poder y sus instancias de dominación y aquellos sectores que acceden y se identifican con los avances del conocimiento y de la cultura que ejercen como predominantes; como expresión avanzada de la civilización. Surge entonces, en nuestra opinión, un insumo que soporta una segregación: lo periférico, en cuanto sector y/o sectores considerados por fuera de la versión oficial de la cultura; entendida esta como originaria de paradigmas, pautas y comportamientos. Para nosotros, esto no es otra cosa que la denominación de popular, referido a esos sectores que, de por sí, adquieren una dinámica propia y unas expresiones propias, diferenciadas. Es obvia, sin embargo, la necesidad de apuntalar este concepto, con arreglo al significado que adquiere el contexto 7 Pira Claudia y Cano Parmenio. La Educación Superior en América Latina, edición en cuadernillo, noviembre 1999, Bogotá D.C. 21
  • 22. social y económico; en el cual se desenvuelven estos (as) sujetos (as). Tanto en sus expresiones individuales como colectivas. Para este caso, el problema surge al momento de establecer las pautas y/o el horizonte teórico. Porque no puede delimitarse solo a partir de la figura elemental asociada al lugar en el cual se sitúa con respecto a las características del beneficio plusválico, derivado del modo de producción vigente, o prevaleciente. De ser así no habría lugar a postular la diferenciación que se advierte en la definición anterior. Por lo tanto, el análisis remite a un territorio de mayor complejidad: uno de los elementos clave para dilucidar ese significado, tiene que ver con el entendido de de contexto social y económico. Ya decíamos antes: es un escenario no determinado por la voluntad o por la noción primaria acerca de lo ético. Por el contrario, constituye una instancia, como período histórico. Esto, a su vez, remite a la evolución de las relaciones sociales; como proceso soportado en sucesión de rupturas y equilibrios. Estos últimos, impuestos por quienes adquieren posiciones de dominio. Así, entonces, cada momento (sin importar su duración) en el cual se exhibe o manifiesta ese equilibrio; no es otra cosa que la expresión de unas determinadas condiciones de dominación económica y política. Ahora bien, como lo hemos postulado antes, en la franja constituida por quienes (bien sea que se tipifiquen como sectores o como secciones del espectro social) no ejercen como beneficiarios directos del poder, se erige la heterogeneidad. Ya ahí, se introduce otro insumo como soporte para la segregación. A manera de ejemplo: la posición y comportamiento de aquellos sectores sociales sobre los cuales se ejerce dominación política y económica; pero que han accededlo a determinados beneficios del acumulado plusválico y cultural (como poseedores y usufructuarios del conocimiento); no puede ser el mismo, comprado con la posición y el comportamiento de aquellos sectores absolutamente vulnerables y desvinculados de cualquier beneficio plusválico y cultural. Lo anterior conlleva, en consecuencia, a establecer categorías diferenciadas en el análisis de lo popular, como expresión de determinados sectores sociales; en el contexto de unas determinadas relaciones de dominación político y económico. Puede colegirse de nuestra línea de interpretación, una conclusión fundamental: no todo sector social dominado es, necesariamente, un sector popular. Por lo tanto, aún a riesgo de silogismo, al momento de tipificar acciones (inmediatas, mediatas o tendenciales) específicas de confrontación a determinadas manifestaciones de la dominación política y económica; es preciso trabajar con estas categorías. 22
  • 23. Luego, el espectro de cobertura, está dado por la definición de objetivos vinculados a conceptos y escenarios heterogéneos; en términos del nexo con los sectores sociales. No es, por esto mismo, una opción en la cual se configure una posición de clase; al menos en la versión ortodoxa marxista. No supone, asimismo, una posición necesariamente revolucionaria y/o de confrontación al origen y vertebración del poder y de las relaciones de producción vigentes. Adquiere connotaciones diversas, en la mayoría de los casos asociadas a reclamaciones puntuales, relacionadas con determinadas condiciones de vida. Sin embargo, puede, derivar en expresiones híbridas; en cuanto pueden coincidir diferentes aspectos en los cuales ejerza importancia un cuestionamiento a posiciones y/o programas gubernamentales o políticas de estado. Tal es el caso, a manera de ejemplo, de algunos movimientos populares desarrollados en relación con decisiones que vulneran determinados intereses y derechos de franjas amplias de la población. Siendo así, cabe resaltar tonos grises en la diferenciación teórica y práctica entre movimientos populares, movimientos sociales y movimientos políticos. En veces, puede hablarse de diferenciación en términos del espectro de cobertura. Otras veces, puede plantearse en relación con los contenidos de sus opciones o programas. Con respecto a este asunto del método para construir tipologías; es pertinente presentar una expresión como la siguiente: “… ¿Se politizan las luchas urbanas por el hecho de enfrentarse en la mayoría de los casos al Estado, como lo afirma Castells? No podemos en este momento desarrollar la discusión sobre el papel fundamental ocupado por el Estado en la urbanización capitalista, caracterización que parte de una generalización, arbitraria a nuestro juicio, de la relación entre Estado y Sociedad Civil – en el sentido dado por Marx y no en el Gramsciano-, pero si podemos afirmar que no basta que el blanco al cual se dirigen las flechas de un movimiento social sea el Estado, para determinar su carácter político; es el carácter de sus reivindicaciones, el contenido de clase de sus luchas, su método y sus formas las que lo definen, y no basta encontrar un contenido político, hay que identificar si se trata de una lucha democrático-burguesa (en lo formal o lo real), o socialista. Vayamos por partes: A similitud de una huelga obrera en una empresa capitalista de Estado o de los asalariados de un ministerio burgués que levanta reivindicaciones puramente económicas, sin plantearse modificaciones en las relaciones de poder entre las clases, ni en el carácter del Estado o de 23
  • 24. sus formas de ejercicio de la dominación burguesa, un movimiento de colonos o inquilinos que solicita, por ejemplo, la regularización de la propiedad de sus tierras, o un servicio cualquiera y que utiliza para ello el método de la negociación apoyado por llamados a la opinión pública a través de los medios de comunicación, paradas en los organismos oficiales, etc., pero sin plantearse en ningún momento consignas políticas, no es político. No es el agente social al cual se enfrenta un movimiento el que define el carácter de la lucha, sino el contenido concreto de clase de él, manifestado en su programa reivindicativo y su método para alcanzarlo. ..” 8 4.2 El nexo con lo jurídico. Entonces estamos en un escenario social. En donde la hilvanación de lo particular y lo colectivo, pasa por entender que el soporte, en ese proceso, tiene que ver con el desarrollo de la teoría jurídica. Porque supone precisar la noción de equilibrio necesario. Porque en la relación Estado-individualidad, se incorpora la variable que hace alusión a la cantidad y la calidad. Es algo así como entender que el concepto de equilibrio tiene razón de ser, en la medida en que cada sujeto natural y/o jurídico asuma la certeza de que el Estado no puede ser minimizado. Y, tampoco, puede ser asimilado a sus intereses particulares. Ese es el sentido que adquieren las querellas. Como si, a cada paso, fuese necesario sustentar la lógica de ese entramado. Porque, asimismo como surgieron las instituciones, a partir de pactos inherentes, concientes o no. A asimismo la condición supraestructural de las instituciones, supone la aceptación de unas reglas del juego. No se concibe, en consecuencia, un Estado-Nación, sin unas instituciones que ejerzan como garantes de ese equilibrio; por la vía de establecer opciones que permiten el ejercicio del derecho. En una perspectiva en la cual cada sujeto tiene certeza en términos de derechos. Pero, al mismo tiempo, de sus obligaciones desde el punto de vista del respeto a la institucionalidad. Ese tipo de relación es la demostración de la solidez del Estado. Porque, por la vía de la querella, esta en capacidad de reconocer los fallos. Una autonomía de la justicia, sin la cual sería imposible acceder a un escenario en el cual se concreta ese equilibrio funcional. 8 Pradilla Cobos, Emilio. “Mitos y realidades de los llamados movimientos sociales urbanos”. Artículo escrito en junio de 1981, en Méjico, D.F. Ponencia presentada al 4º Seminario Internacional cehap-peval Los pobladores: protagonistas urbanos en América Latina; realizado en la ciudad de Medellín, entre los días 7 y 11 de abril de 1986. 24
  • 25. Ahora bien, en lo que respecta al caso de la estructura fiscal-impositiva y, en alusión al significado que adquieren los impuestos como soporte de la capacidad económica del Estado; ese nexo entre los y las particulares con el Estado, supone la precisión de la normatividad, por la vía del Estatuto Tributario. Es una convicción de Estado, en la cual confluyen el concepto de región y municipalidad con la Nación, como escenario de mayor estructura y complejidad. Lo que aquí presento, en consecuencia, no es otra cosa que la particularización de situaciones, por la vía de las jurisprudencias a cargo de las corporaciones que aplican justicia, a nombre del Estado y la Nación. Son concreciones que reivindican la autonomía; pero también la interacción. Porque no se concibe el concepto de derechos y obligaciones, sin la garantía de que las instancias gubernamentales están en condiciones y en la obligación de garantizarlas. Entonces, aquí, lo concerniente a la hermenéutica jurídica, cobra sentido y pertinencia; precisamente porque el Estado es una construcción heredada, pero, al mismo o tiempo, en continuo desarrollo. Porque, a cada paso, el ejercicio económico (en este caso) plantea retos que deben ser asumidos como tal. Entonces, esos retos, coadyuvan a la postulación de doctrina. En ese escenario del universo económico, en el cual es posible entender la interacción. Siendo lo impositivo, desde el punto de vista del soporte para la actividad estatal; no es otra cosa que referente que unifican criterios y conceptos. Pero entendiendo, al mismo o tiempo, que cada hecho concreto precisa del análisis respectivo. Es ahí en donde reside la importancia de la legislación. Siendo esta una figura parecida a la teoría de Estado. Teoría que no puede soslayar la pertinencia de las confrontaciones. Porque, solo así, es posible entender la dinámica que está en la base del desarrollo Estado-Nación y su nexo con la sociedad. 5. De la estructura económica y su desarrollo . 5.1 Los Impuestos y el Equilibrio del Ingreso. No pretendemos expresar una interpretación por fuera de la ortodoxia macroeconómica. Por el contrario, nos apoyamos en definiciones que involucran tipificaciones aceptadas. En un 25
  • 26. contexto regional, con aproximaciones al interior de los países con una connotación de lo que se dado en llamar subdesarrollados y/o periféricos; con respecto a aquellos que se definen como centro y, por esto mismo, con una influencia que ejerce como condicionante. Siendo así, entonces, proponemos un hilo conductor, a partir de realizaciones teóricas previas. Veamos: “…Los impuestos son una imposición del estado a los individuos, unidades familiares y empresas, para que paguen una cierta cantidad de dinero en relación con determinados actos económicos, como, por ejemplo: realizar el consumo de un bien, obtener ingresos por el trabajo o generar beneficios por las empresas. Los impuestos son los ingresos públicos creados por ley y de cumplimiento obligatorio por parte de los sujetos contemplados en la misma. Tienen como objetivo primordial conseguir recursos financieros para el sector público y, subsidiariamente, modificar la distribución de los ingresos. Al igual que con el gasto público, el gobierno puede actuar sobre la economía utilizando los impuestos. Si el nivel de actividad económica es relativamente bajo y existe un volumen considerable de desempleo, el gobierno puede reducir los impuestos con el objeto de impulsar la demanda de consumo. Por el contrario, si la demanda agregada es superior a la capacidad productiva del país, una estrategia puede consistir en elevar los impuestos. Las variaciones de los impuestos son un poderoso instrumento para influir en la producción. Pero el multiplicador de los impuestos es menor que el gasto en un factor igual a la PMC: Multiplicador de los impuestos = PMC x multiplicador del gasto. 5.2 Los impuestos como estabilizadores automáticos: Los estabilizadores automáticos son mecanismos de la economía que reducen la respuesta del PNB a los desplazamientos de la demanda agregada. Los principales estabilizadores automáticos son las prestaciones por desempleo y el impuesto sobre la renta, si ocurre algo que eleva el desempleo, los desempleados reciben prestaciones y no se ven obligados a reducir el gasto tanto como si no lo recibieran, por lo tanto, se reducen los efectos multiplicadores de la perturbación inicial. Los estabilizadores automáticos tienen dos características: 1. Ayudan a estabilizar la producción reduciendo los efectos de los desplazamientos de la demanda agregada. 26
  • 27. 2. Son automáticos. Es frecuente que los impuestos sean de naturaleza proporcional, es decir, que produzcan ingresos que suponen un determinado porcentaje del producto nacional. Cuando esto ocurre, resulta que la recaudación se altera de forma automática, incrementándose a medida que aumenta el producto nacional, y ocurrirá lo contrario si tiene lugar una recesión. Por tanto, los impuestos proporcionales cumplen la misión de un estabilizador automático de la actividad económica…” 9 Siendo así, en consecuencia, en una economía cerrada, el rol de los impuestos tiende a sostener el equilibrio, por la vía de un proceso que aumenta la tasa impositiva en un contexto en el cual, el circulo es: producción, inversión, consumo; sin ninguna perspectiva de crecimiento, Diferente a la reproducción de bienes y servicios y de capital, creciendo de conformidad con la demanda. Entonces, se asume un crecimiento de la demanda; en una visión hipotética de equilibrio en donde el Estado asume el gasto público como elemento dinamizador de la economía, incluido el empleo, agregado al empleo normal del sector privado. Por esta vía, entonces, se produce una modificación de la ecuación macroeconómica básica (Y=C + I +G + X + M). Eliminándose los factores vinculados con el comercio exterior. Quedaría así: Y = C + I + C. Ver gráfica en la cual se explicita esta dinámica válida para períodos sucesivos. Se parte del supuesto de un incremento impositivo periódico y una réplica en la inversión, la producción y el consumo, creciendo a una tasa inferior…” 10 6. Evolución del pensamiento económico La humanidad ha transitado, a lo largo de su evolución, por expresiones relacionadas, tanto en lo que corresponde al ámbito social, religioso y, en términos generales lo que se define desde la antropología y la sociología. En términos abreviados: la humanidad ha actuado como sujeto colectivo, en procesos inherentes a su opción como ser que ha trascendido y superado las vicisitudes que acompañan a la superación del entorno inmediato. Es decir, en su posicionamiento como ser superior en el contexto que ofrece la naturaleza. 9 Pestaña, Berta Monografía “cuentas nacionales” 10 Pestaña, Berta, obra citada 27
  • 28. Ahora bien, podemos decir que la historia de la humanidad, ha sido un constante quehacer; desde las expresiones más inferiores del ciclo; hasta posiciones que permiten exhibirla como peregrinaje de superación y de dominio del entorno inmediato. Unos de los aspectos más importantes; tienen que ver con la asociación que deriva en organizaciones sociales y políticas a partir de las cuales se va delineando el entendido de sociedad. Con las connotaciones políticas y culturales inherentes a la colectivización del sujeto. Es decir, el hecho de trascender la individualidad. Algo así como reconocer que las posiciones colectivas inciden, de tal manera en la o las acciones individuales. De tal manera que, a partir de ahí, se va consolidando una noción de ciudad y de estado; en donde cada quien, como sujeto individual, declina ciertos derechos; como quiera que estos no pueden vulnerar los derechos de la colectividad y/o de la sociedad. En el caso particular del pensamiento económico; este debe ser considerado como expresión particular de la evolución política y cultural. En principio, la economía no es otra cosa que una expresión en donde se trata de equilibrar las nociones de estado y de individualidad. Ya, desde el momento primario en que se expresan opciones que transitan hacia la definición de la colectivización de los bienes; como opción vinculada con el crecimiento de la población y de la sociedad. Se configura una noción de economía como insumo que permite organizar y distribuir los bienes; de tal manera que se garantice un beneficio colectivo e individual. Ya, Leo Huberman en su obra Los bienes terrenales del hombre, describe expresiones diferenciadas en este proceso. Particularmente en aquello relacionado con la economía anclada en el beneficio colectivo. Pero, al mismo tiempo, como instrumento de beneficio a favor de los grupos sociales que ejercen como conductores y que ejercen un poder. Asimismo, León Bloch, en su obra Lucha de clases en la antigua Roma, efectúa un recorrido por diferentes momentos de las relaciones de dominio político y, por lo mismo, de la instauración de prácticas organizadas de la relación del sujeto individual en procura del beneficio. Algo así como describir un proceso de acumulación, en donde se pretende presentar un equilibrio funcional entre lo colectivo y lo individual. Inclusive, incluye posiciones que involucran economía y derecho. A manera de relación entre lo jurídico, lo político y lo económico. 28
  • 29. De tal manera que procede una acumulación que permite acumulación individual; así como también la implementación de instrumentos sociales que reparte, entre la totalidad de la sociedad, parte de ese acumulado. Con la obra, El Contrato Social, de Juan Jacobo Rousseau, postula una opción en la cual se valida la existencia del Estado, a partir de un compromiso de partes. Las que ejercen relaciones de dominio y aquellas que ejercen como subordinados. Todo esto, en un esquema de verticalidad casi absoluta. El Siglo XIX, nos traslada hacia avances fundamentales en la noción de lo político, a manera de Estado, y las derivaciones que este tiene. Su obra es una expresión en la cual cada una de las partes cede parte de su rol; en beneficio de la consolidación de una imagen de sociedad en la cual se “distribuye” el beneficio. En ese mismo contexto cabe el análisis efectuado por Carlos Marx, Federico Engels y Rosa Luxemburgo; alrededor de la economía capitalista o de propiedad privada; tanto de manera individual como también como expresión del dominio político por parte de los detentadores del poder. Surgen, a partir de ahí, posiciones absolutamente diferenciadas. Capitalismo vs. Socialismo. El uno a favor del avance y la consolidación del modelo de propiedad privada. El otro, a favor de la distribución equitativa del beneficio vinculado con el desarrollo del instrumento económico. El Siglo XX, avance en la discusión y la aplicación de esas opciones. No otra cosa es la Revolución de Octubre en el contexto de la Unión Soviética y la instauración de un régimen socialista. Aquí se privilegia la intervención del Estado como garante de un sistema de beneficios que conlleva a una opción política, en la cual el Estado asume la responsabilidad en la construcción de un modelo centrado en la propiedad colectiva. En fin, es una confrontación entre propiedad privada clásica y la propiedad colectiva de los medios de producción. De una parte, la consolidación de la figura del Estado como garante de la distribución de los beneficios económicos. De otra parte, la defensa de la propiedad privada. A comienzos de la tercera década del Siglo XX, Keynes, introduce un nuevo concepto. Algo así como una vía alternativa entre colectivización absoluta a partir de la intervención del Estado. Y una figura moderada, en donde el Estado interviene como garante del equilibrio entre propiedad colectiva y propiedad individual. 29
  • 30. Ese contexto nos remite a las opciones del liberalismo clásico (Smith y Ricardo) , en donde se privilegia la acumulación de capital y la universalidad del mercado regido por sus propias leyes. Supone, además, una intervención estatal de conformidad con estas leyes. Desde el punto de vista instrumental, el Estado al servicio del mercado. Con la aparición de Keynes, la teoría económica sufre una transformación fundamental Él introduce la noción de planificación y de teoría monetaria. Esto traduce una intervención estatal dirigida a construir líneas de intervención. Tanto en lo que se relaciona con la planeación económica; como también en lo que respecta a la intervención de un banco central que regule la circulación monetaria. Interviniendo el mercado cuando se sucedan movimientos y desajustes. En 1980, entran en escena los teóricos que cuestionan la teoría keynesiana. Es el momento del neoliberalismo. Básicamente con los mismos postulados del liberalismo clásico. Con la variante de la globalización. 6.1 Acerca de la teoría económica 6.1.1 De la confrontación entre escuelas y conceptos. Desde el punto de vista metodológico, la convocatoria efectuada por parte del desarrollo teórico clásico y su aplicación, supone leer y entender los conceptos vertidos por parte (a manera de ejemplo y relacionado con la teoría marxista y con las postulaciones de Smith y Ricardo) elegí comenzar con la contradicción de Rosa Luxemburgo (profesora. Pero, ante todo, militante y dirigente del Partido Social-Demócrata Alemán); y por el profesor Francisco Valsecchi (maestro argentino y esforzado investigador de la economía política, centrado en la solución concreta de las necesidades materiales y espirituales de los sujetos individuales y colectivos. Creo asimilar las opciones generales y particulares que me permiten acceder a la dilucidación de los términos de diferenciación y su contextualización. 30
  • 31. 6.1.2. Rosa Luxemburgo. Es pertinente, en mi concepto, hacer énfasis en el siguiente hecho: la interpretación del concepto expresado por Rosa Luxemburgo, tiene profundas raíces en el proceso relacionado con el ejercicio de reinterpretar la teoría marxista; tomando como punto de comienzo la lectura y análisis de El Capital. Por lo mismo, entonces, existe un referente fundamental: el texto “La acumulación del capital”. Ante todo, porque, allí, se exhibe la capacidad para entender el capitalismo, su desarrollo y sus contradicciones. Es, entonces, allí en donde se presenta la visión que tenía Rosa Luxemburgo, en torno a la naturaleza y la razón de ser de la investigación económica y sus proyecciones. En un entorno teórico concreto. Pero, por esto mismo, efectúa un seguimiento del proceso descrito por Kart Marx. Para ella, la economía política está, en su esencia, referida al proceso que involucra toda la dimensión histórica inherente a la producción de bines y servicios y a la acumulación de capital. Es decir, está inscrita en el camino que dilucida, el crecimiento de la economía, incluidos sus aspectos contradictorios y, en si mismo, la interpretación de sus contradicciones y la validación de la perspectiva socialista. Entonces, su definición de economía está inmersa en el contexto de la lucha de clases. Esto es lo que explica su condición de militante del Partido Socialdemócrata Alemán y su presencia en la confrontación con el capital; pero también con expresiones disidentes en el proceso de reivindicación del rol fundamental de la clase obrera. La suya es una visión que, así mismo, se entiende vinculada con la dinámica asimilada al materialismo histórico estudiado por Marx y Engels. Quiere decir, por lo tanto, la confrontación con Lenin, en términos contemporáneos. La suya es, en consecuencia, una versión de la economía y su incidencia en el desarrollo de la humanidad. Teniendo como centro la lucha de clases y la perspectiva socialista concreta. Es decir: una opción de interpretación que conlleva a validar la lucha por el poder. Veamos, a manera de ilustración, lo expresado por ella en el prólogo a la obra suya: “La acumulación del capital”. “…Ahondando en el asunto, llegué a la conclusión de que no se trataba simplemente de una dificultad de exposición, sino que esta envolvía un problema teóricamente relacionado con la 31
  • 32. doctrina del volumen II de El Capital de Marx, y que, además, trascendía a la práctica de la política imperialista actual y a sus raíces económicas. He intentado formular con toda exactitud científica el problema. Si lo hubiese conseguido, mi trabajo no tendría solamente un interés económico puro, sino que encerraría, a mi parecer, cierta importancia para nuestra lucha práctica contra el imperialismo…” 11 6.1.2. Francisco Valsecchi Como profesor e investigador, su actividad aparece inmersa en contextos vinculados con la gestión universitaria. Su orientación, está dirigida a valorar a los sujetos colectivos e individuales; desde una perspectiva humana, concreta, moral y ética. Algo así como entender la dinámica económica como un escenario en cual se puede y se debe intervenir. Forzando cambios que involucren a los humanos, desposeídos y víctimas del modelo capitalista. Lo suyo es asumir compromisos, en un contexto en el cual aparece viciado y manipulado el concepto de equidad social y económica. A diferencia de Rosa Luxemburgo, su visión no está definida propiamente en términos de la lucha de clases, como confrontación fundamental que está en la base de la dinámica social, política y económica. Me permito presentar el siguiente concepto vertido por el profesor Valsecchi: “…Llamamos actividad económica a toda actividad humana que modifica el conjunto de medios útiles y escasos, a disposición de un sujeto individual o como grupo social, para los fines de la vida. La posibilidad de un auténtico desarrollo humano que tenga en cuenta a todas las personas y a toda persona en su dimensión material y espiritual; supone entender que el hombre no tiene fines económicos en su vida; sino problemas económicos derivados de la escasez de bienestar, en su dimensión y de sus múltiples necesidades. Supone, también, concebir la economía como ciencia subordinada a las exigencias de la política y la ética. La procuración de bienes materiales, para la satisfacción de necesidades humanas; es un instrumento indispensable para lograr el perfeccionamiento político en la vida social. Y lo es también, para 11 Luxemburgo, Rosa. “La acumulación del capital”. Juan Grijalbo Editores. 1967, página 9. 32
  • 33. que el hombre, con suficiencia de bienes, pueda obrar de mejor forma, según la virtud y perfeccionamiento moral…” 12 Queda claro, en mi opinión, que son conceptos (Rosa Luxemburgo y Francisco Valsecchi) en torno a la economía; que son derivación de dinámicas teóricas e investigativas diferentes. Para Rosa Luxemburgo, la economía se entiende en nexo con la lucha de clases y hacia la perspectiva socialista; a partir de las contradicciones del modelo capitalista. Para el profesor Valsecchi, se trata de una definición, en términos e hacer menos onerosa la participación de los trabajadores, y de todos los vulnerados por ese modelo. Con estas precisiones como referente, me permito expresar algunos aspectos puntuales, relacionados con la teoría monetaria y la macroeconomía. Considero válido, por lo tanto, efectuar una transcripción extensa de un concepto asociado a la teoría monetaria y su expresión en torno al mercado del dinero. No se trata, por lo tanto, de una transcripción acrítica (como lo demostraré más adelante). Es, ante todo, el reconocimiento de expresiones desarrolladas al respecto y que pueden ser utilizadas con el debido respeto y la citación de la fuente. 6.2.3 (Salario precio y ganancia) El texto permite encontrar una noción diferente acerca del rol que cumple la fuerza de trabajo en el proceso del intercambio de mercancías. Es algo así como entender que, en el contexto de la teoría del capitalismo clásico, el precio se entendía como un elemento relacionado con el mercado y, la ganancia como un insumo no dependiente del valor agregado que otorga la fuerza de trabajo. Lo anterior permite inferir que el texto, introduce un elemento nuevo en el estudio de las leyes del mercado. Marx, delinea un proceso en el cual convergen actividades vinculadas con la producción capitalista. Instruye, desde el comienzo, al lector, acerca del soporte del proceso productivo. Postula un análisis en el cual se definen variables vinculadas con la producción. A manera de ejemplo: establece que quien invierte, el propietario del dinero y de los medios de 12 Valsecchi, Francisco. Tomado en versión de página Internet. 33
  • 34. producción (maquinaria), espera una retribución por el hecho de “arriesgar” su capital en un proceso que implica a la producción de bienes y servicios. La contratación de los obreros supone el pago de un salario (o recompensa) por utilizar su fuerza de trabajo. El problema, o la discusión o diferencia conceptual con respecto a quien invierte, Marx lo plantea en los siguientes términos: La utilización de materias primas para la conversión de las mismas en productos, a partir del trabajo de los obreros, es un hecho natural vinculado con el discurrir del mercado. Ya, en esa expresión conceptualización, está implícita una opción que considera al trabajo como simple operación, sin ningún nexo con el valor agregado... Marx introduce la expresión “valor agregado”, como aquel valor que está en nexo con la fuerza de trabajo. Ese valor agregado, mediante la aplicación de la fuerza de trabajo, Marx lo denomina plusvalía. Ya, ahí, va implícita una diferencia fundamental. Ahora bien, en ese mismo contexto, Marx expresa que ese valor agregado (plusvalía) es elemento fundamental constitutivo de la ganancia que adquiere el inversionista (capitalista). En esta obra, se puede colegir que está en ciernes una obra de mayor envergadura. Esta es: el Capital que constituyó el aporte, en profundidad, de Carlos Marx al desarrollo de la teoría asociada a la definición del modo de producción socialista; como contraparte del modo de producción capitalista. 7.0. De la existencia del mercado de dinero, en el contexto de la teoría monetaria. 7.1 Del concepto de intercambio y su nexo con la teoría económica. Es algo así como retrotraer los orígenes. No solo en términos de la ortodoxia histórica acerca de la utilización de una mercancía común que permita efectuar ese intercambio, independiente de la situación geográfica y social. Un poco como insinuar una vertiente expresada a través del tiempo y vinculada con la noción de transacción económica asociada al desarrollo histórico social. A lo anterior se suma una diferenciación, en relación con su tipificación y aplicación en sociedades concretas y su nexo con la generalización, definida con la construcción de 34
  • 35. referentes, casi siempre impuestos a partir de relaciones de dominio. A continuación, transcribo, en extenso, apartes del trabajo realizado por la profesora Berta Pestaña en la obra citada ante. “…7. 2 Mercado de dinero 7.2.1 Preferencia por la liquidez (o demanda de dinero) Es la parte de la renta que prefiere mantenerse en forma líquida. Puede haber 3 motivos para esta preferencia: • Transacción: La gente demanda dinero porque lo necesita como medio de cambio para realizar sus transacciones; asociado positivamente al nivel de renta, es decir que a mayor renta mayor preferencia por la liquidez. • Precaución: con las mismas características que el anterior. Llamada L2. En este caso se demanda dinero para hacer frente a contingencias e imprevistos; la demanda de dinero nace de la incertidumbre que rodea a loas acontecimientos futuros. • Especulación: asociado a la tasa de interés, es decir ligado a colocaciones que tengan un rendimiento en el mercado financiero, Llamada L3. En este caso la demanda de dinero es para poder aprovechar los cambios en los precios de los activos. En general hay una relación directa entre renta y preferencia por la liquidez, es decir que, a mayor ingreso, mayor demanda de dinero. Hay una relación inversa entre tasa de interés y preferencia por la liquidez, o sea que, a mayor tasa de interés, menor demanda de dinero. L: Liquidez K: porcentaje del ingreso que se mantiene líquido por motivos transacción y precaución. Esta relación inversa entre demanda de dinero y tipo de interés se basa en el hecho de que los individuos poseen dinero en lugar de cualquier otro activo. 35
  • 36. Si el tipo de interés es alto, se procurará mantener la menor cantidad posible de riqueza en dinero, pues su costo de oportunidad es elevado, por el contrario, si el tipo de interés es bajo, no valdrá la pena ajustar las tenencias de dinero. Es decir que el comportamiento racional de las familias y de las empresas determinará que las tenencias de dinero se reduzcan a medida que el tipo de interés aumenta y que se incrementen cuando el tipo de interés se reduce. : cantidad real de dinero. : cantidad nominal de dinero : Nivel general de precios. h: coeficiente de sensibilidad respecto de la demanda de dinero. Una tasa alta de interés desestimula la conservación del dinero. Tipo de interés real = tipo de interés nominal - tasa de inflación La oferta de dinero la determina el Banco Central y no está asociada a la tasa de interés. Los puntos donde los diferentes tipos de demanda de dinero intercepta con la línea de oferta monetaria, representan puntos de equilibrio entre demanda de dinero y tasas de interés. 7.2.2 Equilibrio en el mercado de dinero Se da cuando la oferta monetaria ( ) es igual a la demanda monetaria (L). Esta función se llama LM. 36
  • 37. El equilibrio en el mercado de dinero se alcanza en un punto en que la cantidad demandada de saldos reales es igual a la ofrecida. Saldos reales: Valor de las posesiones de dinero medido en función de su poder adquisitivo. 7.2.3 Política monetaria Se refiere a las decisiones que las autoridades monetarias toman para alterar el equilibrio en el mercado de dinero, esto es, para modificar la cantidad de dinero o el tipo de interés. Los fines últimos de la política monetaria es el logro de ciertos objetivos económicos generales (v.g.: crecimiento moderado de los precios, mayor nivel de empleo posible, etc.) La política monetaria puede ser: • expansiva: reduce el tipo de interés (compra de títulos en el mercado abierto, reducción de los coeficientes legales, concesión de nuevos créditos a los bancos), incrementando la cantidad de dinero. • restrictiva: tomando las medidas inversas a las citadas en el caso anterior, se logran, consecuentemente, resultados inversos, es decir que se incrementarán los tipos de interés. 7.2.4 Equilibrio General Si IS es la función del equilibrio en el mercado de Bienes de Servicios; y LM es la función del equilibrio en el mercado de dinero; el punto en que ambas funciones se cortan es el punto de 37
  • 38. equilibrio general; es decir que hallamos los valores de la tasa de interés y de renta para que el modelo se encuentre equilibrado. Si: Entonces: Al resolver el sistema tendremos: 7.2.5 Dinero 7.2.5.1 Funciones del dinero • medio de cambio: Es la función más importante. Es el medio de cambio generalmente aceptado para la realización de transacciones y cancelación de deudas. Elimina la necesidad de una doble coincidencia de deseos. • depósito de valor: Porque puede usarse para realizar compras en el futuro. Es una manera de mantener la riqueza, ya que el dinero puede cambiarse fácilmente por bienes y servicios en cualquier momento. Pero el poder de compra del dinero, varía cuando se altera el nivel de precios. • unidad de cuenta: Aquella en la que se fijan los precios de los demás bienes y se llevan las cuentas. 38
  • 39. • patrón de pago diferido: Los pagos que han de efectuarse en el futuro generalmente se especifican en dinero…” 13 Ahora bien, el haber transitado por estas opciones de interpretación en este territorio de la teoría monetaria; me permite acceder a algunas posiciones que expresan, si se quiere, dilucidan procedimientos manejados, a partir de estas opciones. Tienen que ver, a manera de ejemplo, con conceptos como los de devaluación y revolución. Veámoslo en términos del caso colombiano. 8. MULTIPLICADORES ECONÓMICOS: EL DINERO 8.1. LA REVALUACIÓN DEL PESO EN COLOMBIA, CAUSAS E IMPLICACIONES A manera de justificación He decidido invertir el procedimiento. Supone presentar un esbozo preciso en lo que concierne al concepto de revaluación del peso; a partir de la opción teórica que permite la teoría monetaria y en el contexto del concepto de macroeconomía. Como quiera que debo hacer énfasis en los multiplicadores económicos; he trazado un derrotero que va, desde el significado de revaluación de la moneda; hasta las categorías más amplias que articulan los procesos y que devienen en la formulación de políticas públicas para periodos de tiempo asimilados a la estrategia y, para periodos inmediatos y de mediano plazo; asimiladas a lo que podría tipificarse como tácticas para enfrentar expresiones de crisis y/o distorsiones en el universo del mercado. Tanto de bienes y servicios; como también en el mercado financiero. 13 Pestaña, Berta. Obra citada. 39
  • 40. 8.2. La teoría monetaria. Tiene que ver con la definición y funcionamiento de la moneda, entendida como instrumento para el intercambio universal. Ya no se trata, como en períodos históricos anteriores, de validar el trueque simple de bienes entre las personas y/o las naciones. En términos de economía política, se define (ese período del trueque simple) como derivación de la autarquía (quiere decir que cada país o nación produce los bienes que necesita y no requiere de un mercado externo). La teoría monetaria, entonces, asume un rol en el cual se establecen referentes (patrones) que ejercen como insumos de soporte y de control. Lo primero (soporte), en razón a que la emisión de moneda por parte de cada país, teóricamente, debe estar soportada en recursos internos (reservas) que le permitan responder por el valor de esas emisiones. Esto porque, entre otras cosas, la moneda se comporta como una obligación (a la manera de un cheque al portador) que debe ser cumplida por el emisor. Esto es lo que explica, a manera de ejemplo, el hecho siguiente: la emisión de moneda, supone la existencia de una organización monetaria en cada país (lo que se conoce como banco central, o junta central de emisiones, etc.). Este soporte monetario, entonces, en términos de la teoría monetaria, no es otra cosa que las reservas con los cuales cada país emisor de moneda respalda esa emisión. Cuando se crece la emisión de moneda (oferta monetaria), sin el debido soporte (reserva), una de las primeras consecuencias es la pérdida del poder adquisitivo de esa moneda (inflación). Cuando, en contrario, decrece la oferta monetaria y se restringen las operaciones de capital, se produce la figura contraria a la inflación (deflación y/o contracción monetaria). El segundo aspecto (control), hace alusión a un instrumento teórico y práctico que permite establecer un dominio sobre la emisión y circulación de la moneda. Ya hablamos antes de la figura conocida como reserva. Para concretarla, en cada país, se han desarrollado mecanismos institucionales que ejercen como instrumentos de control y seguimiento. Para el caso colombiano, por ejemplo, existió en el siglo XIX el denominado Banco Central. En el Siglo XX, hasta finales de la década del setenta, ejerció la denominada Junta Monetaria (desligada del Banco de la República) y, en la Reforma Constitucional de 1991, se transfirió ese control al Banco de la República (se concentró, entonces, en el mismo la emisión de moneda y el control monetario). Se entiende, siempre, que los instrumentos de control deben ser autónomos e independientes del gobierno. Veamos una ilustración, respecto a lo anterior: 40
  • 41. “…Pero la búsqueda de sanidad monetaria encontró dos grandes obstáculos. En primer término, la escasez de oro que impedía ejecutar normalmente la conversión del papel moneda y, en segundo lugar, la guerra mundial de 1914 a 1918, en la que como en todo conflicto bélico los países beligerantes recurrieron al lanzamiento de papel moneda para financiar la contienda. Se hizo entonces general el ambiente de inflación y de inconvertibilidad en que Colombia se debatía a principios del siglo. Por 1920 mientras en el mundo europeo imperaba el desorden monetario, en Colombia se adelantaban infructuosos esfuerzos por fortalecer la moneda y se hacía más patente la necesidad de crear un organismo de emisión respetable, independiente del gobierno, dados los fracasos del Banco Nacional y del Banco Central. La inflación de nuestra guerra de los mil días que causó también ese temor de que fuese el gobierno quien ordenara las emisiones a su arbitrio, es cierto que era un accidente contuso si se le compara con las sufridas por Austria, Polonia y Alemania, durante la guerra del 18. En este último país el tipo a que se convirtieron los marcos antiguos a marcos nuevos fue de un trillón a uno...” 14 En paralelo con el soporte y control de la emisión de moneda, la teoría monetaria, establece otras figuras necesarias para el proceso de intercambio de bienes y servicios a través de la moneda. Este es el caso de lo que se denomina “términos de intercambio”. Este tiene su expresión en instituciones nacionales que ejercen como controladoras internas para el intercambio de monedas entre los países. En Colombia, a través de la historia, se ha ensayado diferentes denominaciones y espectros de intervención de esos mecanismos de control de cambios. Es pertinente, a manera de ilustración, transcribir lo siguiente: “..El oro y las divisas extranjeras que el Banco de la República tiene en su poder y que prácticamente son las reservas internacionales de Colombia, suponen además el ejercicio de operaciones de crédito y de vigilancia del flujo externo de fondos muy delicados. En cierta medida compete al Banco, por ejemplo, mantener los pagos del exterior al día y llamar la atención sobre los gastos exagerados de divisas que puedan debilitar la posición internacional del país y tramitar la obtención de empréstitos para que la normalidad de los pagos se mantenga...” 15 8.3. Acerca de la revaluación y la devaluación de la moneda. 14 Alviar, Oscar, Instrumentos de dirección monetaria en Colombia. Edición Manuales Universitarios Tercer Mundo. Tercera edición julio de 1974, página 17. 15 Ibíd.., página 33 41