Escrito 98 sobre la autorrealización espiritual humana
Escrito 13. la accion esencial en la transicion.doc 1
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DE: JAIME DÍAZ PAGE – MÉXICO -
ABRIL 2003
ESCRITO 13
LA ACCION ESENCIAL EN LA TRANSICION
EL CAMBIO PERSONAL
Amados hermanos, lectores y estudiantes de El Libro de Urantia, los saludo
cordialmente. Hoy, ante la variada y múltiple información acerca del cambio planetario
y personal, creemos que debemos reorientar nuestra atención y esfuerzo hacia aquello
que es lo relevante, lo importante, lo esencial, para nuestro cambio personal, de
acuerdo a las enseñanzas de la Revelación. Es menester que los que se sienten
despiertos espiritualmente, tomen conciencia; reflexionando, en unión con su espíritu
interior para conocer la verdad (la verdad mora en nuestro interior espiritual), y
conociendo la verdad, manifiesten personalmente lo esencial durante su vida en la
Tierra.
Estas palabras están dirigidas a los que creen en Dios, en Cristo, en el Amor,
en la Justicia, en la Bondad, en el Plan Divino, en la Evolución de la Conciencia,
etc.… A todos los que desean esforzarse para glorificar a Dios, ayudando a la
humanidad a encontrar el camino hacia el Padre, y a aquellos que hoy despiertan a la
Realidad Espiritual, que poco a poco va concretándose en su mente y en su conciencia
en este plano terrestre. Tenemos la esperanza imperecedera de que los que hoy duermen
en el sueño materialista de la existencia, despierten, dándose cuenta de la realidad
espiritual, de lo superior, de aquello que es verdadero, bello y Eterno.
EL CAMBIO PERSONAL
Ahora, lo esencial para lograr el cambio espiritual y personal, es que de
acuerdo a la enseñanza universal del amor, procedamos en nuestra vida de la
siguiente manera, sabiendo que el crecimiento espiritual del individuo, afecta al
crecimiento de toda la humanidad. Jesús nos pregunta, ¿Por qué tenéis que
sacrificar la experiencia suprema de la existencia humana: ‘encontrar’ a Dios por
vosotros mismos y ‘conocerlo’ en vuestra propia alma?
1 Tengamos el anhelo de buscar y encontrar a Dios dentro de
nosotros; así como el deseo de asemejarnos a él. Por medio del conocimiento
no podemos encontrar a Dios, pero podemos conocerlo en nuestro corazón por
medio de la experiencia religiosa personal. 1731:1; 1453:5.
2 Buscando y encontrando a Dios, las cualidades de la divinidad
serán una realidad en nuestra alma; de esta manera produciremos los frutos del
espíritu que Dios Padre nos pide. 1174:7.
3 Y haciendo “la voluntad del Padre” durante nuestra vida en la
tierra, es decir, compartiendo nuestra vida interior con Dios regularmente,
orando y adorando a Dios Padre, sabiendo que él mora en nuestro interior
espiritual, en la presencia del Ajustador divino, llegaremos a conocer la
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voluntad de Dios. La voluntad del Padre, podemos cumplirla en cualquier
ocupación terrenal que tengamos. (Jesús) 1221:2; 1642:3; 1732:4.
4 Así también, al hacer la voluntad del Padre conoceremos la
verdad, y la verdad nos hará libres. 1796:4.
5 Al conocer la voluntad de Dios, y a Dios mismo, revelaremos a
todos los hombres el amor del Padre; revelaremos los frutos espirituales a
nuestros semejantes. 1289:3.
6 Durante nuestra vida en la tierra debiéramos persistir en la
búsqueda real de los valores divinos en unidad con Dios, para alcanzar la
conciencia de Dios y el crecimiento religioso verdadero. 1095:3.
Sólo cuando conocemos a Dios podemos amar a otros hombres
como nos amamos a nosotros mismos. 196:4.
¿Cuáles son los frutos del espíritu?
Servicio amoroso; consagración desinteresada; lealtad valiente; equidad
sincera; honradez iluminada; esperanza imperecedera; confianza fiel; ministerio
misericordioso; bondad inagotable; tolerancia indulgente; y paz duradera. 2054:3.
“Si unos creyentes declarados no producen estos frutos del espíritu divino
en sus vidas, están muertos; el espíritu de la Verdad no está en ellos; son una
ramas inútiles de la Vid Viviente, y pronto serán cortadas. Mi Padre pide a los
hijos de la fe que produzcan muchos frutos del espíritu. Por consiguiente, si no sois
fecundos, el cavará alrededor de vuestras raíces y cortará las ramas estériles. A
medida que progreséis hacia el cielo en el reino de Dios, deberéis producir cada vez
más los frutos del espíritu. Podéis entrar en el reino como un niño, pero el Padre
exige que crezcáis por la gracia, hasta la plena estatura de un adulto espiritual.
Cuando salgáis por ahí a contarle a todas las naciones la buena nueva de este
evangelio, iré delante de vosotros, y mi Espíritu de la Verdad residirá en vuestro
corazón. Mi paz os dejo.” 2054:3. Estas palabras las dijo Jesús a los apóstoles hace
más de 2000 años y así mismo están dirigidas a la humanidad de todos los tiempos.
Cuando conocemos y practicamos aquello que es esencial y verdadero, todo
lo que en este mundo se presenta como: prodigioso, fantástico, portentoso, milagroso,
espectacular y supersticioso, se derrumba y se desvanece ante la verdad espiritual
conocida por nosotros, así como el hielo se derrite con los rayos del sol.
La Verdad Espiritual es infinita, verdadera, bella, buena y eterna. Esta es
la verdad para nosotros, la que debe ser viva y manifiesta en cada uno de nosotros y en
toda la humanidad; poco a poco, no de golpe, lentamente, pero con paso firme y seguro.
Esta es nuestra verdad y no otra, no nos dejemos engañar. Dios es y ha sido nuestro
origen, somos hijos de Dios. El es nuestra verdad y razón de ser. El nos llama y nos
pide que crezcamos con El en la Gracia y en el Conocimiento de la Verdad. 1917:1.
Todo lo que proviene del Creador regresa a El irremediablemente; nada ni nadie
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puede impedirlo; la personalidad sobreviviente alcanza el destino de Deidad; y la
personalidad que no sobrevive es absorbida por la superalma de la creación, el Ser
Supremo; la personalidad que no sobrevive, nunca más aparece como una
personalidad consciente. Volvemos a Dios de acuerdo a nuestra propia elección;
somos nosotros los que decidimos vivir en la ETERNIDAD o NO. DIOS PADRE no
nos obliga a vivir con él, solo nos invita a estar con El por siempre y para siempre,
sirviéndole y adorándole. 37:2; 1232:2; 1820:7; 290:2.
DIOS PADRE otorga a sus hijos obedientes y voluntariosos la VIDA
ETERNA cuando sus hijos viven su vida de acuerdo a los postulados divinos del
AMOR y la SABIDURIA en constante esfuerzo personal. Jesús dijo: “Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá. En verdad,
cualquiera que vive y cree en mí no morirá nunca realmente.” 1843:1.
Nuestro Padre Creador Jesús de Nazaret dijo hace 2000 años: “¿De que le
sirve a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su propia alma?” 1760: 2. Esta
declaración de Jesús no es ninguna alegoría; afirma una realidad cósmica, el cese de la
existencia personal. Reflexionemos sobre esta declaración de Jesús. Mediante nuestro
cambio personal ascendemos progresiva y espiritualmente de acuerdo a nuestra
voluntad, de nuestro empeño y entrega espiritual a Dios. Este cambio significa una
nueva era espiritual y personal, aquí y ahora.
Nuestro cambio mediante lo esencial, obedece al Plan Divino del Padre
Universal. Dios es el originador de toda la evolución en el cosmos, de lo cósmico y
personal. Todo lleva su fuerza y energía, su propia vida, sin ella nada prosperaría, nada
podría cambiar y menos ascender espiritualmente en la escala universal que Él ha
dispuesto, para que quienes lo deseen puedan encontrarlo en el Paraíso, su morada
eterna.
Para un logro ascensional perfecto de nuestra alma-personalidad, sin
desviaciones y engaños, debiéramos establecer nuestra vida de acuerdo a las enseñanzas
divinas. La clave es el amor a Dios, la fe y la manifestación real y expresa de los
“frutos del espíritu” en nosotros mismos, para ascender nuestra alma-personalidad
cada vez más. Alcanzando logros y niveles reales de progreso espiritual verdadero
en nosotros mismos al contacto con nuestro espíritu interior que nos guía. 1782:3.
Estos cambios significarán en nosotros gozo, paz, equilibrio mental y emocional, así
como el aumento progresivo de nuestro discernimiento espiritual. El amor, la confianza,
la comprensión y la alegría serán compañeros inseparables de nuestra alma.
Vivir en amor significa ascender, elevándose espiritualmente en y por lo
esencial, conociendo la verdad, viviendo divinamente. Jesús Cristo nos trajo la
enseñanza espiritual para ascender por encima de toda limitación humana por medio del
amor, del amor a Dios y amor al prójimo. El conoce el poder que tiene el amor
divino y lo que puede hacer por nosotros. El amor divino en nosotros, eleva y salva
nuestra alma y personalidad. La religión de Jesús, vivida, practicada, llega a
dominar y a transformar a los creyentes. La religión de la experiencia personal
auténtica, nos conduce a conocer a Dios, su amor y su misericordia. Y nos otorga la
libertad espiritual. 2083:2; 1629:5; 1630:5.