HUMILDAD
Esto es, sencillez, la verdadera humildad es un
asunto de esencia y no de mera apariencia. Es una
actitud del corazón, es serenidad espiritual y
claridad mental.
AMABILIDAD
Un «líder» intratable no motiva a nadie, ni
siquiera se aguanta a sí mismo. De allí la
importancia de la amabilidad, la empatía, la
química, la buena actitud, la sonrisa, el carisma,
etc.
RESPONSABILIDAD
Es decir, compromiso por el cumplimiento de sus
deberes. Conciencia de sus obligaciones y la
repercusión de sus decisiones o acciones. La
responsabilidad implica muchas cosas: esfuerzo,
voluntad, empeño, puntualidad, respeto del
tiempo de los demás, cuidado, diligencia,
persistencia, seriedad, etc.
SENSIBILIDAD
Alguien comprensivo, un líder que ha de
mostrarse amigo (Proverbios 18:24), no cómplice
de lo malo, ni amigo y complaciente con el
pecado, que participa y ayuda a hundir a su
propio hermano, sino alguien sensible con la
condición de su prójimo.
INTEGRIDAD
El mismo en todo lugar, alguien congruente,
transparente, notable coherencia entre sus dichos y
sus hechos. Un líder cristiano enfocado en construir
su integridad más que su popularidad.
En el liderazgo cristiano la integridad significa
honestidad, moralidad y dignidad.
SEGURIDAD
Seguro de sí, seguro de lo que Dios ha puesto en
ti, seguro de su visión y misión. Esa seguridad en
lo que Dios le da genera tranquilidad y confianza
en los demás.
EQUIDAD
Es decir, imparcialidad. Un líder cristiano neutral.
Actuar con justicia, rectitud, sin inclinarse ni a
derecha ni a izquierda, no vendiéndose por
intereses o conveniencias.
SINCERIDAD
Sincero, verdadero, amante de la verdad, no un
corazón falso, sino cierto,
Recuerde que nada podemos hacer contra la
verdad…(2 Corintios 13:8)
La hipocresía o falta de sinceridad, el engaño y la
mentira le pasará factura, restando autoridad ante el
cielo, ante los hombres y ante las fuerzas del
infierno porque ellas pueden ver realmente quiénes
somos en lo secreto.
UNIDAD
Un líder integrador, un generador de amistad, un
factor de unidad y fraternidad, un motivador, un
inspirador de buen trato y comunión, no un
propagador de discordia, contienda y división. Un
líder cristiano es un amigo de la armonía y
defensor de la paz; es un solucionador de
problemas, no un criticón pone-quejas. Es un
conciliador, un mediador, un intercesor, un agente
de reconciliación.
SANTIDAD
Separación + Consagración. Separación del pecado y Consagración a lo
sagrado.
Un líder con principios y valores santos. Ética y moral cristiana que
ilumine en medio de la sociedad. En otras palabras, en el liderazgo
cristiano la santidad es una cualidad fundamental, porque liderar implica
practicar y no solo predicar, debemos ser ejemplo como referentes y
embajadores que representamos al Dios Santo. La santidad es una
cualidad que se adquiere viviendo para Dios y es indispensable en el
verdadero cristianismo para liderar, ya que la verdadera influencia que
mueve pueblos y países, grupos y equipos, más que lo que decimos, es lo
que hacemos.
CONCLUSIÓN:
Nadie nace con todas estas cualidades del
liderazgo, pero es una tarea personal aprenderlas
y desarrollarlas. Todos podemos, si queremos,
crecer en las áreas que nos eduquemos.
FILIPENSES 3:13