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¿Convicción o error de inversión?

  1. 4 Los gestores siempre piden tiempo para que sus ideas de inversión fructifiquen, pero ¿cuál es el margen que se les puede dar antes de considerar que están equivocados? gestoresestrella por Ángel Alonso ISTOCK ¿CONVICCIÓN OERRORDEINVERSIÓN?
  2. 5 estar ante uno de los inevitables errores de inversión que se producen cada cierto tiempo incluso entre los mejores gestores. El problema es que su cartera internacional está muy concentrada y apenas ocho valores acaparan casi la mitad del patrimonio. Y estos valores no están dando los resultados que deberían, de momento, como Dixons, Teekay o Arytza. Esta última empresa se ha convertido en la paradoja de Cobas, porque a pesar de haber reducido algo su exposición, según confirmaba en su última carta trimestral, sigue siendo una de las principales ideas de la cartera internacional, a pesar de los tres profit warning que acumula. ¿Cabezonería o tesis de inversión que dará sus frutos con el paso del tiempo? ¿Gigantes o molinos? LIMITARLAINVERSIÓN El propio Paramés ha pedido paciencia de nuevo a sus clientes, pero ¿cuál es el plazo razonable que debería otorgar un inversor? “Antes de fijarnos un plazo deberíamos establecer un límite a la exposición a un fondo de autor y un límite conjunto para el mismo estilo de gestión, como el value. Si en el folleto te piden cinco años, se debería invertir el dinero que se esté dispuesto a mantener esos cinco años. Si no, mejor no invertir. En fondos con posiciones muy concentradas, recomendaría también limitar la inversión. Además de una mala tesis de inversión, nadie está exento de un fraude, ni siquiera el mejor gestor. Pero el estilo valor lleva tiempo haciéndolo peor que el de crecimiento y una década es mucho tiempo para un inversor”, asegura Marta Díaz-Bajo, directora de análisis de atl Capital. Para Diego Fernández Elices, director de inversiones de A&G Banca Privada, el value investing es “incómodo”, porque “va en contra de la manada y puede tardar más en pagar”. De ahí que lo relevante para él no sea el plazo temporal de la inversión sino estar seguros de que la tesis de inversión no cambia según cae el precio de la acción. “Es un juicio cualitativo, por el que hay que asegurarse de que el gestor está operando en su círculo de competencia y se mantiene fiel a su estilo de inversión. Se trata de gestoresestrella gual que Don Quijote estaba convencido de que los treinta molinos de viento contra los que quería entablar batalla eran desaforados gigantes, a pesar de las advertencias de su escudero Sancho Panza, en el mundo de la inversión, el caso Woodford ha vuelto a despertar la inquietud sobre hasta qué punto las ideas de un gestor de fondos, sobre todo si es reconocido por su prestigio y buen hacer en el pasado, pueden considerarse fruto de su convicción, aunque sus tesis no se vayan cumpliendo con el paso del tiempo, o son simplemente errores de inversión de los que no se da cuenta porque sigue viendo gigantes en vez de molinos. En todos los folletos de los fondos de inversión hay un aviso de que rentabilidades pasadas no garantizan el rendimiento del producto en el futuro, pero la fama de un gestor puede atraer el dinero de los inversores, al considerar que va a continuar realizando una buena gestión en los próximos años. Algo parecido ha ocurrido con Neil Woodford, que trabajó durante 25 años en la reconocida firma Invesco, obteniendo excelentes resultados de rentabilidad en sus fondos de renta variable, donde gestionaba más de 20.000 millones de euros de patrimonio. En 2014 decidió dejar la gestora para lanzar al año siguiente su propia firma. El primer año, los resultados le siguieron acompañando, pero después sufrió un calvario de rentabilidad que los inversores no se esperaban y comenzaron a impacientarse. Para terminar de empeorar la situación, una investigación periodística destapó este año que tenía mucho más dinero invertido en compañías ilíquidas del que se suponía, aunque dentro del marco legal. El nivel de peticiones de salida de dinero fue tan elevado que Woodford se vio obligado a cerrar el fondo para no perjudicar aún más a los inversores. Y hasta el Banco de Inglaterra ha advertido sobre el problema de liquidez de los fondos de inversión ante eventos inesperados del mercado. No ha sido un caso aislado. Los problemas sufridos por los fondos gestionados por Bruno Crastes en H2O, filial de Natixis IM, también han servido para evidenciar hasta qué punto los profesionales de la inversión son monitorizados y sus ideas pueden causar polémica cuando están rayando el terreno de los conflictos de intereses entre la actuación de la firma y lo considerado ético, ya que la gestora había invertido en bonos sin calificación crediticia de un controvertido empresario alemán. En España, los pobres resultados proporcionados por los fondos de Francisco García Paramés desde que lanzó su propia firma, Cobas AM, han planteado también la duda de si se trata del ejercicio de paciencia que requiere el value investing o podemos I > ¿QUIÉNCONTROLA LAESTRATEGIADE LOSGESTORESCON FONDODEAUTOR? Aunque la expresión ‘gestor estrella’ no gusta mucho dentro del mundo de la inversión, lo cierto es que determinados fondos tienen una estrategia muy personalista, hasta el punto de que la CNMV permite clasificar como de autor a aquellos productos en los que la salida de su responsable supondría un cambio significati- vo. En las firmas de ‘value investing’ es más evidente que en otras por las ideas contrarias al mercado que suelen aplicar. Pero los gesto- res suelen trabajar en equipos compuestos por otros gestores y analistas. En firmas como Amiral “usamos las subcarteras entre otras cosas para que los gestores analicen las ideas de sus compañeros y traten de buscar los pun- tos flacos en las tesis de inversión presenta- das. Solo las mejores ideas acaban pasando el filtro de las críticas del equipo”, afirma Pablo Martínez Bernal, director de relaciones con inversores de la gestora en España.
  3. 6 Quizá la idea de mitificar a un gestor de fondos con alguien capaz de alcanzar siempre altos porcentajes de rentabilidad lleve a los inversores a confundir sus deseos con la realidad, normalmente más áspera, como bien sabía Don Quijote. “Fondo de autor y gestor estrella son conceptos que se confunden. El primero no quiere decir que necesariamente él esté solo, sino que hay una gestión muy personalista. Gestor estrella puede asociarse con situar a una sola persona en el centro de todo y esto es más complicado. Yo creo en la gestión de equipo, en la que se confronten las ideas”, señala Paulo Gonçalves, analista senior de estrategia de mercados de Banca March. “En gestión a veces se tarda de tres a cinco años en diferenciar suerte de acierto y tiendo a pensar que un buen gestor no se hace mal gestor de un día para otro. No creo que sea un error seguirle por su fama, si se tiene la garantía de que se cuenta con iguales o mejores recursos en términos de equipo, foco y acceso a la información que en etapas anteriores”, comenta Fernández Elices. Uno de los riesgos que afronta una entidad que cuente con un gestor estrella es que, si él abandona la firma, probablemente gran parte del volumen de los productos que gestiona se vaya con él. “La forma de evitarlo”, explican desde Fidelity International, “es tener sustitutos que hayan trabajado codo con codo con ese gestor -como cogestores- durante el tiempo suficiente para interiorizar su filosofía de inversión, aunque por supuesto han de tener un talento similar”. Al mismo tiempo esos equipos, añade Gracia Campos, responsable de fondos de inversión de Deutsche Bank España, con frecuencia “funcionan como contrapeso” ante determinadas ideas de inversión. DIVERSIFICARELPATRIMONIO Y para no caer en el error de los inversores ciegos, Carlos Farrás recomienda diversificar el patrimonio. “No existen gurús en el mundo de la inversión y hasta los mejores gestores tienen períodos de bajo rendimiento en sus inversiones. Por eso es importante diversificar. Nunca he entendido a los inversores que tienen todo su patrimonio en un solo equipo gestor. Seguro que es capaz de identificar otros buenos gestores, con experiencias y virtudes diferentes y que además inviertan en zonas geográficas o activos distintos”, explica el socio director de DPM Finanzas. Marta Díaz-Bajo da un último consejo: “Recomiendo ver un vídeo de Warren Buffet donde cuenta el caso del Long Term Capital. Se lo recomiendo a todo inversor que tenga la creencia firme de que está invirtiendo bien por el hecho de estar con gestores muy prestigiosos, excepcionales, premios Nobel incluso, y en fondos donde ellos han puesto la mayor parte de su propio patrimonio”. identificar trampas de valor. Con frecuencia, la trampa no está en la cuenta de resultados, sino en el balance, y esto explica que algunas gestoras hayan invertido recientemente en equipos de renta fija, porque entender el crédito es útil para evitar estas trampas de valor”, explica. En un mundo donde se terminó el año pasado con grandes pérdidas en casi todos los activos y con el miedo de los inversores provocando un cambio de flujos hacia fondos de renta fija este año, a pesar de la subida de las bolsas, la liquidez se ha convertido en un tema muy sensible. Y los gestores estrella no escapan del escrutinio cortoplacista. “Normalmente los gestores value tienen un alto conocimiento de las empresas en las que invierten, por lo que no debería preocuparnos tanto la cotización diaria, pero sí debería preocuparnos cuando se producen eventos como profit warnings, ampliaciones de capital, cambio de equipos directivos, y el gestor no tenía identificado el riesgo en su modelo y no ha reaccionado ante estas situaciones. Debe tener la suficiente sangre fría para abstraerse de la cotización, pero debe ser también muy estricto para asumir cuándo se ha equivocado”, señala Carlos Farrás, socio director de DPM Finanzas. La dificultad para monitorizar a un gestor value radica, precisamente, en que sus tesis van en dirección contraria al resto del mercado. Pablo Martínez Bernal, responsable de relación con inversores de la firma francesa value Amiral Gestion, considera que reconocer los errores no es tarea fácil. “El buen gestor tiene que ser al mismo tiempo humilde y contrarian. Contrarian porque en el fondo crees que el mercado se equivoca y tú estás en lo cierto. Y humilde porque puede que en realidad seas tú el que se equivoca y cuanto te des cuenta menos dinero perderás”, afirma. ¿Cómo detectan que se han equivocado? “Cuando nuestras tesis de inversión no se cumplen. Por ejemplo, si invertimos en una compañía porque creemos que el equipo directivo va a mejorar los márgenes y éstos no mejoran pasados unos trimestres y advertimos que no lo va a lograr en el futuro, lo más probable es que nos hayamos equivocado a la hora de juzgar la capacidad de la compañía de ejecutar esa mejora”, subraya. “Los gestores son humanos y hasta el número uno comete errores de tanto en tanto. Estos errores, cuanto más concentrada es la cartera, más daño hacen obviamente. En estos casos, se deben analizar las razones por las que se han producido las equivocaciones, tomar en cuenta los remedios puestos en marcha por el gestor, observar el comportamiento del resto de su cartera, valorar su potencial de recuperación, en tiempo y magnitud. Pero tomar decisiones viscerales con la idea de penalizar a un gestor que se ha equivocado suele detraer valor”, apunta Ion Zulueta, responsable de selección de fondos en Arcano Partners. < gestoresestrella GETTY
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