2. Los grandes
contemporáneos de
Charles Chaplin
llevaron el cine
cómico al límite de sus
posibilidades
personales como
Buster Keaton, Harry
Larry Semon o Ben
Turpin, pero sin salir
del marco cómico, sin
permitirse las
dimensiones que el
gran maestro da a su
cine.
3. Mack Sennett domina el género cómico norteamericano cuando recibe a
Charles Chaplin en su compañía, formada por el mejor grupo de cómicos de
su tiempo, cómicos múltiples que lo mismo podían actuar en cualquier
pantomima con sus gestos característicos, que ejecutar acrobacias de circo.
Su dinamismo era el de un motor a toda velocidad pero controlado por el
corto espacio del escenario donde se movían, ampliándose al continuar por
las viejas calles de Los Ángeles, las persecuciones, momentos culminantes e
inevitables de la comedia.
Es una rigurosa mecánica basada en una rutina improvisada sin guión porque
se partía de ideas tan elementales, que sólo servían para el bordado de los
trucos. de los “gags” cómicos.
Chaplin, en su primera comedia, Keystone, continúa dócilmente la mecánica
Sennett de golpes, caídas, y las clásicas persecuciones, pero ya en su
comedia No. 12. “Caught in a cabaret” (Abril, 1914), se observan ciertos
detalles personales por ser codirigida entre Chaplin y Mabel Normand, su
gentil compañera en las comedias Keystone.
Se trata de un camarero de café de mala muerte que se hace pasar por un
conde, vive por un rato entre la buena sociedad a la que irrespeta con sus
impertinencias, se descubre su verdadera identidad y la comedia termina
con la clásica pelea general, fin de fiesta de la mayoría de las comedias
Sennett.
4. La simulación de tomar una falsa identidad no es descubrimiento Chaplin, y
tampoco ridiculizar a llamada “buena sociedad” elementos bastante usados
antes y después de la aparición de Charles Chaplin el cine.
Sin embargo “Caught in a cabaret” tiene en su loca aventura ciertos detalles
de análisis de personajes, ambientes y situaciones inéditos en los productos
del sello Sennett. Se plantea el doloroso arribismo chaplinesco que puede
hacer reír por el contraste entre su rotoso traje de vagabundo y la elegancia
del mundo que quiere conquistar pero hay algo en su rostro, cierto cansancio
en su característico caminar y otros signos que implican drama a pesar del
brillo cómico de la película, realizada sólo a los dos meses de su comedia No.
1 .
En sus períodos siguientes a Keystone (1914) y “Essanay” (1915) donde
realiza su primera obra maestra, “El vagabundo”, que inicia gran parte de la
temática desarrollada posteriormente en sus grandes películas, en el periodo
“Mutual” (1916) ya es un maestro indiscutible de sus medios expresivos, un
genio del cine, que se permite realizar una serie de obras maestras a lo largo
de 40 años de trabajo.
Ninguno de sus colegas en grandeza artística, pudo sostener tantos años el
mismo nivel de altísima calidad impuesto por Chaplin en sus comedias. Y
aunque lo superaran en simple gramática cinematográfica, en elementos
técnicos, el gran cómico se dio el lujo de volver la espalda al “progreso”
técnico del cine, llegando hasta realizar dos películas mudas, “Luces de la
ciudad” y “Tiempos modernos”, en pleno auge de parlante.
5. Pertenece también a la generación de la “pura imagen”, aquella que solo
cuenta con la imagen para expresarse sin complicaciones fotográficas de
ninguna clase, sin formalismos estéticos ni problemas de composición de
planes.
Tal programa da a sus películas un “primitivismo” que naturalmente
sorprenderá al espectador de los maestros actuales del cine que sin insistir en
inútiles formalismos, de todas maneras se expresan en estilos mucho más
evolucionados que el de Chaplin.
Que siempre encuadra en planos de conjuntos que permitan ver de la mejor
manera posible, el planteamiento, desarrollo y culminación del “gag”, del
truco cómico visual. Sus raros primeros planos solo sirven para resaltar las
gesticulaciones del lenguaje común de la pantomima
Y aunque la cita parezca más que desproporcionada por tratarse del maestro
soviético Sergio Eisenstein, genio del montaje, el cine estático de Chaplin
puede parecerse de lejos a “Alejandro Newsky” o “Iván el Terrible”, que con
mínimos movimientos de cámara, gracias al montaje, y sobre todo a la
importancia e interés de lo que se está narrando, el espectador no se da
cuenta de la falta de movimiento acostumbrado en el cine convencional.
Porque en Chaplin lo que importa es lo que está sucediendo con Charlot en su
eterna lucha contra el mundo, lucha expuesta en rápidos movimientos de los
personajes transcritos fielmente por cámara, testigo inmóvil del ritmo
cómico.
6. Chaplin, lo mismo que sus colegas, multiplica sus actividades en un montón
de oficios contemplados desde el punto de vista cómico. Es un recurso común
y su eficacia dependía del mayor o menor número de posibilidades que el
cómico encontrara en cada oficio.
Pero ninguno creó un personaje tan importante como Charlot, tan popular e
identificable en todo el mundo, hasta el grado de representar además de la
figura cómica, hasta el mismo cine, todo el cine, su signo más conocido.
Desde 1914 la gente puede desconocer realizadores, actores y demás
personajes, pero es casi imposible que alguien desconozca la familiar figura
de Charlot.
Charlot es una mezcla de “dandy” y vagabundo mezcla que también implica
la época donde existían tanto el “dandy” como el vagabundo, especies hoy
desaparecidas que por lo tanto funcionaba mejor entre los 1910-20, para un
público al que resultaban muy divertido los pretenciosos rapos de Charlot en
contraste con sus actitudes de caballero.
Casi que era inevitable que tal atuendo en su símbolo social no produjera un
personaje especial, más profundo en el análisis del mismo personaje y su
contorno, características que hacían obligatorias otro tipo de comedias menos
lineales que las tradicionales, más de acuerdo con el símbolo de la presencia
de Charlot.
El célebre personaje está en la línea divisoria entre lo popular, bueno para
todos los públicos, y lo intelectual, más bueno para los espectadores que, sin
quedarse en la mecánica de sus chistes visuales, se rinden al encanto especial
de Charlot, a su nivel de genial mimo y de crítico, a veces virulento, de la
7. sociedad moderna.
No es el momento ni el lugar porque la presentación y desarrollo del Charles
Chaplin rebelde que en determinado momento desafía a la sociedad
norteamericana, no sólo en sus películas sino personalmente y con gran valor,
exigiría otros puntos de vista muy diferentes a los expuestos que no sirven
sino de estimulo para repasar la obra de Chaplin y aumentar el afecto por su
memoria y su cine.
Hay artículos múltiples que la publicidad pregona con la frase, “bueno para
todos los usos”. Me gustaría aplicarla a todo lo que tiene que ver con el gran
cómico: películas, auto- biografías, el encanto especial de su música para su
cine, hasta esa interminable serie de objetos, juguetes, tiras cómicas
ceniceros, etc., que durante años respaldaron su inmensa popularidad, con la
adorable figura de Charlot.
Y además, su obra, su arte, ideal para toda clase de edades, de razas, de
estados de ánimo, de épocas, como lo sentirán los futuros espectadores de
sus comedias, que en su totalidad, son como otro evangelio: el de la santa
risa integrada a la sagrada crítica, sin tesis y valioso legado de nuestro
inolvidable “padre” espiritual, Charles Chaplin.
https://revistadiners.com.co/archivo/54311_chaplin-genio-la-comedia/