9. “el tiempo no tiene por
qué destruir la belleza,
igual que la costumbre no
gasta el amor, lo pule
igual que pule una
herramienta el trabajo de
las manos”.
Antonio Muñoz Molina en su prólogo a la obra (Las
hermanas Brown, 1975-2010, TF Editores,
Fundación Mapfre, Madrid, 2011),
10. Ahora bien, si se observan estas fotografías desde
el miedo, lo que se ve en ellas es la sensación de
pérdida de lo que se tiene. Porque las hermanas
Brown, de alguna manera, muestran el triunfo de
la salud con todo lo que ello implica, no ya solo la
salud en términos clínicos, en tanto ausencia de
enfermedad que fracciona o quita la vida, sino la
salud de poder desarrollar un proyecto vital que
es otra de las cosas que cuenta esta historia.
Miguel Roig
El diseño de la vida
11. Podemos ver en alguna de las fotos, si
observamos con atención, alguna señal de una
dolencia, incluso grave, pero en el rostro de la
afectada vemos cierta templanza frente al mal, no
un desafío sino un diálogo, grave, pero diálogo al
fin, como aquel que intentamos cuando nos dicen
algo que nos desagrada y en lugar de enfadarnos
tratamos de entender por qué.
Miguel Roig
El diseño de la vida
12. A través de las fotos vamos viendo cómo las cuatro
mujeres unidas, ya sea físicamente a través de
abrazos o bien por el roce pero siempre, desde su
actitud, aferradas por el vínculo fraternal, van
mutando con el paso del tiempo y cómo, a su vez, el
tiempo es cincelado por estas mujeres que nos narran
su novela de vida en primera persona. Página a
página vemos cómo van transformándose los rostros,
los cuerpos y, fundamentalmente, las miradas que en
cada imagen narran una experiencia distinta.
Miguel Roig
El diseño de la vida
13. El diseño de la vida
Miguel Roig
Seguir a @miguelroig
06/03/2013 - 12:49h
Los temas preferidos del fotógrafo estadounidense Nicholas Nixon son la enfermedad y la vejez. Su trabajo más conocido, Las hermanas Brown,
fue un proyecto comenzado en 1975 y constituye una obra artística única, ya que de alguna manera cobija ambas preocupaciones, la salud y el
ocaso de la vida. Sin embargo, esas imágenes nos llevan a otro lugar, a otra zona de reflexión y percepción. Las Brown son cuatro hermanas, una
de ellas, Beverly (Bebe) Brown, pareja de Nixon, a quien el artista viene fotografiando desde 1975 hasta la fecha.
La Fundación Mapfre ha publicado el registro de treinta y cinco años, desde el inicio de la serie hasta 2010. A través de las fotos vamos viendo
cómo las cuatro mujeres unidas, ya sea físicamente a través de abrazos o bien por el roce pero siempre, desde su actitud, aferradas por el vínculo
fraternal, van mutando con el paso del tiempo y cómo, a su vez, el tiempo es cincelado por estas mujeres que nos narran su novela de vida en
primera persona. Página a página vemos cómo van transformándose los rostros, los cuerpos y, fundamentalmente, las miradas que en cada
imagen narran una experiencia distinta. Solo quienes son padres y ven crecer a sus hijos día a día pueden acceder en la vida a una narración
similar, ya que en los pequeños cambios de los niños se puede ver la piel del tiempo mudar en tan imperceptibles modificaciones. Si, en cambio,
en lugar de ir de una en una saltamos seis o siete páginas, notamos un cambio visible, y hacia el final la sensación es de vértigo porque hemos
adelantado el reloj del relato muchos años y nos encontramos con la madurez de aquellas jóvenes.
Si escogemos una chica al azar y vamos siguiendo con atención su devenir a través de las fotografías, podremos leer un relato análogo al que
ofrece el cielo de una ventosa mañana otoñal, que en el transcurso de pocos minutos pasa de una diáfana claridad a opacarse por la presencia de
nubes, que luego se disipan dando lugar a la luminosidad anterior y, sin respiro casi, otra vez nublarse, dejando escapar alguna chispa de agua
antes de volver a recuperar la luz. Así de lábil se presenta la mirada de cada una de estas mujeres sometidas, como todos, a las inclemencias del
tiempo. Algo bello de observar porque, como afirma Antonio Muñoz Molina en su prólogo a la obra (Las hermanas Brown, 1975-2010, TF
Editores, Fundación Mapfre, Madrid, 2011), “el tiempo no tiene por qué destruir la belleza, igual que la costumbre no gasta el amor, lo pule
igual que pule una herramienta el trabajo de las manos”.
Ahora bien, si se observan estas fotografías desde el miedo, lo que se ve en ellas es la sensación de pérdida de lo que se tiene. Porque las
hermanas Brown, de alguna manera, muestran el triunfo de la salud con todo lo que ello implica, no ya solo la salud en términos clínicos, en
tanto ausencia de enfermedad que fracciona o quita la vida, sino la salud de poder desarrollar un proyecto vital que es otra de las cosas que
cuenta esta historia. Podemos ver en alguna de las fotos, si observamos con atención, alguna señal de una dolencia, incluso grave, pero en el
rostro de la afectada vemos cierta templanza frente al mal, no un desafío sino un diálogo, grave, pero diálogo al fin, como aquel que intentamos
cuando nos dicen algo que nos desagrada y en lugar de enfadarnos tratamos de entender por qué.
14. Una o dos páginas después, vemos con alivio que el escollo ha sido superado. Desde el miedo, desde el temor que cruza nuestro tiempo, este
diálogo es imposible. Porque en lugar de leer la totalidad, como un relato de vida, se paraliza la lectura pensando en la imagen que no está, en la
del siguiente año, en lo que vendrá y allí surge el pánico, ¿vendrá? Escribe Muñoz Molina que “llegará un día en el que falte una de las cuatro
presencias, o en la que ya no esté ese testigo cuya sombra se vislumbra de vez en cuando sobre ellas. La novela va escribiéndose sola y será ella
sola quien encuentre su fin. La fotografía, al fin y al cabo, es sobre todo el arte de retratar fantasmas”. Esto que, como decía John Keats es, en
definitiva, la belleza de la verdad, la verdad de esta obra que nos ayuda a entender la vida y convivir con ella desde su sentido más profundo. El
miedo a perder lo que se tiene borra esta lectura reflexiva y solo permite ver en ella el final.
No sabemos qué pasó en el año 2000 en la vida de las hermanas Brown, pero esa vez posan abrazadas, conteniendo cada una de ellas a las
demás; un núcleo duro que se aferra a sí mismo para enfrentar ¿la adversidad? o simplemente la contingencia, lo temporal que se fuga sin que
la mirada lo pueda retener: solo Nixon consigue con esta imagen atrapar aquello que ya se ha ido. Once años después, vemos a dos de ellas
seguir con los ojos, con firme resignación, ese movimiento. Las otras dos nos miran. ¿Qué ven? Ven cómo mutamos. Basta con levantar los ojos
de la pantalla e ir al espejo más cercano para ver que ya no somos los mismos, nosotros, los de entonces –como decía Neruda–, quienes
empezamos a leer este artículo y a mirar las fotografías de estas mujeres, nuestras contemporáneas.
En Diario Kafka, esta semana, estamos reflexionando sobre el diseño. Solo he querido detenerme en un diseñador que está omnipresente y tal
vez por eso vivimos desatendiéndolo: el tiempo.
Nuestros socios comentan
#1 SoniaCapilla | 07/03/2013 - 00:29h
Gracias, estoy enganchada a esta reflexión sobre el diseño. A cómo habéis diseñado esta reflexión sobre el diseño y a vuestra capacidad de designar la mirada para
diseñarnos a nosotros mismos, con palabras y fijando la atención. Desde el arte como diseño, desde la vida como arte. Muy grande, muy de agradecer.
http://www.eldiario.es/Kafka/diseno-vida_0_108139327.html
15. Tu eliges...
Aceptación de la
Miedo a la Impermanencia
impermanencia
el tiempo no tiene por qué destruir la belleza, igual que la
la mirada de cada una de estas mujeres sometidas, como
costumbre no gasta el amor, lo pule igual que pule una
todos, a las inclemencias del tiempo.
herramienta el trabajo de las manos”
las hermanas Brown, de alguna manera, muestran el
triunfo de la salud con todo lo que ello implica, no ya solo
si se observan estas fotografías desde el miedo, lo que se ve la salud en términos clínicos, en tanto ausencia de
en ellas es la sensación de pérdida de lo que se tiene. enfermedad que fracciona o quita la vida, sino la salud de
poder desarrollar un proyecto vital que es otra de las cosas
que cuenta esta historia.
Podemos ver en alguna de las fotos, si observamos con Una o dos páginas después, vemos con alivio que el escollo
atención, alguna señal de una dolencia, incluso grave, pero ha sido superado. Desde el miedo, desde el temor que cruza
en el rostro de la afectada vemos cierta templanza frente al nuestro tiempo, este diálogo es imposible. Porque en lugar
mal, no un desafío sino un diálogo, grave, pero diálogo al de leer la totalidad, como un relato de vida, se paraliza la
fin, como aquel que intentamos cuando nos dicen algo que lectura pensando en la imagen que no está, en la del
nos desagrada y en lugar de enfadarnos tratamos de siguiente año, en lo que vendrá y allí surge el pánico,
entender por qué. ¿vendrá?
Esto que, como decía John Keats es, en definitiva, la belleza
“llegará un día en el que falte una de las cuatro presencias,
de la verdad, la verdad de esta obra que nos ayuda a
o en la que ya no esté ese testigo cuya sombra se vislumbra
entender la vida y convivir con ella desde su sentido más
de vez en cuando sobre ellas. La novela va escribiéndose
profundo. El miedo a perder lo que se tiene borra esta
sola y será ella sola quien encuentre su fin. La fotografía, al
lectura reflexiva y solo permite ver en ella el final.
fin y al cabo, es sobre todo el arte de retratar fantasmas”
16. Basta con levantar los ojos de la pantalla e ir al
espejo más cercano para ver que ya no somos
los mismos, nosotros, los de entonces –como
decía Neruda–, quienes empezamos a leer este
artículo y a mirar las fotografías de estas
mujeres, nuestras contemporáneas.
La obra no trata sólo de la impermanencia de las hermanas
Brown, trata también de tu impermanencia y de la
impermanencia de todo (el diseño del tiempo)
17. El Milagro de la Impermanencia
“Cuando las cosas cambian solemos entristecernos y sufrir mucho, pero el cambio y la
impermanencia también tienen su lado positivo. Gracias a la impermanencia todo es
posible. La misma vida es posible. Si un grano de maíz no fuera impermanente, no
podría transformarse en una planta de maíz. Si la planta de maíz no fuera
impermanente, nunca podría ofrecernos la mazorca con la que nos alimentamos. Si tu
hija no fuera impermanente, no podría crecer hasta convertirse en una mujer. Y en este
caso tus nietos nunca se manifestarían.
En lugar de quejarnos sobre la impermanencia, hemos de decir: “Bienvenida seas,
impermanencia, que vivas por muchos años”. Ha de producirnos felicidad. Cuando
seamos capaces de ver el milagro de la impermanencia, nuestra tristeza y sufrimiento
desaparecerán.
La impermanencia ha de comprenderse también a la luz del inter-ser. Como las cosas
inter-son, se están influyendo constantemente unas a otras. Se dice que una mariposa
batiendo las alas en una punta del planeta puede afectar el clima que haga en la otra
punta. Las cosas no pueden seguir siendo las mismas porque reciben la influencia de
todo lo demás, de todo aquello que es distinto a ellas”
Thich Nhat Hanh
Del libro “La muerte es una ilusión”
La superación definitiva del miedo a morir
...La muerte es una ilusión...
17
http://silencio.artdetat.com/category/terapia-gestalt/page/25/
18. Si quieres conocer y entender más sobre qué es la
impermanencia, sus posibilidades, su belleza, su magia, te
recomendamos esta presentación:
La Impermanencia, Experiencia Visual
en:
http://www.slideshare.net/DharmavsKarma/la-impermanencia-experiencia-visual
20. Empezamos a envejecer al primer segundo de haber
nacido:
ya somos un segundo más viejos, luego un minuto más
viejos, luego una hora más viejos, luego un día más viejos,
luego una semana más viejos, luego un mes más viejos,
luego un año más viejos, luego una década más viejos, luego
un siglo más viejos... si antes, en cualquiera de esos
instántes, la muerte no se ha topado con nosotros en
nuestro camino
21. No hay nadie en este Universo que pueda evitar que lo que
ha nacido no envejezca y no muera
25. ¿La impermanencia es mala?
No, la impermanencia, es...
es una realidad
es el sello de la realidad
su característica
Negar la impermanencia es negar la realidad
Oponerse a la impermanencia es una guerra perdida
la lucha del ego
Aceptar la impermanencia es aceptar la belleza de la
realidad
es aceptar nuestra vulnerabilidad
es humildad
27. “Es la decadencia y caducidad de toda clase de seres en los
diversos órdenes de la existencia, el caerse los dientes, encanecerse
el pelo, arrugarse la piel, flaquear las fuerzas, perder las facultades”
Buda
Sermón en el que se exponen las verdades (num. 141) Majjhima Nikaya. Los Sermones Medios del Buddha. Traducción del pali, introducción y notas de Amadeo Solé-Leris y Abraham Vélez de Cesa. Ed. Kairós.
28. No hace falta hablar mucho de esto. A medida que vamos envejeciendo
nuestras facultades físicas y mentales van decayendo. Uno no tiene las
mismas capacidades que antes y uno se vuelve dependiente de los demás.
Venerable Bhikkhu Nandisena
Las Cuatro Nobles Verdades. Curso introductorio de Buddhismo Theravada por el Bhikkhu Nandisena.
http://btmar.org/content/cursos
29. El ciclo de la Vida
Envejece
Enferma
Nace Muere
Empezamos a envejecer y enfermar al primer segundo después de haber
nacido. Cada segundo está enfermando y muriendo alguna célula, algún cabello
de nuestro cuerpo, y al final, todo el cuerpo.
30. El ciclo de la Vida
Envejece
Enferma
Nace Muere
Ilustraciones por
D.G. Natasha von Berner Serbolov Castillo
Diseño Gráfico Sustentable
44399644
33. El cuerpo envejece, enferma y muere
La mente... es infinita
jamás envejece, jamás enferma, jamás muere
34. Nuestro ego se aferra al cuerpo, el cual pronto será como
un leño tirado en el camino
se aferra a algo imperecedero, impermanente, fútil, vano
¿No sería mejor aferrarnos a nuestra mente, la cual no
tiene principio ni fin y es la que puede liberarnos del miedo
a la vejez, a la enfermedad, a la muerte y a las pérdidas de
los seres queridos?
37. La enfermedad comienza con el nacimiento. Cuando uno nace empieza el peligro de las
enfermedades. La persona que no sufrió enfermedades es porque todavía no ha nacido. Sufrimos
dolor tanto mental como físico. La enfermedad física es dolor; la enfermedad mental es
sufrimiento.
El Budismo y la salud mental. Conferencia dictada por el Maestro Sheng Yen el 25 de octubre de 1990, en el Hospital General de San Francisco.
http://spanish.dharmadrum.org/chan/chan.aspx?cid=C_00000017&ccid=C_00000023
38. No hace falta decir mucho acerca de esto. El Buddha dice que la salud es la mejor ganancia.
Las Cuatro Nobles Verdades. Curso introductorio de Buddhismo Theravada por el Bhikkhu Nandisena.
http://btmar.org/content/cursos
40. “Es el surgir de toda clase de seres en los diversos órdenes de la existencia, el acto de volver a la
existencia, la concepción, el desarrollo del ser, la concreción de los agregados del apego, la consecución
de las funciones sensoriales”
Sermón en el que se exponen las verdades (num. 141) Majjhima Nikaya. Los Sermones Medios del Buddha. Traducción del pali, introducción y notas de Amadeo Solé-Leris y Abraham Vélez de Cesa. Ed. Kairós.
41. El “nacimiento” no significa el nacimiento como nosotros lo entendemos en el caso de los
seres humanos, sino la reconexión y es sufrimiento porque es la base para todo lo que viene
después
Las Cuatro Nobles Verdades. Curso introductorio de Buddhismo Theravada por el Bhikkhu Nandisena.
http://btmar.org/content/cursos
42. ¿Qué es el nacimiento y por qué es sufrimiento?
Nacimiento significa no el nacimiento como nosotros lo entendemos, en el caso de los seres humanos, estamos hablando en este
caso. El nacimiento significa el momento de la reconexión. El momento de la reconexión es el primer momento que surge la
conciencia y factores mentales y ciertas propiedades materiales. Eso es lo que se llama en pali, paṭisandhi. Paṭisandhi nosotros lo
traducimos al español como reconexión y en el caso de los seres humanos, la reconexión es el primer surgir de la mente y la
materia y para hablar en términos generales podemos decir que eso corresponde con el momento de la concepción, para utilizar
una terminología con la cual ustedes están familiarizados. Entonces, el momento de la concepción, en ese momento, es lo que
nosotros denominamos, digamos, la reconexión. La reconexión por lo tanto es el primer surgir de propiedades mentales y
materiales de un ser. Entonces, a partir de ese momento, que es el primer momento de reconexión ese ser se va a ir
desarrollando, primero dentro del vientre de la madre por un periodo de nueve meses y después, normalmente, al final de los
nueve meses, ese ser va a nacer. Osea de que el nacimiento no es en realidad nacer a los nueve meses sino precisamente el
momento de lo que nosotros llamamos de reconexión.
Ahora, ¿porqué la reconexión es sufrimiento? Esa es la pregunta. Ahora, yo les explico de acuerdo a nuestros textos. Se dice de
que la conciencia de reconexión... Nosotros podemos dividir la vida en tres partes:
1. El surgir, que es la reconexión.
2. El envejecer, que es el momento siguiente de la reconexión, hasta el momento anterior de la conciencia de la muerte, y
3. La conciencia de la muerte, que es el último momento de la existencia.
Ahora se dice de que la reconexión es la base para todo lo que viene después. Si nosotros tenemos una reconexión como
humanos, nosotros vamos a tener ya determinadas ciertas condiciones, aunque la vida de los humanos puede ser muy diferente de
acuerdo a donde uno viva o en el tiempo en que uno viva, pero las condiciones de los humanos están determinadas a partir de
ese momento de la conciencia de reconexión. Entonces porque la conciencia de reconexión es la base de todo lo que viene
después, si no hubiera conciencia de reconexión no vendría todo lo que sigue. Entonces por eso el Buddha dice de que el
nacimiento, en este caso la reconexión, es sufrimiento. Porque hay reconexión, hay vejez, enfermedad y muerte. Si no hubiera
reconexión no existiría todo lo que viene después. Entonces, por esa razón se dice de que la reconexión, o el nacimiento en este
caso, es sufrimiento.
Las Cuatro Nobles Verdades
Bhikkhu Nandisena
Curso Introductorio de Buddhismo Theravada
42
44. “Es el desaparecer y desvanecerse de toda clase de seres en los diversos órdenes de la existencia, su
destrucción, ruina y muerte, la consumación del tiempo de su vida, la disgregación de los agregados del
apego, el deshacerse del cuerpo, el agotamiento de las fuerzas vitales”.
Sermón en el que se exponen las verdades (num. 141) Majjhima Nikaya. Los Sermones Medios del Buddha. Traducción del pali, introducción y notas de Amadeo Solé-Leris y Abraham Vélez de Cesa. Ed. Kairós.
45. Morir es sufrimiento por diferentes razones. Uno puede tener sufrimiento físico, uno puede tener pesar
por separarse de cosas, de seres. Eso es sufrimiento.
Las Cuatro Nobles Verdades. Curso introductorio de Buddhismo Theravada por el Bhikkhu Nandisena.
http://btmar.org/content/cursos
46. Las grandes enseñanzas del Buda son:
1. La vida es sufrimiento (por la vejez, la enfermedad, la muerte
y las pérdidas). Esta es la nota pesimista, trágica, negativa.
2. La causa del sufrimiento es la ignorancia, el apego y la
aversión (el Triple Veneno).
3. Si suprimimos la causa, suprimimos el efecto. Es decir, si
suprimimos el Triple Veneno (ignorancia, apego y aversión), que
es la causa, entonces superamos el sufrimiento, que es el
efecto. Si es posible trascender el sufrimiento, aquí y ahora, en
esta vida, esta es la nota optimista, alegre, positiva.
4. Existe un camino, un sendero, una práctica, un
entrenamiento que podemos seguir para lograrlo. El Buda lo
logró, todos los que han seguido ese camino después que él lo
han logrado, tú mismo lo puedes lograr. Este camino se
conoce como el Octuple Noble Sendero.
47. Si sigues luchando contra la vejez o la enfermedad o la
muerte o las pérdidas, entonces estás parado desde el ego,
desde la soberbia, desde la ignorancia, desde el
aferramiento...
Si aceptas las cosas como son, tal cual son, la talidad y
luchas mejor en contra de la ignorancia, del apego y de la
aversión, entonces te puedes liberar de la vejez, la
enfermedad, de la muerte y de las pérdidas...
Esta es tu elección de vida