El documento describe los efectos extremos del hedonismo descontrolado, incluyendo placer intenso, creencia en la inmortalidad y quebrantamiento del orden. Sin embargo, cuando termina el éxtasis, se revelan las consecuencias turbulentas como vidrios y huesos rotos, relaciones sociales destrozadas y el inicio del remordimiento. Baco, el dios del vino, yace ebrio e inanimado, mientras que el deseo de recomponer lo ocurrido resulta absurdo como la botella rota en medio de la danza.
1. Baco ebrio
Qué nos entrega el hedonismo desaforado más que
Placer extremo
Vibración enérgica en las neuronas
Creencia en la inmortalidad
Capitulación ante Baco
Viaje sin miedo en caminos que otros
acaso ya consagrados transitaron
Resquebrajamiento del orden impuesto y la cordura
Cenit de ínfulas de insuperables, interesantes.
Pero siempre amanece, y ante la luz
La consecuencia turbulenta se revela
Vidrios rotos, ojos, uñas, tablas, huesos, libros, hímenes, relaciones sociales
todos rotos.
¿Es éste justo premio al llegar a la cima del éxtasis?
No.
Y Sangre, y hormonas y otras sustancias corretean en el pecho
Todas marcan el inicio del remordimiento
El orden, pues, se añora, se desea de nuevo
Baco luce ebrio sobre el sillón, inanimado
Su ausencia ahora nos entrega al deseo, absurdo, de recomponer
Más la botella rota en medio de la danza
2. No, ya no amanecerá nunca restaurada ni llena otra vez