1. Pensar, aunque no lo detallemos muy a menudo es un proceso que requiere
de disciplina, lógica y razonamiento.
Es un proceso que requiere de actitudes,
aptitudes, gestos, posiciones y hasta fantasías
de ser un pensador, el tomar posición de
pensador y creerlo psicológicamente te llevara a
ser uno.
El ponerse determinado sombrero también es
un proceso difícil, ya que al momento de tomar
una decisión debemos pensar, y debemos identificar plenamente ante la
situación que sombrero ponernos, que acciones llevar a cabo que sean
acordes al sombrero y como ejercer estas.
Para ser un pensador, no solo basta tomar las posiciones corporales o hasta
vestirse como tal, aunque sea algo que estimule el pensamiento, sin embargo
es necesario también tener la intención y desempeñarla, ya que si hay
intenciones y movimientos finalmente tu cuerpo terminara por reaccionar
desempeñando actividades propias de
un pensador.
Otro aspecto a considerar es que un
pensador no necesariamente siempre
tiene la razón o cree que la tiene,
puede ser un pobre pensador, ya que no
mira más allá de sus anhelos.
Si representamos el papel de un pensador, como si fuésemos actores, evitando
la intervención de nuestro ego, es muy posible que sea una manera de
empezar a actuar como tales.
2. Somos seres humanos sentimentales, lo que indica que ante cada situación
vivida dejamos ver lo que sentimos, es algo como un instinto natural, pero a
veces afecta nuestra manera de pensar, lo que nos lleva a analizar y tomar
posesión de nuestros sentimientos, ser capaces de controlarlos y canalizarlos,
para que estos no influyan en ponernos el sombrero equivocado ante alguna
situación.
Para ser un buen pensador es necesario seguir las pautas anteriores, sin
embrago hay algo importante que tomar en cuenta, y es saber la función que
cumple cada uno de los sombreros, debemos conocerlos adecuadamente, para
que su función mas las recomendaciones anteriores dadas cumplan una
función y se pueda ser un “buen pensador”.
Somos seres humanos con pensamientos, creencias y costumbres, donde lo
más importante es actuar acorde a cómo actúan todos a nuestro alrededor, tal
situación nos envuelve en una monotonía que nos convierte en seres humanos
semejantes a otros, en otros términos replicas inanimadas moldeadas por la
sociedad.
Para ser un pensador y marcar la diferencia se nos hace necesario romper los
límites, querer cambiar el mundo, revolucionar nuestro pensamiento y no
realizar acciones y tomar decisiones tan mecánicamente.
Una armonía total, pleno conocimiento de los seis sombreros y un ser humano
ansioso por revolucionar su entorno pensamientos y acciones, son la mezcla
ideal para un “BUEN PENSADOR”.