2. Magnetismo
El magnetismo o energía magnética es un fenómeno natural por el cual
los objetos ejercen fuerzas de atracción o repulsión sobre otros
materiales. Hay algunos materiales conocidos que han presentado
propiedades magnéticas detectables fácilmente como el níquel, hierro,
cobalto y sus aleaciones que comúnmente se llaman imanes. Sin
embargo todos los materiales son influidos, de mayor o menor forma,
por la presencia de un campo magnético.
El magnetismo se da particularmente en los cables de
electromatización. Líneas de fuerza magnéticas de un imán de barra,
producidas por limaduras de hierro sobre papel.
El magnetismo también tiene otras manifestaciones en física,
particularmente como uno de los 2 componentes de la radiación
electromagnética, como por ejemplo, la luz
3. Magnetismo Natural
Hoy se atribuyen los fenómenos magnéticos a las fuerzas orignadas
entre cargas en movimiento, es decir las cargas móviles que ejercen
fuerzas magnéticas entre si, además de las fuerzas electrostáticas dadas
por la ley de Coulomb.
Estos pequeños imanes que se generan pueden estar orientados en
todas direcciones (debido a la agitación térmica de las moléculas) y sus
efectos se anulan mutuamente en cuyo caso el material no presenta
propiedades magnéticas; en cambio si todos los imanes se alinean
actúan como un único imán y en ese caso decimos que la sustancia se
ha magnetizado.
Ahora veremos lo que ocurre con estos pequeños imanes cuando la
materia se coloca en el seno de un campo magnético externo. Según sea
su comportamiento podemos clasificar los materiales como:
diamagnéticos
paramagnéticos
ferromagnéticos
4. Magnetismo Artificial
La magnetita o piedra imán es un imán natural compuesto,
fundamentalmente, de óxido de hierro (Fe3O4). Se puede
imanar un trozo de hierro sometiéndolo a un campo
magnético creado por un imán o por una corriente eléctrica
). El hierro dulce (hierro con muy bajo contenido en
carbono) se convierte en un imán artificial que pierde su
magnetismo cuando deja de estar en contacto con el primer
imán (o, como en el caso de un electroimán, cuando deja de
pasar la corriente eléctrica por el arrollamiento conductor).
El acero imanado es un imán artificial permanente porque
sí conserva su magnetismo