4. Una mujer juez
Durante muchos años
el Rey Jabín había
hecho sufrir al pueblo
de Dios. Los israelitas
necesitaban ayuda y
oraron al Señor.
Jehová oyó la oración
de su pueblo y envío a
Débora.
5. Un trabajo importante
Dios había dado a
Débora un trabajo muy
importante. Ella era
una juez. Su tribunal
estaba bajo una
palmera. Quienes tenía
problemas se sentaban
con ella para pedir
consejo.
7. Débora acude a Barac
Dios decidió que era
tiempo de que Débora
resolviera el mayor
problema de Israel. Era
tiempo de hacer frente
al rey Jabín. Dios le
dijo a Débora que
hablara con un hombre
llamado Barac.
8. Las instrucciones de Dios
Débora le dijo a Barac:
Dios tiene un trabajo
para ti. Irás con diez
mil hombres (10,000)
al Monte de Tabor. Los
enemigos vendrán a
pelear, pero Dios te
ayudará a ganar.
9. A la batalla…
Barac no quería ir solo al frente del ejército.
Quería ir con Débora.
-Si tu vas conmigo, yo iré – dijo Barac a Débora.
- Iré contigo – dijo la valiente Débora. Ella sabía
que Dios le ayudaría a su pueblo a ganar. Ella no
tenía miedo de guiar al pueblo a la batalla contra
el ejército enemigo.
Así que Débora, Barac y los diez mil soldados
israelitas fueron a la batalla. El ejército marchó al
Monte Tabor como Dios había ordenado.
12. ¿Alguna vez
has sentido miedo?
Menciona ejemplos:
Oscuridad
Ruidos
Sombras
“Monstruos”
Ladrones
Niños “bullies”
Vacunas
Otros
13. Dios pelea por su pueblo
Cuando el rey Jabín supo
que el pueblo de Dios había
venido a pelear, llamó a su
ejército. Su ejército era
grande y fuerte. Tenía 900
carros de acero. El ejército
de Dios no tenía carros,
pero Jehová estaba con
ellos.
14. La batalla
Llegó el día y Débora habló
con Barac.
– Ve, Barac – dijo ella. Este
es el día que Dios te va a
ayudar a ganar.
El ejército israelita fue a la
batalla. Dios peleó por ellos.
Los carros de acero se
atascaron en el lodo. El
ejército enemigo huyó.
15. Dios libró a su pueblo
Cuando el ejército enemigo
huyó, Barac y los soldados
israelitas los siguieron.
Finalmente, los derrotaron.
¡El Señor los había ayudado
a ganar! Ese día el pueblo
de Dios ganó por que lo
obedecieron. Débora y
Barac estaban gozosos. El
pueblo de Dios cantó una
canción de adoración.
16. Podemos ser como Débora
Podemos ser valientes y obedecer
a Dios como hizo Débora.
¡El Señor nos ayudará!