La mirada del posconflicto de un ingeniero industrial
1. La mirada del posconflicto de un ingeniero
Diego Durán
El conflicto en Colombia tiene una historia larga, tan extensa que casi consideramos haber vivido
siempre en él. Las cifras del conflicto muestran población afectada en todas las direcciones,
resulta en particular preocupante la violencia contra niños, niñas y jóvenes, la violencia contra la
mujer y la agresión a población indígena y afrodescendiente. Frente a ello, el profesional en
ingeniería industrial tiene grandes desafíos, entre ellos romper las fronteras de su práctica
tradicional, abordar el conocimiento de su realidad y rescatar el valor y el poder de las
poblaciones para agenciar su cambio. La formación de profesionales que enfrentarán en el futuro
un gran desafío, deben ser educados a la altura del desafío, con nuevas prácticas, mayor contacto
con la realidad y mayor pertenencia y postura crítica en los contenidos.
La sociedad presente en el marco de un conflicto como el que vivimos, estos antecedentes
parecen dar inicio a algunos temas que pueden ser claves para el momento en que vivimos, la
ingeniería industrial no se ha preguntado, ni se ha planteado como disciplina los problemas y las
soluciones a sus problemas urgentes y que en ocasiones, cuando se ha dado algo en este sentido,
ha sido más el reflejo de un compromiso político que de una reflexión disciplinar. Hay en esto un
reto por asumir que no se logrará en el espacio de este documento, pero que trata de apuntar en
este sentido a través de la reflexión sobre asuntos que todos quizás sabemos de intuición y de
experiencia laboral, en un país que hallamos a cada paso tan profundamente herido. Se impone el
conocimiento de la realidad, su interpretación y análisis. Este conocimiento no puede ser la
lectura de una sola versión de los hechos y datos que se presentan a nuestra vista sobre los
sucesos de la realidad. En un mundo donde crece la posibilidad de informarse, es cada vez más
grave y desafortunado el aumento también de la desinformación, de las múltiples versiones y del
2. manejo acomodado de los hechos. En un país en conflicto la desinformación también es una
táctica de guerra y aunque conocer la verdad sea una utopía, la reconstrucción de la historia
narrada por las comunidades y llevadas al consenso a través de la recuperación de la memoria es
un deber para iniciar la reparación y la restitución de un grupo de individuos sometidos a
violencia y una condición mínima para cualquier profesional que afronte el desafío de contribuir
a su transformación. Saber y no perder el amor por la verdad no la de una cierta visión de ciencia
objetiva y racional que en un escenario de tantas versiones se vuelve confusa, sino la verdad
sencilla que se construye desde el otro y su experiencia, este quizás no sea el pilar de acción de
un ingeniero industrial colombiano en la escena del conflicto pero si es un inicio gigante para
poder contribuir desde su profesión. La oportunidad que se ofrece es la de transformar la
necesidad de hacer ciencia a través de visiones imparciales de la realidad, recuperando un pensar
colectivo y que reconstruye escenas y procesos en una red de relaciones afectivas y emotivas
deberemos sacar las profesiones de los espacios cerrados de las oficinas. Se abren los muros para
que entre la gente y el lugar habitual de trabajo se amplíe y se traslade hasta las comunidades. No
se habla de eliminar la forma tradicional del trabajo pues es inherente a esa condición particular
que hace un profesional, su competencia para captar lo que sucede con el fenómeno humano,
diagnosticarlo, intervenir en él, pero se abre a un saber más compartido, a espacios menos
simbólicos, a prácticas más comunes, a entregar el saber a otros para que también puedan
participar del entre comillas saber profesional y especializado, el saber se abre al poder del otro,
a su conocimiento, a la construcción social de la realidad y a la potenciación de lo que los
profesionales en las comunidades llaman la potenciación de las virtudes populares. La oficina, el
consultorio se reservan para escuchar a uno siempre y cuando no pueda ser acogido por todos,
para apalancar la inserción a lo colectivo y para el fortalecimiento del uno que le permita
3. participar en la transformación del grupo. Esto es muy importante pues el que ha sido violentado
tiene un mundo y una comprensión diferente del mundo y del otro, un secuestrado político o
reinsertado guerrillero, tiene un trauma que seguramente diría no es sólo un síndrome individual
sino político incomunicable a quien no es político, una herida de país, una herida de comunidad,
una herida de palabras que no son discursos del yo, sino discursos de sociedad enferma de poder
y complicada de ideologías. Se exige abrir las fronteras entre disciplinas, saberes, metodologías y
campos de acción. Ante la profundidad de los conflictos y la complejidad de su configuración no
son posibles visiones dogmáticas, cerradas, individualistas, monolíticas. Ningún ingeniero
trabajará solo, hará parte de grupos de profesionales, de miembros comunitarios, de equipos
institucionales. Al interior de las ciencias se exige apertura del profesional para moverse en los
diferentes campos pues la variedad y multiplicidad de experiencias que se presentan para ser
afrontadas exigen saber y apelar a todo el conocimiento básico, a todas las aplicaciones y a la
incursión en metodologías de las diferentes disciplinas y áreas del conocimiento. Nuevas
comprensiones que alteran el conocimiento tradicional de la disciplina empiezan a emerger y un
profesional versátil empieza a surgir para preguntar y aventurar respuestas, ¿existe una
psicología de la tortura?, ¿un síndrome del desplazado?, ¿un tipo de estrés post traumático
específico según si se es familiar de un desaparecido o de un masacrado? ¿Existe el trauma del
amputado por minas antipersonas?, ¿o un modelo educativo y de afrontamiento construido desde
comunidades indígenas y afrodescendientes que hacen resistencia desde hace más de 400 años?
Cuál de nosotros está para estudiarlas, caracterizarlas, devolverlas como un saber útil a las
comunidades, enseñarlas a las futuras generaciones de profesionales y compartirlas con otros
profesionales que viven en los mismos escenarios de violencia que nosotros enfrentamos para
4. que aprendamos de nosotros mismos y para que repitamos aquello que es exitoso y que ya es
propio de la idiosincrasia y valor inconmensurable de nuestros colombianos y colombianas.
Referencias
SANTAMARIA Ricardo. (29 de abril de 2015) once lecciones para el posconflicto. Recuperado (05 de
septiembre de 2016) de http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/posconflicto-en-
colombia/15659117
MOLANO Andrés. (Febrero 2014) Entre transición y restauración: Desafíos para la sociedad
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http://www.kas.de/wf/doc/15538-1442-4-30.pdf
OBSERVATORIO DE CONSTRUCCIÓN DE PAZ UNIVERSIDAD JORGE TADEO LOZANO
(2012) N°2 Medios de Comunicación y Construcción de Paz Cuadernos Paz a la Carta. Recuperado de
http://www.utadeo.edu.co/files/collections/documents/field_attached_file/cuaderno2.pdf