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El papel de las redes sociales en el uso de las TIC de la educación (Situación
Problemática)
En la actualidad, muy pocas personas sabrían definir o al menos descifrar las
siglas de las TIC. Y sin embargo, las pocas personas que están afianzadas con el
término de la tecnología de la información y la comunicación, no saben muy bien
para qué sirve, o qué se trata de solucionar (teniendo en cuenta que hoy en día
hay un ministerio de las TIC). Por otro lado, las pocas personas que saben la
importancia que abarca este término, no solo en el ámbito económico o social,
sino también en el educativo, no se toman la tarea de analizar, estudiar, y
reflexionar las ventajas o desventajas, los limites e inconvenientes; sino antes
bien, se pretende abarcar, con la sola idea de tecnificación, las TIC a cualquier
ámbito educativo, saltándose los problemas sociales, económicos, y culturales que
se podrían presentar. Solo busca cumplir con su uso, así tenga que eliminar
posibilidades de entretenimientos que impidan o problematicen el proceso
educativo.
Ante lo anterior, se quiere llegar al punto en donde al querer usar las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación, se empiecen a presentar
problemáticas no muy alejadas de la cotidianidad de cualquier estudiante de esta
nueva Era. Entonces, para ningún profesor, que además puede ser padre de
familia o conocer de las nuevas tendencias sociales, es un secreto que hoy en día
las redes sociales forman un rol muy significativo en las relaciones humanas y en
las nuevas estrategias sociales de interacción.
Sabiendo esto, ¿Cómo ocultar el interés de los jóvenes estudiantes ante el uso
de estas redes sociales? ¿Por qué se piensa que la mejor estrategia es eliminar
estas “distracciones” cuando se usa las TIC? ¿Qué relación, si la hay, existiría
entre las TIC orientadas a la educación con las redes sociales (Facebook, Twitter,
Youtube)?
Para empezar, es ineludible retomar dos de los principios básicos de las TIC,
los cuales son creación y transformación. Los medios tecnológicos se mueven
entre la vida cotidiana de cualquier persona que prende un celular, cambia el canal

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del televisor, o apaga una computadora. Muchas de esas personas no solo saben
prender y comunicarse por celular, sino que manejan aplicaciones, hacen video
llamadas; también diseñan, programan, juegan, y estudian en su computadora.
Tanto así que hoy en día es posible hablar de los medios tecnológicos y
comunicativos como medios omnipresentes dentro de una experiencia de la tan
proclamada “globalización”.
Dentro de todas estas redes, la educación es un ingrediente que esta disuelto
en cada uno de estos procesos, pero muchas veces no notamos su mecanismo de
acción. Pero pensemos en un tiempo atrás donde no había ni celulares ni
computadores ni internet. De un momento a otro, y “sin darnos cuenta”,
aprendimos a usar los celulares de alta tecnología, los computadores, y a navegar
en la red. La mayoría fue un proceso de autoconocimiento en donde “por lógica”, o
siguiente las instrucciones, aprendimos a dominar lo que antes era tan
desconocido. Sin saberlo, estábamos en un mecanismo constructivista educativo.
Poco a poco se fue consolidando nuestro conocimiento, y esos procesos que hoy
en día se mecanizaron, antes fueron un proceso de formación que llevo a poner
en práctica muchos conocimientos que habían sido cultivados.
Igualmente, la educación también puede ser vista como una tecnología que
agiliza procesos internos y externos del hombre. Los internos son la estructuración
del conocimiento en un pensamiento sólido y creativo; en cambio, los externos
están en la relación de estos conocimientos con la sociedad (económicos,
políticos, culturales, etc.).
De esta forma, llegamos al punto de encuentro entre la tecnología y la
educación: la transformación y los procesos creativos. Tanto la tecnología como la
educación son procesos que inician en un punto, que al desarrollarse y cultivarse,
se proyecta buscando siempre el progreso y la transformación del individuo como
de su entorno social. Estos procesos se realizan de forma innovadora, y siempre
con el interés de crear mecanismos actualizados y que generen la atención, tanto
del amante a la tecnología como al estudiante.

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Por ende, y en medio de este entorno, las TIC no pueden perder de vista la
influencia e importancia que puede dar las redes sociales para los procesos
educativos. En el fondo, lo que más acontece en las redes sociales es el compartir
información, ya sean fotos, mensajes, música, noticias, etc. Entonces, si están
bien dirigidos y acompañado de un docente integro, todo esto se puede convertir
en un foro más interactivo y didáctico que cualquier clase dictada en una aula de
salón.
El medio en donde los estudiantes hoy en día más interactúan y se comunican
es el virtual. La idea no es eliminarlo puesto que solo generaría ansiedad y
aburrimiento en la clase que quiere innovar en las TIC. Si vemos, los blogs
(también redes sociales) manejan temas muy amplios, desde letras universales
hasta temas pocos hablados en la cotidianidad por pena o cobardía de comentar y
ser juzgado. Sin embargo, la magia del internet es poder interactuar y opinar de
cualquier tema, sin el temor a ser juzgado directamente o burlado.
Aunque a simple vista, las redes sociales implican un problema, es algo que
debe ser, primero reorientado y segundo generar una reflexión crítica. Por
ejemplo, se debe seguir insistiendo en la buena ortografía (en los chats), y no
olvidar la caligrafía (el puño y letra); todo esto como un respeto al lenguaje que es
una herramienta esencial en las redes sociales. Y lo segundo, es promover un
pensamiento reflexivo y crítico ante situaciones que puedan presentarse, tener el
carácter de limitar mis publicaciones respetando la integridad propia y la ajena.
Finalmente, se debe estudiar las redes sociales para innovar los procesos
educativos dentro de este marco. Podemos pensar en grupos de estudio virtuales,
blogs, diseñar foros, videos temáticos, exposiciones interactivas, promover la
lectura y la escritura (ebooks, foros); en síntesis, integrar la creatividad y el
conocimiento con los intereses de los estudiantes.
Escrito por: JESSICA CASTAÑO LOPERA