Infante de marina viola a campesina. Comunicado Casa de La Mujer
Corporación Casa de la Mujer
Carrera 35 # 53a - 86
Teléfonos: 2218785 – Fax 2229204
coordinacion@casmujer.com
Bogotá - Colombia
LA
VIOLENCIA
SEXUAL
EN
COLOMBIA
TAMBIEN
ES
UNA
PRACTICA
PERPETRADA
POR
REPRESENTANTES
DE
LA
SEGURIDAD
NACIONAL
EL
DOMINGO
8
DE
MARZO
EL
PERIODICO
EL
HERALDO,
HIZO
PUBLICO
LOS
HECHOS
OCURRIDOS
EN
LA
VEREDA
NUEVA
ESPERANZA
DEL
CORREGIMIENTO
DE
GAMBOTE,
ARJONA,
EN
LOS
QUE
UN
SOLDADO
DE
LA
INFANTERIA
DE
MARINA,
VIOLENTO
SEXUALMENTE
A
UNA
MUJER.
En
el
actual
contexto
de
lucha
contra
la
impunidad
alrededor
de
los
delitos
sexuales
cometidos
en
el
marco
del
conflicto
armado
y
fuera
de
él,
es
fundamental
abrir
la
discusión
acerca
de
lo
que
representa
para
una
sociedad
en
transición
de
la
guerra
a
la
paz,
el
hecho
que
miembros
de
la
seguridad
nacional,
encargados
de
garantizar
los
derechos
de
la
ciudadanía,
sean
responsables
de
la
perpetración
de
abusos
sexuales
en
contra
de
mujeres,
niñas
y
jóvenes,
abusando
de
su
poder
y
autoridad
en
los
territorios.
El
pasado
27
de
febrero,
en
Gambote,
una
mujer
fue
víctima
de
violencia
sexual
por
parte
de
un
miembro
de
la
Infantería
de
Marina,
quien
irrumpe
en
su
vivienda
gritando:
“salga
marica
que
la
guerrilla
mato
a
mis
compañeros”
El
infante
accedió
carnalmente
a
la
víctima,
mientras
ordenaba
a
su
esposo
ser
testigo
de
la
violación.
El
compañero
de
la
víctima,
quien
logra
persuadir
al
agresor
de
no
presenciar
el
hecho
y
esperar
en
la
sala,
logra
pedir
ayuda
a
los
compañeros
del
soldado,
los
cuales
reaccionan
luego
de
que
los
hechos
fueron
perpetrados
(Recuperado
de
Diario
el
Heraldo,
8
de
marzo
de
2015).
En
lo
que
se
refiere
a
la
fuerza
pública
Colombiana,
es
importante
recordar
que
el
auto
092
señala
que
la
violencia
sexual
contra
las
mujeres
es
una
práctica
habitual,
extendida,
sistemática
e
invisible
en
el
contexto
del
conflicto
armado
colombiano,
así
como
lo
son
la
explotación
y
el
abuso
sexuales,
por
parte
de
todos
los
grupos
armados
ilegales
Enfrentados
y,
en
algunos
casos,
por
parte
de
agentes
individuales
de
la
Fuerza
Pública
Al
respecto,
primera
Encuesta
de
Prevalencia
de
la
Violencia
Sexual
en
el
contexto
del
conflicto
armado
de
Intermon
Oxfam
y
realizada
por
la
Corporación
Casa
de
la
Mujer
en
una
investigación
realizada
sobre
“la
prevalencia
de
la
violencia
sexual
en
el
marco
del
conflicto
armado
entre
el
periodo
de
2001
y
2009
en
Colombia”,
identifica
que
tan
solo
en
dicho
periodo,
498,670
mujeres
sufrieron
algún
tipo
de
violencia
sexual
en
los
departamentos
con
presencia
de
los
actores
armados.
Sin
embargo,
la
Unidad
par
a
la
atención
y
reparación
de
las
víctimas,
a
la
fecha,
solo
tiene
registradas
8.152
víctimas
de
este
delito
y
tan
solo
las
96
han
sido
confesadas
por
los
paramilitares
en
sus
versiones
libres
en
el
marco
de
la
Ley
975
del
2005.De
igual
forma,
en
el
informe
de
la
centro
de
memoria
histórica
“Basta
ya”
se
registra
que:
“(…)
miembros
del
Ejército
Nacional
fueron
señalados
como
presuntos
responsables
en
cuatro
casos
de
violación
sexual
en
el
Magdalena,
a
lo
que
se
suma
un
suceso
que
las
víctimas
describieron
como
realizado
en
conjunción
con
un
grupo
paramilitar.
En
dos
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casos,
se
trató
de
violaciones
ejercidas
contra
poblaciones
estigmatizadas
como
guerrilleras
y
las
violaciones
se
combinaron
con
tratos
humillantes
y
degradantes.
En
otros
dos,
los
militares,
abusando
de
la
ventaja
que
ofrecen
las
armas,
violaron
a
dos
jóvenes:
a
una
durante
una
fiesta
para
celebrar
la
Navidad
y
a
otra
en
un
camino
veredal”
(pág.
83)
Los
motivos
que
están
tras
la
violencia
sexual
son
variados,
la
estigmatización
de
las
comunidades,
la
intensión
de
humillar
a
miembros
de
bandos
enemigos,
o
de
castigar
conductas
inapropiadas
según
los
actores
armados,
o
simplemente,
el
contexto
de
oportunidad,
se
convierten
en
motivos
para
la
ocurrencia
de
la
violencia
sexual.
En
la
coyuntura
actual,
el
mantenimiento
del
conflicto,
la
impunidad
y
la
falta
de
garantías
de
no
repetición,
son
obstáculos
que
tienen
que
ser
superados
para
garantizar
una
real
reparación
integral
a
las
víctimas.
Es
necesario
que
el
Estado
atienda
las
causas
estructurales
del
conflicto
armado,
desde
estrategias
distintas
a
la
militarización,
que
permitan,
transformaciones
culturales,
económicas
y
sociales
que
generen
rechazo
social
por
la
violencia
sexual,
así
como
la
judicialización
de
los
responsables
independientemente
de
si
son
actores
armados
legales
o
ilegales.
De
igual
forma,
es
fundamental
que
se
atiendan
a
los
daños
que
han
generado
en
las
comunidades
la
militarización
de
la
vida
cotidiana,
a
través
de
la
cual
ha
exacerbado
la
reproducción
de
las
tradicionales
formas
de
relación
de
subordinación
por
parte
de
los
hombres
hacia
las
mujeres,
y
a
propendido
a
la
exaltación
de
la
masculinidad
hegemónica,
guerrerista
y
violenta.
En
Colombia
las
mujeres
no
son
quienes
deben
protegerse
de
los
hombres,
son
los
hombres
quienes
deben
desaprender
sus
formas
de
relacionamiento
violento
con
las
mujeres.
Para
ello,
hay
que
avanzar
claramente
en
la
reducción
de
la
impunidad,
pero
también
en
la
consolidación
de
universos
simbólicos
compartidos
que
transformen
las
prácticas
y
creencias
que
legitiman
la
violencia
sexual,
para
poder
así
garantizar
el
derecho
de
las
mujeres
a
una
vida
libre
de
violencias.
La
Casa
de
la
Mujer,
expresa
su
solidaridad
con
la
víctima,
y
exige
al
Estado
Colombiano,
actuar
con
la
debida
diligencia
en
la
investigación
y
sanción
del
responsable,
así
como
en
la
atención
y
reparación
integral
a
la
víctima.
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