Primeras preocupaciones éticas en Grecia
El hombre griego desde el siglo VIII hasta la primera mitad del
siglo V a. C. mantiene una posición filosófica de un admirador
de la naturaleza. Plantea los problemas del mundo físico con
optimismo, imposible sin el pensamiento racional que busca
la explicación del cosmos por sus causas, sus elementos, el
devenir, etc.
Pero, desde la segunda mitad del siglo V a. C. el pensamiento
filosófico, sitúa al hombre en el centro de sus
preocupaciones. Emerge una ética antropológica
Problema filosófico que antecede a la ética
Se enfoca la preocupación de los filósofos presocráticos
acerca del elemento primordial que da origen a las cosas
existentes en el entorno cósmico.
Las cosas son como se muestran a los sentidos; pero, los
pensadores de ese tiempo no cesan hasta la primera mitad
del siglo V a.C., de averiguar sobre el principio material e
inmaterial de cuanto existe en la naturaleza.
Llamada filosofía cosmológica por el problema que aborda en
un luminoso momento de la filosofía antigua, base de la
sabiduría y de la cultura de Occidente.
Mileto y el problema de los primeros filósofos
En Mileto, ciudad de Jonia, la región oriental de Grecia, en Asia Menor,
lejos de la Metrópolis, nace la filosofía.
Los primeros filósofos son “hombres distinguidos, curiosos, abiertos al
mundo e incluso políticos” (Quesada, 2003, p.28).
Mileto cuna de la filosofía, filósofos presocráticos se encuentran en otras
ciudades como Éfeso, Clazómenas, Colofón y Samos, en el sur de Italia y
en Sicilia (Hirschberger, 1978, p.14).
Quesada, el desarrollo del comercio marítimo e industrial, el bienestar
económico, la lejanía de la metrópoli, la organización de la “polis”, desde
fines del siglo VII a.C., favorecieron el comienzo de la filosofía en la
cultura de Occidente.
Tales de Mileto 624-546 a. C.
Para este filósofo, el elemento primordial de las
cosas es el agua. Todo viene de ella y a ella
retorna. Es el principio del ser que se encuentra
en todas las cosas. No el ser que aparece a los
sentidos sino “la razón o el fundamento
primero”.
Anaxímenes
El “arché” es el aire, “(…), la rarefacción y la condensación, (...), era la
forma en la que se pasaba naturalmente de una sustancia (monismo) a una
pluralidad de formas materiales”. (Quesada 2003, p.30).
Anaximandro 610-545 a. C.
Al “arkhé”, sustancia infinita e indiferenciada llamó “apeiron”. Su
significado es ilimitado (Quesada, 2003, p.29). Del “apeiron” surgen los
opuestos como frío-caliente y los fenómenos de la naturaleza.
Los tres filósofos de Mileto orientan su indagación hacia lo que parece una
tendencia materialista, pues coinciden en señalar la materia como el
elemento esencial que da origen a las cosas.
Heráclito, de Éfeso, 544-484 a. C.
• La dialéctica y el cambio
Heráclito debe haber pensado en la naturaleza moral del hombre, que muy
pronto los sofistas habrían de anunciar como la segunda naturaleza humana
• El devenir
La dialéctica de Heráclito tiene como guía fundamental el devenir
explicando que el cambio no especulativo, sino concreto, se produce por la
lucha y la armonía de los contrarios.
• Autognosis, nace la ética
“Yo me he consultado (buscado) a mí mismo” (González, 2007, p 92) La
lectura de la célebre frase de Heráclito muestra al pensador griego abriendo
el camino por el cual se conduce el hombre en el intento pionero por
descubrir en su interioridad el conocimiento sobre sí mismo.
• Unidad de la teoría y la practica moral El germen de la ética que
pudo haber avizorado Heráclito cuando revela que ha dirigido la
pregunta hacia la interioridad de sí mismo, muestra que ese
camino es dinámico, creativo e interminable, para responder las
incógnitas y los requerimientos que plantea la perfectibilidad de la
vida
Parménides (540-470 a.C.)
El ser es el centro de su filosofía, que se opone al devenir de Heráclito.
El devenir dice, sólo es algo que fluye. No es algo que está en reposo, y
por lo tanto, no es nada sino una ilusión que nos dan los sentidos
Demócrito (460-370, a. C.)
La ética de Demócrito se halla en su libre Corpus
Democritum. Define el hombre como un “microcosmos”, es
decir, un conjunto de átomos y vacío. También Demócrito es
consecuente con la cosmología de su tiempo.
- El equilibrio
El destino del hombre es el mismo que el del cosmos, pero
considera que el fin del hombre es la conservación del
equilibrio, es decir, la serenidad de ánimo o el bienestar que
no hay que confundir con el goce de los placeres sensibles.
Protágoras (481-411, a. C.)
“El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son,
por el modo en que son, de las que no son por el modo en
que no son” (Valverde, 1983. p. 76).
Este pensamiento resume el carácter del hombre de una
época en Grecia. Corresponde a Protágoras, pero expresa en
general el ser sofista.
Esta forma de concebir la realidad es muy significativa por el
subjetivismo, relativismo y escepticismo en que actúa el
hombre de aquel tiempo.