1. ¿PEDAGOGIA VS EDUCACION?
El pensamiento pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo desde los propios albores
de la humanidad. El sí mismo no es más que una consecuencia de su devenir histórico, en
correspondencia con la necesidad del ser humano de trasmitir con eficiencia y eficacia a sus
congéneres las experiencias adquiridas y la información obtenida en su enfrentamiento cotidiano
con su medio natural y social.
La pedagogía como movimiento histórico, nace en la segunda mitad del siglo XIX. Reconoce serios
antecedentes hasta el siglo XVIII, pero se afirma y cobra fuerza en el siglo XX, particularmente
después de la primera Guerra Mundial (1.914 – 1.918). Sin embargo, la pedagogía general,
combinada con la historia, tiene entre sus misiones la de intentar un esquema que haga las veces
de brújula para orientar a los educadores en el laberinto de los sistemas y técnicas pedagógicas
que surcan nuestra época.
El desarrollo del pensamiento pedagógico tiene lugar en Grecia y Roma con figuras tan
sobresalientes como Demócrito, Quintiliano, Sócrates, Aristóteles y Platón. Este último aparece en
la historia como el pensador que llego a poseer una verdadera filosofía de la educación. El
pensamiento pedagógico emerge con un contenido y una estructura que le permite alcanzar un
cuerpo teórico verdadero. En el renacimiento la pedagogía figura ya como una ciencia
independiente.
Entre las principales relaciones entre la historia de la pedagogía y la educación podemos señalar:
La pedagogía contemporánea cuenta entre sus aportes fundamentales la ampliación del concepto
de la educación. A lo largo de la historia de cada una de éstas, se puede ver que van tomadas de
la mano; es decir, la educación ha cobrado una proyección social importante junto al desarrollo de
la pedagogía.
“La Pedagogía es un conjunto de saberes que se ocupan de la educación como fenómeno
típicamente social y específicamente humano. Es por tanto una ciencia de carácter psicosocial que
tiene por objeto el estudio de la educación con el fin de conocerlo y perfeccionarlo”. (Definición
amplia).
Es importante considerar y tomar en cuenta que a pesar de que la conceptualización de la
Pedagogía como ciencia es un debate que actualmente tiene aún vigencia y que se centra en los
criterios de cientificidad que se aplican a las demás ciencias y que no aplican directamente a la
Pedagogía, es por ello que referirse a la Pedagogía como ciencia puede ser un tanto ambiguo,
incorrecto, o por lo menos debatible.Existen autores, pues, que definen a la Pedagogía como un
saber, otros como un arte, y otros más como una ciencia (haciendo una pausa y reconociendo que
como ciencia habría que establecer apuntes específicos) bastarda, no de naturaleza propia y en
vista de que su razón de ser no se halla en sí misma, y que no es sino el punto de llegada y partida
de diversas elucubraciones respecto de la educación, y contenidos que podemos observar en otras
ciencias.
¿Disciplina? ¿Conjunto de saberes? ¿Ciencia multidisciplinaria?…
En concreto, él estableció una serie de veinte máximas fundamentales en el ámbito de la
Pedagogía bajo su punto de vista. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a que enseñar exige
siempre saber escuchar, que todos siempre aprendemos, o que estudiar no es un proceso
mediante el cual se consumen ideas sino que estudiar es crear precisamente esas citadas ideas.
“La educación es un proceso de formación permanente, personal y cultural y social que se
fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y
deberes”. (Ley General de Educacio115 de 1994).
2. De conformidad “La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una
función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás
bienes y valores de la cultura.
La educación formara al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la
democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico,
tecnológico y para la protección del ambiente.
El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los
cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve
de educación básica.
La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos
académicos a quienes puedan sufragarlos.
Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el
fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral,
intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a
los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo.
La Nación y las entidades territoriales participaron en la dirección, financiación y administración de
los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley y desarrolla
la organización y la prestación de la educación formal, No formal e Informal”. (Constitución política
de Colombia de 1991 – Articulo 67).
Mientras más se amplía el concepto educativo, la pedagogía por su lado alcanza un dominio
propio. Mientras que la educación va mejorando y superándose a lo lago de la historia con la
realidad social y cultural que la condiciona, la pedagogía avanza de igual manera.
Ambas, tanto la pedagogía como la educación, son guiadas de una manera u otra por la realidad
social de un momento determinado. Se puede ver las variantes que sufrieron cada una de éstas a
través de la historia en diversos momentos, dependiendo de la realidad que se estaba viviendo en
ese momento.
La pedagogía es la teoría que permite llevar a cabo un acto, en este caso es el acto de la
educación.
Tanto la educación como la pedagogía no son hechos aislados, están ligadas a un mismo sistema,
cuyas partes concurren a un mismo fin, conformando de esta manera un complejo sistema
educativo.
Dos ramas estrechamente vinculadas entre sí, y que para que se pueda obtener un buen
desarrollo educativo, con instituciones y leyes, deben de funcionar tanto la educación como la
pedagogía de manera uniforme y trabajar en conjunto.
Se puede considerar que la pedagogía es la reflexión sobre la práctica de la educación, y que la
educación es la acción ejercida sobre los educandos, bien sea por los padres o por los maestros.
Aunque en definición no son lo mismo, se puede decir que van relacionadas, de tal manera que
una reflexiona (pedagogía) la acción que debe ejercer la otra (educación).
Hoy en día se puede decir que la Pedagogía está al mando como disciplina omnicomprensiva y
reflexiva de todo lo que ocurre en la educación.
“Las dificultades que los seres humanos de nuestro tiempo tienen para comprender las
matemáticas y las ciencias surgen, no por falta de capacidades, sino porque no se logra encontrar
un camino adecuado que facilite usar el conocimiento para explicar fenómenos cotidianos. Los
3. estudiantes no usan los conceptos, no entienden el funcionamiento de las máquinas con las que
interactúan todos los días. Además, la enseñanza de la ciencia se ha vuelto aburrida y exige la
búsqueda de procesos pedagógicos adecuados para los jóvenes y las nuevas realidades.”
Es tiempo ya que la ciencia, la investigación y el experimento ocupen su lugar merecido, justificado
por los resultados obtenidos y los servicios hechos a la enseñanza lo largo de todos estos años.
Pensemos en la taxonomía pedagógica, la tecnología de la enseñanza, la docimologia. No se
puede concebir y admitir que un campo tan sensible como es la enseñanza no tenga a la base los
más nuevos datos científicos, los resultados de la investigación científica.
Pasar a una nueva calidad en el campo de la enseñanza supone intensificar la investigación
pedagógica y contribuir más sustancialmente para el perfeccionamiento de la actividad de
educación. Esto se ha convertido en una verdad, casi un axioma, aceptado sin reservas por
cualquier educador. Aumentar la calidad de la actividad educacional e intensificar la investigación
científica supone una reconsideración de la investigación pedagógica, un cambio de óptica tanto de
los beneficiarios, como los que trabajan en la investigación. Se trata de un movimiento masivo, el
asentamiento de la investigación pedagógica en el lugar que merece, lugar que la implique y
obligue cada vez más a desarrollar la actividad educacional.
Es justo que el profesor espera del investigador modelos, instrumentos, soluciones concretas para
las situaciones difíciles (docentes, educacionales, prácticas) con las cuales se está enfrentando en
la práctica educativa y el investigador quiere ofrecerle al profesor solamente soluciones
chequeadas y experimentadas y los instrumentos que puedan ser utilizados exitosamente por el
profesor. De aquí resulta una dificultad: la impaciencia del primero y el atraso del Segundo. A esto
se añade otra más el profesor se encara con las dificultades comunes, el investigador con las
generales (el contenido de la enseñanza, la tecnología docente, etc.) y de aquí resulta otra vez un
desnivel entre sus puntos de vista. Al lograr ofrecer el profesor, de modo descriptivo, soluciones
para situaciones típicas, para dificultades específicas, para casos-problemas, el investigador lo
ayuda no solamente a resolver, sino a "aprender" a ver, juzgar y resolver en otras oportunidades
por sí mismo casos semejantes o más difíciles.
La investigación pedagógica abarca lo que la pedagogía, psicología y metódica han desarrollado
en los últimos años relacionado con este tema. Se amplían aspectos de por qué es necesario que
el maestro, o profesor se vinculen directamente a la investigación pedagógica, como la única vía
de lograr cada vez una enseñanza mejor y de mayor calidad, que dé respuesta a la demanda cada
vez más creciente del desarrollo de las ciencias
Es claro que la educación y la pedagogía comportan retos que se sintonizan con las dinámicas del
mundo o de los mundos que nos corresponda vivir. El gran riesgo es que prescindan del elemento
neto que les constituye, pues la pérdida de su ser personal les conduce a un agregamiento
ineluctable al sistema que determine a las sociedades.
Es importante indagar si ésta se salvará de un mundo global que al parecer la constriñe a obrar al
compás rítmico de los intereses y poderes que lo sustentan. Así, la pedagogía podría asumir un
papel más activo, jugando el rol que le corresponde de cara al sentido último del acto de educar,
que es generar oportunidades para favorecer el desarrollo humano y de la vida. La actual no
parece ser una educación que eduque, sino que sirve intereses utilitaristas, en el caso actual,
como acicate de rentabilidad y productividad, valores supremos del mundo del mercado: cada vez
crece la orientación de una educación que promueve el desarrollo de competencias para vivir en
este mundo, más que para afirmar la vida, aportando en la construcción de mundos mejores, más
dignos, la educación, más que nunca, debe jugar el papel principal en la construcción de una
sociedad moderna, viable, ojalá exitosa.
Luis Fernando Dávila Díaz