Tema 1. orígenes, difusión y definición de la bioética
24. eucaristía
1. JOOS van Wassenhove
La institución de la Eucaristía
1473-75
Galleria Nazionale delle Marche
Urbino
La Eucaristía,
misterio de fe
y de amor
24
2. INDICE
1. LA EUCARISTÍA ES UN SACRAMENTO SUBLIME
A. FUENTE Y CUMBRE VIDA ESPIRITUAL
B. DISTINTOS NOMBRES
C. INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA
2. EFECTOS:
A. Se repite el sacrificio de la Cruz (Misa)
B. Recibimos a Cristo realmente (Comunión)
C. Cristo se queda con nosotros (Sagrario)
3. CELEBRACIÓN DE LA MISA
4. EUCARISTÍA COMO SACRAMENTO
MATERIA, FORMA, SUJETO, MINISTRO
TEXTOS
VESTIDURAS LITÚRGICAS
3. 1. LA EUCARISTÍA, SACRAMENTO SUBLIME
A LA EUCARISTÍA MIRAN LOS DEMÁS
SACRAMENTOS
ES ADELANTO DEL CIELO
FUENTE Y CUMBRE DE LA VIDA CRISTIANA
1. Fuente y cumbre de la vida cristiana
2. Nombres de este sacramento
3. Institución de la Eucaristía
4. Introducción
La Eucaristía es el "sacramento
de los sacramentos", el más
importante de todos, ya que
contiene la gracia de Dios -como
los otros sacramentos- y al autor
de la gracia, Jesucristo Nuestro
Señor.
Lo sabemos, no por los sentidos,
sino por la fe, que se apoya en el
testimonio de Dios: "Esto es mi
Cuerpo, que se entrega por
vosotros; haced esto en memoria
mía" (Lucas 22,19).
la Eucaristía es "fuente y cumbre
de toda la vida cristiana (…).
“Participando del sacrificio
eucarístico", los fieles "ofrecen a
Dios la Víctima divina y se
ofrecen a sí mismos juntamente
con ella" (Lumen gentium, 11).
5. CAPÍTULO PRIMERO: LOS SACRAMENTOS DE LA
INICIACIÓN. LA EUCARISTÍA
208. ¿Qué es la Sagrada Eucaristía?
La Sagrada EUCARISTÍA es el SACRAMENTO en el que Jesús
entrega por nosotros su Cuerpo y su Sangre: a sí mismo, para
que también nosotros nos entreguemos a él con amor y nos
unamos a él en la Sagrada COMUNIÓN. Así nos unimos al
único Cuerpo de Cristo, la Iglesia. [1322,1324,1409]
Después del Bautismo y la CONFIRMACIÓN, la EUCARISTÍA es el
tercer sacramento de la iniciación cristiana.
La Eucaristía es el centro misterioso de todos los sacramentos, porque el
sacrificio histórico de Jesús en la Cruz se hace presente durante la
transubstanciación de un modo oculto e incruento. De este modo la
celebración eucarística es «la fuente y cima de toda la vida cristiana»
(Concilio Vaticano II, Lumen gentium [LG 11]). A ella está orientado
todo; más allá de ella no hay nada mayor que se pueda alcanzar.
Cuando comemos el pan partido, nos unimos con el amor de Jesús, que
entregó por nosotros su cuerpo en la Cruz; cuando bebemos del cáliz,
nos unimos con aquel que en su entrega derramó incluso su Sangre.
Nosotros no hemos inventado este rito. Jesús mismo celebró con sus
discípulos la Última Cena y anticipó en ella su muerte; se dio a sus
discípulos bajo los signos de pan y vino y exhortó a que, desde
entonces, y después de su muerte, celebraran la EUCARISTÍA:
«Haced esto en memoria mía» (1 Cor 11,24). 126,193,217
5
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
6. 1. La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia
La Eucaristía es el corazón de
la Iglesia, "fuente y cumbre de
toda la vida cristiana (…). La
Sagrada Eucaristía contiene
todo el bien espiritual de la
Iglesia, es decir, Cristo mismo".
Esa es la razón de que "los
demás sacramentos, como
también todos los ministerios
eclesiales y las obras de
apostolado están unidos a la
Eucaristía y a ella se ordenan"
(Presbyterorum ordinis, 5).
7. Preeminecia de la Eucaristía
• Sto. Tomás señala su preeminencia
• por su contenido: en la Eucaristía no hay
como en todos los demás, una virtud
otorgada por Cristo para darnos la gracia,
sino que es Cristo mismo quien se halla
presente; Cristo fuente de todas las gracias.
• por la subordinación de todos otros seis
sacramentos a la Eucaristía, como a su fin.
• Por el rito de los otros sacramentos, que se
completan con la Eucaristía.
8. Compendio del Catecismo
271. ¿Qué es la Eucaristía?
1322-1323
1409
La Eucaristía es el sacrificio
mismo del Cuerpo y de la
Sangre del Señor Jesús, que Él
instituyó para perpetuar en los
siglos, hasta su segunda venida,
el sacrificio de la Cruz, confiando
así a la Iglesia el memorial de su
Muerte y Resurrección. Es signo
de unidad, vínculo de caridad y
banquete pascual, en el que se
recibe a Cristo, el alma se llena
de gracia y se nos da una
prenda de la vida eterna.
9. CAPÍTULO PRIMERO: LOS SACRAMENTOS DE LA
INICIACIÓN. LA EUCARISTÍA
211.¿Cuál es la importancia de la Eucaristía para la
Iglesia?
La celebración de la EUCARISTÍA es el
centro de la comunidad cristiana. En ella la
IGLESIA se convierte en Iglesia. [1325]
No somos Iglesia porque colaboremos a su
sostenimiento, porque nos llevemos bien unos con
otros o porque casualmente hayamos caído en
una comunidad, sino porque en la Eucaristía
recibimos el Cuerpo de Cristo y continuamente
somos transformados en el Cuerpo de Cristo.
126, 217
9
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
10. La Iglesia hace la Eucaristía y la
Eucaristía hace la Iglesia
► La Iglesia es el medio por el que
Cristo cumple su promesa ”Yo estaré
con vosotros todos los días”
► La acción más importante de la Iglesia
es la Eucaristía, en ella Cristo está
físicamente presente
► La Eucaristía es lo que constituye a la
Iglesia
► De ahí la importancia de la misa
dominical
11. Si Jesús no hubiera “ascendido”
“ascendido
• Sólo podría estar en un sitio del mundo
en cada momento
• Habría riadas de gentes para verlo
• Pero Jesús quiere estar al lado nuestra
• Incluso dentro de nosotros. En todas las
personas del mundo a la vez
• Por eso, deja la Iglesia, el Cuerpo de
Cristo
12. Jesucristo se va, pero se queda
mucho más eficazmente en la
Eucaristía
► Por eso, se celebran las comuniones el día de
la Ascensión
13. 1.B. Los diversos nombres de este sacramento
La riqueza inagotable de la Eucaristía se expresa mediante los
distintos nombres que recibe. Se le llama:
Eucaristía, que significa acción de gracias a
Dios;
Santo Sacrificio, porque actualiza el único
sacrificio de Cristo en la cruz;
Comunión, porque nos unimos al mismo Cristo
recibiendo su Cuerpo y su Sangre;
Santa Misa, porque cuando se despide a los
fieles al terminar la liturgia eucarística, se les
envía ("missio") para que cumplan la voluntad
de Dios en su vida ordinaria.
14. CAPÍTULO PRIMERO: LOS SACRAMENTOS DE LA
INICIACIÓN. LA EUCARISTÍA
212. ¿Qué nombres hay para el banquete de Jesús con nosotros y qué significan?
Los diferentes nombres señalan el misterio insondable: Santo Sacrificio, Santa
Misa, Sacrificio de la misa, banquete del Señor, fracción del pan, asamblea
eucarística, memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección, santa y divina
liturgia, santos misterios, santa COMUNIÓN. [1328-1332]
Banquete del Señor: Cada celebración eucarística es aún hoy el mismo banquete
que celebró Jesús con sus discípulos, y al mismo tiempo la anticipación del
banquete que el Señor celebrará con los redimidos al final de los tiempos. No somos
nosotros los hombres los que hacemos la celebración, es el Señor quien convoca a
ella y está presente en ella de un modo misterioso.
Fracción del pan: la «fracción del pan» era un antiguo rito del banquete judío, que
Jesús utilizó en la Última Cena para expresar su entrega «por nosotros» (Rom
8,32). En la «fracción del pan» lo reconocieron los discípulos después de la
Resurrección. La comunidad primitiva llamaba «fracción del pan» a sus asambleas
eucarísticas.
Asamblea eucarística: la celebración del banquete del Señor es también una
asamblea de «acción de gracias», en la que la Iglesia encuentra su expresión visible.
Memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección: En la Eucaristía la comunidad
no se celebra a sí misma, sino que descubre y celebra siempre de nuevo la presencia
del paso salvador de Cristo a través de la pasión y la muerte hasta la vida.
Santa y divina liturgia, santos misterios: En la celebración eucarística se unen
la Iglesia celeste y terrestre en una única fiesta. Puesto que los dones eucarísticos
en los que Cristo está presente son, por así decir, lo más santo en este mundo, son
llamados también Santísimo Sacramento.
14
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
16. Figuras
• El maná.
• El sacrificio de Melquisidec.
• Los panes de la proposición.
• El sacrificio de Abraham.
• El sacrificio del cordero pascual.
17. Doble significación
• La consagración del pan en el Cuerpo de
Cristo y del vino en su sangre, renueva mística
y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo
en la Cruz.
• La recepción de Jesucristo sacramentalmente
bajo las especies de pan y vino en la sagrada
comunión significa y verifica el alimento
espiritual del alma.
• Tiene razón de sacrificio en cuanto se ofrece,
y de sacramento en cuanto se recibe.
18. Profecías
• Salomón en el libro de los Proverbios: “La
sabiduría se edificó con siete columnas (los
siete sacramentos), preparó una mesa y
envió a sus criados a decir:´Venid, comed el
pan y bebed el vino que os he preparado´”
• El profeta Zacarías habló del “trigo de los
elegidos y del vino que hace germinar
purezas”.
• El profeta Malaquías habla del sacrificio de
la nueva ley.
• Jesús profetiza al instituirla (Jn. 6 32-34,51)
19. CAPÍTULO PRIMERO: LOS SACRAMENTOS DE LA
INICIACIÓN. LA EUCARISTÍA
209.¿Cuándo instituyó Jesús la Eucaristía?
Jesús instituyó la Sagrada EUCARISTÍA la
víspera de su muerte, «en la noche en que
iba a ser entregado» (1 Cor 11,23), cuando
reunió a su alrededor a los Apóstoles en el
Cenáculo de Jerusalén y celebró con ellos la
Última Cena. [1323,1337-1340]
19
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
20. Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves Santo en la última Cena.
Ya había anunciado a los discípulos en Cafarnaún (cfr. Juan, 6) que
les daría a comer su cuerpo y su sangre.
También había ido preparando la fe de los suyos con argumentos
incontestables: el milagro de Caná -convirtió el agua en vino-, y la
multiplicación de los panes.
Así, al oír en la última Cena: Esto es mi cuerpo (Lucas 22,19),
tendrían la firme persuasión de que era como decía; igual que el agua
se había convertido en vino por su palabra omnipotente, y los
panecillos crecieron hasta saciar a una gran multitud.
21. ¿Cuándo celebramos la
Semana Santa?
Los judíos celebraban y celebran la
salida de Egipto
Cogen un cordero, le pasan los pecados,
lo matan, la sangre la pintan en las
puertas, se lo comen
22. CEREMONIA DE LA PASCUA EN TIEMPOS EUCARISTIA, 2
DE JESUS
1. Antes de comer el cordero se decía una bendición y se bebía una
copa de vino mezclado con agua.
2. Se llevaban a la mesa las hierbas, el pan y el cordero asado.
3. Se explicaba el significado de lo que se hacía, se recitaban unos
salmos, se tomaba una segunda copa de vino.
4. Se bendecía, partía y comía el pan sin fermentar.
5. Después de comer el cordero con las hierbas, lavadas ya las manos,
se bendecía una tercera copa de vino y se bebía.
6. Se recitaban otros salmos.
7. Se bendecía y se bebía una cuarta copa de vino.
8. Acción de gracias final.
En 4. Jesús dijo: “esto es mi cuerpo”. En 5.: “ésta es mi sangre”.
No se hizo 7.: “recitado el himno, salieron...” (Mt 26, 30).
24. EUCARISTIA, 1
PASCUA: fiesta más grande
del calendario judío. Recuerdan
como la sangre de cordero con
la que habían señalado sus casas
los había librado del castigo.
Era el anuncio de otra Pascua
en la que la sangre del “cordero
de Dios que quita el pecado del
mundo”, Jesucristo, nos libraría
de la esclavitud del demonio y
del pecado
25. Jesús,
sabiendo
que había llegado la hora
de dejar este mundo
para ir al Padre,
y habiendo amado a los suyos,
los amó hasta el extremo...
26.
27. Echó agua en una palangana
y comenzó a lavar los pies a los discípulos
28. Jesús llevó su
amor hasta el
fin.
Lavó los pies
de sus
amigos.
Esta era una
tarea
reservada a
los esclavos.
“VOSOTROS, DEBÉIS HACER LO MISMO”
29. En la cena Jesús anuncia que uno de los doce le
va a entregar.
Y pronuncia la
frase terrible:
“Mejor le
fuera a ese
hombre no
haber nacido.”
30. San Marcos describe
el alma atormentada
de Judas. Esperaba
demasiado lo
material. Sale del
Cenáculo para ir a
entregar al Maestro.
31.
32. Tomó pan, pronunció la bendición y se lo dio diciendo:
‘Tomad y comed, esto es mi cuerpo’
33.
34.
35. Tomó luego una copa y
después de dar gracias, se la
dio diciendo:
Bebed todos de ella porque
ES MI SANGRE,
LA SANGRE DE LA NUEVA ALIANZA
36.
37. CAPÍTULO PRIMERO: LOS SACRAMENTOS DE LA
INICIACIÓN. LA EUCARISTÍA
210. ¿Cómo instituyó Jesús la Eucaristía?
«Porque yo he recibido una tradición que procede
del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que
el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser
entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción
de Gracias, lo partió y dijo: 'Esto es mi cuerpo
que se entrega por vosotros. Haced esto en
memoria mía', lo mismo hizo con el cáliz, después
de cenar, diciendo: 'Este cáliz es la nueva Alianza
en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis,
en memoria mía'» (1 Cor 11,23-25)
Este relato, el más antiguo acerca de los acontecimientos
que tuvieron lugar en el Cenáculo, procede del Apóstol
Pablo, quien, sin ser testigo presencial, escribió lo que
se conservaba como misterio sagrado en la joven
comunidad cristiana y se celebraba en el culto divino.
99 37
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
38. EUCARISTIA, 3
Al dar el cáliz, dijo: “Hacedlo en conmemoración mía”.
Da al mismo tiempo a sus Apóstoles la
capacidad de producir la
transubstanciación, y el encargo de
continuar ofreciendo este sacrificio a lo
largo de los siglos.
En la misma acción instituyó la
eucaristía y el sacerdocio
ministerial (= de servicio).
39. 2. EFECTOS
A. Se repite el sacrificio de la Cruz (Misa)
B. Recibimos a Cristo realmente
(Comunión)
C. Cristo se queda con nosotros
(Sagrario)
40. SACRAMENTO Y
SACRIFICIO
• Antes de empezar, la Eucaristía es a la
vez sacrificio y sacramento por lo tanto
dos ideas muy importantes
• Cristo está realmente presente
• Renovación del sacrificio de la cruz
41. 1.Cristo presente
realmente
2.Transubstanciación
3.Entero en todas y cada
una de las partes
4.COMUNIÓN
Jesús está
realmente
presente en la
Eucaristía
2.1
43. La vida cristiana
es unirse a Cristo
• Comienza
Bautismo
• Se va
desarrollando
• La perdemos con
el pecado
• Recuperamos
nuestra unión con
la Confesión
45. Para unirse a nosotros a
Cristo se le ocurrió otra
cosa maravillosa
• Imaginaos 2 amigos que no van
a verse más
• ¿Qué hacen?
• Se dejan un recuerdo, pero…
• En el recuerdo les gustaría
quedarse ellos mismos
47. ESTO ES MI CUERPO
• “ES” NO SIN MÁS REPRESENTA,
SIGNIFICA, SIMBOLIZA
• CRISTO ESTÁ REALMENTE, POR ESO
LAS MUESTRAS DE RESPETO
¿CUÁLES?
• GENUFLEXIÓN,
• COMULGAR SIN PECADO MORTAL
• HABLAR CON ÉL CUANDO
COMULGAMOS
48. Compendio del Catecismo
282. ¿Cómo está Jesucristo
presente en la Eucaristía?
1373-1375 1413
Jesucristo está presente en la
Eucaristía de modo único e
incomparable. Está presente,
en efecto, de modo verdadero,
real y sustancial: con su
Cuerpo y con su Sangre, con
su Alma y su Divinidad. Cristo,
todo entero, Dios y hombre,
está presente en ella de
manera sacramental, es decir,
bajo las especies eucarísticas
del pan y del vino.
49. Introducción
Sabemos que Cristo murió,
resucitó y subió al cielo, donde
está sentado a la derecha del
Padre. Pero está presente
también en su Iglesia de
muchas maneras: sobre todo
bajo las especies sacramentales
de pan y vino, que contienen el
Cuerpo y la Sangre de
Jesucristo, como enseña la fe.
El Señor se quedó realmente
presente en la Eucaristía con su
Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad.
En la Eucaristía se contiene el
verdadero Cuerpo de
Jesucristo, el mismo que nació
de la Virgen y que está sentado
a la diestra de Dios Padre.
Desde el principio, los cristianos
creyeron en esta verdad.
50. 1. En la Eucaristía está el mismo Jesucristo
En la Santísima Eucaristía están
contenidos verdadera, real y
sustancialmente el cuerpo y la
sangre junto con el alma y la
divinidad de nuestro Señor
Jesucristo, y, por consiguiente,
Cristo entero.
Es lo que se conoce como
presencia real de Cristo en el
sacramento de la Eucaristía.
Se llama "real" no a título
exclusivo, como si las otras
presencias no fueran reales,
sino por excelencia, porque es
sustancial y por ella Cristo, Dios
y hombre, se hace totalmente
presente,
Esa luz que arde día y noche
junto al Sagrario nos recuerda
que Jesús está allí realmente
presente
51. CAPÍTULO PRIMERO: LOS SACRAMENTOS DE LA
INICIACIÓN. LA EUCARISTÍA
216. ¿De qué modo está presente Cristo cuando se
celebra la Eucaristía?
Cristo está misteriosa pero realmente presente
en el SACRAMENTO de la EUCARISTÍA.
Cada vez que la Iglesia realiza el mandato de
Jesús «Haced esto en memoria mía» (1 Cor
11,25), parte el pan y ofrece el cáliz, sucede
hoy lo mismo que sucedió entonces: Cristo
se entrega verdaderamente por nosotros y
nosotros tomamos realmente parte en él. El
sacrificio único e irrepetible de Cristo en la
cruz se hace presente sobre el altar; se
realiza la obra de nuestra redención. [1362-
1367]
51
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
52. “Sobre todo en la Eucaristía”
• Cristo Jesús está presente de múltiples
maneras en su Iglesia: en su Palabra, en la
oración de su Iglesia, "allí donde dos o tres
estén reunidos en mi nombre", en los
pobres, los enfermos, los presos, en los
sacramentos de los que Él es autor, en el
sacrificio de la misa y en la persona del
ministro. Pero, "sobre todo, (está presente)
bajo las especies eucarísticas" .
53. La Presencia real
• Por la fuerza de las palabras de la
consagración Cristo se hace presente tal y
como existe en la realidad, bajo las especies
de pan y vino y, en consecuencia, ya que
está vivo y glorioso en el cielo al modo
natural, en la Eucaristía está presente todo
entero, de modo sacramental.
• La Presencia real de Cristo en la Eucaristía
es uno de los principales dogmas de nuestra
fe.
54. Doctrinas heréticas opuestas
• Entre las principales herejías contra el
dogma de la Presencia real se encuentran
las siguientes:
• En la antigüedad cristiana, las herejías de
los docetas, gnósticos y maniqueos que,
partiendo del supuesto de que Jesús sólo
tuvo un cuerpo aparente, contradijeron el
dogma de la Presencia real.
55. Berengario de Tours (s. XI)
• Negó la Presencia real, considerando la
Eucaristía sólo un símbolo del Cuerpo y de
la Sangre de Cristo glorificado en el cielo.
• El Cuerpo de Cristo está en el Cielo, y en la
Eucaristía sólo estaría de un modo
espiritual.
• Su teoría es condenada en 1079.
56. Juan Wicleff (s. XIV)
• Afirmó que, después de la Consagración, no
había en el altar más que pan y vino y, en
consecuencia, el fiel al comulgar sólo
recibía a Cristo de manera “espiritual”.
• El Concilio de Constanza condena su
doctrina en 1428.
57. Protestantes que niegan la
Presencia real
• Zwinglio: “La Eucaristía es “figura” de
Cristo”.
• Calvino: “Cristo está en la Eucaristía
porque actúa a través de ella, pero no está
sustancialmente”.
• Protestantes liberales: “Cristo existe en la
Eucaristía “por la fe”; esto es porque lo
creemos así: el creyente “pone” a Cristo en
la Eucaristía.
58. Protestantes que explican
erróneamente la doctrina
• Lutero : “En la Eucaristía está al mismo
tiempo la sustancia del pan y del vino junto
con el Cuerpo y la Sangre de Cristo”.
• Osiandro: “Se efectúa una unión hipostática
entre el pan y el Cuerpo de Cristo
(impanación)”.
• Otros protestantes afirman que Cristo está
presente cuando se recibe la Comunión (in
uso), pero no perdura en las hostias que se
reservan después de la Misa.
59. Enseña Santo Tomás
• El modo de presencia de Cristo bajo las
especies eucarísticas es singular.
• Eleva la Eucaristía por encima de todos los
sacramentos y hace de ella "como la
perfección de la vida espiritual y el fin al
que tienden todos los sacramentos".
60. NO hay dogma más manifiesto
• Es imposible hablar de manera más realista
e indubitable: no hay dogma más manifiesto
y claramente expresado en la SSEE.
• Lo que Cristo prometió en Cafarnaúm, lo
realizó en Jerusalén en la Última Cena.
• Las palabras de Jesucristo fueron tan claras,
tan categórico el mandato que dio a sus
discípulos (“haced esto en memoria mía”),
que los primeros cristianos comenzaron a
reunirse para celebrar juntos la “fracción
del pan” después de la Ascención.
61. Testimonios de la Tradición
• Unánimemente, los Padres de la Iglesia y
los autores espirituales de los primeros
siglos nos hablan del Corpus Christi como
de Jesús mismo; nadie habló jamás de
símbolo o de figura.
• Cfr., por ej.: San Ambrosio, De sacram., lib.
4, cap. 4; San Ignacio de Antioquía, Ep ad
Smyrn. 7,1; Teodoro de Mopsuestia, In
Matth Comm. 26
62. 2. La transustanciación
Cuando el sacerdote dice: "Esto
es mi cuerpo", "Este es el cáliz de
mi sangre", aquello es el Cuerpo y
Sangre de Cristo. Por el poder
divino otorgado al sacerdote se ha
producido un cambio, una
conversión -y conversión de
sustancias, porque las
apariencias externas no han
cambiado-: lo que era sustancia
de pan, se ha convertido en la
sustancia de Cristo, en el Cuerpo
de Cristo.
Esa conversión es lo que se
conoce con el nombre de
transustanciación o cambio de
sustancia. Es un misterio
excepcional que la razón humana
no alcanza a comprender, pero
Dios puede hacerlo por medio de
su ministro, el sacerdote.
63. La transubstanciación
• El Magisterio de la Iglesia nos enseña que “en
el sacramento sacramento de la Eucaristía... Se
produce una singular y maravillosa conversión
de toda la substancia del pan en el Cuerpo de
Cristo, y de toda substancia del vino en la
Sangre; que la Iglesia católica llama
aptísimamente transubstanciación (Trans-
substare: cambio de una substancia en otra)
• Se verifica con las palabras de la consagración.
64. La palabra substancia
• Viene de sub-stare:estar debajo; es decir,
latente bajo unas apariencias.
• Ej.: Una rosa artificial puede aparecer como
una natural, porque los ojos ven el color, la
forma y las apariencias de rosa verdadera.
Sin embargo, bajo esas apariencias no hay
una rosa, no existe la substancia rosa.
65. En la transubstanciación
• No hay aniquilamiento de la substancia de pan (o
del vino), porque ésta no se destruye, sólo cambia.
• No hay creación del Cuerpo de Cristo: crear es
sacar algo de la nada, y aquí la substancia del pan
cambia por la substancia del Cuerpo, y la del vino
por la de la Sangre.
• No hay conducción del Cuerpo de Cristo del cielo
a la tierra: en el cielo permanece el único Cuerpo
glorificado de Jesucristo, y en la Eucaristía está su
Cuerpo sacramentalmente.
• Cristo no sufre ninguna mutación en la Eucaristía;
toda la mutación se produce en el pan y en el vino.
66. Permanencia de los accidentes
• Se entiende por “especie” o “accidente”,
todo aquello que es perceptible por los
sentidos, como el tamaño, la extensión, el
peso, el color, el olor, el sabor, etc.
• En la Eucaristía hay un cambio de
substancia pero no hay cambio de
accidentes.
• Los accidentes del pan y del vino continúan
conservando todas sus propiedades, pero
permanecen sin sujeto.
67. 3. Jesucristo está realmente presente en las formas
consagradas y en cada una de sus partes
Cuando el sacerdote consagra
muchas formas creemos que
Jesucristo está realmente
presente en todas y cada una
de ellas.
También creemos que, si una
forma se parte en diversos
trozos, Jesucristo está todo
entero en cada uno de ellos.
Por eso el sacerdote recoge cuidadosamente las
partículas de las hostias consagradas, aunque sean
muy pequeñas.
El Señor se ha quedado por Amor, y con amor hemos
de tratarle.
68. Presencia real
• En el santísimo sacramento de la Eucaristía
están "contenidos verdadera, real y
substancialmente el Cuerpo y la Sangre
junto con el alma y la divinidad de nuestro
Señor Jesucristo. "Esta presencia se
denomina 'real', no a título exclusivo, como
si las otras presencias no fuesen 'reales',
sino por excelencia, porque es substancial,
y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace
totalmente presente".
69. Cristo está todo entero
• No está únicamente el Cuerpo de Cristo
bajo la especie de pan, ni únicamente su
Sangre bajo los accidentes del vino, sino
que en cada uno se encuentra Cristo entero.
• Jesucristo está presente en la Eucaristía con
su naturaleza humana (Cuerpo -y Sangre- y
Alma) y su naturaleza divina (Divinidad).
70. “Per modum substantiae”
• La presencia eucarística de Cristo comienza
en el momento de la consagración y dura
todo el tiempo que subsistan las especies
eucarísticas.
• Cristo está todo entero presente en cada una
de las especies y todo entero en cada una de
sus partes, de modo que la fracción del pan
no divide a Cristo.
71. PRESENCIA REAL RESUMEN
Cristo presente todo
entero en cada una
En la eucaristía, Cristo de las especies: puesto
está verdadera, real y
verdadera que ha resucitado, con
substancialmente su cuerpo está su
presente. sangre, su alma y su
sangre
divinidad.
divinidad
Fundamentado en 5 Presencia ad modum
textos del Nuevo substantiae = entero
Testamento: Jn 6, en cada una de las
Mt 26, Mc 14, Lc 22, partes de las especies.
1 Cor 11, 23.
72. Es algo tan grande que no nos
entra en la cabeza
Dios quiere ser la persona
más cercana a cada uno de
nosotros
Por eso quiere quedarse
dentro de nosotros
Pensándolo fríamente es una
locura. Este el sacramento de
nuestra fe anunciamos tu muerte
proclamamos tu Resurrección ven
Señor Jesús
73. Raphael (1483-1520)
La Misa en Bolsena
Fresco, 1512
Stanza della Segnatura,
Palazzi Pontifici, Vaticano
4. En la Sagrada Comunión se recibe a
2.1 Cristo
74. Compendio del Catecismo
291. ¿Qué se requiere para
recibir la sagrada Comunión?
1385-1389
1415
Para recibir la sagrada Comunión
se debe estar plenamente
incorporado a la Iglesia Católica y
hallarse en gracia de Dios, es decir
sin conciencia de pecado mortal.
Quien es consciente de haber
cometido un pecado grave debe
recibir el sacramento de la
Reconciliación antes de acercarse
a comulgar. Son también
importantes el espíritu de
recogimiento y de oración, la
observancia del ayuno prescrito
por la Iglesia y la actitud corporal
(gestos, vestimenta), en señal de
respeto a Cristo.
75. Introducción
Los primeros cristianos
encontraban la razón de
su heroísmo en la
Eucaristía. La
Comunión les daba
aliento y fortaleza para
defender su fe hasta el
martirio.
Nosotros debemos
tratar la Eucaristía con
la misma fe, respeto y
amor con que la
trataban la Eucaristía JANMOT, Anne-François-Louis
los primeros cristianos, El poema del alma – Primera comunión
c.1851
la Virgen, los santos. Musée des Beaux-Arts, Lyon
76. 1. El sacrificio eucarístico y
la comunión
El sacrificio eucarístico o santa
Misa es
memorial sacrificial que
perpetúa el sacrificio de la cruz
ofrecido al Padre,
y banquete sagrado de
comunión en el Cuerpo y
Sangre del Señor
La celebración eucarística está
también orientada a la unión íntima
de los fieles con Cristo por medio
de la comunión. Comulgar es
recibir a Cristo mismo que se
ofrece por nosotros.
77. RECEPCION DE LA EUCARISTIA, 1
EUCARISTIA, 18
Al recibir la eucaristía se
establece una íntima unión
entre el hombre y Dios
(Jn 6, 57). A esto alude el
nombre de comunión que
recibe este sacramento.
Por esa unión con Cristo, los cristianos que participan en la
eucaristía se unen además entre sí.
78. 2. Jesucristo instituyó la Eucaristía como alimento
para nuestras almas
"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le
resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi
sangre es verdadera bebida: el que come mi carne y bebe mi sangre
permanece en mí y yo en él" (Juan 6,54-56).
En la última Cena se cumplió la promesa y el Señor instituyó la Eucaristía:
"Tomad y comed; esto es mi Cuerpo" (Mateo 26,26). Es la afirmación clara
de que el cuerpo del Señor está en la Eucaristía realmente y se nos da
como alimento.
79. 3. Los frutos de la comunión
La comunión sustenta la vida espiritual de
modo parecido a como el alimento
material mantiene la vida del cuerpo.
Frutos de la comunión sacramental:
Acrecienta la unión con Cristo,
realmente presente en el sacramento.
Aumenta la gracia y virtudes en quien
comulga dignamente.
Nos aparta del pecado: purifica de los
pecados veniales, porque enciende la
caridad.
Fortalece la unidad de la Iglesia,
Cuerpo Místico de Cristo.
Cristo nos da en la Eucaristía la prenda
de la gloria futura.
80. EUCARISTIA, 19
RECEPCION DE LA EUCARISTIA, 2
Es el perfecto alimento de la vida sobrenatural:
a. sustenta la vida espiritual como lo hacen los alimentos materiales
con la vida corporal. Al robustecerla, aleja del peligro de cometer
pecados;
b. al aumentar la gracia santificante, aumentan todas las virtudes,
especialmente la caridad;
c. perdona las culpas veniales y reduce las penas temporales;
d. es prenda de vida eterna, que incoa;
e. como resultado de la unión con el Señor, construye la Iglesia,
cuerpo místico de Cristo, y es vínculo de unidad con los demás
cristianos.
81. Efectos en el alma
• a. Aumento de la gracia santificante.
– se recibe al mismo autor de la gracia.
– Puede hablarse de una verdadera transformación
del alma en Cristo.
• b. Producción de la gracia sacramental.
– Llamada gracia nutritiva
• c. Perdón de los pecados veniales.
• d. Prenda de vida eterna.
– “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene la
vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”
(Jn. 6. 54).
82. 4. Disposiciones para comulgar bien
Las disposiciones para recibir
dignamente a Cristo son:
Estar en gracia de Dios.
Guardar el ayuno eucarístico.
Saber a quién se recibe.
Hasta en la compostura
externa debe manifestarse la
piedad y el respeto con que
nos acercamos a recibir al
Señor.
83. EUCARISTIA, 20
RECEPCION DE LA EUCARISTIA, 3
Es capaz de recibir con fruto la eucaristía todo hombre vivo
y bautizado que no ponga obstáculo a la gracia por el pecado
mortal.
Rito latino: desde el siglo XII, no se da la comunión a los
niños antes del uso de razón. Tampoco a los amentes y a
los que están sin sentido.
Si conciencia de pecado mortal, no basta para comulgar que
haga un acto de contrición perfecta, a no ser necesidad grave,
lo cual raramente sucede.
Ayuno eucarístico.
84. EUCARISTIA, 21
RECEPCION DE LA EUCARISTIA, 4
No es necesario con necesidad de medio recibirla de hecho.
Con necesidad
Sí lo es in voto,
de precepto di-
es decir, desear
vino: algunas
recibirla. Si bau-
veces en la vida
tizado con uso
y ante la inmi-
de razón: deseo
nencia de la
explícito.
muerte.
Con necesidad de precepto eclesiástico: que todos los católicos que
han hecho la primera comunión la reciban al menos una vez al año, y
precisamente en el tiempo pascual, si esto es posible (amplio: desde
el Miércoles de Ceniza hasta el domingo de la Santísima Trinidad).
85. Necesidad
• Para un bautizado que ha llegado al uso de
razón, la Eucaristía resulta requisito
indispensable para salvarse, según las
palabras de Jesucristo: “Si no coméis la
Carne del Hijo del Hombre y no bebéis su
Sangre, no tendréis vida eterna”.
– (para aquellos que inculpablemente ignoran la
verdadera fe, la necesidad de recibir
físicamente la Eucaristía sería necesidad “de
deseo)
86. La Iglesia ordena
• En su 3° mandamiento, que, al menos una
vez al año y por Pascua de Resurrección,
todo cristiano con uso de razón debe recibir
la Eucaristía. También hay obligación de
comulgar cuando se está en peligro de
muerte: en este caso la comunión se recibe
a modo de Viático, que significa
preparación para el viaje de la vida eterna.
87. EUCARISTIA, 23
RECEPCION DE LA EUCARISTIA, 6
Lo ordinario: no comulgar más de una vez en un mismo día.
ordinario
Quien ya ha comulgado puede volver a hacerlo el mismo día
siempre que sea dentro de una misa a la que asista.
Ej.: por la tarde matrimonio, funeral; mañana si misa de media-
noche (Navidad, Pascua); incendio; profanación; peligro muerte.
88. EUCARISTIA, 22
RECEPCION DE LA EUCARISTIA, 5
Primera comunión de los niños: cuando tengan suficiente
conocimiento (preparación cuidadosa) de manera que en-
tiendan el misterio de Cristo en la medida de su capacidad,
y puedan recibir el cuerpo del Señor con fe y devoción
(cfr. CIC 913).
913
Peligro de muerte: basta que sean capaces de distinguir el
Cuerpo de Cristo del alimento común y de recibir la comu-
nión con reverencia.
Suficiente conocimiento = uso de
razón (se presume hacia los 7 años).
Primera confesión antes de recibir la
primera comunión (cfr. CIC 914).
914
89. EUCARISTIA, 24
DISTRIBUCION DE LA EUCARISTIA
Ministros ordinarios: obispo, presbítero, diácono.
ordinarios
Ministro extraordinario: acólito u otro fiel que “donde lo
extraordinario
aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministro” haya
sido legítimamente delegado (cfr. CIC 910 y 230).
230
Criterios para estimar la necesidad de de-
legar en un laico: 1) ausencia de ministro
ordinario y acólito; 2) exigencia del mi-
nisterio pastoral, enfermedad o vejez;
3) gran número de personas.
Obispo puede conceder la facultad de de-
legar: obispos auxiliares, vicarios episco-
pales y delegados episcopales. Otros: 1 vez
90. Jesús se ha quedado en la
Eucaristía por amor hacia
nosotros. La mejor manera
de recibirle será realizar
una buena preparación
antes de comulgar y,
conscientes del don
recibido, dar gracias no
sólo en el momento de la
comunión sino a lo largo
del día.
Después de comulgar
quedarnos en la iglesia
dando gracias, al menos
unos minutos.
91. 6. Obligación de comulgar y necesidad de la
comunión frecuente
Jesucristo dijo: "Si no coméis la
carne del Hijo del Hombre y no
bebéis su sangre, no tendréis vida
en vosotros" (Juan 6,53). La
Iglesia ordena en el tercer
mandamiento que, al menos una
vez al año y por Pascua de
Resurrección, todo cristiano con
uso de razón debe recibir la
Eucaristía.
También hay obligación de
comulgar cuando se está en
peligro de muerte; en este caso la
comunión se recibe a modo de
"Viático", que significa preparación
para el "viaje" de la vida eterna.
Esto es lo mínimo, y el precepto
debe ser bien entendido; la Iglesia
exhorta a recibir al Señor con
frecuencia, incluso diariamente. Si BÉRAUD, Jean Béraud
algún día no podemos comulgar, Primera Comunión
es bueno hacer una comunión Colección privada
espiritual.
92. Un propósito para avanzar
Hacer el firme propósito de
recibir siempre la comunión
con las debidas disposiciones.
Quedarse unos minutos al
terminar la Misa, agradeciendo
a Jesús haberle recibido en la
comunión.
93. 2.2.RENOVACIÓN DEL SACRIFICIO DE LA
CRUZ Apóstoles recibieron un
• Los
encargo del Señor: "Haced
esto en memoria mía" (Lucas
22,19).
• No es mero recordatorio sino
actualización real del
memorial de Cristo: de su
vida, de su muerte, de su
resurrección, y de su
intercesión junto al Padre,
que se realiza en la Eucaristía.
• Desde mediados del siglo II, y
según el relato del mártir
Justino, tenemos atestiguadas
las grandes líneas del
desarrollo de la celebración
eucarística, que han
permanecido invariables
hasta nuestros días.
94. Pero además la última cena
también explicaba lo que iba aser
la cruz
Cristo quiso explicar que su muerte iba a
ser un sacrificio
Una ofrenda, una expiación
para el perdón de los pecados
De todos los hombres
Y además quiso que lo repitieran
95.
96. ¿Cuál es la alianza vieja?
Las alianzas se sellaban con sangre
La de Moisés con la sangre de…
Eso celebraban y siguen celebrando en
Pascua (primera luna llena de primavera)
En esa fiesta Jesús hace otra alianza
¿Con qué sangre la sella?
97. ESA SANGRE DE CRISTO ¿CUÁNDO SE
DERRAMA?
CADA MISA
ACTUALIZA
REPITE,
RENUEVA LA
CRUZ DE
CRISTO.
¿Entendéis la
importancia de
cada Misa?
98. CAPÍTULO PRIMERO: LOS SACRAMENTOS DE LA
INICIACIÓN. LA EUCARISTÍA
215. ¿Quién preside la celebración eucarística?
En realidad es Cristo mismo quien actúa en
cada celebración eucarística. El OBISPO y
el PRESBÍTERO lo representan. [1348]
La fe de la Iglesia afirma que el celebrante está ante
el altar in persona Christi capitis (latín = en la
persona de Cristo cabeza). Esto quiere decir que
los sacerdotes no sólo actúan en el lugar de
Cristo o por su encargo, sino que, a causa de su
consagración, es Cristo quien actúa a través de
ellos como cabeza de la Iglesia. 249-254
98
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
99. Aquí
Jesús
empieza
una
ALIANZA Sala del
con todos cenáculo
100. No comáis conmigo, comedme a Mí
Capitel del
cenáculo, con
pelicanos que
beben la
sangre del
pecho
Su Sangre
nos va
transformando
día a día
101. Jesucristo ofreció a Dios Padre el
sacrificio de su propia vida muriendo
en la cruz.
Pero, aunque el valor del sacrificio
de Cristo en la cruz fue infinito y
único, el Señor quiso que se
perpetuara -se hiciera presente- para
aplicar los méritos de la redención.
Jesucristo instituyó la Misa no para
perpetuar la Cena, sino el sacrificio
de la cruz. Así, la Misa renueva
incruentamente el sacrificio mismo
del Calvario; y la Eucaristía es
igualmente sacrificio de la Iglesia,
pues, siendo la Iglesia Cuerpo de
Cristo, participa de la ofrenda de su
Cabeza.
102. 6. El sacrificio de la Misa y el de la cruz son
esencialmente uno y el mismo
Entre la Misa y el sacrificio de la
cruz hay identidad esencial y
diferencias accidentales:
El Sacerdote es el mismo:
Cristo, que en el Calvario se
ofreció Él solo, mientras que en
la Misa lo hace por medio del
sacerdote .
La Víctima es la misma: Cristo,
que en el sacrificio de la cruz se
inmoló de manera cruenta,
mientras que en la Misa lo hace
de modo incruento.
En la cruz, Cristo nos rescató
LEONARDO da Vinci
del pecado y ganó para nosotros La última cena (copia)
los méritos de la salvación; en la Siblo XVI
Da Vinci Museum, Tongerlo
Misa, se nos aplican los méritos
que Jesucristo ganó entonces.
103. Bernardo
Cortina
El sacrificio del Calvario
103
Pasión y muerte
Jesús anticipó en la Última Cena la ofrenda de
Jesús anticipó en la Última Cena la ofrenda de
su vida, instituyendo la Santísima Eucaristía:
su vida, instituyendo la Santísima Eucaristía:
“Este es mi Cuerpo que va a ser entregado
“Este es mi Cuerpo que va a ser entregado
por vosotros” (Lc 22, 19).. “Esta es mi sangre de la
por vosotros” (Lc 22, 19) “Esta es mi sangre de la
Alianza que va a ser derramada por muchos
Alianza que va a ser derramada por muchos
para remisión de los pecados” (Mt 26, 28)..
para remisión de los pecados” (Mt 26, 28)
La Eucaristía que instituyó en este momento
será el "memorial" (1 Co 11, 25) de su sacrificio.
Jesús incluye a los apóstoles en su propia
ofrenda y les manda perpetuarla: “Haced esto
en conmemoración mía” (Lc 22, 19).
104. En la Cruz, Cristo se ofreció a sí mismo como
víctima inmaculada a Dios Padre por medio
del Espíritu Santo (Hb 9, 14).
Es Sacerdote y Víctima a la vez, y realizó un
perfecto sacrificio, pues entregó su vida, en un acto
de amor y obediencia a la voluntad del Padre, y “se
ofreció a Dios por nosotros en oblación y hostia de
olor suavísimo” (Ef 5,2) (CEC, 613).
Este sacrificio es único, da plenitud y sobrepasa
Este sacrificio plenitud y sobrepasa
a todos los sacrificios (Hb 10,10) (CEC, 614)..
a todos los (Hb 10,10) (CEC, 614)
105. EUCARISTIA, 6
SACRIFICIO DE LA MISA, 1
De fe: la misa es un verdadero sacrificio.
fe
Instituido por Cristo en la
Última Cena, pero no sólo
ni principalmente una
renovación de esta cena,
sino una renovación mística
y real de la muerte de Cristo
en la cruz.
De fe: es la renovación incruenta del sacrificio cruento del
fe
Calvario.
106. EUCARISTIA, 7
SACRIFICIO DE LA MISA, 2
Identidad misa-cruz:
- idéntica ofrenda: Cristo (en la misa realmente presente de modo
sacramental);
- idéntico sacerdote principal: Cristo (en la misa el ministro actúa
en el nombre y en la persona de Cristo).
Sólo la manera en que Cristo ofrece el
sacrificio de la cruz y el de la misa difiere:
en la cruz sacrificio con derramamiento
de sangre, en la misa sacrificio incruento.
107. EUCARISTIA, 8
SACRIFICIO DE LA MISA, 3
Diferencias accidentales entre cruz y misa:
Cruz Misa
Cristo se ofrece mortal Cristo se ofrece
y pasible inmortal e impasible
Cristo se ofrece Cristo se ofrece por
directamente medio del sacerdote
se perpetúa y se nos
Cristo nos redime
aplica la redención
108. EUCARISTIA, 9
SACRIFICIO DE LA MISA, 4
Su esencia consiste en la separación
sacramental entre el cuerpo y la san-
gre del Señor por la doble consagración
del pan y del vino, con el consiguiente
significado de su muerte, aunque en la
realidad, bajo ambas especies está Cristo
entero.
El momento esencial de la misa es por tanto la consagración.
La comunión del sacerdote no pertenece a la esencia de la
misa, aunque sí a la integridad del rito: por esto ha de sumir
ambas especies.
109. La doble consagración
• La doble consagración del pan y del vino
fue realizada por Cristo para representar
mejor aquello que la Eucaristía renueva:
la muerte cruenta del Salvador, que
supuso una separación del Cuerpo y de la
Sangre.
• Por ello, el sacerdote consagra
separadamente el pan y el vino.
110.
111.
112. La misa es la
renovación del
sacrificio de la Cruz
Por eso cada Misa tiene un valor infinito
Donde se celebra la Misa se llama altar
Los cristianos no ofrecemos animales
Ofrecemos nuestra vida
Pero sobre todo ofrecemos a Jesucristo
113.
114.
115. Pero cada día Cristo se hace
realmente presente a unos pocos
Por eso toda unión sexual debe respetar
metros de donde estamos. Es
y comprender ambos aspectos, con lo
cual esa relación es la manera lo que
una locura, expresa todo de
es. Ni relaciones que carezcanpalabra
cómo Cristo cumple su de amor
verdadero (relaciones sólo para
yo estaré con vosotros todos los
procrear da igual con quien y por qué),
días hasta el fin del mundo
ni relaciones que excluyan directamente
la procreación.
116.
117. Un propósito para avanzar
Hay que estimar la Misa tanto
que se procure asistir siempre
que sea posible, con una
participación consciente, activa
y fructuosa.
Unir los pequeños sacrificios
de cada día con el sacrificio de
Cristo que se renueva en la
Eucaristía.
118. Cristo adelanta el Jueves lo que iba
a pasar el viernes
► Esta es mi Sangre
► Sangre de la Alianza Nueva y eterna
► Que será derramada por vosotros y por
todos los hombres para el perdón de los
pecados
► Haced esto en conmemoración mía
119. Bernardo
Cortina
El sacrificio del Calvario
119
Pasión y muerte
El sacrificio de Cristo tiene valor de:
Redención Reparación
Porque nos re- Sana la
dime (rescata) enfermedad,
de la esclavitud CEC, 616 levanta la caída
del pecado del pecado
Expiación Satisfacción
Expía o sufre en Por la ofensa a
nuestro lugar la Dios reconcilián-
pena del pecado donos con Él
123. Permanencia de la Presencia real
• Después de efectuada la consagración, el
Cuerpo y la Sangre de Cristo están
presentes de manera permanente en la
Eucaristía.
• Según la doctrina unánime de los teólogos,
la Presencia real dura mientras no se
corrompen las especies que constituyen el
signo sacramental instituido por Cristo.
124. Culto
• En vista de esta permanencia, es dogma de fe
que a la Santísima Eucaristía se le debe el
culto de verdadera adoración (o culto de
latría), que se rinde a Dios.
• Porque Jesucristo permanece en las hostias
consagradas que se reservan en el Sagrario,
el Santísimo Sacramento es tratado con
singular reverencia, guardándose en ricos
vasos sagrados, y doblando ante Él la rodilla.
• La “lámpara del Sagrario” recuerda su
Presencia real.
125. EUCARISTIA, 25
RESERVA DE LA EUCARISTIA
(CIC 934-944)
934-944
Sólo en un lugar digno y seguro;
En un tabernáculo, dentro de un copón
y sobre un corporal;
Con lámpara continuamente ardiendo
ante él;
Renovar las formas consagradas con
frecuencia, al menos cada quince días.
126. Dos solemnidades
• La liturgia reserva dos solemnidades para
honrar esta Presencia real: el Jueves Santo se
celebra la institución del Sacramento, con
especial referencia al Sacrificio de la Cruz (la
Eucaristía como Sacrificio); el día del Corpus
et Sanguis Christi se acentúa el homenaje de
adoración al Señor realmente presente en el
Sagrario (la Eucaristía como sacramento).
Ese día, en muchos sitios es costumbre llevar
solemnemente al Santísimo en procesión por
las calles de la ciudad.
127. 4. Los cristianos deben manifestar fe y amor hacia la
Eucaristía
El culto a la Sagrada Eucaristía lo ha
vivido siempre el pueblo cristiano con
muchas devociones eucarísticas:
El Jueves Santo.
La fiesta del Corpus Christi.
La exposición y bendición con el
Santísimo.
Las visitas al Sagrario.
Las oraciones que alimentan la piedad
eucarística:
Comuniones espirituales.
Adoro Te devote.
Oraciones para antes y después de
comulgar, etc.
Guiados por la fe, es un detalle de
nobleza humana ofrecer a Jesús en el
Sagrario cosas dignas:
que el Sagrario sea de lo mejor, cuidar
los vasos sagrados,
esmerarse en la limpieza;
la genuflexión bien hecha delante del
Sagrario,
acudir con frecuencia a visitarle, etc.
Procesión del Corpus (Toledo)
128. Devociones Eucarísticas
• Recomienda la Iglesia hacer con frecuencia
la Exposición y Bendición del Santísimo,
dando gracias por su Amor y pidiendo su
ayuda. Se canta el Pange lingua y el
Tamtum ergo, u otro himno oportuno.
• La Iglesia fomenta la devoción de la Visita
al Santísimo para hacerle compañía durante
algunos minutos, colocándonos “al lado del
Sagrario, acompañando al que se quedó por
amor” (J. Escrivá de Balaguer).
129. Un propósito para avanzar
Proponte hacer cada día una
visita al Santísimo en el
Sagrario de la iglesia.
Al entrar en una iglesia, ir
primeramente a saludar al
Señor en el Sagrario.
130. GAUR HITZ EGINGO DUGU
EUKARISTIARI BURUZ
• Denontzat dena Meza da, baina
eukaristian hiru gauza dago
• Meza santua
• Jaunhartzea
• Sagrarioa
131. Eukaristian zer dago ikusgarria?
• OGI ETA ARDOA
• Ogiak janaritzen digu, Jaunak gehiago
• Ardoa da alaitasuna, poza jaia, jai
nagusiena da zerua, betiko bizitza
• Denok gure etxean ditugu ogi eta ardoa,
bazkari guztietan daude, baita ere, une
guztietan Jauna egon behar du
132. EUKARISTIA GURE JANARI
ESPIRITUALA DUGU
• Ogiak eta ardoak eilkatzen gatuzte.
Jesuek bere gorputz-odolak eman nahi
izan dizkigu guretzako janari eta alaigarri.
• Modu alaigarri egin nahi izan du ogia jatea
eta ardoa edatea, kristuoak erratenn dugu
Eukaristia janaririk printzipalena dela,
bertan Jesus berbera hartzeen baitugu
133. • Behar dugu Jesusen gorputza maiz hartu
berarekin bat egiteko eta bere bizia gugan
hartzeko.
• Komunioak haziarazten gaitu karitatean
sendotzen gaitu bekatu astunetan ez
erortzeko indartzen gaitu eta denok bat
egiten gaitu. Azkenik betiko bizia arreratu
bezala egiten digu. Ni jaten nauenak badu
betiko bizia, eta nik piztuko dut azken
egunean
137. GERO TA GEHIAGO GUREKIN
LOTZEKO, KRISTOK ASMATU
ZUEN EUKARISTIA
• Asma ezazue bikote ikusi
gehiago ezin dute
• Zer egin dute?
• Oroimen bat oparitzen diote
elkar
• Baina oroimen horretan
pertsona egi, egitan ez dago,
irudi bat da…
139. HAU NERE GORPUTZA DA
• KRISTOK ESAN ZUEN : “DA” EZ
IRUDITZEN ANTZA DU EMATEN DU
• KRISTO HEMEN DAGO, ZERU TA
LURREN EGILLEA HEMEN LESAKAN
DAGO
• HORREZEGATIK EGITEN DUGU
GENUFLEXIOA, ETA
BELAUNIKATURIKJ GAUDE,
BELAUNIKATURIK BAKARRIK
140. KRISTO HEMEN DAGO
• JAUNHARTZEA DA HEMEN LURREAN
EGIN DEZAKEGUN GAUZA
GARRANTZITSUENA
• JAUNGOIKOAK GURE BARNEAN
SARTU NAHI DU, GURI ALDATZEKO
• HORREXEGATIK, EZ JAUNHARTU
PEKATU MORTALEKIN
• HITZ EGIN DEZAGUN JESUSEKIN
141. • Kristoren anima santu egin nazazu
• Kristoren gorputza salba nazazu
• Kristoren odola bete nazazu
• Kristoren bihotzeko ura, garbi nazazu
• Kristoren nekaldia sendo nazazu
• O Jesus ona entzun nazazu
• Zure zurien barruan gorde nazazu
142. • Ez utzi zugandik alde egiten
• Etsai gaiztoarengandik babes nazazu
• Heriotzeko orduan deitu eta zureganatu
nazazu
• Zure satuekin gores zaitzadan gizaldi eta
gizaldietan
143. GAUR HITZ EGINGO DUGU
EUKARISTIARI BURUZ
• Denontzat dena Meza da, baina
eukaristian hiru gauza dago
• Meza santua
• Jaunhartzea
• Sagrarioa
144. Cristo adelanta el Jueves lo que iba
a pasar el viernes
► Esta es mi Sangre
► Sangre de la Alianza Nueva y eterna
► Que será derramada por vosotros y por
todos los hombres para el perdón de los
pecados
► Haced esto en conmemoración mía
145. Pero además la última cena
también explicaba lo que iba aser
la cruz
Cristo quiso explicar que su muerte iba a
ser un sacrificio
Una ofrenda, una expiación
para el perdón de los pecados
De todos los hombres
Y además quiso que lo repitieran
146.
147. ¿Cuál es la alianza vieja?
Las alianzas se sellaban con sangre
La de Moisés con la sangre de…
Eso celebraban y siguen celebrando en
Pascua (primera luna llena de primavera)
En esa fiesta Jesús hace otra alianza
¿Con qué sangre la sella?
148. ESA SANGRE DE CRISTO ¿CUÁNDO SE
DERRAMA?
CADA MISA
ACTUALIZA
REPITE,
RENUEVA LA
CRUZ DE
CRISTO.
¿Entendéis la
importancia de
cada Misa?
149. Jesucristo ofreció a Dios Padre el
sacrificio de su propia vida muriendo
en la cruz.
Pero, aunque el valor del sacrificio
de Cristo en la cruz fue infinito y
único, el Señor quiso que se
perpetuara -se hiciera presente- para
aplicar los méritos de la redención.
Jesucristo instituyó la Misa no para
perpetuar la Cena, sino el sacrificio
de la cruz. Así, la Misa renueva
incruentamente el sacrificio mismo
del Calvario; y la Eucaristía es
igualmente sacrificio de la Iglesia,
pues, siendo la Iglesia Cuerpo de
Cristo, participa de la ofrenda de su
Cabeza.
150. 6. El sacrificio de la Misa y el de la cruz son
esencialmente uno y el mismo
Entre la Misa y el sacrificio de la
cruz hay identidad esencial y
diferencias accidentales:
El Sacerdote es el mismo:
Cristo, que en el Calvario se
ofreció Él solo, mientras que en
la Misa lo hace por medio del
sacerdote .
La Víctima es la misma: Cristo,
que en el sacrificio de la cruz se
inmoló de manera cruenta,
mientras que en la Misa lo hace
de modo incruento.
En la cruz, Cristo nos rescató
LEONARDO da Vinci
del pecado y ganó para nosotros La última cena (copia)
los méritos de la salvación; en la Siblo XVI
Da Vinci Museum, Tongerlo
Misa, se nos aplican los méritos
que Jesucristo ganó entonces.
152. CAPÍTULO PRIMERO: LOS SACRAMENTOS DE LA
INICIACIÓN. LA EUCARISTÍA
215. ¿Quién preside la celebración eucarística?
En realidad es Cristo mismo quien actúa en
cada celebración eucarística. El OBISPO y
el PRESBÍTERO lo representan. [1348]
La fe de la Iglesia afirma que el celebrante está ante
el altar in persona Christi capitis (latín = en la
persona de Cristo cabeza). Esto quiere decir que
los sacerdotes no sólo actúan en el lugar de
Cristo o por su encargo, sino que, a causa de su
consagración, es Cristo quien actúa a través de
ellos como cabeza de la Iglesia. 249-254
152
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
153. Aquí
Jesús
empieza
una
ALIANZA Sala del
con todos cenáculo
154. No comáis conmigo, comedme a Mí
Capitel del
cenáculo, con
pelicanos que
beben la
sangre del
pecho
Su Sangre
nos va
transformando
día a día
155. EUCARISTIA, 8
SACRIFICIO DE LA MISA, 3
Diferencias accidentales entre cruz y misa:
Cruz Misa
Cristo se ofrece mortal Cristo se ofrece
y pasible inmortal e impasible
Cristo se ofrece Cristo se ofrece por
directamente medio del sacerdote
se perpetúa y se nos
Cristo nos redime
aplica la redención
Notas del editor
Con el sacramento de la Eucaristía culmina la iniciación cristiana; en realidad culmina la entera vida sobrenatural -particular y comunitaria o de la Iglesia como tal-, porque es el "sacramento de los sacramentos", el más importante de todos, ya que contiene la gracia de Dios -como los otros sacramentos- y al autor de la gracia, Jesucristo Nuestro Señor. Lo sabemos, no por los sentidos, sino por la fe, que se apoya en el testimonio de Dios: " Esto es mi Cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía" (Lucas 22,19). Son las palabras de Jesús a sus Apóstoles en la última Cena al dejarles la Eucaristía como regalo de su poder y amor infinitos. Nosotros lo creemos firmemente, como los Apóstoles que estaban presentes en aquel momento. El Concilio Vaticano II exhorta a la piedad y recogimiento cada vez más acendrado con la Eucaristía, cuando enseña que es "fuente y cumbre de toda la vida cristiana" y que, "participando del sacrificio eucarístico", los fieles "ofrecen a Dios la Víctima divina y se ofrecen a sí mismos juntamente con ella" ( Lumen gentium, 11).
La Eucaristía es el corazón de la Iglesia; para destacarlo el Concilio Vaticano II se sirve de esa frase -que no es enfática sino justa- diciendo que ahí está la "fuente y cumbre de toda la vida cristiana". Como dice también que "la Sagrada Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo". Esa es la razón de que "los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan" ( Presbyterorum ordinis , 5).
La riqueza inagotable de la Eucaristía se expresa mediante los distintos nombres que recibe. Cada uno evoca algún aspecto de su contenido o circunstancia del momento de la institución. Se le llama: * Eucaristía , que significa acción de gracias a Dios; * Banquete del Señor, porque Cristo lo instituyó el Jueves Santo en la última Cena; * Santo Sacrificio , porque actualiza el único sacrificio de Cristo en la cruz; * Comunión , porque nos unimos al mismo Cristo recibiendo su Cuerpo y su Sangre; * Santa Misa , porque cuando se despide a los fieles al terminar la liturgia eucarística, se les envía (" missio ") para que cumplan la voluntad de Dios en su vida ordinaria.
Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves Santo en la última Cena. Ya había anunciado a los discípulos en Cafarnaún (cfr. Juan, 6) que les daría a comer su cuerpo y su sangre, como también había ido preparando la fe de los suyos con argumentos incontestables: el milagro de Caná -convirtió el agua en vino-, y la multiplicación de los panes, que ponían de manifiesto el poder de Jesucristo. Así, al oír en la última Cena: Esto es mi cuerpo (Lucas 22,19), tendrían la firme persuasión de que era como decía; igual que el agua se había convertido en vino por su palabra omnipotente, y los panecillos crecieron hasta saciar a una gran multitud.
Sabemos que Cristo murió, resucitó y subió al cielo, donde está sentado a la derecha del Padre e intercede por nosotros. Pero está presente también en su Iglesia de muchas maneras: en su Palabra, en la oración, en los pobres, en los enfermos, en los sacramentos...; y está presente sobre todo bajo las especies sacramentales de pan y vino, que contienen el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, como enseña la fe. Este misterio se entiende mejor con el corazón, porque es fruto del Amor del Señor hacia nosotros. Se tenía que ir, pero quería quedarse, y lo que para los hombres es imposible, lo pudo hacer Dios: el Señor se quedó realmente presente en la Eucaristía con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. En la Eucaristía se contiene el verdadero Cuerpo de Jesucristo, el mismo que nació de la Virgen y que está sentado a la diestra de Dios Padre. Desde el principio, los cristianos creyeron en esta verdad.
Aunque la fe de la Iglesia ha sido siempre la misma, la doctrina se ha ido desarrollando y el Concilio de Trento puntualiza que en la Santísima Eucaristía están contenidos verdadera, real y sustancialmente el cuerpo y la sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero. Es lo que se conoce como presencia real de Cristo en el sacramento de la Eucaristía. Se llama "real" no a título exclusivo, como si las otras presencias no fueran reales, sino por excelencia, porque es sustancial y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente, como explica Pablo VI. Esa luz que arde día y noche junto al Sagrario nos recuerda que Jesús está allí realmente presente
Ante la realidad sobrenatural del misterio eucarístico -la presencia real de Cristo bajo los velos de pan y vino- es inevitable la pregunta: ¿Qué ha sucedido? Porque antes era pan y era vino, y cuando el sacerdote dice :"Esto es mi cuerpo", "Este es el cáliz de mi sangre", aquello es el Cuerpo y Sangre de Cristo. Es lo que nos dice la fe, y la palabra de Dios no puede fallar. Efectivamente, por el poder divino otorgado al sacerdote se ha producido un cambio, una conversión -y conversión de sustancias, porque las apariencias externas no han cambiado-, razón por la que, lo que era sustancia de pan, se ha convertido en la sustancia de Cristo, en el Cuerpo de Cristo. Esa admirable y singular conversión es lo que se conoce con el nombre de transustanciación o cambio de sustancia. Es un misterio excepcional que la razón humana no alcanza a comprender, pero Dios puede hacerlo por medio de su ministro, el sacerdote.
Cuando el sacerdote consagra muchas formas creemos que Jesucristo está realmente presente en todas y cada una de ellas. También creemos que, si una forma se parte en diversos trozos, Jesucristo está todo entero en cada uno de ellos. Por eso el sacerdote recoge cuidadosamente las partículas de las hostias consagradas, aunque sean muy pequeñas, como se indica en la Ordenación general del Misal romano. El Señor se ha quedado por Amor, y con amor hemos de tratarle.
Los primeros cristianos encontraban la razón de su heroísmo en la Eucaristía. La Comunión les daba aliento y fortaleza para defender su fe hasta el martirio. Tarsicio fue un niño que llevaba la Eucaristía a los que estaban encarcelados por causa de su fe. Cuando iba de camino se encontró con los compañeros de juego, que eran paganos. Le invitaron a jugar, pero no podía entretenerse porque llevaba al Señor. Sabían que era cristiano y, dándose cuenta de que escondía algo, le atacaron y golpearon violentamente, mientras él defendía el tesoro que le habían encomendado. En ese momento pasó un soldado, que se llevó a Tarsicio para encarcelarlo. Aunque gravemente herido, dijo a los de la cárcel que les traía la Comunión. Así pudieron comulgar los que al día siguiente morirían mártires. Tarsicio también fue mártir de la Eucaristía. Con esta fe, con este respeto y amor trataban la Eucaristía los primeros cristianos.
El sacrificio eucarístico o santa Misa es -a la vez e inseparablemente- memorial sacrificial que perpetúa el sacrificio de la cruz ofrecido al Padre, y banquete sagrado de comunión en el Cuerpo y Sangre del Señor; la celebración eucarística está también orientada a la unión íntima de los fieles con Cristo por medio de la comunión. Comulgar es recibir a Cristo mismo que se ofrece por nosotros. Cristo, pues, se ofrece al Padre y se da a los hombres.
Jesús prometió a los Apóstoles en Cafarnaún que daría a comer su carne para vida del mundo y prenda de vida eterna: " El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida: el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él" (Juan 6,54-56). En la última Cena se cumplió la promesa y el Señor instituyó la Eucaristía: "Tomad y comed; esto es mi Cuerpo" (Mateo 26,26). Es la afirmación clara de que el cuerpo del Señor está en la Eucaristía realmente y se nos da como alimento.
La comunión sustenta la vida espiritual de modo parecido a como el alimento material mantiene la vida del cuerpo. En concreto podemos señalar estos frutos de la comunión sacramental: * Acrecienta la unión con Cristo, realmente presente en el sacramento. * Aumenta la gracia y virtudes en quien comulga dignamente. * Nos aparta del pecado: purifica de los pecados veniales, de las faltas y negligencias, porque enciende la caridad. * Fortalece la unidad de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo. * Cristo nos da en la Eucaristía la prenda de la gloria futura.
Las disposiciones para recibir dignamente a Cristo son: a) Estar en gracia de Dios , es decir, limpios de pecado mortal. Nadie puede acercarse a comulgar, por muy arrepentido que le parezca estar, si antes no ha confesado los pecados mortales. El pecado venial no impide la comunión, pero es lógico que tengamos deseos de recibir a Jesús con el alma muy limpia; de ahí que la Iglesia aconseje confesarse con frecuencia, aunque no tengamos pecados mortales. Si alguien se acercara a comulgar en pecado mortal, cometería un sacrilegio. b) Guardar el ayuno eucarístico , que supone no haber comido ni tomado bebidas desde una hora antes de comulgar; el agua no rompe el ayuno, y tampoco las medicinas. Los ancianos y enfermos -y los que los cuidan- pueden comulgar aunque no haya pasado la hora después de tomar algo. c) Saber a quién se recibe . Puesto que se recibe al mismo Cristo en este sacramento, no podemos acercarnos a comulgar desconsideradamente o por mera rutina, o para que nos vean. Hemos de hacerlo para corresponder al deseo de Jesús, y para hallar en la comunión un remedio a nuestra flaqueza. Hasta en la compostura externa debe manifestarse la piedad y el respeto con que nos acercamos a recibir al Señor. Se comulga de rodillas o de pie, según lo haya determinado la Jerarquía de la Iglesia y pida la devoción de cada uno.
Jesús se ha quedado en la Eucaristía por amor hacia nosotros. La mejor manera de recibirle será realizar una buena preparación antes de comulgar y, conscientes del don recibido, dar gracias no sólo en el momento de la comunión sino a lo largo del día. Después de comulgar quedarnos en la iglesia u oratorio dando gracias, al menos unos minutos.
Comulgar realmente no es necesario para salvarse; si un niño recién bautizado muere, se salva. Pero Jesucristo dijo: " Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros" (Juan 6,53). En correspondencia con estas palabras, la Iglesia ordena en el tercer mandamiento que, al menos una vez al año y por Pascua de Resurrección, todo cristiano con uso de razón debe recibir la Eucaristía. También hay obligación de comulgar cuando se está en peligro de muerte; en este caso la comunión se recibe a modo de "Viático", que significa preparación para el "viaje" de la vida eterna. Esto es lo mínimo, y el precepto debe ser bien entendido; de ahí que la Iglesia exhorte a recibir al Señor con frecuencia, incluso diariamente. Si algún día no podemos comulgar, es bueno hacer una comunión espiritual, expresando el deseo que tenemos de recibir al Señor sacramentalmente.
Los Apóstoles recibieron un encargo del Señor: " Haced esto en memoria mía " (Lucas 22,19), y no ha cesado la Iglesia de llevarlo a cabo en la celebración litúrgica, que no es mero recordatorio sino actualización real del memorial de Cristo: de su vida, de su muerte, de su resurrección, y de su intercesión junto al Padre, que se realiza en la Eucaristía. Desde mediados del siglo II, y según el relato del mártir Justino, tenemos atestiguadas las grandes líneas del desarrollo de la celebración eucarística, que han permanecido invariables hasta nuestros días.
Jesucristo ofreció a Dios Padre el sacrificio de su propia vida muriendo en la cruz. Fue un auténtico sacrificio con el que nos redimió de nuestros pecados, superando todas las ofensas que han hecho y podrán hacer los hombres, porque es de valor infinito. Pero, aunque el valor del sacrificio de Cristo en la cruz fue infinito y único, el Señor quiso que se perpetuara -se hiciera presente- para aplicar los méritos de la redención; por eso, antes de morir, consagró el pan y el vino y ordenó a los Apóstoles: " Haced esto en memoria mía" . De esta manera los hizo sacerdotes del Nuevo Testamento para que, con su poder y en su persona, ofrecieran continuamente a Dios el sacrificio visible de la Iglesia. Jesucristo instituyó la Misa no para perpetuar la Cena, sino el sacrificio de la cruz. Así, la Misa renueva incruentamente el sacrificio mismo del Calvario; y la Eucaristía es igualmente sacrificio de la Iglesia, pues, siendo la Iglesia Cuerpo de Cristo, participa de la ofrenda de su Cabeza.
Entre la Misa y el sacrificio de la cruz hay identidad esencial y diferencias accidentales: El Sacerdote es el mismo: Cristo, que en el Calvario se ofreció Él solo, mientras que en la Misa lo hace por medio del sacerdote . La Víctima es la misma: Cristo, que en el sacrificio de la cruz se inmoló de manera cruenta, mientras que en la Misa lo hace de modo incruento. La presencia de Cristo bajo las especies consagradas del pan y del vino, que contienen por separado su Cuerpo y su Sangre como especies distintas, manifiestan místicamente la separación del cuerpo y de la Sangre ocurrida en la cruz. En la cruz , Cristo nos rescató del pecado y ganó para nosotros los méritos de la salvación; en la Misa, se nos aplican los méritos que Jesucristo ganó entonces.
La creencia en estas verdades de nuestra fe ha llevado a la Iglesia a rendir culto de adoración al Santísimo Sacramento. Este culto a la Sagrada Eucaristía lo ha vivido siempre el pueblo cristiano con muchas devociones eucarísticas: El Jueves Santo , en que celebramos la institución de la Eucaristía y especialmente del sacrificio de la Misa. La fiesta del Corpus Christi , que celebra la presencia real de Jesucristo, y el Santísimo es llevado en solemne procesión por las calles de la ciudad. La exposición y bendición con el Santísimo , pasando un rato con el Señor sacramentado en intimidad de adoración y sincero agradecimiento. Las visitas al Sagrario , por parte de los fieles para acompañarle y entretenerle. Y tantas oraciones que alimentan la piedad eucarística: comuniones espirituales, Adoro Te devote , oraciones para antes y después de comulgar, etc. Guiados por la fe, es un detalle de nobleza humana ofrecer a Jesús en el Sagrario cosas dignas: que el Sagrario sea de lo mejor, cuidar los vasos sagrados, esmerarse en la limpieza; pero sobre todo el respeto y la adoración: la genuflexión bien hecha delante del Sagrario, acudir con frecuencia a visitarle -al menos con el pensamiento y deseo-, actuar la fe al pasar por una iglesia, etc.
Jesucristo ofreció a Dios Padre el sacrificio de su propia vida muriendo en la cruz. Fue un auténtico sacrificio con el que nos redimió de nuestros pecados, superando todas las ofensas que han hecho y podrán hacer los hombres, porque es de valor infinito. Pero, aunque el valor del sacrificio de Cristo en la cruz fue infinito y único, el Señor quiso que se perpetuara -se hiciera presente- para aplicar los méritos de la redención; por eso, antes de morir, consagró el pan y el vino y ordenó a los Apóstoles: " Haced esto en memoria mía" . De esta manera los hizo sacerdotes del Nuevo Testamento para que, con su poder y en su persona, ofrecieran continuamente a Dios el sacrificio visible de la Iglesia. Jesucristo instituyó la Misa no para perpetuar la Cena, sino el sacrificio de la cruz. Así, la Misa renueva incruentamente el sacrificio mismo del Calvario; y la Eucaristía es igualmente sacrificio de la Iglesia, pues, siendo la Iglesia Cuerpo de Cristo, participa de la ofrenda de su Cabeza.
Entre la Misa y el sacrificio de la cruz hay identidad esencial y diferencias accidentales: El Sacerdote es el mismo: Cristo, que en el Calvario se ofreció Él solo, mientras que en la Misa lo hace por medio del sacerdote . La Víctima es la misma: Cristo, que en el sacrificio de la cruz se inmoló de manera cruenta, mientras que en la Misa lo hace de modo incruento. La presencia de Cristo bajo las especies consagradas del pan y del vino, que contienen por separado su Cuerpo y su Sangre como especies distintas, manifiestan místicamente la separación del cuerpo y de la Sangre ocurrida en la cruz. En la cruz , Cristo nos rescató del pecado y ganó para nosotros los méritos de la salvación; en la Misa, se nos aplican los méritos que Jesucristo ganó entonces.