1. Apócrifo (religión)
El término apócrifo (griego: απόκρσφος 'oculto, secreto'; latín: apócryphus) ha
sido utilizado a través de los tiempos para hacer referencia a algunas
colecciones de textos y de escritos religiosos sagrados surgidos y emanados
en contextos judíos o cristianos, que no han sido incluidos en el canon
del Tanaj judío hebreo-arameo, de la Biblia israelita Septuaginta griega, así
como tampoco de ninguna de las distintas Biblias usadas por distintos grupos
de cristianos.
Según otra acepción, un escrito o documento "apócrifo" es aquel que es
indebidamente atribuido a un determinado autor. No se trata generalmente de
una atribución promovida por el propio autor, sino de que otros atribuyen a
determinado autor —generalmente de gran prestigio— escritos que él nunca
escribió. Tal ha sucedido con San Agustín, al que se atribuyen multitud de
escritos pseudoagustinianos. Tal sucede igualmente con pintores famosos.
Cuando la indebida atribución es intencionada y no ha sido realizada por el
propio autor se habla de falsificación.
Cuestión distinta es la de si un determinado escrito, forma o no parte de la
Biblia, de si se considera o no un libro inspirado. Cuando un determinado
escrito o libro merece ser considerado como formando parte de la Biblia, se
dice que es "canónico". El canon consiste en un elenco de los escritos bíblicos.
Católicos, cristianos no católicos y judíos tienen distintos cánones. Cuando el
carácter canónico de un escrito es reconocido tardíamente se dice que es
"deuterocanónico". En ocasiones un libro puede ser simultáneamente apócrifo
y no canónico. Tal sucede con el Evangelio de Santo Tomás. Ni Santo Tomás
es realmente su autor, ni se considera que forme parte de la biblia. Cuestiones
distintas son las de si El Libro de la Sabiduría fue o no escrito por Salomón y la
de si forma o no forma parte de la Biblia.
Diferencia entre apócrifos y deuterocanónicos[editar]
Existen controversias tradicionales entre los diferentes grupos confesionales en
el seno de la tradición judeocristiana; dado que cada uno entre los principales
grupos (cristianos ortodoxos,cristianos orientales —
coptos, eutiquianos, siríacos nestorianos, etc.—, católicos
romanos, protestantes y otras tendencias) ha venido planteando a través de los
siglos algunas importantes diferencias con respecto del canon de los grupos
restantes, y ha ido reservando el término de «apócrifos» para distintos grupos
de textos y de escritos no incluidos en su propia versión del Canon bíblico,
aunque estén en la de otro u otros.
2. Los representantes del protestantismo han llamado Apócrifos a los
documentos Deuterocanónicos, que son reivindicados como parte integrante
del canon por distintas iglesias cristianas ortodoxas, cristianas orientales y
católica romana. Y usan el término Pseudoepígrafos, «escritos falsamente
atribuidos», para hacer referencia al resto de los libros surgidos y emanados en
contextos judíos o cristianos y que, sin embargo, no han sido aceptados por
ninguno de los grupos antes mencionados.
El primero en usar el término en este sentido fue Jerónimo de Estridón, en los
escritos en que comenta la tarea que representó la traducción al latín del texto
bíblico, a fin de designar a algunos de los libros que hoy son conocidos
como deuterocanónicos, que habían sido incluidos en la Biblia judía griega
(canon alejandrino), llamada Biblia septuaginta, o Biblia de los LXX, aun
cuando no aparecen en el Tanaj judío hebreo-arameo (Canon Palestinense),
que fue redefinido por judíos fariseos históricos y neotestamentarios, durante
los trabajos del Sínodo de Jamnia, en fecha tan tardía como el 95 d. C., y luego
utilizada por las comunidades judías de los siglos posteriores. Jerónimo
ignoraba las grandes disensiones que esta aventurada decisión atraería con el
tiempo entre las Cristiandades del Mundo Occidental.
Doce de estos libros: Tobit, Judit, el Resto de Ester, Baruc, la Epístola de
Jeremías, la Historia de Susana, la Historia de Bel y el Dragón, el pasaje Daniel
3:24-90 (en el cual se contiene la Oración de Azarías y el Himno de los tres
Jóvenes), Sabiduría, Eclesiástico, 1 Macabeos y 2 Macabeos, finalmente
serían aceptados por los distintos grupos históricos cristianos (cristianos
ortodoxos, cristianos orientales —cópticos eutiquianos, siríacos nestorianos,
etc.— y católicos romanos).
Otros de esos textos: el Capítulo 151 del Libro de los Salmos de
David (comúnmente llamado Salmo 151), el Capítulo 8 del Libro de las Odas, 3
Esdras y 3 Macabeos, así como el Epílogo Griego del Libro de Job, los
Epígrafes Griegos de varios de los Salmos de David y el Epígrafe Griego del
Capítulo 1 del Libro de las Lamentaciones fueron recibidos como parte
integrante del canon por todos esos grupos, excepto por la iglesia católica
romana.
Todos estos escritos han sido ratificados por los escritos de muchos de
los padres de la iglesia de oriente y occidente. Y, en el caso concreto de la
iglesia latina, los doce documentos de la primera lista fueron legitimados por el
Sínodo de Roma, en el año 380 d. C., y el Concilio de Hipona, en el
año 393 d. C. A pesar de lo cual, el término «apócrifos» volvió a ser aplicado a
3. esos doce textos por Martín Lutero y otros reformadores protestantes del siglo
XVI. A causa de lo cual, la iglesia occidental ratificó su legitimación durante los
trabajos del Concilio de Trento en 1546.
Algunos otros libros, incluidos en las Biblias Septuaginta (griega)
y Peshitta (siríaca), como 4 Esdras, 4 Macabeos, el Libro de las odas y el Libro
de los Salmos de Salomón, pueden ser leídos entre los apéndices de algunas
importantes versiones y ediciones de la Biblia; como la Vulgata latina de
Jerónimo, la Biblia eslavónica de Ostrog, la Biblia sinodal rusa, la Biblia del
oso de Reina (1569), la Biblia del cántaro de Valera (1602), la King James
version (1611), la Revised standard version y la New revised standard version.
Otros libros fueron vistos como textos sagrados e inspirados por comunidades
judías marginadas, padres de la iglesia y grupos de cristianos, siendo
rechazados como apócrifos más tarde, o más allá de los contextos en los
cuales ellos fueron acogidos:
La Peshitta siríaca, la Biblia «oficial» de todas las iglesias Siríacas
Nestorianas (las Iglesias de Siria, Asiria, Caldea, el Asia Central, Armenia,
el Turquestán, China y la India, de entre cuyas filas se separó Mahoma, y,
en cuyo seguimiento, a su vez, el Islam musulmán), incluye en su Libro de
los Salmos, además del Salmo 151, los Salmos numerados 152, 153, 154 y
155, y la versión siríaca a la Apocalipsis de Baruc.
Los Beta Israel, antiguos habitantes de Etiopía, tenían como libros
sagrados, además del Sirácida, el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos.
Y la Iglesia Cristiana Ortodoxa de Etiopía incluye en su Biblia formas largas
etíopes de los libros de Enoc, los Jubileos, el Resto de palabras de Baruc, 1
Macabeos, 2 Macabeos y 3 Macabeos.
Estos documentos fueron rechazados por los fariseos de los siglos I y II, así
como por los judíos actuales y grupos protestantes y paraprotestantes de
múltiples tendencias; pero conservados por los israelitas, por los judíos de
la dispersión y por los cristianismos tempranos e históricos. Los judíos actuales
y los protestantes han llamado «apócrifos», de manera sistemática, a todos los
escritos deuterocanónicos, excluyéndolos de sus propias versiones de la Biblia.
Sin embargo, algunas de las Biblias protestantes más importantes los han
incluido. Se cita como ejemplos laBiblia de Lutero, la King James Version,
la Revised Standard Version y la New Revised Standard Version.
Casiodoro de Reina decidió incluirlos como parte integral del Antiguo
testamento en la Biblia del oso, la primera edición de la Reina-Valera, en el año
4. de 1569. Y Cipriano de Valera, su primer revisor y corrector de estilo, optó por
reunirlos aparte, como un tercer grupo de textos intertestamentarios, entre
el Antiguo y el Nuevo testamento, en la Biblia del Cántaro, de 1602. Sin
embargo, a causa de confrontaciones de tipo ideológico, fueron suprimidos
en 1860 por Lorenzo Lucena Pedrosa. Pero en 2009 ha sido publicada
en España la Biblia del Siglo de Oro, que es una edición actualizada del texto
de Reina y Valera, con restitución de nueve de sus doce Deuterocanónicos.
Apócrifos del Nuevo testamento[editar]
El término apócrifos, lejos de referirse a las consabidas acepciones adversas
negativas que tiene, es una expresión que reviste otro carácter: se trata de
textos cuyo acceso fue oculto,vedado, denegado ante las grandes masas de
cristianos católico-ortodoxos, escritos revestidos en un aura de magia y
misticismo.[cita requerida]
Se trata de otras palabras y enseñanzas de Jesús que fueron difundidas por
siete de los doce discípulos de Cristo, de acuerdo con los textos del Nuevo
testamento. En este sólo han sido compilados documentos escritos por cinco
de esos doce (Mateo, Juan, Santiago, Pedro y Judas el Tadeo). Se trata de
escritos que alegan ser las enseñanzas ocultas de los restantes apóstoles y
cuyo contenido no respalda muchas de las ideas mesiánicas comúnmente
aceptadas por grupos de cristianos, y que fueron documentos tenidos en gran
estimación.
Los apócrifos del Nuevo Testamento incluyen varios evangelios y vidas de los
apóstoles. Algunos de ellos fueron escritos evidentemente por autores
gnósticos o miembros de otros grupos posteriormente definidos como herejes.
Muchos de estos textos fueron descubiertos durante los siglos XIX y XX,
generando una intensa oleada de especulaciones en torno a su importancia en
los inicios del cristianismo entre los eruditos religiosos.[cita requerida]
Si bien los protestantes, católicos y, en general, los ortodoxos están de acuerdo
acerca de qué libros deben ser incluidos en el canon del Nuevo testamento,
la Iglesia ortodoxa etíope solía incluir las epístolas I y II de Clemente y al Pastor
de Hermas. A su vez, otras iglesias como la Copta tenían en sus pasajes
escritos que describían la niñez de Jesús.[cita requerida]
Lutero consideraba apócrifa a la epístola de Santiago, dudando y cuestionando
su autoría a manos de cualquiera de los dos apóstoles llamados por el nombre
de Santiago. También porque la epístola contiene una declaración que
contradice aparentemente las enseñanzas de Lutero de la salvación sólo por la
5. fe: la "fe sin obras está muerta" (2:26). Lutero, en su propia edición de laBiblia,
degradó y relegó al nivel de unos simples apéndices la Epístola de Santiago y
otros tres documentos, a saber: la Epístola a los Hebreos, la Epístola de
Judas y el libro de Apocalipsis.[cita requerida]
Posteriormente se incluyeron estos
libros con el canon protestante en su Nuevo Testamento, pero los colocaron
luego de esos libros. Por lo tanto, los libros del Nuevo Testamento luterano (al
menos en alemán) están ordenados en forma diferente a otras Biblias
protestantes.
Un libro apócrifo del Nuevo testamento bien conocido es el Evangelio de
Tomás, el único texto completo que fue encontrado en la ciudad egipcia de Nag
Hammadi en 1945. Otro evangelio propio de las corrientes gnósticas dentro del
cristianismo de los primeros siglos, atribuido a Judas de Carioth, el Evangelio
de Judas, generó expectativa entre los seguidores de estudios y cuestiones
del judeocristianismo cuando fue rescatado, reconstruido y presentado en el
año 2006, en esfuerzo conjunto de Maecenas Foundation y National
Geographic Society.[cita requerida]
Han ejercido y ejercen un enorme influjo en la piedad e iconografía cristianas.
Entre las tradiciones conservadas únicamente en los apócrifos, se cuentan los
nombres de los padres de María, (Joaquín y Ana), el episodio de
la Presentación de la Virgen niña en el templo, el número y los nombres de
los Reyes Magos (Melchor, Gaspar, Baltasar), y la presencia de un asno y
un buey en el pesebre donde María dio a luz. Allí también se encuentran los
nombres y las historias del Buen Ladrón (Dimas) y del Mal Ladrón (Gestas); la
historia de Verónica (recogida inclusive en la devoción piadosa del Via Crucis,
de tradición católica); el nombre de Longinos, el centurión que atravesó el
costado de Jesús en la cruz; o la primera sugerencia explícita de la virginidad
perpetua de María, que se encuentra en el Protoevangelio de Santiago. La
fuerte presencia de esas tradiciones en la liturgia lleva con frecuencia a olvidar
que ninguno de ellos ha sido incluido entre los Evangelios canónicos.[cita requerida]
Entre los textos apócrifos se cuentan numerosos Evangelios; entre ellos hay los
que llevan nombres de personajes famosos de la iglesia primitiva a los que se
atribuyen estos escritos, como elEvangelio de Tomás, del cual se encontraron
antiguas copias en copto, manuscritas por una comunidad de
cristianos gnósticos; otros fueron titulados por el supuesto contenido de la obra
(Evangelio de la Verdad), por su origen (evangelios atribuidos a Marción, a
Cerinto) o por el grupo al que estuvieron destinados (Evangelio de los
Hebreos, de los Griegos, etc.).
6. En el siglo XIX comenzaron a hacerse unos estudios a fondo sobre estos
textos. Se hallaron escritos "apócrifos" desde el año 300 a. C. hasta el Nuevo
testamento, que proporcionaron a los investigadores una gran riqueza como
fuentes históricas, así como posturas divergentes sobre temas como
inmortalidad y resurrección, y la creencia en ellos a través de los siglos, desde
un punto de vista siempre escatológico.[cita requerida]
Listado Libros Apócrifos
Antigua Homilía
Didache Doctrina de los Apostoles
El Evangelio Árabe de la Infancia
El Evangelio de Bernabé
El Evangelio de Judas
El Evangelio de La Natividad De María
Evangelio De La Verdad
El Evangelio de la Verdad
El Evangelio de los Egipcios
El Evangelio de María
El Evangelio de María Magdalena
El Evangelio de Santo Tomás
El Evangelio De Tomás
El Evangelio Del Pseudo Mateo
El Libro de Tomás
El Libro Secreto De Jaime
El Pastor de Hermas
El ProtoEvangelio De Santiago
Fragmentos Del Evangelio Según Los Hebreos
Historia De La Infancia De Jesús
Historia Jose El Carpintero
Las Odas De Salomón
Sentencia De Pilatos
Sentencias Atribuidas a Jesús
Libro de Enoc
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Evangelios Apócrifos
Evangelios de la infancia de Tomás
redacción griega
7. redacción latina
Protoevangelio de Santiago
Evangelio del Pseudo-Mateo
Libro de la Natividad de María
Historias de José el carpintero
redacción copta
redacción árabe
Evangelio Árabe de la infancia
Evangelio Armenio de la infancia
Fragmentos del Evangelio según los Hebreos
citas en la literatura cristiana primitiva
glosas en códices de San Mateo
Evangelio de Pedro
fragmento Akhmin
citas en la literatura cristiana primitiva
Evangelio de Bernabé (fragmento Italiano)
Evangelio de Nicodemo
Acta Pilati
Descensus Christi ad Inferos
(Primera) Carta de Pilato a Tiberio
Evangelios Gnósticos
Evangelio de Tomás
texto copto de Nag Hammadi
fragmentos griegos de Oxyrhynchus
Evangelio de Felipe
Evangelio de María Magdalena
fragmento griego
fragmento copto
Evangelio de los Egipcios
Evangelio de la Verdad
La Sabiduría Fiel (Pistis Sophia)
Apocalipsis y Hechos Apócrifos
Apocalipsis de Pedro (fragmento Akhmin)
Apocalipsis de Pedro (gnóstico)
Apocalipsis de Pablo (gnóstico)
Hechos de Pedro y los Doce Apóstoles
La Hija de Pedro
Padres Apostólicos
La Didaché
Doctrina Apostolorum
8. El Pastor de Hermas
Epístola de Bernabé
Epístola de Clemente de Roma a los Corintios
Antigua Homilía anónima (Secunda Clementis)
Epístolas de Ignacio de Antioquía
a los efesios
a los magnesianos
a los trallianos
a los romanos
a los filadelfianos
a los esmirneanos
a Policarpo
Epístola de Policarpo a los filipenses
Epístola de la Iglesia de Esmirna a la de Filomelio (Martirio de Policarpo)
Epístola a Diogneto
Fragmentos de Papías
Demostración de la Predicación Apostólica, de Irineo de Lyon
Canon y escritos afines
Fragmento Muratoriano
Decreto Gelasiano
Armonía de Taciano (Diatessaron)
Armonía de Ammonio
Sentencias atribuidas a Jesús
Historia Eclesiástica de Eusebio (10 libros)
Libro 1
Libro 2
Libro 3
Cartas y otros escritos Apócrifos
(Segunda) Carta de Pilato a Tiberio
Carta de Tiberio a Pilato
Muerte de Pilato
Correspondencia entre Pilato y Herodes
Carta de Pilato a Herodes
Carta de Herodes a Pilato
Carta de Pilato a César (Anaphora)
Tradición de Pilato (Paradosis)
Sentencia de Pilato
Declaración de José de Arimatea
Venganza del Salvador (Vindicta)
9. Correspondencia entre Jesús y Abgaro
Carta de Abgaro a Jesús
Carta de Jesús a Abgaro
Carta de Léntulo a Octavio
Epístola de Pablo a los Laodicenses